Alquimista

Alquimista
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Campo al que perteneceAlquimia

Alquimista. Nombre que se le da a la persona que estudia o practica la Alquimia.

Características

El alquimista convertido en Arcano de la verdad, descubre la Piedra Filosofal y su Leyenda Personal, su poder, su uso y finalmente la consecuencia de, camino, verdad y vida que reside en ella. La Piedra filosofal transforma todo a su alrededor, todo lo vil en noble, todo lo que toca lo purifica. Así mismo debe tener un efecto multiplicador para convertir el mal en bien, con modestia, clemencia y tolerancia. Consciente de que el Mundo reside en él y de que entre él y el Mundo no hay diferencia, debe transformar los vicios (metales viles) en virtudes (metales nobles) y a los hombres en hermanos, a los ignorantes en sabios, a los hipócritas en sinceros y a los ambiciosos en humildes. Dueño del gran secreto reposa feliz y realizado.

Labor

Al operar, el alquimista se va haciendo consciente y al ser consciente se hace bueno. Entiende la ciencia del bien y del mal.

El fin último de los alquimistas es el de ayudar a la Humanidad, y no solo la vil transmutación de los metales en oro, que ha sido la verdadera causa de la postración y ridiculizamiento de la Alquimia en nuestros días.

Los alquimistas hoy

La Alquimia en la antigüedad era objeto de una ocultación completa por parte de los alquimistas y adeptos practicantes de la Ciencia Sagrada. Muchos de los "alquimicos" terminaron sus días en las hogueras "purificadoras", con la excusa del clero de acusarlos de herejía, satanismo y un sin fin de barbaridades que no tienen nada que ver con las Ciencias Herméticas]], y según proponen algunos de los "ocultistas" postmodernos, con el fin de impedirles un nuevo "renacimiento" en esta tierra.

En la actualidad los tiempos han cambiado, ya no se puede presentar la Alquimia con los trajes oscurantistas propios de otras épocas mas tristes y oprimidas, pues se han ido publicando libros mas claros, en los que incluso se ven fotografías en color de los matraces con los colores de los diferentes regímenes de la Piedra filosofal.

No obstante, cabe destacar que a pesar de la modernidad y de la mayor claridad en la exposición de los nuevos alquimistas, no es aún conveniente en la actualidad el que se diga públicamente que materias se emplean en la Gran Obra de la Alquimia, en tanto que no se haya demostrado de manera indiscutible, y no sea risible ante algunos científicos, que no la conocen, ni han experimentado con ella, la realidad de la Alquimia. En ello radica el secreto que hemos jurado guardar en tanto sea necesario, y no sean llegados los tiempos en los que se pueda hablar abiertamente de ello. Muchos alquimistas murieron en la antigüedad por no querer revelar este secreto, y a ellos, como predecesores les debemos respeto. En esto no han variado las cosas, a saber:

  1. Que es prácticamente imposible llevar a buen término el estudio completo de una Obra sin la ayuda de un Maestro. Tiene muchas particularidades y procedimientos que paralizan el progreso de los diferentes Regímenes de la Piedra filosofal, en cada uno de los determinados puntos en que se aplican, si no se conocen estos procedimientos o maneras de operar reciben el nombre de "llaves". Sin conocerlos todos se estanca sin remisión el proceso al llegar al correspondiente punto de inflexión en que se aplica cada una ellas.
  2. Que para ser alquimista se requieren unas condiciones especiales en la persona, (igual ocurre para ser músico, químico, matemático etc., para lo que se necesita ser capaz). Dichas condiciones particulares se recogen en los libros de Simón H. También es necesaria la voluntad de trabajar en ello, sin la cual nada se hace.
  3. Para hacer la Obra hay que disponer de los medios económicos necesarios, del tiempo y del lugar en el que poder hacerla. Si no se disponen de los medios y del lugar es mejor no comenzar.
  4. La realización de la Obra exige mucha autodisciplina, y supone la inversión de muchas horas de trabajo durante todos los días. Esta necesidad también sería aplicable a muchas otras actividades que se vienen realizando en la vida común que precisan mucha dedicación.
  5. La realización de la Obra tiene una vertiente espiritual, para la que hay que estar dotado, si no se quiere abocar al fracaso. Supone un proceso que a falta de otras palabras llamaremos "de iluminación creciente", y que he observado en todos los alquimistas que han trabajado en la Piedra filosofal, dicha vertiente es innata al ser humano, pero requiere ser consciente de ella y desarrollarla. Los trabajos con la Piedra son una gran ayuda para este desarrollo.

Muchos alquimistas, viven una vida moderna, son personas como las demás, ninguno es perfecto, aunque la Alquimia sea en si misma un camino de perfección, todos tienen sus problemas y sus fallos humanos que tratan de superar.

Fuentes