Toy Story 3Animación
117.466
Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia. Infantil
Cuando su dueño Andy se prepara para ir a la universidad, el vaquero Woody, el astronauta Buzz y el resto de sus amigos juguetes comienzan a preocuparse por su incierto futuro. Efectivamente todos acaban en una guardería, donde por ejemplo la muñeca Barbie conocerá al guapo Ken. Esta reunión de nuestros amigos con otros nuevos juguetes no será sino el principio de una serie de trepidantes y divertidas aventuras. (FILMAFFINITY)
19 de junio de 2010
313 de 364 usuarios han encontrado esta crítica útil
El trailer no me había parecido gran cosa. De hecho, la gracia brillaba por su ausencia. De cualquier manera, sabía que la vería. El tiempo transcurre y al parecer, avanza a una velocidad que cada vez se antoja más veloz. Y llega el día, la ví en pre-estreno, como el fiel seguidor que soy de esta casa productora de animación de calidad, de eso y de el hecho de volver a mi infancia un par de horas más.
Omito prestar atención a la publicidad de media hora que se avientan, algunos trailers poco interesantes, y, por fín, llega el momento. Es normal sentirse nervioso por una cinta a la que le tienes demasiadas espectativas, de hecho tiemblo de emoción. Suena ñoño, cursi, y hasta algo tonto, pero, es algo normal en el ser humano.
"El día y la noche". Se asoma como un cortometraje entrañable y como un bonito homenaje a la animación. Buen inicio dice mi mente. Ahora viene lo bueno, o eso espero.
No, no hablaré de spoilers. De que escenas molan y cuales no. Sólo quiero dar algunas conclusiones a las que he llegado al finalizar los créditos.
"Toy Story 3" es una joya con todas las de la ley y con todas sus limitaciones comerciales. De que, al ser blockbuster este destinado a todo el público, y eso, reduzca todo lo que se nos pueda ofrecer. Cuestión de compromisos financieros al final. Que, como ya se comentó con anterioridad, Pixar nunca nos va a ofrecer un producto de sinceridad total ajeno a lo comercial. Es lo que hay. Ahora, la calidad (aunque huela a prefabricado, a vitaminas de laboratorio; aún con todos sus tópicos, lo normal) es inmensamente abrumadora, sobresale en la técnica y en el guión. Pero no es lo mejor...
Lo mejor, es que le metieron una vez más el corazón al asador. Y eso, ya dice demasiado. No puedo ser objetivo cuando algo se apodera de forma inconmesurable en mi interior. Como imágenes grabadas de modo perpetuo en mi mente. Como si hubiera un casillero destinado exclusivamente a ello. No, no puedo, no lidio, no lucho. Tan solo me dejo llevar, que sea la historia la que me de un tour de lecciones de recuerdos y nostalgia, que es lo que me interesa, aporta e importa.
Que al final, hay lágrimas, sí. Pero son gotas de agua de el resultado de materia intengible, de lo que no se aprende en escuelas.
Por eso te hago hoy, una declaración de amor. Porque lo que me enseñas no consigo olvidarlo. Porque me haces ser una mejor persona. Por la capacidad de asombro. Y por esos sueños, y por esos viajes, y por esas ilusiones...
Que diablos...
Omito prestar atención a la publicidad de media hora que se avientan, algunos trailers poco interesantes, y, por fín, llega el momento. Es normal sentirse nervioso por una cinta a la que le tienes demasiadas espectativas, de hecho tiemblo de emoción. Suena ñoño, cursi, y hasta algo tonto, pero, es algo normal en el ser humano.
"El día y la noche". Se asoma como un cortometraje entrañable y como un bonito homenaje a la animación. Buen inicio dice mi mente. Ahora viene lo bueno, o eso espero.
No, no hablaré de spoilers. De que escenas molan y cuales no. Sólo quiero dar algunas conclusiones a las que he llegado al finalizar los créditos.
"Toy Story 3" es una joya con todas las de la ley y con todas sus limitaciones comerciales. De que, al ser blockbuster este destinado a todo el público, y eso, reduzca todo lo que se nos pueda ofrecer. Cuestión de compromisos financieros al final. Que, como ya se comentó con anterioridad, Pixar nunca nos va a ofrecer un producto de sinceridad total ajeno a lo comercial. Es lo que hay. Ahora, la calidad (aunque huela a prefabricado, a vitaminas de laboratorio; aún con todos sus tópicos, lo normal) es inmensamente abrumadora, sobresale en la técnica y en el guión. Pero no es lo mejor...
