Desierto
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Desierto . Es un bioma donde las precipitaciones son escasas. Poseen poca vida en ellos, pero eso depende del tipo de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad (matorral xerófilo) y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad. El establecimiento de grupos sociales en los desiertos es complicado y requiere de una importante adaptación a las condiciones extremas que en ellos imperan. Los desiertos forman la zona más extensa de la superficie terrestre: con más de 50 millones de kilómetros cuadrados, ocupan casi un tercio de esta. De este total, 53 % corresponden a desiertos cálidos y 47 % a desiertos fríos.
Tipos
La mayoría de las clasificaciones radica en una combinación del número de días de lluvia por año, la cantidad pluviométrica anual, temperatura, humedad y otros factores. En 1953, Peveril Meigs dividió las regiones desérticas de la Tierra en tres categorías, de acuerdo con el total de lluvia que reciben. Por este sistema, hoy ampliamente aceptado, los terrenos extremadamente áridos son los que tienen por lo menos 12 meses consecutivos sin lluvia, los terrenos áridos tienen menos de 250 milímetros de lluvia anual y los terrenos semiáridos tienen una media de precipitación anual entre 250 y 500 milímetros. Los terrenos áridos y extremadamente áridos son los desiertos, y los terrenos semiáridos, cubiertos de gramíneas, generalmente se llaman estepas.
Sin embargo, la aridez por sí sola no proporciona una descripción exacta de lo que es un desierto. Por ejemplo, la ciudad de Phoenix, en Arizona, recibe menos de 250 mm de lluvia al año, y está clasificada obviamente como desértica. Sin embargo, algunas regiones gélidas de Alaska o de la Antártida también reciben menos de 250 mm de lluvia por año, sin embargo para la percepción común no son desérticas (se trata en efecto de desiertos fríos o desiertos niveles: en ellos la vida superior es muy difícil, pero la evapotranspiración y la posibilidad de encontrar agua dulce es notoriamente mayor que en la clásica noción de lo que es un desierto). Para definir más concretamente un desierto, sea cálido o frío, uno de los parámetros que se utilizan es el del promedio anual de precipitaciones: menos de 500 mm/año suponen una zona semiárida en donde existe mucho estrés hídrico (aunque este se puede amortiguar si las temperaturas son bajas, por debajo de los 15 °C promedio anual). Otra definición ecológica de desierto es la de una zona que recibe igual o menos de 100 mm/año de precipitaciones y sin la compensación de ninguna otra fuente natural de agua dulce.
Las diferencias de criterios residen en el fenómeno llamado evapotranspiración. La evapotranspiración es la combinación de pérdida de agua por evaporación atmosférica del agua del suelo, junto con la pérdida de agua también en forma de vapor a través de los procesos vitales de las plantas. El potencial de evapotranspiración es, por lo tanto, la cantidad de agua que se evapora en una región dada. La ciudad de Tucson, en Arizona, recibe unos 300 mm anuales de lluvia, sin embargo, pueden evaporarse unos 2500 mm de agua en el periodo de un año. En otras palabras, significa que casi ocho veces más agua podría evaporarse en esta región de la que normalmente cae. Las tasas de evapotranspiración en regiones de Alaska son bastante más inferiores; entonces, aun recibiendo precipitaciones mínimas, estas regiones distan mucho de la definición básica de un desierto: un lugar donde la evaporación supera el total de la precipitación pluviométrica.
Por tanto, existen diferentes formas de zonas desérticas. Los desiertos fríos pueden estar cubiertos de nieve; estos lugares no reciben mucha lluvia, y la que cae permanece congelada como nieve compacta. Estas áreas se llaman comúnmente tundra, cuando en ellas existe una corta estación con temperaturas por encima de cero grados Celsius y florece algo de vegetación en ese periodo; o regiones polares, si la temperatura permanece bajo el punto de congelación durante todo el año, dejando el suelo prácticamente sin formas de vida.
