Monsieur Hire
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Drama. Thriller
Monsieur Hire lleva años viviendo en el mismo piso. Alice, que ocupa el estudio de enfrente, se da cuenta de que el hombre la observa desde hace meses. Él, que lo sabe todo de la joven, se ha enamorado de ella. Sin embargo, la situación de Hire se complica cuando se convierte en el principal sospechoso del asesinato de una adolescente. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que nos hace pensar y llenarnos de rabia. Nos encontramos ante un retrato del poco amor verdadero existente en el mundo contemporáneo.
Cómo una persona puede llegar a amar hasta perdonar lo imperdonable, hasta no ver más allá de esa persona. Es algo que, una vez acabado el film, no dará coraje por las consecuencias en la persona que ama de esta manera.
La trama es simple a la vez que complicada. Una sucesión de eventos típicos de Hitchcock son, más o menos predecibles sin que haga falta un estrujón de cabeza. Y en cuanto al actor principal, Michel Blanc, decir que es digno de Oscar. Nos crea una sensación de asco que, conforme avanza la película, no varía demasiado, pero que nos da cierta lástima en cuanto a que una persona, sean cual sean sus aficiones, pueda sufrir tanto.
Como final de mi modesta crítica dejo una reflexión para los que la hayan visto: ¿seremos nosotros aquellos que miran las caídas de los demás?
¡Saludos!
Cómo una persona puede llegar a amar hasta perdonar lo imperdonable, hasta no ver más allá de esa persona. Es algo que, una vez acabado el film, no dará coraje por las consecuencias en la persona que ama de esta manera.
La trama es simple a la vez que complicada. Una sucesión de eventos típicos de Hitchcock son, más o menos predecibles sin que haga falta un estrujón de cabeza. Y en cuanto al actor principal, Michel Blanc, decir que es digno de Oscar. Nos crea una sensación de asco que, conforme avanza la película, no varía demasiado, pero que nos da cierta lástima en cuanto a que una persona, sean cual sean sus aficiones, pueda sufrir tanto.
Como final de mi modesta crítica dejo una reflexión para los que la hayan visto: ¿seremos nosotros aquellos que miran las caídas de los demás?
¡Saludos!
22 de noviembre de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en un relato de Simenon, Les fiançalles de Monsieur Hire, cuenta la vida de un hombre solitario y que despierta poca simpatía. En este sentido, la elección de Michel Blanc como actor es ideal. Con su rostro neutro, sin rasgos destacables, de estatura más bien baja y mirada anodina, Blanc lo tiene todo para no seducir. Del otro lado (de la ventana) Sandrine Bonnaire, sin ser una belleza posee un rostro que se suaviza con su sonrisa dulce y algo pícara.
Por eso cuesta creer en que estos dos personajes se puedan enlazar. El tacto de Hire parece gélido y es en apariencia poco probable que Alice, una chica joven que tiene la vida por delante, se sienta atraída por este personaje distante. Pero una vez que se admite esto (Hire hace múltiples declaraciones de sus sentimientos), acabamos por admitir la premisa (se gustan). Entonces, la cosa se complica porque la historia nos habla del amor y sus contradicciones, nos habla de una atracción que va más alla de las apariencias, nos habla del amor ciego.
Leconte consigue crear un ambiente incómodo; colores fríos (blancos, grises, niebla, piel pálida, escenas nocturnas). Sin embargo, el relato de los sentimientos no puede hacer olvidar la otra historia: ¿quién ha matado a Pierrette?
Al final, se sabe quién es el culpable. Mucho más complicados son los sentimientos. Querer, querer proteger, huir, parecen acciones incompatibles. Hire será víctima de un amor incomprendido (o comprendido demasiado tarde).
MÁS
Patrice Leconte es autor de títulos diversos que incluyen cine comercial (Les bronzés , 1978; Les bronzés font du ski), comedias populares (Viens chez moi, j’habite chez une copine, 1980) ; también se adentra en dramas sensuales (Le mari de la coiffeuse, 1990) o la parodia (Ridicule, 1996). El hombre del tren (2002), con Johnny Halliday y Jean Rochefort recrea un cuento policial e intimista.
