INFORME DE LA
UNESCO SOBRE
LA CIENCIA
La carrera contra
el reloj para un
desarrollo más
inteligente
RESUMEN EJECUTIVO
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 2
Publicado en 2021 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
7, place de Fontenoy, 75352 París 07 SP, Francia
© UNESCO 2021
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3.0 IGO (CC-BY-NC-SA 3.0 IGO) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/igo/). Al utilizar el
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Título original: UNESCO Science Report: the Race Against Time for Smarter Development – Executive Summary.
Cita sugerida: Schneegans, S.; Lewis, J. y T. Straza (editores) (2021) Informe de l’UNESCO sobre la Ciencia:
La Carrera contra el Reloj para un Desarrollo más Inteligente – Resumen Ejecutivo. UNESCO : Paris.
Los términos empleados en esta publicación y la presentación de los datos que en ella aparecen no
implican toma alguna de posición de parte de la UNESCO en cuanto al estatuto jurídico de los países,
territorios, ciudades o regiones ni respecto de sus autoridades, fronteras o límites.
Las ideas y opiniones expresadas en esta obra son las de los autores y no reflejan necesariamente el punto
de vista de la UNESCO ni comprometen a la Organización.
Con el apoyo financiero de
Diseño grafico, ilustraciones y maquetación: Baseline Arts Ltd, Oxford, Reino Unido
Diseño de cubierta: Eric Frogé, UNESCO
Fotografía de cubierta: En esta imagen del centro de distribución de Zipline (Omenako), un empleado
sanitario entrega una caja de muestras de pruebas de la Covid-19 procedentes de hospitales rurales a un
operador de vuelo de drones para su traslado al Noguchi Memorial Institute for Medical Research, que es
una institución médica situada en Accra. © Zipline International Inc.
Impresión en Francia
SC-2021/WS/7
INFORME DE LA
UNESCO SOBRE
LA CIENCIA
La carrera contra el reloj para
un desarrollo más inteligente
RESUMEN EJECUTIVO
EN
En diciembre de 2020, jóvenes congoleses reciben formación en materia de instalación y mantenimiento de paneles solares
fotovoltaicos en Pointe-Noire. Desde que fue creada en 2011, la empresa emergente Mac Services, dirigida por Moïse Makaya
Ndende, ha impartido formación a 12 000 jóvenes en la República del Congo. © Moïse Ndende/Mac Services
BREVE
Las prioridades de desarrollo se han armonizado en los últimos
cinco años, y los países de todos los niveles de renta priorizan su transición hacia
sociedades digitales y ecológicas.
Con el fin de acelerar esta transición, los gobiernos están diseñando nuevas
herramientas políticas para facilitar la transferencia de tecnología a la industria.
Sin embargo, ocho de cada diez países siguen dedicando menos del 1% del PIB
a la investigación; son en gran medida receptores de conocimientos científicos y
tecnología extranjeros.
Aunque los países invierten más en tecnología ecológica, la ciencia de la
sostenibilidad sigue siendo marginal a nivel mundial, según un estudio de la
UNESCO.
Todos los gobiernos deben velar por que las políticas y los recursos necesarios
para la doble transición apunten en la misma dirección en los distintos sectores
económicos y contribuyan al mismo objetivo estratégico de desarrollo sostenible.
La pandemia de COVID-19 que afecta a la humanidad desde 2020 ha estimulado los
sistemas de producción de conocimientos.
La evolución del panorama geopolítico y la pandemia han suscitado entre los
líderes de la innovación un debate sobre la manera de salvaguardar los intereses
estratégicos en materia de comercio y tecnología.
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2 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
1 . La carrera contra el reloj
para un desarrollo más inteligente
Susan Schneegans, Jake Lewis y Tiffany Straza
INTRODUCCIÓN
Los países vinculan su transición digital
y ecológica
El mundo está inmerso en una carrera contra el reloj para
decidir los modelos de desarrollo de aquí a 2030, que es
la fecha límite para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible de las Naciones Unidas. El subtítulo del Informe
de la UNESCO sobre la Ciencia, “La carrera contra el reloj para
un desarrollo más inteligente”, refleja esta urgencia.
Desde 2015, la mayoría de los países han ajustado sus
políticas nacionales en función de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible y están inmersos en una transición
gradual hacia economías “verdes”. Los gobiernos refuerzan
asimismo el apoyo político a sistemas de producción y
consumo más inteligentes. A medida que aumenta la
relación costo-beneficio de las energías renovables, se
multiplican los proyectos de energía “verde”.
Sin embargo, numerosos gobiernos no saben cómo
conciliar la preservación de los mercados y el empleo con su
compromiso en virtud del Acuerdo de París (2015). A pesar
del creciente impacto del cambio climático, el apoyo de los
gobiernos y las empresas a la necesaria transición energética
es insuficiente: más del 80% de la producción mundial de
energía seguía basándose en el carbón, el petróleo y el gas
en 2018.
Paralelamente a su transición ecológica, los gobiernos
están digitalizando los servicios públicos y los sistemas de
pago, con el fin de mejorar la prestación de servicios, apoyar
a las empresas y combatir la corrupción y la evasión fiscal.
