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Críticas ordenadas por utilidad
Serie
2017
Álex Pina (Creador), Jesús Colmenar ...
26 de noviembre de 2017
127 de 208 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece bien que las series de televisión españolas arriesguen con productos que entren de lleno en el thriller o la acción. Este es el caso de "La casa de papel", una ficción de ATRESMEDIA compuesta de quince episodios en dos temporadas, duración muy razonable, que narra el asalto a la Fábrica de Moneda y Timbre con el objetivo de realizar el mayor atraco del siglo. La idea es original, la puesta en escena no es mala y por momentos consigue ser más o menos estresante. Ahora bien a medida que pasan los minutos este cuadro empieza a deshilacharse, las tramas se estiran con demasiados giros sentimentales, situaciones absurdas (algunos tiroteos dan risa), personajes que no se sabe a dónde van, como es el caso de Alison Parker (una no obstante atractiva María Pedraza), totalmente difuminada hasta desaparecer del guión, y comportamientos delirantemente improcedentes, dada la situación. Por ejemplo, en momentos de máximo tensión actuar con toda la parsimonia del mundo mientras hacen planes de qué van a hacer con el dinero que se va a llevar cada uno.
La conclusión es que prácticamente todos los personajes te irritan o te caen mal. La inspectora "quemada" Raquel Murillo (Itziar Ituño), a la que el caso le viene realmente grande, los ladrones, entre histéricas, idiotas, psicópatas, chonis y pillados de la cabeza, y hasta los rehenes. Pero al menos "La casa de papel" tiene un gran, gran personaje con el que rápidamente empatizas, el Profesor (Álvaro Morte), el único responsable de que el robo pueda acabar bien. Por desgracia tiene que lidiar con los inútiles del interior del edificio que no paran de cometer errores gravísimos, bolas de partido que el Profesor tiene que salvar de modo agónico. La conclusión es que uno lo que quiere es que detengan a estos aprendices de ladrón pero que el Profesor se salve pero a ver cómo van a cuadrar la ecuación (SPOILER). Por otro lado, el intento de hacer pasar un vulgar atraco como un acto de rebeldía social contra los pérfidos bancos, hasta el punto de ganarse a la opinión pública y hasta algunos miembros del cuerpo de seguridad, es que da hasta rabia, con hipocresías y trucos incluidos.
La conclusión es que prácticamente todos los personajes te irritan o te caen mal. La inspectora "quemada" Raquel Murillo (Itziar Ituño), a la que el caso le viene realmente grande, los ladrones, entre histéricas, idiotas, psicópatas, chonis y pillados de la cabeza, y hasta los rehenes. Pero al menos "La casa de papel" tiene un gran, gran personaje con el que rápidamente empatizas, el Profesor (Álvaro Morte), el único responsable de que el robo pueda acabar bien. Por desgracia tiene que lidiar con los inútiles del interior del edificio que no paran de cometer errores gravísimos, bolas de partido que el Profesor tiene que salvar de modo agónico. La conclusión es que uno lo que quiere es que detengan a estos aprendices de ladrón pero que el Profesor se salve pero a ver cómo van a cuadrar la ecuación (SPOILER). Por otro lado, el intento de hacer pasar un vulgar atraco como un acto de rebeldía social contra los pérfidos bancos, hasta el punto de ganarse a la opinión pública y hasta algunos miembros del cuerpo de seguridad, es que da hasta rabia, con hipocresías y trucos incluidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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26 de julio de 2014
54 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un presupuesto mínimo, 10.000 dólares, y una película rodada entre amigos en tres semanas nos da como resultado un churro. Su único mérito, salvo algunos detalles en la dirección o la banda sonora, es que es la pionera en este género del terror adolescente que tantos imitadores ha tenido, si bien "La matanza de Texas", que según recuerdo era mejor que ésta, es de 1974, aunque no sé si es que tiene otra estructura para que no se la catalogue así. El caso es que "La noche de Halloween" logró colarse en el top ten de las más taquilleras de los Estados Unidos, cosa que no ha logrado ninguna de las franquicias de "Viernes 13", "Pesadilla en Elm Street" o "Scream" y sin embargo, un buen puñado de ellas las superan ampliamente. Una vez más, la primera paga la novatada de meterse en un camino tan poco explorado, empezando por un argumento excesivamente limitado, sencillo y carente de intriga. Sabemos quién es el asesino así que nos pasamos 93 minutos viendo como estas jóvenes hacen el ganso. Al final no sabemos ni siquiera porqué mata. Pero eso sí, hay sorpresa última (SPOILER).
