Barroco italiano
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Barroco italiano. Es un estadio evolucionado del proceso de la Edad Moderna, legítimo continuador del Renacimiento. Primitivamente "barroco" designaba los productos de arte, pero sólo aquellos que eran irregulares, extravagantes o incorrectos.
No llegaría a ser denominación de un estilo hasta el siglo XIX, gracias a Burckhardt y Lubke, dos historiadores que realizaron una detallada periodización de la historia del arte, dividiendo aquello que antes solía llamarse en términos generales arte moderna, en "Renacimiento" y "Barroco”.
A su juicio, el Barroco fue un período de decadencia, es decir, creían que las artes florecieron en el Renacimiento, mientras en el Barroco se vinieron abajo.
Hasta finales del siglo XIX no se produjo una revalorización positiva de Barroco. Se adapta mejor a Europa, ya que permite muchos eclecticismos inherentes al desarrollo artístico de los diferentes países.
Sumario
Antecedentes históricos
Tras la mesura del Renacimiento y el retorcimiento estético del Manierismo, en la Roma de los Papas se advierte la necesidad de un arte nuevo. La independencia de las repúblicas italianas no es la de antaño, tras dos siglos de pugnas entre las potencias europeas por controlar su floreciente mercado, centrado en el Mediterráneo.
Por otro lado, el descubrimiento de América desplaza el polo económico hacia el Atlántico, cuyas rutas son dominadas por españoles, portugueses e ingleses. Esto provoca que las repúblicas italianas se reagrupen bajo un poder más fuerte y las que no caen bajo control extranjero (España y Francia) se someten a la influencia mayoritaria de Roma, más concretamente de los Estados Vaticanos, al más puro estilo de una teocracia. Para ejercer legítimamente este gobierno, las altas esferas eclesiásticas dominantes en Roma han de depurar su corrupta cúpula gubernativa. Voces de descontento ya había desde hacía cincuenta años, y la Iglesia Católica se vio escindida por la Reforma luterana, cuyos teólogos, Calvino, Zuinglio y otros la acusaron de nepotismo y simonía.
La necesidad de reformar las estructuras del mundo católico es lo que conduce al Concilio de Trento y a la mal llamada Contrarreforma, en realidad, una Reforma católica, que no va contra algo sino en busca de una adaptación a los nuevos tiempos. La traducción de este estado de cosas sobre el arte trae importantes consecuencias desde el primer momento. Los teólogos reunidos en concilio, mayoritariamente españoles, proclaman ciertos dogmas que han de ser representados dignamente por los artistas al servicio de la Iglesia: la virginidad de María, el misterio de la Trinidad, etc. pasan a protagonizar los lienzos.
La Iglesia, antes que las monarquías absolutistas que ejercen un poder paralelo al Vaticano, fue la primera en comprender el poder ilimitado del arte como vehículo de propaganda y control ideológico. Por esta razón contrata legiones de artistas, reclutando por supuesto a los mejores, pero también a muchos de segunda fila que aumentan los niveles de producción para satisfacer las demandas de la gran base de fieles. Se exige a todos los artistas que se alejen de las elaboraciones sofisticadas y de los misterios teológicos, para llevar a cabo un arte sencillo, directo, fácil de leer, que cualquier fiel que se aproxime a una iglesia pueda comprender de inmediato. Los personajes han de ser cercanos al pueblo: los santos dejan de vestir como cortesanos para aparecer casi como pordioseros, a gran tamaño, con rostros vulgares. El énfasis de la acción ha de colocarse sobre el dramatismo: ganar al fiel a través de la emoción fue la consigna. Las escenas se vuelven dinámicas, lejos del hieratismo intemporal de los estilos anteriores. Las composiciones se complican para ofrecer variedad y colorido. Las luces, los colores, las sombras se multiplican y ofrecen una imagen vistosa y atrayente de la religión y sus protagonistas.
Fuera del patrocinio de la Iglesia, los mecenas privados aumentan: el afán de coleccionismo incita a los pintores a llevar a cabo una producción de pequeño o mediano formato para aumentar los gabinetes de curiosidades de ricos comerciantes y alta nobleza. En la época de los filósofos Bacon y Descartes, el Arte se colecciona como los objetos científicos o los exóticos bienes importados de las Indias y América. La secularización de esta época propició que se revalorizaran géneros profanos, como el bodegón o el paisaje, que empieza a cobrar una autonomía inusitada. Las complejas composiciones del Barroco, la diversidad de focos de luz, la abundancia de elementos, todo, puede aplicarse perfectamente a un paisaje, tal y como puede verse en la Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal de Canaletto.