Lo mejor, es que le metieron una vez más el corazón al asador. Y eso, ya dice demasiado. No puedo ser objetivo cuando algo se apodera de forma inconmesurable en mi interior. Como imágenes grabadas de modo perpetuo en mi mente. Como si hubiera un casillero destinado exclusivamente a ello. No, no puedo, no lidio, no lucho. Tan solo me dejo llevar, que sea la historia la que me de un tour de lecciones de recuerdos y nostalgia, que es lo que me interesa, aporta e importa.
Que al final, hay lágrimas, sí. Pero son gotas de agua de el resultado de materia intengible, de lo que no se aprende en escuelas.
Por eso te hago hoy, una declaración de amor. Porque lo que me enseñas no consigo olvidarlo. Porque me haces ser una mejor persona. Por la capacidad de asombro. Y por esos sueños, y por esos viajes, y por esas ilusiones...
Que diablos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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21 de julio de 2010
206 de 233 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta de lo más complicado encontrar trilogías en las que las tres películas sean de altísima calidad. Indiana Jones es, en mi humilde opinión, el mejor exponente (hasta que se convirtió en tetralogía, claro). Después me vienen a la cabeza producciones como El padrino o Star Wars (los episodios cuarto, quinto y sexto, evidentemente) y, aunque son películas que me fascinan, en ambos casos el film que cerraba la trilogía era inferior (que no malo) en relación a las otras dos. Por no hablar de Supermán 3, Spiderman 3 o Alien 3, películas de una calidad tan baja que llegaron a considerarse insultantes por algunos de sus seguidores.
En el mundo de la animación, en sagas como Shrek o Ice Age hemos visto terceras partes que no hacían justicia a sus predecesoras. Y cómo no, tenían que ser los chicos de Pixar los que volvieran a dar el do de pecho en una de sus producciones, completando la que posiblemente sea mejor trilogía de animación de todos los tiempos: Toy Story.
En la primera parte vimos la presentación de unos personajes maravillosos, que corrían una gran aventura por culpa de los celos. En la segunda, acción, humor y profundidad de guión aumentaron, de forma que muchos la consideramos incluso superior a la original. Y en esta tercera, se ha conseguido el más difícil todavía, con un peliculón que difícilmente podremos olvidar.
La sesión comienza con el clásico corto de Pixar, que en esta ocasión juega maravillosamente con el 3D confrontando el día con la noche (seguro que más de uno ha sonreído al recordar la última película de Tom Cruise). Desafortunadamente (por poner algún "pero" a esta producción) las tres dimensiones apenas si se notan en el resto del metraje, de forma que parecen una mera excusa para que el espectador pague dos euros de más.
Entrando ya de lleno en el cierre de esta maravillosa trilogía, en el primer tramo, al igual que en Toy Story 2, vemos una fascinante aventura inicial a modo de prólogo, que demuestra que la imaginación de un niño es muy superior a cualquier video-juego, por potente y moderno que éste sea. Después llega el relato propiamente dicho, en el que observaremos una clara evolución de todos los personajes hacia la madurez: el niño Andy ya es un universitario y recordará con nostalgia y ternura su infancia; algo parecido sucederá con todos los juguetes, cada vez mejor definidos, capaces de aceptar su destino de una manera encomiable, propia de seres maravillosos y eternos.
La parte central de la trama es un inteligente homenaje a La gran evasión. Los protagonistas deberán escapar de una guardería que parece una prisión de guerra, para lo cual deberán elaborar un plan que tiene ciertas reminiscencias con la película en cuestión. Hay más guiños cinematográficos (Indiana Jones y Star Wars parecen ser los favoritos de los responsables de esta saga) con los que el cinéfilo irá disfrutando a lo largo de toda la película.
(Sigo en spoiler por falta de espacio)
En el mundo de la animación, en sagas como Shrek o Ice Age hemos visto terceras partes que no hacían justicia a sus predecesoras. Y cómo no, tenían que ser los chicos de Pixar los que volvieran a dar el do de pecho en una de sus producciones, completando la que posiblemente sea mejor trilogía de animación de todos los tiempos: Toy Story.
En la primera parte vimos la presentación de unos personajes maravillosos, que corrían una gran aventura por culpa de los celos. En la segunda, acción, humor y profundidad de guión aumentaron, de forma que muchos la consideramos incluso superior a la original. Y en esta tercera, se ha conseguido el más difícil todavía, con un peliculón que difícilmente podremos olvidar.
La sesión comienza con el clásico corto de Pixar, que en esta ocasión juega maravillosamente con el 3D confrontando el día con la noche (seguro que más de uno ha sonreído al recordar la última película de Tom Cruise). Desafortunadamente (por poner algún "pero" a esta producción) las tres dimensiones apenas si se notan en el resto del metraje, de forma que parecen una mera excusa para que el espectador pague dos euros de más.
