Santa Cecilia (pintura)
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Santa Cecilia (pintura). Obra de Nicolás Poussín. Esta pintura es una pieza de gran calidad, firmeza de ejecución, dibujo seguro, colorido refinado y elegancia compositiva.
Historia
Cecilia, virgen y mártir, debió vivir en el siglo II o III después de Cristo. La basílica que ostenta su nombre, en el barrio del Trastevere en Roma, guarda sus reliquias, consideradas genuinas. La joven hizo voto de castidad, aún cuando contrajo matrimonio con el noble romano Valerio, al que bautizó. Ambos sufrieron martirio, el de ella mucho más cruel. Su patronazgo de la música se inspira en el relato de la vida de la santa. Según cuenta la tradición, en la casa de su prometido se oían sonidos de instrumentos musicales que no la distrajeron de su permanente pensamiento en Dios, al que invocaba en su corazón.
La obra
Santa Cecilia, patrona de la música, está sentada ante el teclado de un clavecín soportado por un pie concebido como escultura, mientras lee una partitura sostenida por dos ángeles niños. Aparece envuelta en un manto de tonalidad ocre, que oculta en parte la túnica azul. Detrás, dos jóvenes cantores leen otra partitura mientras en el ángulo superior izquierdo una quinta figura de niño levanta un amplio cortinaje, cuya masa está equilibrada por una columna. El fondo se resuelve por medio de un amplio paisaje y un cielo nuboso.
Atribución de la pintura
La atribución de esta pintura a Nicolas Poussin fue cuestionada -algunos historiadores atribuyeron el cuadro a Charles Mellin, pero hoy no existen dudas sobre la autoría, aunque tal vez fuera realizada por el maestro en colaboración con ayudantes de taller.
Ha sido fechada antes del El martirio de San Erasmo (Roma, Museos Vaticanos), un lienzo espectacular, probablemente algo posterior. El rostro de la santa aparece en otros cuadros de Poussin de esa época o ligeramente anteriores, como la Sagrada Familia con san Juan y santa Isabel (Moscú, Museo Pushkin) o los Desposorios místicos de santa Catalina (Edimburgo, National Gallery).
Se desconoce su historia anterior a la mención en el inventario del Alcázar de Madrid, en 1734, por lo que cabría suponer que fue una adquisición del rey Felipe V, quien adquirió varias obras de Poussin en el mercado internacional europeo, particularmente enÁmsterdam, algunas de las cuales pertenecen al Museo del Prado.