La ridícula escena de la fuga del psiquiátrico es toda una declaración de intenciones. Poco funciona. Por ejemplo el casting, con amigas de instituto de 27 y 28 años de edad. Con Jamie Lee Curtis forman un trío poco agraciado hasta el punto que te deja indiferente si las matan o no. Sólo sientes preocupación por la nena, Lindsey, (Kyle Richards), vaya que le hagan algo. Capítulo aparte es la estupidez de los personajes. Por ejemplo, la protagonista es tan boba que ha visto al merodeador, le ha asustado pero luego se olvida y ni se lo dice al sheriff. Luego al final hace más tonterías. El doctor tampoco demuestra mucho seso manteniendo el secreto. Y la policía, se luce. El coche está aparcado por ahí, y en todo el día ¡ni siquiera lo ven! El malo tampoco se queda atrás, decidiendo matar a X justo cuando está al teléfono, para que el interlocutor se entere. El hombre es fuerte pero muy lento. Observad lo que tarda en cruzar una cocina. Aunque para veloces los encuentros sexuales, que duran ¡segundos! En conclusión, como los personajes no se toman en serio la situación, los espectadores nos la tomamos a risa.
La ridícula escena de la fuga del psiquiátrico es toda una declaración de intenciones. Poco funciona. Por ejemplo el casting, con amigas de instituto de 27 y 28 años de edad. Con Jamie Lee Curtis forman un trío poco agraciado hasta el punto que te deja indiferente si las matan o no. Sólo sientes preocupación por la nena, Lindsey, (Kyle Richards), vaya que le hagan algo. Capítulo aparte es la estupidez de los personajes. Por ejemplo, la protagonista es tan boba que ha visto al merodeador, le ha asustado pero luego se olvida y ni se lo dice al sheriff. Luego al final hace más tonterías. El doctor tampoco demuestra mucho seso manteniendo el secreto. Y la policía, se luce. El coche está aparcado por ahí, y en todo el día ¡ni siquiera lo ven! El malo tampoco se queda atrás, decidiendo matar a X justo cuando está al teléfono, para que el interlocutor se entere. El hombre es fuerte pero muy lento. Observad lo que tarda en cruzar una cocina. Aunque para veloces los encuentros sexuales, que duran ¡segundos! En conclusión, como los personajes no se toman en serio la situación, los espectadores nos la tomamos a risa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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28 de agosto de 2012
68 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atención, porque estamos ante la mejor obra de ciencia ficción-acción-extraterrestres (o las tres cosas por separado) de toda la historia del cine. Aunque por lo que se ve, "Alien, el octavo pasajero" tiene más reconocimiento que esta segunda entrega, "Aliens: el regreso". Y hasta puede que sea mejor la original, no lo discuto. Pero sabéis qué os digo: que quiero a esta película. Su visionado me produce una serie de extraños síntomas que no logra transmitirme la anterior: me pongo nervioso, tengo un cosquilleo en el estómago, me sudan las manos y el corazón me late a mil por hora. No cabe duda, estoy enamorado de "Aliens: el regreso".
Hay que reconocer que el listón lo había dejado muy alto Ridley Scott con su trabajo pero James Cameron, cambiando el tono de la obra, logró crear una película diferente y más atractiva, aún si cabe. De hecho, hizo bien decantándose por la acción pura y dura, aunque no exenta de miedo, pues el misterio y el terror de la primera entrega era prácticamente imposible de superar. A estas alturas todos conocíamos al monstruo y para ponernos de los nervios no se le ocurrió otra cosa mejor al director que embarcarnos en una aventura de lo más atrayente en la que lidiar con cientos de ellos.