Entrando ya de lleno en el cierre de esta maravillosa trilogía, en el primer tramo, al igual que en Toy Story 2, vemos una fascinante aventura inicial a modo de prólogo, que demuestra que la imaginación de un niño es muy superior a cualquier video-juego, por potente y moderno que éste sea. Después llega el relato propiamente dicho, en el que observaremos una clara evolución de todos los personajes hacia la madurez: el niño Andy ya es un universitario y recordará con nostalgia y ternura su infancia; algo parecido sucederá con todos los juguetes, cada vez mejor definidos, capaces de aceptar su destino de una manera encomiable, propia de seres maravillosos y eternos.
La parte central de la trama es un inteligente homenaje a La gran evasión. Los protagonistas deberán escapar de una guardería que parece una prisión de guerra, para lo cual deberán elaborar un plan que tiene ciertas reminiscencias con la película en cuestión. Hay más guiños cinematográficos (Indiana Jones y Star Wars parecen ser los favoritos de los responsables de esta saga) con los que el cinéfilo irá disfrutando a lo largo de toda la película.
(Sigo en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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22 de julio de 2010
173 de 189 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Toy Story" fue la primera película que vi en el cine, y también una de las causantes de mi pasión por esa forma de hacer cine que responde al nombre de "animación". Pixar estaba detrás de aquella maravilla que con el paso del tiempo no sólo no envejece sino que gana en matices, que sigue sorprendiendo por su estructura sólida y su nivel técnico, aún hoy asombroso. Fue una pena que su secuela, la más que buena "Toy Story 2", no mantuviese un nivel tan, tan alto como la original. En el mundo del cine hay historias así a patadas: segundas partes que no superan a las originales. Raro es que ocurra lo contrario... a la cabeza se me vienen "El Padrino II" y "The Dark Knight". Poco más. Lo que es inaudito es que una tercera parte sea la mejor, o casi, de una trilogía. Pero Pixar, una vez más, está dispuesta a romper barreras y a conseguir lo inimaginable.
El pequeño fiasco de "Cars" llevó al estudio a una fase de búsqueda de identidad, de crear historias diferentes, más cercanas, humanas por así decirlo. De esta ambición nacieron "Ratatouille", "Wall•E" y "Up". Probablemente las mejores películas de sus respectivos años. "Toy Story 3" hermana esta forma de hacer cine, más cercano, humilde, con una de las mejores franquicias de la historia del cine. Y menuda forma de hacerlo. Comedia, thriller, intriga, cine carcelario, unas pequeñas pinceladas de terror y emoción, rabia, pasión. Todo unido en una mezcla inquebrantable, digna del mejor estudio de animación de la actualidad y probablemente (junto a Ghibli) el menos irregular de toda la historia. ¿Qué tiene "Toy Story 3" que la haga tan especial? En primer lugar, las ideas clarísimas. Lee Unkrich, que debuta en solitario tras las cámaras, insufla a TS3 de una energía sin igual. Volvemos a sentir como nuestros a Woody, Buzz y el resto de la pandilla de juguetes.
Y ya desde el prólogo, que es (sin dar muchas vueltas) una de las mejores secuencias de acción de la historia de la animación. Dinámico, emocionante e imaginativo, posee todas las características de los grandes trabajos. Y apenas dura unos minutos, que siguen con vídeos caseros de la infancia de Andy y el tema principal de la trilogía, "Hay un amigo en mí". Diez minutos y ya tengo los ojos encharcados. Lo que sigue es un más de lo mismo: diversión, emoción... decir más de "Toy Story 3" y de sus excelencias es innecesario. Quien haya visto las dos anteriores sabrá a lo que atenerse y, quien no, debería solucionar ese vacío cuanto antes. Un portentoso dominio de la técnica cinematográfica, la narración y al forma de presentar y desarrollar personajes, secuencias memorables, nuevos personajes tan carismáticos como los originales y guiños y homenajes a tantas cosas que es imposible enumerarlas.