El Barroco como estilo general es tan sólo una intención de base. Las formas que adopte en la praxis serán tan variadas como se pueda imaginar. Sin embargo, dos polos predominan, agrupados en torno a dos grandes figuras rivales en la época: Caravaggio, que aglutina a los pintores del Naturalismo tenebrista; y Annibale Carracci, que trabaja con su hermano y con su primo en un estilo clasicista.
Causas del nacimiento del barroco
- Crisis generalizada en toda Europa
- Existencia de la Contrareforma
- Convulsiones ideólogicas
- Crisis de los valores de la Iglesia.
- La formulación del Heliocentrismo por parte de Copérnico en 1545.
- El reconocimiento de la filosofía cartesiana que introducirá la idea de la duda como garantía de la propia existencia humana.
Características generales
- Arte como instrumento de propaganda
- Arte destinado a las masas
- Arte retórico en las formas y sencillo en el mensaje
- Si el arte del Renacimiento se había dirigido a la razón con la intención de captar la admiración intelectual, el Barroco se dirigía a los sentidos buscando el impacto emocional.
Literatura
En Italia, el barroco no trajo consigo un número de grandes autores comparable al que surgieron en España, Francia o Inglaterra. Sin embargo, sí se experimentó un relanzamiento de los principales géneros literarios: la lírica, la prosa y el teatro, y en todos ellos hubo autores que se hicieron su aporte en la historia de la literatura.
En lo referente a la poesía, Giambattista Marino fue el autor de referencia. Profundamente barroco, Marino recargó su obra con juegos de palabras y todo tipo de adornos. Muy influenciado por Ovidio, su obra más importante fue Adonis, una fábula mitológica extensa basada en la repetición continua, aunque con mucha variación estilística, de un argumento breve y sencillo acerca de los amores de Venus y Adonis.
Su influencia en los poetas posteriores fue grande, y en torno a ella surgió una corriente poética conocida como el marinismo.
En lo referente a la prosa, los autores que más destacaron lo hicieron no por su excelencia literario por la importancia del contenido de sus obras. Galileo Galilei es considera el padre de la ciencia moderna, y escribió numerosas obras no sólo de tipo científico sino con un claro interés divulgativo. Su prosa es sencilla, pero elegante y elaborada. Destacan entre sus obras el Diálogo sobre los dos máximos sistemas del universo y el Diálogo sobre las nuevas ciencias.
Giordano Bruno fue también un filósofo de gran fama en su tiempo, aunque además de sus obras filosóficas escribió una comedia de título El candelero, y mostró su interés por el mundo literario en De los heroicos furores, donde se posicionó claramente en contra de las normas aplicadas a la poesía.
Tommaso Campanella fue otro pensador a la vez que poeta. Su obra maestra es una utopía, género muy común en la época, llamada La ciudad del sol, en el que describe un estado teocrático basado en principios de total igualdad y comunitarismo.
En lo referente al teatro, el género que triunfó con mayor claridad fue el cómico, el conocido como la comedia del arte. Este tipo de teatro, genuinamente italiano, era producido por profesionales, y se basaba dentro de lo posible en la absoluta improvisación de unos personajes enmascarados que representan a caracteres cómicos concretos. La trama se basa en la acción y la intriga que los actores sean capaces de darle a la obra a través, fundamentalmente, de efectos mímicos, sin olvidar nunca el fundamento cómico de toda la representación. Dados estos condicionantes, es lógico que los autores no fueran la pieza más importante del género, sino que fuesen los actores los que se llevasen los aplausos del público.
Música
La música religiosa
La música religiosa estuvo totalmente identificada con el panorama general la lírica del siglo XVII, con la única diferencia de que en los templos no se permitía la estenografía.
Las formas musicales religiosas adoptaron nombres distintos de las formas profana, pero las diferencias en su espíritu y su estructura no fueron notables. Se siguieron practicando formas religiosas del pasado, como la misa y el motete.
Pero la influencia de la época provocó otras nuevas formas, como el oratorio, la cantata y la pasión. Sobre la severa polifonía religiosa anterior, cada una de las voces empezó a ser sustituida por grupos de cuatro o más coros, llegándose a las monumentales construcciones vocales de Agostino, que compuso una misa a 48 voces y Orazio Benèvoli, que escribió una misa a 52 voces.
Durante el siglo XVII se puede hablar de tres formas diferentes de música religiosa: la polifonía vocal, el solo acompañado de algunos instrumentos y el estilo concertante de voces e instrumentos conjuntados.
