YACHANA
REVISTA CIENTÍFICA
Enseñar a pensar: estrategias en el aula
Volúmen 8, Número 3/Noviembre-Diciembre, 2019
ISSN 1390-7778 (Versión Impresa)
ISSN 2528-8148 (Versión Electrónica)
Dunia Lucía Barreiro Moreira1, Alba Jazmín Morán Mazzini2,
María Leonor Cedeño Sempértegui3
Fecha de recepción:
30 de junio, 2019
Fecha de aprobación:
14 de octubre, 2019
Resumen
Desarrollar habilidades del pensamiento requiere de una mirada exhaustiva a los
procesos de clase, los cuales siguen marginando el avance de este proceso cognitivo.
El presente trabajo tuvo como objetivo sistematizar algunas consideraciones
teóricas acerca del desarrollo de las habilidades del pensamiento. Se realizó
una revisión bibliográfica de varios referentes teóricos. Se ofrecen diferentes
concepciones actualizadas acerca los factores que intervienen en el desarrollo
de las habilidades cognitivas. Se concluye que el desarrollo de habilidades del
pensamiento debe estar presente en todas las instituciones de educación superior.
La mejora continua en los procesos universitarios constituye un imperativo para
la nueva universidad y un objetivo permanente para alcanzar la excelencia en la
educación superior.
Palabras clave: habilidades del pensamiento, rutinas de pensamiento, proceso
cognitivo.
Abstract
Developing thinking skills requires a thorough look at class processes, which
continue to marginalize the progress of this cognitive process. The objective of this
work was to systematize some theoretical considerations about the development
of thinking skills. A literature review of several theoretical references was
carried out. Different updated conceptions about the factors that intervene in the
development of cognitive abilities are offered. It is concluded that the development
of thinking skills must be present in all institutions of higher education. Continuous
improvement in university processes is an imperative for the new university and a
permanent goal to achieve excellence in higher education.
Key words: thinking skills, thinking routines, cognitive process.
1
Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil, Facultad de Educación, Guayaquil-Ecuador,
[email protected]
2
Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil, Facultad de Educación, Guayaquil-Ecuador,
[email protected]
3
Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil, Facultad de Educación, Guayaquil-Ecuador,
mcedeñ
[email protected]
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Barreiro, D.; Morán, A.; Cedeño, M.
Introducción
El mundo mediático actual configura nuevas
formas de adquirir información, de aprender
y, por ende, nuevas formas de enseñar; en
esa línea de cambios y actualización se ha
reformado la Ley de Educación y se ha
buscado el perfeccionamiento docente a
través de capacitaciones en estrategias de
aprendizaje que les permitan Enseñar a
pensar a los estudiantes; mas lo referido
no es una práctica común en los salones
de clase, la mayoría se tornan sesiones
rutinarias en las cuales los docentes realizan
exposiciones magistrales, presuponiendo
que los estudiantes ya deben saber porque
ya fue explicado. (García, 2018).
Para conseguir que los hábitos del
pensamiento se conviertan en automatismos,
es necesaria una planificación de cómo
enseñar a pensar. Según las investigaciones
de Ritchhart (2002) los mejores docentes
establecen a través de su práctica, una fuerte
cultura del pensamiento. Sin embargo, la
planificación de una clase es una tarea que
implica la resolución de varios problemas:
¿Cuál es el objetivo?, ¿Cuál es el valor
de enseñar esto?, ¿Qué es lo que los
alumnos deben aprender y ser capaces
de hacer?, ¿Cómo se ha de organizar
la información para que los alumnos
comprendan?, ¿Cuánta información se
les debería dar?, ¿Qué tipo de actividad
se debe diseñar para ayudarlos a manejar
las ideas que se le presentan? (Johnson,
2003, p. 23).
La planificación de clase desempeña un
papel fundamental para desarrollar las
habilidades del pensamiento, ya que orientan
el proceso y se constituyen en la práctica del
docente en el desarrollo de construcción de
conocimiento.
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Enseñar a pensar: estrategias en el aula
Perkins (1997), resalta la importancia de
crear oportunidades para desarrollar las
habilidades del pensamiento:
El aprendizaje es una consecuencia
del pensamiento. La comprensión, la
relación y el uso activo del conocimiento
surgen cuando el aprendiz se encuentra
en experiencias de aprendizaje en las que
piensa acerca de algo y piensa con lo
que está aprendiendo (...) Lejos de creer
que el pensamiento viene después del
conocimiento, el conocimiento procede
del pensamiento. A medida que pensamos acerca de él y con contenido que
estamos aprendiendo (p. 23).