(sigue más abajo, sin spoilers de ningún tipo)
El pequeño fiasco de "Cars" llevó al estudio a una fase de búsqueda de identidad, de crear historias diferentes, más cercanas, humanas por así decirlo. De esta ambición nacieron "Ratatouille", "Wall•E" y "Up". Probablemente las mejores películas de sus respectivos años. "Toy Story 3" hermana esta forma de hacer cine, más cercano, humilde, con una de las mejores franquicias de la historia del cine. Y menuda forma de hacerlo. Comedia, thriller, intriga, cine carcelario, unas pequeñas pinceladas de terror y emoción, rabia, pasión. Todo unido en una mezcla inquebrantable, digna del mejor estudio de animación de la actualidad y probablemente (junto a Ghibli) el menos irregular de toda la historia. ¿Qué tiene "Toy Story 3" que la haga tan especial? En primer lugar, las ideas clarísimas. Lee Unkrich, que debuta en solitario tras las cámaras, insufla a TS3 de una energía sin igual. Volvemos a sentir como nuestros a Woody, Buzz y el resto de la pandilla de juguetes.
Y ya desde el prólogo, que es (sin dar muchas vueltas) una de las mejores secuencias de acción de la historia de la animación. Dinámico, emocionante e imaginativo, posee todas las características de los grandes trabajos. Y apenas dura unos minutos, que siguen con vídeos caseros de la infancia de Andy y el tema principal de la trilogía, "Hay un amigo en mí". Diez minutos y ya tengo los ojos encharcados. Lo que sigue es un más de lo mismo: diversión, emoción... decir más de "Toy Story 3" y de sus excelencias es innecesario. Quien haya visto las dos anteriores sabrá a lo que atenerse y, quien no, debería solucionar ese vacío cuanto antes. Un portentoso dominio de la técnica cinematográfica, la narración y al forma de presentar y desarrollar personajes, secuencias memorables, nuevos personajes tan carismáticos como los originales y guiños y homenajes a tantas cosas que es imposible enumerarlas.
(sigue más abajo, sin spoilers de ningún tipo)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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24 de julio de 2010
130 de 181 usuarios han encontrado esta crítica útil
Odio la saga “Toy Story” pero un mensaje, con un escueto texto «CINE PROYECCIONES 11:30», me confirmaba que me habían invitado a verla en su preestreno.
¿Quién podría decirme que en la recta final de “Toy Story 3” tendría los ojos al borde del vómito de lágrimas y mi labio inferior tembloroso por la emoción contenida? Unos juguetes inertes estaban atravesando mi bastardo corazón pero en esa sala los únicos que nos reíamos, gritábamos y nos emocionábamos éramos los mayores. Auque el drama real era provocado por el pegajoso suelo. ¡Al parecer la sala no había sido limpiada! Desconozco qué se derramó la noche anterior pero su contacto provocaba una adhesión repulsiva y puedo aseverar que “Toy Story 3” ha sido la primera película que me ‘elevó’ del suelo durante todo su metraje.
El filme de Lee Unkrich es lo más emocionante, en formato largo, que he visto de Pixar junto a “Up”. No es que sea original porque simplemente traslada, como hizo anteriormente, el universo humano al entorno de los juguetes… pero se forman, en esa desbordante eternidad de los mismos y su miedo a la extinción, los elementos básicos para captar mi atención y admiración.
La creación de Pixar se convierte en una utopía digi-plástica-fordiana. Desde el western inicial con retazos y explosiones de imaginación hiperbólica, pasando a un drama crepuscular y una revisión descacharrante desde “Frankenstein” a “Prison Break” en una guardería que parece un cruce de Pleasant Valley y Guantánamo.
Incluye la historia de amor más imposible del cine contemporáneo: él lleva fular y es un fashion victim afeminado; ella lleva calentadores y no ha salido todavía de una depresión provocada por una ruptura con su anterior pareja, una niña de doce años que le dejó tirada por la ávida lectura del Super Pop. Ambos son asexuales (y castrados de fábrica al ser juguetes infantiles) y esperan un taladro o un apéndice plástico que dote de otro tipo de vida a sus caderas.
Todos sus personajes se enfrentan a un terrible punto de giro en su aparente eternidad. Su destino, al no envejecer, supone un contrapunto para el objeto de su creación y pasa por ser objeto de subasta en eBay, guardados en un polvoriento baúl a modo de sepulcro eterno o ser las estrellas de una orgía infantil que les despiece y les arrebate su plástica vida. Todo su despliegue conforma una perversa genialidad de puras fragancias aterradoras para un engañado público infantil que se verá adherido por sus multitudinarios colores. Porque “Toy Story 3” confirma la madurez de Pixar y el ascenso de ese suelo pegajoso llamado Disney. Pienso en esos instantes tan dramáticos y aterradores, donde los juguetes se enfrentan a una salpicadura de emociones que desconocían, y se aferran a una vida donde lo inerte da paso a lo perenne.
Me pregunto si alguien hablará de nosotros cuando hayamos muerto. De los protagonistas de “Toy Story 3” seguro. Cómo odio la saga “Toy Story”.