La mayoría de los desiertos no polares se forman porque reciben poquísima agua. El agua tiende a refrescar o, por lo menos, a moderar los efectos del clima en el que es abundante. En algunas partes del mundo los desiertos surgen debido a la existencia de «barreras» a la lluvia: cuando las masas de nubes descargan la mayor parte de su humedad sobre una cadena de montañas, las áreas que se encuentran más allá son áridas porque el aire apenas contiene humedad.
Los desiertos también se clasifican por su localización geográfica y patrón climático predominante, como vientos alisios, latitudes medias, barreras anti-lluvias, costeros, de monzón, y polares. Algunas áreas desérticas antiguas presentes en regiones no-áridas forman los llamados paleodesiertos.
Desiertos en regiones de vientos alisios o tropicales
Los vientos alisios tienen lugar en dos franjas del globo divididas por la línea del ecuador, y se forman por el calentamiento del aire en la región ecuatorial. Estos vientos secos disipan la cobertura de nubes, permitiendo que se caliente más el suelo por la radiación del Sol. La mayoría de los grandes desiertos de la Tierra está en regiones surcadas por vientos alisios. El mayor desierto de nuestro planeta, el Sáhara, situado al norte de África —que en ocasiones experimenta temperaturas de más de 57 °C—, es un desierto de vientos alisios.
Desiertos de latitudes medias
Los desiertos de latitudes medias se localizan entre los paralelos 30° N y 50° N, y también en la misma franja en el hemisferio sur, en zonas subtropicales de alta presión atmosférica. Estos desiertos están en cuencas de drenaje apartadas de los océanos y tienen grandes variaciones de temperaturas anuales. El desierto de Sonora, en el suroeste de América del Norte es un típico desierto de latitud media. El desierto de Tengger, en China, es otro ejemplo.
Desiertos debidos a barreras al aire húmedo
Se forman debido a grandes barreras montañosas que impiden la llegada de nubes húmedas en las áreas a sotavento (o sea, protegidas del viento, que trae la humedad). A medida en que el aire sube por la montaña, el agua se precipita y el aire pierde su contenido húmedo. Así, se forma un desierto en el lado opuesto. El desierto de Judea en Israel y Cisjordania, y el de Cuyo en Argentina, son un ejemplo.
Desiertos costeros
Los desiertos costeros se localizan generalmente en los bordes occidentales de continentes próximos a los trópicos de Cáncer y de Capricornio. Están influidos por corrientes oceánicas costeras frías que discurren paralelas a la costa. Debido a los sistemas de viento locales que dominan los vientos alisios, estos desiertos son menos estables que los de otro tipo. Durante el invierno, la niebla, producida por corrientes frías ascendentes, cubre frecuentemente los desiertos costeros con un manto blanco que bloquea la radiación solar. Los desiertos costeros son relativamente complejos, pues son el producto de sistemas terrestres, oceánicos y atmosféricos. Un desierto costero, el de Atacama, en Chile, es el más seco de la Tierra. En él, una lluvia posible de ser medida —es decir, de 1 mm o más— puede tener lugar una vez cada 5, 20 o hasta cada 400 años. Esto se debe a que se encuentra la corriente marina fría de Humboldt (procedente de la Antártida) con la corriente marina cálida Ecuatorial Sur (procedente del ecuador). Al encontrarse, la humedad se condensa, llueve en el océano, y llegan pocas precipitaciones a esta zona, convirtiéndose en árida y deshabitada.
Desiertos de monzón
Monzón (palabra derivada del árabe que significa estación climática) se refiere a un sistema de vientos estacionales. Los monzones se desarrollan como consecuencia de las variaciones de temperatura entre los continentes y los océanos. Así, los vientos alisios del sur del océano Índico descargan lluvias en la India al llegar a la costa. Conforme el monzón cruza la India de sureste a noroeste, por el llamado Talweg del Monzón (aproximadamente el valle del río Ganges) y surca las elevadas montañas del Himalaya pierde su humedad en copiosísimas lluvias y nevadas hasta el punto que en el lado oriental de la cadena montañosa Aravalli el viento ya es seco y con efecto foehn (es decir por calentamiento adiabático). Los desiertos del Rajastán y Cholistán en el noroeste de la India, y el desierto de Thar entre Pakistán y la India, son parte de una región de desierto de monzón al oeste de la cadena montañosa.
