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Voto de SBarrettt:
9
7,9
117.471
Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia. Infantil
Cuando su dueño Andy se prepara para ir a la universidad, el vaquero Woody, el astronauta Buzz y el resto de sus amigos juguetes comienzan a preocuparse por su incierto futuro. Efectivamente todos acaban en una guardería, donde por ejemplo la muñeca Barbie conocerá al guapo Ken. Esta reunión de nuestros amigos con otros nuevos juguetes no será sino el principio de una serie de trepidantes y divertidas aventuras. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pixar vuelve a triunfar por méritos propios con su personaje estrella y sus fieles amigos, el vaquero que debutara en 1995 abanderando uno de los avances tecnológicos de la época. Buscando a Nemo, Monsters, Cars, Los increíbles, Ratatouille o Wall-E, son algunos de los mejores trabajos de esta extraordinaria factoría.
Cada vez son más lo seres humanos adultos que disfrutan con este tipo de cine, al que no me atrevo a llamar infantil. Sin duda algo directamente relacionado con el buen producto. No podría ser de otra manera, cuando has de ver la misma película varias veces a la semana e incluso al día. Otros seres humanos adultos o semiadultos, alejados de los diminutos seres, se prestan igualmente al visionado de estas cintas, sabedores de la calidad, alegría, magia, buenos valores y positivas sensaciones que nos brindan.
Así pues, este pasado sábado me tocó disfrutar de Toy Story 3 en casa de mi madre y rodeado de mis dos sobrinos mayores, Iker, de 3 años y 5 meses y Álex, de 2 años y 8 meses, junto con mi hermano, responsable de uno de estos enanos, mi madre, responsable indirecta de los dos, nosotros dos y algún otro ejemplar humanoide como mi hermana, y una gitanuca morena que pasaba por allí e invitamos a comer.
Sobremesa, 5 de la tarde. A media reproducción, una de los seres adultos y un enano nos abandonan por fuerza mayor, el primo congénere del enano cae rendido al sueño después de un largo día como encargado y chef de un imaginario restaurante. Quedamos pues, la señora mayor (si me lee me mata), la morena pakistaní y servidor, y en ningún momento dejamos de ver la peli ni a ninguno se le ocurrió pasar a una actividad mejor a pesar de que ningún renacuajo prestaba ya atención, y de que, para la señora ama de la casa, era la segunda vez en el día y enésima la última semana. Y eso es lo que consigue este tipo de cine y Pixar en este caso.
¿No os sucede que, al término de estas divertidas historias, con los títulos de crédito finales, se os escapa un suspiro que parece hemos retenido desde los primeros minutos, sorprendidos por la emoción que nos produce meternos en la película y disfrutarla como el niño que un día fuimos y que no termina de irse?
Cada vez son más lo seres humanos adultos que disfrutan con este tipo de cine, al que no me atrevo a llamar infantil. Sin duda algo directamente relacionado con el buen producto. No podría ser de otra manera, cuando has de ver la misma película varias veces a la semana e incluso al día. Otros seres humanos adultos o semiadultos, alejados de los diminutos seres, se prestan igualmente al visionado de estas cintas, sabedores de la calidad, alegría, magia, buenos valores y positivas sensaciones que nos brindan.
Así pues, este pasado sábado me tocó disfrutar de Toy Story 3 en casa de mi madre y rodeado de mis dos sobrinos mayores, Iker, de 3 años y 5 meses y Álex, de 2 años y 8 meses, junto con mi hermano, responsable de uno de estos enanos, mi madre, responsable indirecta de los dos, nosotros dos y algún otro ejemplar humanoide como mi hermana, y una gitanuca morena que pasaba por allí e invitamos a comer.
Sobremesa, 5 de la tarde. A media reproducción, una de los seres adultos y un enano nos abandonan por fuerza mayor, el primo congénere del enano cae rendido al sueño después de un largo día como encargado y chef de un imaginario restaurante. Quedamos pues, la señora mayor (si me lee me mata), la morena pakistaní y servidor, y en ningún momento dejamos de ver la peli ni a ninguno se le ocurrió pasar a una actividad mejor a pesar de que ningún renacuajo prestaba ya atención, y de que, para la señora ama de la casa, era la segunda vez en el día y enésima la última semana. Y eso es lo que consigue este tipo de cine y Pixar en este caso.
¿No os sucede que, al término de estas divertidas historias, con los títulos de crédito finales, se os escapa un suspiro que parece hemos retenido desde los primeros minutos, sorprendidos por la emoción que nos produce meternos en la película y disfrutarla como el niño que un día fuimos y que no termina de irse?