Ma Belle, My Beauty

No comprendo cómo esta película muy menor ha ganado un premio importante en Sundance. Se trata de una producción estadounidense de apenas 93 minutos. Al principio es un engolado reportaje turístico de la Provenza y del Slow Life mediterráneo.
Está muy enfocado para el público de USA contrastando continuamente la cultura americana de la prisa y la eficiencia con la cultura latina del Slow living. Esto claro carece de interés para nosotros. La comparación con las películas de Woody Allen es pura propaganda, no le llega ni a un 5%.
Resulta cansino tanta exaltación del vino tinto, su adecuada elección parece el acto más importante de cada día, y el continuo trasiego de comidas con paisanos muy felices. Llevamos más de la mitad del metraje de la película y la cuestión del poliamor parece otro adorno más de la campiña francesa. No hay un desarrollo coherente de la dinámica del trío, falta guion por un tubo.

*Marion Hill y su ópera prima

“Por lo general, cuando cuentas una relación queer se confrontan elementos muy tópicos como la sociedad, la familia, el miedo a salir del armario… Cuando eliminas todos estos obstáculos se abren un montón de posibilidades y a la vez la dificultad de explicar que son las propias barreras internas las que se interponen en el camino de estas personas”, explica la directora.

Está frase de la directora Marion Hill es muy significativa porque en ella explica que el romance que surge en las relaciones queer tiene muchos secretos y rincones por explorar. En cierto modo, es un melón por abrir en la industria cinematográfica que añade, a cuenta gotas, cintas de este tipo en su haber.

En lo que es el cine contemporáneo no se ha mostrado en su totalidad lo que es una relación queer, más allá de los inicios de lo que es ser del conjunto LGTBI+ como puede ser la conocida Call me by your name (2017) que narra los inicios de la historia de una pareja gay que se van descubriendo a sí mismos.

*A ritmo de jazz

En consecuencia, el deber de ver y observar cómo son las relaciones amorosas de este conjunto, también es una tarea pendiente que se ha de realizar con suma pericia en el mundo audiovisual, dado que es verdaderamente importante mostrar la veracidad del mismo para cambiar muchas mentalidades tóxicas.

Conectar con lo que sienten y sus sentimientos más profundos e internos es algo que está película hace de forma sutil, agradable y muy original. A priori, Ma Belle, My Beauty parece una película más pero a ritmo de jazz nos van mostrando y desnudando a los tres personajes principales de está íntima historia. Poco a poco nos enteramos de la relación que tienen ahora y de su pasado entre ellos y eso engancha desde el minuto uno del film.

El drama, la curiosidad y lo bien llevada que está la cinta hacen que las conversaciones, las miradas e incluso los silencios queden naturales y espontáneos. Ma Belle, My Beauty es una pieza que demuestra personalidad, sinceridad y realismo. No hay más que añadir.

*El reparto mágico

Los actores son jóvenes en su recorrido en el mundo de la interpretación pero eso no ha sido excusa para la directora y ha aprovechado esa inexperiencia para crear un lenguaje común entre los tres. Un idioma que hablan al unísono y realza, directamente, la especial conexión que sentimos en Ma Belle, My Beauty.

“Fue un placer total porque ninguno de nosotros tenía formas de trabajar preconcebidas, así que pudimos desarrollar nuestro lenguaje juntos. En ningún momento sentí que trabajaba con actores inexpertos”, concluye la directora sobre su elenco.

En este aspecto, los temas que salen en Ma Belle, My Beauty son ciertamente interesantes. Por ejemplo, el deseo por algo que se dejó atrás, la alegría del corazón por esa pasión perdida de la vida o de las personas de tu alrededor, el amor desbocado y alocado, la convivencia o la ruptura insípida. Muchos sentimientos que se hablan desde el punto de vista de cada personaje dando diferentes pinceladas a un mismo tema para recrear los designios del corazón.

*Conclusión

Ma Belle, My Beauty es una película que avanza directamente en las relaciones queer y reflexiona sobre los nuevos modelos de relación desde una madurez pocas veces vista en películas de este tipo. ¡Muy recomendable!

Escrito por Cristian Urriaga Sepúlveda

La película elegida por el Atlántida Film Fest para clausurar la edición de este 2021 ha sido esta discreta producción estadounidense de espíritu -y escenario- francés.

Sorprende dicha elección (entendiendo, como es lógico, que las obras de inauguración y clausura son películas que la organización de cualquier festival ha querido destacar entre las de su selección) porque aunque sea una historia con potencial, y bienintencionada, también está muy vista y su tratamiento es simplón, anecdótico, sin recorrido y con una realización y fotografía perezosas y como de andar por casa.