¿Quién podría decirme que en la recta final de “Toy Story 3” tendría los ojos al borde del vómito de lágrimas y mi labio inferior tembloroso por la emoción contenida? Unos juguetes inertes estaban atravesando mi bastardo corazón pero en esa sala los únicos que nos reíamos, gritábamos y nos emocionábamos éramos los mayores. Auque el drama real era provocado por el pegajoso suelo. ¡Al parecer la sala no había sido limpiada! Desconozco qué se derramó la noche anterior pero su contacto provocaba una adhesión repulsiva y puedo aseverar que “Toy Story 3” ha sido la primera película que me ‘elevó’ del suelo durante todo su metraje.
El filme de Lee Unkrich es lo más emocionante, en formato largo, que he visto de Pixar junto a “Up”. No es que sea original porque simplemente traslada, como hizo anteriormente, el universo humano al entorno de los juguetes… pero se forman, en esa desbordante eternidad de los mismos y su miedo a la extinción, los elementos básicos para captar mi atención y admiración.
La creación de Pixar se convierte en una utopía digi-plástica-fordiana. Desde el western inicial con retazos y explosiones de imaginación hiperbólica, pasando a un drama crepuscular y una revisión descacharrante desde “Frankenstein” a “Prison Break” en una guardería que parece un cruce de Pleasant Valley y Guantánamo.
Incluye la historia de amor más imposible del cine contemporáneo: él lleva fular y es un fashion victim afeminado; ella lleva calentadores y no ha salido todavía de una depresión provocada por una ruptura con su anterior pareja, una niña de doce años que le dejó tirada por la ávida lectura del Super Pop. Ambos son asexuales (y castrados de fábrica al ser juguetes infantiles) y esperan un taladro o un apéndice plástico que dote de otro tipo de vida a sus caderas.
Todos sus personajes se enfrentan a un terrible punto de giro en su aparente eternidad. Su destino, al no envejecer, supone un contrapunto para el objeto de su creación y pasa por ser objeto de subasta en eBay, guardados en un polvoriento baúl a modo de sepulcro eterno o ser las estrellas de una orgía infantil que les despiece y les arrebate su plástica vida. Todo su despliegue conforma una perversa genialidad de puras fragancias aterradoras para un engañado público infantil que se verá adherido por sus multitudinarios colores. Porque “Toy Story 3” confirma la madurez de Pixar y el ascenso de ese suelo pegajoso llamado Disney. Pienso en esos instantes tan dramáticos y aterradores, donde los juguetes se enfrentan a una salpicadura de emociones que desconocían, y se aferran a una vida donde lo inerte da paso a lo perenne.
Me pregunto si alguien hablará de nosotros cuando hayamos muerto. De los protagonistas de “Toy Story 3” seguro. Cómo odio la saga “Toy Story”.
22 de julio de 2010
72 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Toy Story nace la productora que ha revolucionado el cine: Pixar. Tienen talento, tienen ganas de hacerlo bien y se preocupan meticulosa mente en cada una de sus películas por mejorar. Siempre pretenden innovar, mejorar lo anterior. Y eso solo se puede llamar de una manera: amor al cine.
Toy Story 3 se aleja de las dos anteriores , como vemos que se va alejando poco a poco de lo mero infantil, para abarcar un público mas amplio. El de todos los públicos. Porque ha logrado innovar una vez mas creando un género nuevo, que no tiene nombre y es el de hacer películas donde en una sala de cine se vean todas las generaciones posibles disfrutando por igual. Es una película de aventuras,de suspense, una comedia, un drama, con homenajes a superhéroes y a héroes de la cinematografía, es cruel a la par que divertida, infantil a la par que seria. Y todo esto metido en una película de animación.
Quienes hayan crecido con esta saga, se pueden sentir orgullosos. Porque los clásicos nunca mueren ni con el paso del tiempo. Y toy Story es ya un clásico del cine.
Toy Story 3 se aleja de las dos anteriores , como vemos que se va alejando poco a poco de lo mero infantil, para abarcar un público mas amplio. El de todos los públicos. Porque ha logrado innovar una vez mas creando un género nuevo, que no tiene nombre y es el de hacer películas donde en una sala de cine se vean todas las generaciones posibles disfrutando por igual. Es una película de aventuras,de suspense, una comedia, un drama, con homenajes a superhéroes y a héroes de la cinematografía, es cruel a la par que divertida, infantil a la par que seria. Y todo esto metido en una película de animación.
Quienes hayan crecido con esta saga, se pueden sentir orgullosos. Porque los clásicos nunca mueren ni con el paso del tiempo. Y toy Story es ya un clásico del cine.
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