Zonas desérticas frías
Un ejemplo de desiertos fríos son el de Gobi en Mongolia y China, el del Tíbet, el de la Gran Cuenca Nevada y el de la Puna o desierto Altoandino.
Zonas desérticas polares
Las zonas desérticas polares son áreas con una precipitación anual de 100 a 200 mm y una temperatura media del mes más cálido inferior a 10 °C. Los desiertos polares del planeta cubren casi 90 millones de km² y son principalmente lechos de roca o llanuras de grava. Las dunas de arena no son típicas de estos desiertos, sin embargo las dunas de nieve (sastruguis) se forman comúnmente en áreas donde la precipitación local es más abundante. Los cambios de temperatura en las zonas polares frecuentemente sobrepasan el punto de congelación del agua. Esta alternancia hielo-deshielo deja marcas características en el suelo, que llegan a medio metro de diámetro.
Las zonas desérticas polares se caracterizan por dos factores desertizantes: las altas presiones atmosféricas (presencia constante de anticiclón) y, especialmente, el bajo o nulo índice de precipitaciones al año ya que al estar la temperatura constantemente bajo el 0 °C el agua se encuentra naturalmente en estado sólido (salvo raras excepciones), el mayor de estos desiertos polares es también nival y se ubica en las áreas interiores de la Antártida (pese a ello, la percepción usual es la de que no se trata de un desierto ya que en tal región el agua abunda, pero en forma de hielo, sin por ello sustentar vida orgánica superior), similar aunque menos extenso es el desierto correlativo a la capa de hielo del centro de Groenlandia.
Paleodesiertos (desiertos fósiles)
Las investigaciones en mares de arena (vastas regiones de dunas) antiguos, cambios en cuencas pantanosas, análisis arqueológicos y de vegetación indican que las condiciones climáticas cambiaron considerablemente en grandes áreas del planeta en un pasado geológico reciente. Durante los últimos 12 500 años, por ejemplo, partes de algunos desiertos ya eran muy áridas. Cerca de un 10 % del terreno situado entre la latitud 30° N y 30° S está hoy cubierta por desiertos. Sin embargo, hace 18 000 años, los desiertos (que formaban dos inmensos cinturones) ocupaban un 50 % de esta área. Tal y como ocurre hoy, las selvas tropicales y las sabanas ocupaban la zona entre estas dos franjas.
Se han encontrado sedimentos de desiertos de hasta 500 millones de años de antigüedad en muchas partes del globo. Los patrones de sedimentos dunares se encontraron en áreas que hoy no son desérticas. Esas mismas áreas reciben hoy entre 80 y 150 mm de lluvia por año. Algunas antiguas regiones dunares están ocupadas en la actualidad por selvas tropicales húmedas.
Las montañas de arena llamadas Sand Hills (Colinas de Arena) son un campo de dunas inactivo de 57 000 km² en el centro de Nebraska. El mayor mar de arena del hemisferio occidental está hoy estabilizado por la vegetación, y recibe cerca de 500 mm de lluvia por año. Las dunas de Sand Hills llegan a los 120 m de altura. El desierto del Kalahari también es un paleodesierto.
Características
La arena cubre sólo alrededor del 20 por ciento de los desiertos de la Tierra. La mayor parte de la arena se encuentra en las hojas de la arena y el mar de arena - vastas regiones de ondulantes dunas se asemeja a las olas del mar "congelado" en un instante de tiempo. Casi el 50 por ciento de las superficies del desierto de llanuras donde la deflación eólica - eliminación de los materiales de grano fino por el viento - ha puesto de manifiesto grava suelta en el que predominan los guijarros pero con adoquines ocasionales.