Decir por qué "Aliens: el regreso" es una de las obras cumbre del cine, y no sólo de acción, resulta, no complicado, pero si largo de explicar porque cuando una película raya la perfección, lo hace en todas sus facetas. Concretamente Cameron consigue crear gracias a la historia, al escenario escogido, al empleo de la luz roja o la oscuridad, a los personajes, a los espacios cerrados, a la forma de rodar, al mantenimiento constante de la tensión, al dinamismo de las secuencias y a otros recursos, una acción de un nivel de estrés realmente inaguantable, prácticamente desde que llegan a la colonia. Concretamente la larga secuencia en la que tienen que emplear la luz roja de emergencia es realmente alucinante, insuperable, la mejor de todas las que se han filmado a lo largo de la historia.
"Aliens: el regreso" es sobre todo acción, pero acción muy inteligente. Por ejemplo, el grado de realismo (en las armas, en la forma de actuar los marines, en las reacciones humanas, etc.) es máximo lo que hace que toda la película sea muy creíble. En este sentido los efectos especiales son extraordinarios, los mejores que he visto. Esos aliens están perfectamente hechos. Pero es que encima la acción está concebida de tal modo que uno siente el vértigo del peligro durante prácticamente todo el metraje, como si en cualquier momento pudiera morir cualquiera de nuestros héroes. Y es que prácticamente todas las secuencias de riesgo, incluidos las falsas alarmas, están hechas con tal habilidad, que es imposible salir de la taquicardia en la que se encuentra uno. Por si fuera poco la ambientación, toda la parte del inicio, los tejemanejes de la empresa o la situación de los colonos, en cierto modo, todo está enfocado, y lo consigue, para meter tensión, para ir cargando el ambiente en vistas a la "explosión" que va a ocurrir cuando lleguen al planeta.
Del mismo modo el grupo que rodea a la teniente Ripley es de lo más atractivo que recuerdo, cada uno a su manera: la propia Ripley (Sigourney Weaver), mezcla perfecta de feminidad y masculinidad; la niña (Carrie Henn), la auténtica heroína de la película por la proeza que realiza; Hicks (Michael Biehn), valiente, protector y con la ternura suficiente como para enamorar a cualquier mujer; y, quién me lo iba a decir a mí, la mejor de todas, Private Jenette Vasquez (Jenette Goldstein). Yo, que despotrico constantemente contra las mujeres masculinas, desde que era niño no he dejado de admirar Vasquez, creo que la mejor heroína (con permiso de Ripley) de la historia del cine. ¡Menuda máquina! De diez, en todos los sentidos, la parte en los tubos de ventilación con Goldam (William Hope).
Hay que reconocer que el listón lo había dejado muy alto Ridley Scott con su trabajo pero James Cameron, cambiando el tono de la obra, logró crear una película diferente y más atractiva, aún si cabe. De hecho, hizo bien decantándose por la acción pura y dura, aunque no exenta de miedo, pues el misterio y el terror de la primera entrega era prácticamente imposible de superar. A estas alturas todos conocíamos al monstruo y para ponernos de los nervios no se le ocurrió otra cosa mejor al director que embarcarnos en una aventura de lo más atrayente en la que lidiar con cientos de ellos.
Decir por qué "Aliens: el regreso" es una de las obras cumbre del cine, y no sólo de acción, resulta, no complicado, pero si largo de explicar porque cuando una película raya la perfección, lo hace en todas sus facetas. Concretamente Cameron consigue crear gracias a la historia, al escenario escogido, al empleo de la luz roja o la oscuridad, a los personajes, a los espacios cerrados, a la forma de rodar, al mantenimiento constante de la tensión, al dinamismo de las secuencias y a otros recursos, una acción de un nivel de estrés realmente inaguantable, prácticamente desde que llegan a la colonia. Concretamente la larga secuencia en la que tienen que emplear la luz roja de emergencia es realmente alucinante, insuperable, la mejor de todas las que se han filmado a lo largo de la historia.