Lo expuesto sugiere que el desarrollo de
habilidades de pensamiento es la parte primordial, central en el proceso de enseñanza,
y no debe ser considerado como una actividad adicional que se habrá que cumplir si
sobra tiempo.
Ritchhart, Church y Morrison (2014),
explican que “cuando hacemos visible el
pensamiento de los estudiantes, no solamente obtenemos una mirada acerca de lo
que estos comprenden, sino también de la
forma cómo lo están comprendiendo” (p.
64). Es responsabilidad del docente hacer
visible el pensamiento de los estudiantes,
nombrando cuáles han sido los diferentes
momentos y las habilidades utilizadas en sus
exposiciones, conclusiones, para que estos
se vuelvan conscientes de las habilidades
desarrolladas. Un ejemplo de lo expuesto se
pudo observar en una clase de la Carrera de
Educación Inicial, la docente halagaba a sus
estudiantes comentando sobre el proceso de
pensamiento utilizado, cuando los alumnos
trataron de comprender la funcionalidad de
un texto, les manifestó “me agradó la forma
como han utilizado sus aprendizajes previos
y lo expuesto en plenaria para sustentar las
explicaciones acerca de la funcionalidad
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del texto ‘La hoguera’. Ustedes han hecho
una observación minuciosa de los aspectos
relevantes de la historia y han formulado
sus interpretaciones para sustentar cuál es
el propósito que tuvo el autor al escribir el
texto”
Además para que los estudiantes visibilicen
su pensamiento existe una serie de actividades, las cuales se denominan rutinas
de pensamiento, y mediante estrategias
lúdicas, dinámicas y entretenidas acercan
a los estudiantes y al docente a su propio
conocimiento (Morales y Restrepo, 2015),
así también se deben considerar otros aspectos, los mismos que son contemplados
en el Proyecto Zero de la Universidad de
Harvard, este presenta condiciones para el
proceso de enseñar a pensar:
Tiempo: Dedicar tiempo curricular para
que los estudiantes puedan pensar y
resolver las propuestas del profesor.
Oportunidades: Proponer a los
estudiantes actividades auténticas, donde
puedan poner en práctica, desarrollar
diferentes procesos cognitivos e implicarse en las distintas tareas.
Lenguaje: Para desarrollar el pensamiento, es necesario implementar
en el aula un lenguaje apropiado del
pensamiento, donde se puedan mencionar, describir, distinguir varios procesos cognitivos y reflexionar sobre los
mismos.
Creación de modelos: Cuando los
estudiantes comparten sus ideas, intercambian puntos de vista y los discuten, se
van desarrollando entre ellos, diferentes
modelos de pensamiento.
Interrelaciones: En un contexto donde
cada uno puede decir lo que piensa y se
promueve el respeto por las ideas del otro,
Enseñar a pensar: estrategias en el aula
se va creando un ambiente de confianza
donde indistintamente se evidencien sus
fortalezas y sus debilidades.
Entorno físico: Puede ser de forma
especial el aula, el laboratorio o el taller,
para estimular la cultura del pensamiento.
Expectativas: Establecer un “menú” u
“orden del día” para que los estudiantes
conozcan los objetivos de aprendizaje,
ir focalizándose en qué aspectos debe
pensar y conocer qué esperan (Tishman,
Perkins, y Jay 1997, p. 18).
Consecuentemente, el trabajo docente se
convierte en una práctica permanente en el
desarrollo de habilidades de pensamiento,
como se explicó en líneas anteriores, el
alumno debe ser consciente de cuáles ha
desarrollado, adicional a eso es conveniente
instruir a los estudiantes dividiendo las
habilidades complejas en habilidades más
simples para facilitar el proceso cognitivo
(Johnson, 2003). Si se solicita a los estudiantes que clasifiquen, primero hay
que recomendarles que observen, luego
describirán estableciendo diferencias y
semejanzas, posterior a ello se instruye
explícitamente en la habilidad requerida.