Las superficies restantes de las tierras áridas se componen de afloramientos de roca expuesta, los suelos del desierto, y los depósitos fluviales incluidos los abanicos aluviales, playas, lagos, desierto y oasis. Bedrock, son afloramientos ocurren comúnmente como pequeñas montañas rodeadas de extensas llanuras de erosión. Los oasis son zonas con vegetación humedecida por manantiales, pozos, o por el riego. Muchos son artificiales. Los oasis son a menudo los únicos lugares en los desiertos que los cultivos de apoyo y habitada de forma permanente.
Suelos
Los suelos que se forman en climas áridos son principalmente suelos minerales con bajo contenido orgánico. La acumulación reiterada de agua en algunos suelos causas distintas capas de sal. El carbonato de calcio precipitado de la solución forma capas de hasta 50 metros de espesor, llamado "calcreta". El caliche es un color marrón rojizo a la capa blanca que se encuentran en los suelos de muchos desiertos. Ocurre comúnmente en forma de nódulos o como revestimientos en los granos minerales formados por la interacción compleja entre el agua y el dióxido de carbono liberado por las raíces de la planta o por la descomposición de material orgánico.
Temperaturas
Las temperaturas de algunos desiertos son muy cálidas llegándose a temperaturas peligrosas para el hombre y otros seres vivos, de forma que la temperatura oscila entre los 20º y 50º, sin tener estación fría. En estas zonas no existe apenas vegetación y los suelos presentan sales o minerales que ayudan al calentamiento del suelo por las largas horas de insolación. Mientras que los desiertos continentales de latitud media presentan unos inviernos fríos dándose en Asia media y central, y el centro-oeste de Estados Unidos, de forma que la temperatura en la estación fría puede llegar a los menos 50ºC.
Flora
La vegetación se encuentra muy espaciada y las plantas suelen tener mecanismos repelentes para asegurar que en su cercanía no se sitúan otros ejemplares. Hay cuatro formas principales de vida vegetal adaptadas al desierto:
- Plantas que sincronizan sus ciclos de vida con los períodos de lluvia y crecen sólo cuando hay humedad. Cuando llueve con intensidad suficiente, sus semillas germinan y con gran rapidez crecen las plantas y forman vistosas flores. En horas o días superficies desnudas se cubren de un mosaico de colores. Los insectos son atraídos por el brillante colorido de las flores y las polinizan al viajar de unas a otras. Muchos de estos insectos poseen también unos ciclos vitales muy cortos, adaptados a los de las plantas de las que se alimentan.
- Matorrales de largas raíces que penetran en el suelo hasta llegar a la humedad. Se desarrollan especialmente en desiertos fríos. Sus hojas se suelen caer antes que la planta se marchite totalmente y de esta forma pasa a un estado de vida latente, hasta que vuelva a haber humedad en el subsuelo.
- Plantas que acumulan agua en sus tejidos. Son de formas suculentas, como los cactus o las Euforbia y tienen paredes gruesas, púas y espinas para protegerse de los fitófagos. Su rigidez es otra forma de protegerse contra la desecación producida por el viento.
- Microflora, como algas, musgos y líquenes, que permanecen latentes hasta que se producen buenas condiciones para su desarrollo.
Los desiertos suelen tener una cubierta vegetal escasa, pero enormemente diversa. El desierto de Sonora del sudoeste de Estados Unidos tiene la vegetación de desierto más complejos en la Tierra. El cactus saguaro gigante proporciona nidos para las aves del desierto y sirve como "árboles" del desierto. A pesar de que los cactus se consideran a menudo como plantas del desierto típico, otros tipos de plantas se han adaptado bien al medio ambiente árido. Estos incluyen la familia de los guisantes y la familia del girasol. Los desiertos fríos tienen pastos y arbustos como la vegetación dominante.