"Aliens: el regreso" es sobre todo acción, pero acción muy inteligente. Por ejemplo, el grado de realismo (en las armas, en la forma de actuar los marines, en las reacciones humanas, etc.) es máximo lo que hace que toda la película sea muy creíble. En este sentido los efectos especiales son extraordinarios, los mejores que he visto. Esos aliens están perfectamente hechos. Pero es que encima la acción está concebida de tal modo que uno siente el vértigo del peligro durante prácticamente todo el metraje, como si en cualquier momento pudiera morir cualquiera de nuestros héroes. Y es que prácticamente todas las secuencias de riesgo, incluidos las falsas alarmas, están hechas con tal habilidad, que es imposible salir de la taquicardia en la que se encuentra uno. Por si fuera poco la ambientación, toda la parte del inicio, los tejemanejes de la empresa o la situación de los colonos, en cierto modo, todo está enfocado, y lo consigue, para meter tensión, para ir cargando el ambiente en vistas a la "explosión" que va a ocurrir cuando lleguen al planeta.
Del mismo modo el grupo que rodea a la teniente Ripley es de lo más atractivo que recuerdo, cada uno a su manera: la propia Ripley (Sigourney Weaver), mezcla perfecta de feminidad y masculinidad; la niña (Carrie Henn), la auténtica heroína de la película por la proeza que realiza; Hicks (Michael Biehn), valiente, protector y con la ternura suficiente como para enamorar a cualquier mujer; y, quién me lo iba a decir a mí, la mejor de todas, Private Jenette Vasquez (Jenette Goldstein). Yo, que despotrico constantemente contra las mujeres masculinas, desde que era niño no he dejado de admirar Vasquez, creo que la mejor heroína (con permiso de Ripley) de la historia del cine. ¡Menuda máquina! De diez, en todos los sentidos, la parte en los tubos de ventilación con Goldam (William Hope).
24 de febrero de 2013
54 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está, junto a "Pesadilla en Elm Street" y "Alien" fueron las películas que más miedo me hicieron pasar de niño. Pero la que más, "El Exorcista". La razón es obvia. Si el demonio existe, y para el que tiene ciertas creencias religiosas esto es evidente, ¿qué impide que entre en tu cuerpo? Además, el propio trabajo de William Friedkin está basado en un caso real, ocurrido en 1949, esta vez, con un niño de protagonista. Confieso que durante unos días estuve atenazado por ese temor a ser presa del maligno. El éxito de este gran clásico de terror reside en que nunca antes, ni tampoco después, se había llevado a la gran pantalla con tal grado de realismo, austeridad y rudeza el poder del diablo. Comprendo el alboroto que se montó en 1973, los desmayos, ataques de nervios y el pánico desatado en un público acostumbrado, a lo sumo, a lo liviano de "La semilla del Diablo". Es cierto que hoy día, con tanto que hemos visto, las veces que la han repetido y hasta las parodias que se han hecho, miedo no pasa uno pero aún así sigue siendo inquietante. Y si uno recuerda lo que experimentó años atrás, no te digo.
Es obvio que "El exorcista" tiene su punto fuerte en la posesión diabólica de una adolescente, Reagan (Linda Blair). Sin embargo, la película no funcionaría igual sin la tensión in crescendo que se va acumulando, ese extraño inicio en una excavación de Irak, el tono denso y desesperado que la impregna o esa presencia de lo maldito que afectó hasta el propio rodaje. Leyendas hay muchas al respecto pero lo que sí es cierto que el actor Jack MacGowran, el del "Baile de los Vampiros", falleció antes del estreno. Los sucesos extraños llegaron a tal nivel que el director llamó a un sacerdote para que bendijera a todo el equipo. Sea como fuere, otros puntos fuertes de "El Exorcista" son el tratamiento de los personajes, la impresionante música de Mike Oldfield o la crítica al rumbo de la iglesia católica. Sobre este punto, diría que la película supone un duro revés a lo propugnado tras el Concilio Vaticano II. Es precisamente el racionalismo, la ciencia a la que se acoge el padre Karras (Jason Miller) la que le hace perder la fe. En cambio, la terrible presencia del demonio devuelve lo sagrado al centro de la religión.