Por eso cuesta creer en que estos dos personajes se puedan enlazar. El tacto de Hire parece gélido y es en apariencia poco probable que Alice, una chica joven que tiene la vida por delante, se sienta atraída por este personaje distante. Pero una vez que se admite esto (Hire hace múltiples declaraciones de sus sentimientos), acabamos por admitir la premisa (se gustan). Entonces, la cosa se complica porque la historia nos habla del amor y sus contradicciones, nos habla de una atracción que va más alla de las apariencias, nos habla del amor ciego.
Leconte consigue crear un ambiente incómodo; colores fríos (blancos, grises, niebla, piel pálida, escenas nocturnas). Sin embargo, el relato de los sentimientos no puede hacer olvidar la otra historia: ¿quién ha matado a Pierrette?
Al final, se sabe quién es el culpable. Mucho más complicados son los sentimientos. Querer, querer proteger, huir, parecen acciones incompatibles. Hire será víctima de un amor incomprendido (o comprendido demasiado tarde).
MÁS
Patrice Leconte es autor de títulos diversos que incluyen cine comercial (Les bronzés , 1978; Les bronzés font du ski), comedias populares (Viens chez moi, j’habite chez une copine, 1980) ; también se adentra en dramas sensuales (Le mari de la coiffeuse, 1990) o la parodia (Ridicule, 1996). El hombre del tren (2002), con Johnny Halliday y Jean Rochefort recrea un cuento policial e intimista.
20 de febrero de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este sencillo thriller tiene todos los ingredientes del título, en una muy buena adaptación de la novela de Georges Simenon. El adjetivo de sencillo no significa simpleza ni mediocridad, por el contrario, a través de esa sencillez, Patrice Leconte ha logrado una excelente puesta en escena valiéndose de un Michel Blanc que aparece con una excelente carga de inexpresividad pero al mismo tiempo intensamente demostrativo para vestir las ropas de un personaje que resulta extraño y no amigable para los demás, pero a quien también los demás le resultan extraños y no amigables. Hay aquí un juego sicológico que lleva al espectador a desesperarse por algo más de acción, cuando en realidad la acción está explícitamente contenida en un ritmo y cadencia adecuados de la propia trama. Y con un muy buen final redondeando los 81 minutos de duración.
18 de enero de 2018
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"Monsieur Hire" es un clásico injustamente olvidado. Una película trágica, oscura y poética. Todo en ella brilla en un nivel potente. Culminando con un final perfecto.
21 de diciembre de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en una novela corta de Georges Simenon, Les fiançailles de M. Hire, esta película de Patrice Leconte pude verla en su momento, en el cine, poco tiempo después de su estreno. Pero es que, al día siguiente, si mal no recuerdo (era 1991, una cosa así), vi su siguiente película, El marido de la peluquera. Es difícil de describir ahora las emociones que me embargaron con semejante programa doble, en dos días sucesivos. Era un festival de cine, en Málaga, y había que aprovechar. Una obra maestra detrás de otra, y viva la Pepa. Y Muerte entre las flores, a los pocos días (o antes, quién sabe). Y El cielo protector, de Bertolucci, también. Menuda borrachera. Ya estaba para el arrastre, pero es que hubo más. Un puñado de polvo, por ejemplo. Bueno, ésta no me gustó tanto, pero también entraba en el lote. Menudo festín de cine, en pocos días. Es lo malo de no vivir en Madrid o Barcelona. En una gran capital, vas viendo poco a poco, las obras que van saliendo, tienes tiempo de digerirlas. En Málaga, o atracón o miseria del proletariado.