Fauna
La diversidad de especies animales en un desierto está generalmente correlacionada con la diversidad de especies vegetales, que a su vez está correlacionada con la magnitud y predicibilidad de la precipitación pluvial. Existe un pequeño gradiente latitudinal de diversidad animal, con más especies cerca del Ecuador que a mayores latitudes. Este gradiente es mucho más conspicuo en ecosistemas húmedos, como los bosques, y en los desiertos parece anularse por los variados efectos de la lluvia. Los animales pueden afectar también la diversidad vegetal. Las excavaciones propias de los roedores crean nichos para plantas que sin ellos no podrían sobrevivir; la construcción de montículos por las termitas ayuda a concentrar la descomposición y por lo tanto los nutrientes, lo que da oportunidad a ciertas plantas de desarrollarse en tal ambiente.
Cada desierto tiene su propia comunidad de especies y estas comunidades reaparecen en diferentes partes del mundo. Con frecuencia, organismos que ocupan nichos similares en desiertos diferentes, pertenecen a especies no relacionadas entre sí. La similaridad estructural de conjunto entre las especies de cactus americanos y las euforbias africanas es un ejemplo de evolución convergente, en la que grupos separados y no relacionados se han desarrollado y adaptado en forma casi idéntica bajo condiciones ambientales similares en regiones muy distantes del planeta. Las modificaciones estructurales convergentes ocurren en muchos organismos en todos los ambientes, pero son especialmente notables en los desiertos, y donde posiblemente el pequeño número de nichos ecológicos ha generado la necesidad de una mayor especialización y restricción en el tipo de vida. La cara y sobre todo las grandes orejas de los zorros de los desiertos del Sahara y de Norteamérica son notablemente similares y existe un parecido extraordinario entre las serpientes de cascabel norteamericanas y las del desierto de Namib.
La vida animal también ha desarrollado adaptaciones muy específicas para sobrevivir en un medio tan seco. Las excreciones de los animales que viven en el desierto contienen muy poca agua y muchos son capaces de obtener agua de los alimentos. Existen aves, reptiles, arañas y escorpiones de desierto, también especies de felino y otros mamíferos que se han adaptado, incluyendo etnias de humanos. Son de hábitos de vida nocturnos y durante el día permanecen en cuevas y madrigueras bajo tierra.
Agua
La lluvia cae de vez en cuando en los desiertos y las tormentas son a menudo violentas. Grandes tormentas subsahariana pueden entregar hasta un milímetro por minuto. Normalmente los canales de flujo seco, arroyos, ramblas o llama, se pueden llenar rápidamente después de las fuertes lluvias y las inundaciones repentinas de estos canales es peligroso.
Los desiertos reciben la escorrentía de lo efímero, o de corta duración, arroyos alimentados por la lluvia y la nieve de las montañas adyacentes. Estos flujos llenan el canal con una mezcla de barro y comúnmente transportan cantidades considerables de sedimentos por un día o dos. Aunque la mayoría de los desiertos se encuentran en cuencas con drenaje cerrado o interior, algunos desiertos son cruzados por "exóticos" ríos que derivan sus aguas desde fuera del desierto. Estos ríos se infiltran en los suelos y evaporan grandes cantidades de agua en sus viajes por los desiertos, pero sus volúmenes son tales que mantienen su continuidad. El Nilo y el Colorado son ejemplos de ellos.
Existen también lagos, son generalmente poco profundos, temporal, y salados. Cuando los pequeños lagos se secan dejan una costra de sal o de capa dura. La superficie plana de arcilla, limo, arena o con incrustaciones de sal que se forma es conocida como una playa. Hay más de un centenar de playas en los desiertos norteamericanos. La mayoría son reliquias de los grandes lagos que existieron durante la última glaciación hace aproximadamente 12.000 años.
El Lago Bonneville fue un lago de 52.000 kilómetros cuadrados, casi 300 metros de profundidad en UTA, Nevada y Idazo durante la Edad de Hielo. Hoy en día los restos del lago Bonneville incluyen Gran Lago Salado de Utah, Lago de UTA, y el Lago Sevier.