Estrategias para enseñar a pensar
Una estrategia es un plan de acción para
lograr un objetivo. Las estrategias cognitivas constituyen métodos o procedimientos
mentales para adquirir, elaborar, organizar
y utilizar información que hacen posible
enfrentarse a las exigencias del medio,
resolver problemas y tomar decisiones adecuadas (Tárraga, 2007). El entrenamiento
metacognitivo pretende desarrollar en el
alumnado el conocimiento sistemático y
deliberado de aquellas estrategias cognitivas
necesarias para el aprendizaje eficaz, así
como:
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Estrategias cognitivas de Elaboración
La elaboración supone relacionar e integrar
las informaciones nuevas con los aprendizajes previos. Se trata de favorecer el
uso de estrategias diversas que permitan
codificar, asimilar y retener la nueva información para poder recuperarla y utilizarla
posteriormente. Estas estrategias incluyen
la elaboración mediante imágenes y la
elaboración verbal. (Elosúa y García, 1993).
En este sentido, Reder (citado en Marugán,
Martín, Catalina y Román, 2013) enunció
las condiciones de las que dependían las
elaboraciones que una persona hace sobre
un texto y que se resumen en las siguientes:
1.
La experiencia previa con el material
trabajado.
2.
El interés inherente hacia esa materia.
3.
La comprensión del texto.
4.
El tiempo permitido para leer el texto.
5.
La capacidad de concentración
6.
La tendencia habitual a elaborar.
Estrategias cognitivas de organización.
Son los procedimientos utilizados para
transformar y reconstruir la información,
dándole una estructura distinta a fin de
comprenderla y recordarla mejor (Elosúa
y García, 1993) Implica un sujeto más
consciente, activo y responsable en sus
aprendizajes. Incluyen estrategias de agrupamiento y de esquematización.
Estrategias cognitivas de recuperación
Las estrategias de elaboración y organización
que hemos comentado permiten un nivel
más profundo en el procesamiento de la
información, es decir, una comprensión más
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Enseñar a pensar: estrategias en el aula
exhaustiva y una codificación y retención
más eficaz. Pero una vez registrada la
información en la memoria a largo plazo
es necesario recuperarla y utilizarla ante
las distintas exigencias del medio. Los
procesos de recuperación estarán en estrecha dependencia de los procesos habidos
en la elaboración y organización de tal
manera que si hacemos uso de imágenes,
dibujos, analogías, categorías, esquemas,
etc., facilitemos también los procesos de
recuperación (Tárraga, 2007).
Conclusiones
La capacidad para aprender continuamente
tiene mucho que ver con el aprendizaje de
estrategias generales del pensamiento que
nos permiten conocer y buscar la información
que necesitamos, en un momento dado, para
resolver una tarea o solucionar un problema.
Enseñar a pensar debe ser el eje que
oriente el proceso de clases, el mismo
que se visibiliza en una planificación
que contemple el tiempo requerido para construir conocimiento que brinde
oportunidades para desarrollar diferentes
procesos cognitivos, ofrezca oportunidad
de verbalizar las comprensiones a las cuales
llega el estudiante y reflexionar sobre las
mismas, promoviendo el aprendizaje grupal,
y el respeto a las opiniones de los demás.
Además, en importante que la enseñanza
de las técnicas de pensamiento contemplen
la división de las habilidades cognitivas en
otras más sencillas para facilitar el referido
proceso.
Finalmente la práctica sostenida de desarrollo
de habilidades modelará estudiantes capaces
de responder a las necesidades del mundo
mediático y de resolver problemas en el
lugar en el que se desenvolverán.
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Barreiro, D.; Morán, A.; Cedeño, M.
Referencias
Enseñar a pensar: estrategias en el aula
ly/2DHc97p
Elosúa, R. y García, E. (1993). Estrategias
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Apuntes]. Madrid, España: Narcea.
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Johnson, A. (abril, 2003). El desarrollo de las
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Tárraga, R. (2007). ¡Resuélvelo! Eficacia
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Tishman, S., Perkins, D. y Jay, E. (1997).
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Aires, Argentina: Aique.
Para citar este artículo utilice el siguiente formato:
Barreiro, D., Morán, A. y Cedeño, M. (noviembre-diciembre de 2019). Enseñar a pensar: estrategias en
el aula. YACHANA, Revista Científica, 8(3), 81-85.
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