El oratorio
El oratorio es una forma musical con partes líricas y dramáticas, donde los personajes no actúan, sino que cantan una historia. Además de solistas intervienen el coro, la orquesta y un narrador o cronista de escena. Los primeros textos de los oratorios fueron bíblicos, y escritos en latín, después fueron religiosos, con carácter educativo y moral y escritos en italiano.
La cantata
La cantata tuvo un origen profano; su forma primitiva constaba de arias y recitativos que se alternaban y a los que acompañaba un instrumento. Hay dos tipos de cantata, llamados cantata de iglesia y cantata de cámara.
Parece ser que fue Alessandro Grandi con su obra “Cantate e arie a voce sole”, quien dio nombre a la cantata en el año 1620.
A comienzos del siglo XVII se desarrollaron las cantatas en Italia y adquirieron mayor variedad al introducir Luigi Rossi la alternancia de arias y recitativos.
La cantata procede del madrigal, remonta su origen a las Nuevas músicas de Caccini y fue practicada por Monteverde, Cesti, Carìssimi y Scarlatti.
La música instrumental
La total independencia de los instrumentos con respecto a las voces, la aparición del virtuoso y la búsqueda de nuevos timbres fueron los puntos de arranque de lo que más tarde se convirtió en una floreciente música instrumental. Un iniciador de este género fue Giovanni Gabrieli con sus canciones y sonatas.
Un paralelismo entre la música vocal y la música instrumental la estableció el aria solista en el mismo plano que la sonata solo, y las ornamentaciones y coloraturas compitieron con la brillantez técnica del virtuoso instrumental.
Similar a la sonata y a la suite en su estructura, el concierto es una obra escrita para un solista o grupo de solistas que contrasta con el resto de la orquesta. Según el marco donde se interprete, será denominado concierto de iglesia o concierto de cámara.
De la sonata para un instrumento se pasó a la sonata para dos y más tarde para tres. Surgieron así las primeras agrupaciones de cámara para las que escribieron estos músicos:
Compositores
- Giuseppe Torelli (1685-1709)
- Tomaso Albinoni (1671-1751)
- Filipo Vitali (1590-1653)
- Arcángelo Corelli (1653- 1713)
Giovanni Gabrieli (1555-1612) es el principal exponente del Barroco temprano. Su música contiene ya los elementos estilísticos esenciales de la nueva época estética.
Claudio Monteverdi (1567-1641) es el primer gran compositor del Barroco que inauguró este nuevo género en Italia y Europa. Girolamo Frescobaldi (1578-1643) tuvo gran importancia en el desarrollo de la música para teclado, en particular por sus Toccatas para clavecín. A mediados de siglo, sobresale Giovanni Legrenzi(1626-1690).
Arcangelo Corelli (1658-1711), Giuseppe Torelli y Alessandro Scarlatti (1660-1725) son los que dominan la escena nacional de la segunda mitad del siglo XVII hasta principios del siglo XVIII.
Ya en la primera mitad del siglo XVIII, Antonio Vivaldi (1675-1741), Domenico Scarlatti (1685-1757) y [Giuseppe Tartini] (1692-1770) son los que más sobresalen, representando la cumbre y ocaso barroca de su país.
Arquitectura
Características esenciales:
- Gusto por las plantas complejas y muchas veces centralizadas.
- Tendencia a la verticalidad.
- Liberación de todo lo estático, liberación espacial.
- Antítesis entre espacio interno y externo.
- Predilección por las secciones curvas del muro (cóncavas y convexas).
- Fusión de la escultura, la pintura y la arquitectura.
- Arquitectura esencialmente retórica, encaminada a la persuasión.
- Triunfo de la ornamentación.
- Definición urbana de la arquitectura ( fachada escenográfica).
Pintura
Las características de la pintura barroca en Italia son:
- Naturalismo, que desemboca en el realismo.
- Se representan todo tipo de realidades (lo bello, lo feo, lo agradable, lo desagradable...).
- Protagonismo del movimiento (línea abierta).
- Importancia del color. El color predomina sobre el dibujo, sobre la línea. Es un elemento fundamental, sobre todo a partir de los años 20 del siglo XVII. Al contactar con la luz, resultan las formas. En este tratamiento del color existe una evolución: al principio se representan masas homogéneas y compactas y más adelante pincelada más suelta y técnica de la veladura.
- Relevancia de la luz. Pueden existir grandes contrastes que llevarán al tenebrismo. La luz es utilizada para resolver el problema de la representación del aire que corre entre las figuras, entre los diferentes planos. Se pretende plantear la perspectiva aérea. Para ello, se usa la luz y la sombra, que dibujan el contorno y los planos.
- Profundidad continua. Muy natural y realista: las figuras se funden con el ambiente.
- Composiciones asimétricas, sin orden (antecedentes en el manierismo: Tintoretto). Se prefiere la línea diagonal.