Los terrenos planos de capas compactadas y playas son excelentes pistas de carreras y pistas naturales para aviones y naves espaciales. Registros de vehículos de baja velocidad son comúnmente establecidas en Bonneville Speedway, una pista de carreras en la capa dura Gran Lago Salado.
Recursos minerales
Algunos depósitos de minerales se forman, mejoran, o se conservan por los procesos geológicos que ocurren en tierras áridas, como consecuencia del cambio climático.
Los minerales que se forman en los depósitos evaporíticos dependen de la composición y la temperatura de las aguas salinas en el momento de deposición. Importantes recursos evaporíticos se producen en el gran desierto de los Estados Unidos, el boro, bórax, ingrediente esencial en la fabricación de vidrio, cerámica, esmalte de los productos químicos, agrícolas, ablandadores de agua, y los productos farmacéuticos, y los boratos que se extraen de los depósitos evaporíticos en Searles Lake, California, y en otros lugares del desierto. El valor total de los productos químicos que han sido producidos a partir de Lago Searles es sustancialmente superior a 1 billón de dólares.
El desierto de Atacama de América del Sur es el único entre los desiertos del mundo en su gran abundancia de minerales salinos. Nitrato de sodio se ha extraído de explosivos y fertilizantes en el desierto de Atacama, desde mediados del siglo XIX. Casi 3 millones de toneladas métricas fueron minadas durante la Primera Guerra Mundial.
Minerales valiosos ubicados en las tierras áridas son el cobre en Irán, Estados Unidos, Chile, Perú, el hierro, el plomo y el zinc en Australia, cromita en Turquía, y el oro, la plata y los depósitos de uranio en Australia y los Estados Unidos. Los recursos minerales no metálicos y rocas como el berilio, mica, de litio, arcillas, piedra pómez y escoria también se producen en las regiones áridas. El carbonato de sodio, sulfato, borato, nitrato, litio, bromo, yodo, calcio, estroncio y sus compuestos proceden de los sedimentos y las salmueras cerca de la superficie formada por la evaporación de cuerpos de agua interiores, a menudo en tiempos geológicamente recientes.
El Río Verde formación de Colorado, Wyoming y Utah contiene depósitos de abanicos aluviales y evaporitas, playa creada en un gran lago, cuyo nivel osciló durante millones de años. Económicamente importantes yacimientos de trona, una fuente importante de compuestos de sodio, y gruesas capas de esquisto bituminoso se crearon en el ambiente árido.
Algunas de las áreas más productivas de petróleo en la Tierra se encuentran en regiones áridas y semiáridas de África y Oriente Medio, aunque los depósitos de petróleo se formaron originalmente en ambientes marinos poco profundos, el cambio climático ha puesto estos depósitos en un ambiente árido. Otros yacimientos de petróleo, sin embargo, se supone que son de origen eólico y actualmente se encuentran en ambientes húmedos. El Rotliegendes, un depósito de hidrocarburos en el Mar del Norte, se asocia con los depósitos evaporíticos.
Grandes desiertos
Gran parte de todos los desiertos del mundo se ubican en zonas caracterizadas por las altas presiones constantes (ver: anticiclón), condición que no favorece a la lluvia. Entre los desiertos de estas zonas están: los desiertos del Sáhara (el tercer desierto más extenso del mundo después de la Antártida y el Ártico), Kalahari, Namib y del Ogaden en África; los desiertos Arenoso y Victoria en la mayor parte de Australia; los desiertos de Gobi (o Chamō), Kara Kum, Takla Makán, de Arabia, Rub Al Jalí, de Siria, de Judea, Sinaí-Néguev en Asia.
