Siglo III
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Siglo III. Está comprendido entre los años 201 al 300, este fue un periodo de grandes convulsiones políticas en Roma, a lo largo de todo el siglo 28 emperadores se sucedieron en el poder, generalmente estos sucesos fueron mediante conspiraciones y asesinatos.
Crisis del Siglo III
En el Imperio Romano se iniciaron aventuras secesionistas, a este periodo se le conoce como la crisis del siglo III, ya en el año 274 Aureliano puso fin a los separatistas y restauró la unidad del imperio, luego Diocleciano trató de descentralizar el Imperio con el establecimiento de la Tetrarquía, a la par de estos sucesos los pueblos godos penetraban invadiendo Grecia y estableciendo un reino en el noreste.
Asia y China también sufrieron gran agitación ya que el inicio del siglo trajo consigo el fin de la dinastía Han y China quedó dividida en tres reinos, con lo que se inició un periodo de guerras, las que duraron casi alrededor de todo el siglo y no fue hasta el año 280 que concluyeron con la reunificación bajo la dinastía Jin. En América, concluyó el período Preclásico de Mesoamérica, que dio lugar al florecimiento de Teotihuacan como el más importante centro de poder y nodo comercial en la región.
Crisis demográfica
La crisis demográfica del Imperio romano obligó al estado y a los terratenientes a asegurar la permanencia de los campesinos en los campos. Los pequeños propietarios debido a los altos impuestos y a las deudas se veían obligados a entregar sus propiedades a cambio de la protección de los latifundistas, quedando así bajo el gobierno de estos y de este modo se sientan las bases de la futura sociedad feudal en Europa.
Arte Cristiano
Los cristianos se solían apropiar de terrenos cercanos a caminos donde ubicaban sus cementerios tras consagrarlos.
En las persecuciones que se hicieron contra los primeros cristianos, los romanos solían saquear esos cementerios. Para evitarlo, los cristianos se acogieron a una institución oficial romana de carácter funerario llamada Collegia Salutaria que proporcionaba a la sociedad, entre otras cosas, lugares donde enterrar a sus muertos. De esta manera las autoridades no podían ir en contra de su propia institución y saquear tumbas cristianas, así que en un determinado momento prohibieron a esta institución ceder a los cristianos tierras.
Así, cuando las tierras cedidas se llenaban de enterramientos, los cristianos se vieron obligados a horadar galerías subterráneas en esos lugares para enterrar en ellas a sus muertos. Este sistema hace que lo más cercano a la superficie no sea lo más reciente, como suele suceder, sino lo más antiguo (los niveles arqueológicos están invertidos).
Fuente
- Arte Cristiano en la clandestinidad. Siglo III.