Al filo de la noche

Quiero señalar que Anatole Litvak es el director de La noche de los generales, una extraordinaria película recomendable que nadie debe perderse. Ya por eso Voces de muerte debe ser cuidadosamente considerada. Voces de muerte es lo que antes se llamaba un drama; actualmente se considera un thriller con elementos de cine negro. No hay una investigación policial, pues aunque sale un policía en su puesto de trabajo, extrañamente está cuidando a una niña y no toma partido en la acción.

La intriga gira en torno al teléfono. El teléfono enlaza las historias con el uso de flashbacks incluso unos dentro de otros. Aunque no te fijes, Litvak te hace ver innumerables detalles de los interiores, creando ambientes diferentes para cada clase social. El padre de ella tiene fotos y cuadros enormes de su hija, y posee distribuidos por su despacho cantidad de animales disecados. Esto nos hace deducir dos cosas. Primera: que tiene un instinto de protección muy arraigado hacia su única hija y que, por puesto, influirá en su matrimonio. De eso va la película. Segundo: que el director cuenta con que te hagas tú una opinión sobre un tío que siembra un cuarto con tantos animales disecados. Vamos…, que quiere que veas su instinto depredador.

Barbara está fabulosa haciendo el papelón de un mujer que se consume lleno de caprichos y exigiendo atenciones por haber sido una niña mimada. Personalmente pienso que no es ningún bellezón, pero era muy buena actriz y se ganó su puesto en la fama sin ayuda de nadie. Por el entonces incipiente actor Burt Lancaster ya mostraba su elegancia, su pose, su clase y esa forma de mirar que tenía. Uno de los más grandes, sin duda.

Anatole Litvak nos introduce además en la trama escenas oníricas, imágenes de una playa desoladora donde un muchacho recoge almejas, la mujer corre a escondidas y tres hombres quedan y se reúnen una casa abandonada. Ves un mundo simple, pero el misterio lo vuelve complejo. No se puede infundir misterio de mejor forma.

Aparte de los protagonistas tenemos unos secundarios de peso y con sobrepeso como William Conrad, que pasado los años dejaría el lado oscuro para protagonizar la famosa serie Cannon. Pero cuando decimos de peso nos referimos a lo bien creados que están.

Y también un personaje muy pintoresco llamado Waldo Evans, un hombre entregado a su trabajo que cuando el señor Stevenson (Burt Lancaster) le propone asuntos sucios se asusta, pero por no dejarlo solo le acompañará en el peligro. Me ha encantado este personaje porque es muy real y es una personalidad poco tratada en el cine, pero común en la sociedad. Esta gente solitaria e introvertida se deja arrastrar por las mentes inquietas con tal de vivir nuevas experiencias y agradar. No tiene nada que ver con los pelotas.

A Waldo le gustan los caballos en libertad. Dice mucho de él. Los sueños de la gente no sirven para nada, pero soñar es obligado, sin sueños las cosas valen la mitad. Con todos estos elementos se ve que la película es recomendable verla por su ambiente lleno de misterio y confabulación.

398/26(20/12/09) Muy buen thriller, que mezcla brillantemente el melodrama, el suspense, el misterio, con una gran ambientación que consigue atraparte en su original punto de partida, basada en una radionovela de Lucille Fletcher.La acción transcurre en tiempo real, en un dormitorio de un apartamento en noche en Nueva York, donde una desvalida Leona Stevenson (Barbara Stanwick) postrada en cama, con una incapacidad que le impide casi moverse, se encuentra sola y desesperada pues su marido, Henry Stevenson (Burt Lancaster), debería haber llegado ya, es entonces cuando entra en acción el gran protagonista del film, el teléfono, es el único nexo de unión con el mundo exterior, y a través de él comienza la búsqueda de Henry, en la primera llamada se produce un cruce en el que oye que a las 23:15 se va a producir un asesinato, lo que la pone muy nerviosa, el resto de llamadas van componiendo mediante flash-backs el rompecabezas de la vida de este matrimonio desde que se conocieron , pasando por su boda, sus problemas causados por el estatus de uno y otro, hasta llegar a esta noche, la tensión y el suspense van increscendo, la historia te engancha en su asfixiante atmósfera. Colosal es el trabajo de Barbara Stanwick creando una antiheroína que a medida que la vamos conociendo más antipatía le tenemos, un papel que borda, mediante un lenguaje gestual que domina con maestría, vamos padeciendo su terror, una actriz maravillosa, Lancaster en su segundo trabajo comienza a dejar patente su poderosa presencia. Como fallos decir que desde el minuto uno sabemos que ella es la víctima de la llamada que ha oído, deberían de haber mantenido el misterio y lo otro es la casualidad que con los millones de teléfonos que hay en Nueva York va y oye por casualidad que van por ella, demasiada licencia. Recomendable a los que gusten de relatos de gran tensión dramática. Fuerza y honor!!!

Una mujer durante una conversación telefónica, se produce un cruce de llamadas y llega a escuchar a dos hombres en lo que parece el plan para asesinar a una persona. A partir de ese momento y desde su casa, intentará avisar a las autoridades y averiguar de quien pudo provenir la llamada.
Parte de un planteamiento inicial atractivo, pero se adentra a medida que se desarrolla la trama en continuas secuencias que hacen referencia a cosas del pasado, para reconstruir los hechos que rodean a los personajes principales.
Hace un empleo abusivo de los flashbacks, resultando cargantes y algunos problemas con las comunicaciones telefónicas, resultan forzadas e incomprensibles. Sin ir más lejos, si tienes pensado hacer una llamada importante desde una cabina de teléfono, no vas con cuatro céntimos, para que luego no puedas hacer la llamada en condiciones.
Cuenta en su reparto con una destacada Barbara Stanwyck y un Burt Lancaster correcto, aunque por momentos, desaprovechado.
La trama se desarrolla en su totalidad desde le habitación de la mujer y todo se construye a partir de llamadas telefónicas y los ya mencionados flashbacks, acabando por resultar previsible en muchos puntos.

Interesante muestra a caballo entre el thriller y el cine negro, que cuenta con una gran pareja protagonista como son una ya madura Stanwick y un Burt Lancaster que comenzaba por aquel entonces su exitosa carrera. Sin embargo no parecen derrochar química adecuada entre ellos, dejándo un poco decepcionado al espectador con ganas de ver ese interesante duelo interpretativo. Por lo demás la película convence bastante, que con un sólido guión consigue captar la atención del espectador hasta el instante final de la misma.

Me disponía a ver ésta película como otra cualquiera, con el principal atractivo de un Burt Lancaster esplendoroso. Sin embargo, la nota no era alta para con lo que después fue. Una gran obra maestra del cine negro y del suspense.

Me ha mantenido en vilo hasta el último instante. El final es épico. A medida que pasa la película lo vas intuyendo, pero... no deja de sorprender. En esos compases finales es cuando aparece la profesionalidad de Lancaster, metido de lleno en el papel e interpretándolo con garra y oficio.

Por otro lado, Anatole Litvak firma su mejor película. Su gran éxito acompañado de un reparto que actúa de manera sensacional y un guión excelente. Altamente recomendable. Me he divertido mucho con lo que ya considero un clásico.

No, no me he equivocado. Obra maestra.