En América, existen los desiertos de Arizona-Sonora en la frontera de los Estados Unidos con México, Mojave, en los Estados Unidos, el de Atacama localizado en el norte de Chile, oeste de Bolivia y el sur de Perú (el más árido del planeta) y motivo de una guerra, la Guerra del Pacífico, entre aquellos tres países sudamericanos a fines del siglo XIX, el que era rico en Salitre, en lo que hoy es el norte de Chile.
Gran parte de los desiertos se deben a su continentalidad, es decir, su extrema distancia del mar: por ejemplo, el de Gobi y los demás del Asia Central. No llegan hasta ellos los vientos húmedos que provienen de los océanos.
Los desiertos de las costas occidentales del sur de África y de América del Sur se ven afectados por la presencia de corrientes oceánicas frías que provocan baja hidratación en la atmósfera.
Desertificación
Grandes desiertos del mundo se formaron por procesos naturales que interactúan en intervalos largos de tiempo. Durante la mayor parte de estos tiempos, los desiertos han crecido y se ha reducido independiente de las actividades humanas. La desertificación puede intensificar una tendencia climática general hacia una mayor aridez, o puede iniciar un cambio en el clima local.
[[Image:Desertific.gif|thumb|left|170px| Dunas lineales del desierto de Sahara próximas a invadir Nouakchott, la capital de Mauritania
La desertificación no se produce en forma lineal, los desiertos avanzan de forma errática, formando parches en sus fronteras. Zonas alejadas de los desiertos naturales se degradan rápidamente en el suelo estéril, roca o arena a través de la gestión de las tierras pobres. La presencia de un desierto cercano no tiene relación directa con la desertificación.
La desertificación se hizo muy conocida en la década de 1930, cuando las partes de las Grandes Llanuras de los Estados Unidos se convirtieron en el "Dust Bowl" como consecuencia de la sequía y las malas prácticas en la agricultura, aunque el término en sí no fue utilizado hasta casi 1950. Durante el período de depósito de polvo, millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus granjas y medios de vida. Grandes mejoras de los métodos de la agricultura y la tierra y la gestión del agua en las Grandes Llanuras han impedido que el desastre se repita, pero la desertificación afecta actualmente a millones de personas en casi todos los continentes.
El aumento de la población y la presión ganadera en las tierras marginales ha acelerado la desertificación. En algunas zonas, los nómadas de trasladarse a las zonas menos áridas perturban el ecosistema local y aumentan la tasa de erosión de la tierra. Nómadas están tratando de escapar del desierto, pero debido a sus prácticas de uso del suelo, están trayendo el desierto con ellos.
Es un error pensar que las sequías causan la desertificación. Las sequías son comunes en las tierras áridas y semiáridas. Tierras bien gestionadas pueden recuperarse de la sequía cuando vuelvan las lluvias, si el abuso de la tierra continua durante las sequías, aumenta la degradación de la tierra. En 1973, la sequía que comenzó en 1968 en el Sahel en África Occidental y las prácticas de uso de la tierra había causado la muerte de más de 100.000 personas y ganado 12 millones, así como la interrupción de las organizaciones sociales de los pueblos a nivel nacional.
La desertificación es en realidad un proceso sutil y complejo de deterioro que a veces puede ser reversible. En los últimos 25 años, los satélites han comenzado a proporcionar la vigilancia mundial necesaria para mejorar la comprensión de la desertificación, las imágenes Landsat, pueden indicar cambios en la susceptibilidad de las tierras a la desertificación y ayudan a demostrar el impacto de las personas y animales en la Tierra. Sin embargo, otros tipos de sistemas de detección a distancia, redes de monitoreo de la tierra, y las bases de datos global de observaciones de campo se necesitan antes de que el proceso y los problemas de la desertificación se extienda completamente.
Bibliografías
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Fuentes
- Concepto.de
- National Geographic
- SciELO Chile
- OVACEN – Portal de eficiencia energética y arquitectura
- BioEnciclopedia
- Universidad Estatal de Campinas – Brasil
- Biblioteca Digital del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa
- Enciclopedia online de características
- Universidad de Cantabria – España