Volver a verla, anoche, suponía la prueba del algodón, quiero decir la prueba del tiempo, 31 años desde aquel visionado, 33 años desde su estreno, casi media vida. Me alegró saber que la han restaurado (Pathé) en 2020, a 4K. Ahora, esa fotografía primorosa de Denis Lenoir aparece aquí en todo su esplendor. La historia es un poco turbia, y cuando vi la peli por primera vez no conocía la novela (luego la conseguí y la leí con pasión, como tantas otras del gran maestro belga). Se centra, como el título ya deja adivinar, en este Monsieur Hire, del que Michel Blanc hace una interpretación fabulosa. La película es él, su día a día, sus sueños, ilusiones, de hombre extraño, insociable, al que nadie aprecia, ni quiere. Toda su vida se centra ahora en la contemplación de Alice (también espléndida Sandrine Bonnaire), su vecina de enfrente. Decir que la peli está atravesada por la música de Michael Nyman, y eso ya sabemos lo que quiere decir: música de un sentimentalismo enfermizo, romanticismo podrido, tal vez como la mente del protagonista. Este "compromiso" de M. Hire con Alice está solo en su cabeza, y cuando quiera llevarlo al plano real, todo se complicará.
Decir que la película es casi perfecta, es un poco exagerado, pero no me equivoco si digo que es la historia más triste. Es el título, también, de una novela de Javier García Sánchez, que salió precisamente a finales de aquel año 1991, maravilloso año de iniciaciones. Aquí el protagonista no es una mujer, sino nuestro hombre, que parece más bien poca cosa. ¿Puede una hermosa rubia enamorarse de un escuerzo? ¿Conseguirá él su sueño de hombre en la sombra? La película es una historia de amor desgraciada, y un thriller sui generis. La presencia de ese inspector de policía (estupendo también André Wilms), entrometido y bastante cínico, ayuda a que el relato se mantenga dentro de los cánones del noir puro (no en vano, Simenon llamó a estas novelas independientes "hard novels"). Todo se desarrolla perfectamente siguiendo las torcidas líneas del corazón, que no llevan a ninguna parte (quiero decir, que llevan a la perdición).
Volver a verla, anoche, suponía la prueba del algodón, quiero decir la prueba del tiempo, 31 años desde aquel visionado, 33 años desde su estreno, casi media vida. Me alegró saber que la han restaurado (Pathé) en 2020, a 4K. Ahora, esa fotografía primorosa de Denis Lenoir aparece aquí en todo su esplendor. La historia es un poco turbia, y cuando vi la peli por primera vez no conocía la novela (luego la conseguí y la leí con pasión, como tantas otras del gran maestro belga). Se centra, como el título ya deja adivinar, en este Monsieur Hire, del que Michel Blanc hace una interpretación fabulosa. La película es él, su día a día, sus sueños, ilusiones, de hombre extraño, insociable, al que nadie aprecia, ni quiere. Toda su vida se centra ahora en la contemplación de Alice (también espléndida Sandrine Bonnaire), su vecina de enfrente. Decir que la peli está atravesada por la música de Michael Nyman, y eso ya sabemos lo que quiere decir: música de un sentimentalismo enfermizo, romanticismo podrido, tal vez como la mente del protagonista. Este "compromiso" de M. Hire con Alice está solo en su cabeza, y cuando quiera llevarlo al plano real, todo se complicará.
Decir que la película es casi perfecta, es un poco exagerado, pero no me equivoco si digo que es la historia más triste. Es el título, también, de una novela de Javier García Sánchez, que salió precisamente a finales de aquel año 1991, maravilloso año de iniciaciones. Aquí el protagonista no es una mujer, sino nuestro hombre, que parece más bien poca cosa. ¿Puede una hermosa rubia enamorarse de un escuerzo? ¿Conseguirá él su sueño de hombre en la sombra? La película es una historia de amor desgraciada, y un thriller sui generis. La presencia de ese inspector de policía (estupendo también André Wilms), entrometido y bastante cínico, ayuda a que el relato se mantenga dentro de los cánones del noir puro (no en vano, Simenon llamó a estas novelas independientes "hard novels"). Todo se desarrolla perfectamente siguiendo las torcidas líneas del corazón, que no llevan a ninguna parte (quiero decir, que llevan a la perdición).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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