Temas tratados en la pintura barroca de Italia
- Hechos religiosos, especialmente místicos (visiones, milagros, etc.) y martirios de santos.
- En estas pinturas religiosas suelen aparecer elementos que realzan el dramatismo sagrado como nubes, ángeles, fuertes fuentes de luz, etc.
- Pasajes mitológicos. Aparecen frecuentes desnudos.
- Paisajes. No aparecen figuras, como único tema.
- Pueden ser paisajes urbanos o rurales.
- Bodegones o naturalezas muertas.
- Retratos, donde se capta no sólo el aspecto físico del retratado sino lo psicológico.
- Temas de género o de costumbre. Escenas de la vida cotidiana.
- Sucesos históricos.
Tendencias dentro de la Pintura Barroca en Italia
Tenebrismo
El principal artista de la pintura barroca tenebrista es, sin duda, Caravaggio.
Clasicismo
El Barroco clasicista se opone al naturalismo de Caravaggio Se parte del naturalismo para luego embellecerlo e idealizarlo. Se usan algunos elementos de artistas renacentistas (Miguel Ángel, Giorgione, Rafael).
El Clasicismo dentro del barroco italiano triunfa en Bolonia, donde se crea la primera Escuela de Bellas Artes.
El principal representante del clasicismo es Annibale Carracci. La familia Carracci tiene mucha importancia porque supone la transición del último manierismo al primer barroco.
Su mayor característica es el eclecticismo. Toman del último manierismo la corrección del dibujo, el protagonismo de la línea. De Venecia, toman la importancia del color y del barroco, la tendencia decorativista. Una de las obras más importantes es "Huida a Egipto".
Pintura decorativa
Se trata de obras que se realizan para decorar las cubiertas de las grandes iglesias y palacios del barroco. Utilizan pinturas que amplían ilusoriamente el espacio.
Lucas Jordán es uno de sus representantes y es el autor de la decoración de los techos del casón del Buen Retiro, del Palacio Medici- Ricardi y de la sacristía de la Catedral de Toledo.
Tiépolo, por su parte, decoró la bóveda del Salón del Trono del Palacio Real con pinturas dirigidas a ensalzar el poder de la monarquía española de los Borbones.
Pintura paisajística
Existió un grupo de pintores que trabajaron en la primera mitad del siglo XVIII, que representaban paisajes venecianos. Se trata de Canaletto y Guardi.
En sus obras se dará gran importancia a la profundidad y a la representación de los edificios.
Escultura
Las características de la escultura barroca en Italia son:
Naturalismo:se pretende representar las cosas tal como son. Ello aleja al barroco del clasicismo-idealismo y lo acerca a al representación de los sentimientos.
Dinamismo: se da mucha importancia al movimiento. Para representar este movimiento se recurre a estructuras diagonales y a líneas curvas sinuosas.
Contrastes lumínicos: importancia de la representación de las calidades de los objetos.
Los materiales empleados en la escultura barroca en Italia son preferentemente el bronce y el mármol.
En cuanto a los temas tratados, predominan muy especialmente los religiosos, aunque también hay temas mitológicos y retratos.
Bernini es el representante más importante de la escultura barroca italiana. Fue un escultor magnífico cuya obra estuvo marcada por las características generales del barroco italiano que se citaron anteriormente.
Las obras más importantes de Bernini son:
- Apolo y Dafne:Bernini representa a los dos personajes jóvenes y bellos en el momento en que Apolo toca a Dafne en su persecución y se convierte en árbol. Se trata de una obra muy dinámica.
- El Éxtasis de Santa Teresa: En esta famosa obra de Bernini, se recoge el dramático momento en que Santa Teresa pierde su conciencia como consecuencia de éxtasis amoroso (ojos cerrados, boca entreabierta...) producido por la llama divina.
La composición se consigue mediante dos diagonales, que forman un aspa, lo que produce sensación de movimiento. También Bernini consigue un acusado efecto de contrastes lumínicos (por ejemplo, gracias a los pliegues de las ropas de Santa Teresa). Bernini también construyó la capilla en la que se encuentra esta escultura
Otras de las obras de Bernini son Los Longinos, escultura de línea abierta y acusado movimiento.
Este escultor también realizó sepulcros, como el sepulcro de Urbano VIII y Alejandro VII. Se exalta el poder de los Papas y de la Iglesia. Es una obra de bronce y mármol de línea abierta.
Bernini también realiza fuentes para embellecer Roma, como la Fuente de los cuatro ríos (Plaza Navonna) en que los ríos se representan alegóricamente con personas y la Fuente del Tritón.