Es obvio que "El exorcista" tiene su punto fuerte en la posesión diabólica de una adolescente, Reagan (Linda Blair). Sin embargo, la película no funcionaría igual sin la tensión in crescendo que se va acumulando, ese extraño inicio en una excavación de Irak, el tono denso y desesperado que la impregna o esa presencia de lo maldito que afectó hasta el propio rodaje. Leyendas hay muchas al respecto pero lo que sí es cierto que el actor Jack MacGowran, el del "Baile de los Vampiros", falleció antes del estreno. Los sucesos extraños llegaron a tal nivel que el director llamó a un sacerdote para que bendijera a todo el equipo. Sea como fuere, otros puntos fuertes de "El Exorcista" son el tratamiento de los personajes, la impresionante música de Mike Oldfield o la crítica al rumbo de la iglesia católica. Sobre este punto, diría que la película supone un duro revés a lo propugnado tras el Concilio Vaticano II. Es precisamente el racionalismo, la ciencia a la que se acoge el padre Karras (Jason Miller) la que le hace perder la fe. En cambio, la terrible presencia del demonio devuelve lo sagrado al centro de la religión.
6 de noviembre de 2012
55 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no nos conociéramos, me quedaría alucinado al ver que esta "James Bond contra Goldfinger" supera en puntuación y en críticas positivas al resto de entregas de la popular saga. Precisamente ésta, la más floja de Sean Connery, si no fuera por los adefesios que la siguieran, una película llena de momentos absurdos, de chicas guapas de quita y pon, cuya única función es amenizar la velada de James Bond, de una historia que se estira de un modo ridículo, de una serie de paridas para ir saliendo de las complicaciones en las que se halla nuestro héroe y hasta de una cantidad de rarezas estrambóticas como lo del ejército de pilotos mujeres al servicio de Goldfinger o la vieja con metralleta. Para detalles más concretos, consultar el SPOILER.
Lo peor de todo es que se ve que al espectador precisamente es esto lo que le gusta. Después de dos intentos dignos, "Agente 007 contra el Dr. No" y "Desde Rusia con Amor", Guy Hamilton inicia con esta película la etapa más hortera y frívola del famoso 007, camino que daría sus peores frutos con Roger Moore. Mucho invento, unas chicas detrás de otras, malos excéntricos, extravagancias varias, guión de lo más tonto, torpeza a la hora de desarrollas las secuencias y exotismo variado. Pero en el fondo, lucimiento personal constante de Bond. Pues en vez de rechazar este menjunje completamente superficial, falto de inteligencia y hasta de coherencia, veo más alabanzas que nunca. Si es que las cosas, cuando degeneran, es que degeneran.
Lo peor de todo es que se ve que al espectador precisamente es esto lo que le gusta. Después de dos intentos dignos, "Agente 007 contra el Dr. No" y "Desde Rusia con Amor", Guy Hamilton inicia con esta película la etapa más hortera y frívola del famoso 007, camino que daría sus peores frutos con Roger Moore. Mucho invento, unas chicas detrás de otras, malos excéntricos, extravagancias varias, guión de lo más tonto, torpeza a la hora de desarrollas las secuencias y exotismo variado. Pero en el fondo, lucimiento personal constante de Bond. Pues en vez de rechazar este menjunje completamente superficial, falto de inteligencia y hasta de coherencia, veo más alabanzas que nunca. Si es que las cosas, cuando degeneran, es que degeneran.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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