Las políticas fomentan la aparición de una economía digital,
que favorece, entre otras cosas, la fabricación inteligente,
las finanzas inteligentes (tecnofinanzas), los servicios
sanitarios inteligentes (como la telemedicina) y la agricultura
inteligente. El subtítulo del informe alude asimismo a esta
forma de “desarrollo más inteligente” impulsada por las
tecnologías digitales, como la inteligencia artificial (IA) y la
robótica, la inteligencia de datos, la Internet de las cosas y
la tecnología de cadenas de bloques, que convergen con la
nanotecnología, la biotecnología y las ciencias cognitivas
para formar la base de la cuarta revolución industrial
(también conocida como Industria 4.0).
Todos los países, independientemente de su nivel de renta,
están inmersos en esta doble transición ecológica y digital.
La ciencia se ha convertido en sinónimo de modernidad y
competitividad económica, e incluso de prestigio. Para los
países más afectados por el cambio climático, la ciencia
ofrece la esperanza de una mayor resiliencia frente a las
tormentas destructivas, los incendios, las sequías y otras
catástrofes.
Sin embargo, las empresas no siempre apoyan este objetivo,
ya sea por falta de motivación o de capacidad. Numerosas
compañías siguen importando tecnologías de fuera, en lugar
de desarrollar las suyas propias. A menudo son reacias a
colaborar con las instituciones públicas de investigación. Los
gobiernos de todo el mundo conciben nuevas medidas para
fomentar la transferencia de tecnología, en particular mediante
la creación de laboratorios que permitan a las empresas
“probar antes de invertir” en las tecnologías digitales.
Para que esta doble transición tenga éxito, los gobiernos
tendrán que reforzar su compromiso con la investigación
y el desarrollo (I+D). En la actualidad, los países del G20
representan las nueve décimas partes de los investigadores,
las publicaciones, las patentes y el gasto en investigación
(figura 1.1). Aunque el gasto en investigación aumentó en la
mayoría de las regiones entre 2014 y 2018 (figura 1.2), el 80%
de los países sigue invirtiendo menos del 1% del PIB en I+D. En
algunos casos, el número de investigadores ha aumentado más
rápido que el gasto correspondiente (figura 1.3), lo cual reduce
los fondos disponibles para cada investigador.
Para poder llevar a cabo esta doble transición, los gobiernos
no solo tendrán que gastar más en I+D, sino que habrán de
invertir estos fondos de manera estratégica. Esto implicará
adoptar una visión a largo plazo y armonizar sus políticas
económicas, digitales, medioambientales, industriales y
agrícolas, entre otras, para garantizar que se refuerzan
mutuamente. Además, las reformas, las políticas y los recursos
habrán de ser coherentes y apuntar en una dirección idéntica
para alcanzar el mismo objetivo estratégico de desarrollo
sostenible.
En los países en desarrollo, la doble transición ecológica
y digital está acelerando un proceso de industrialización
que normalmente llevaría décadas. Esta transición requiere
asimismo que en todos los países se adopte un enfoque
integrado de la planificación a largo plazo y una sólida
inversión en infraestructuras.
La rápida transformación de las sociedades que se
está gestando ofrece prometedoras oportunidades de
experimentación social y económica que podrían hacer la
vida mucho más cómoda. Pero también presenta el riesgo de
exacerbar las desigualdades sociales y, en el caso de los países
que llevan a cabo ambiciosos proyectos de infraestructura,
agudizar la vulnerabilidad de la deuda. La pandemia de
COVID-19 ha intensificado estos dos factores de riesgo.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 3
96,4
96,2
90,6
91,3
88,8
89,5
93,2
94,0
81,8
81,8
11,3
10,7
República de Corea
24,9
Alemania
3,1
3,3
4,6
4,4
4,9
4,6
1,7
1,8
20,0
26,5
24,5
19,8
21,1
19,6
24,8
21,2
17,1
15,1
5,5
6,0
5,8
6,6
4,9
4,5
5,7
5,8
3,6
3,8
Federación de Rusia
2,3
2,5
3,8
4,7
3,5
3,5
2,8
3,2
2,5
2,7
Francia
4,5
5,4
7,7
8,7
8,2
9,7
4,2
4,6
0,1
0,1
1,6
1,7
1,3-1
1,2
0,8-1
0,7
1,9
1,7
1,0
1,0
3,9
4,2
1,6
1,5
1,4
1,5
2,1
2,3
28,6
32,2
Turquía
Italia
China
0,1
0,1
1,0
0,8
1,3
1,4
13,9
14,5
23,5
22,8
18,7
19,6
18,2
19,1
0,1
0,1
0,9
0,8
0,4
0,3
0,5
2,0
2,1
México
31,7
2,0
2,2
Reino Unido
Estados Unidos de América
0,2
0,2
3,7
2,7
4,6
5,7
1,3
1,6
3,2
3,5
6,1
6,5
3,5
3,6
2,3
2,4
2,5
2,6
21,7
22,5
20,5
23,1
16,2-1
17,2
16,2
16,9
Canadá
26,1-1
27,1
1,4
1,6
3,6
3,8
1,8-1
2,1
1,3-1
1,6
1,5
1,6
4 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Figura 1.1 : Parte del G20 en el PIB, el gasto en investigación, los investigadores, las publicaciones y las patentes a escala mundial,
2014 y 2018 o años más próximos (%)
Japón
Indonesia
Brasil
0,4
0,5
Parte del gasto mundial en investigación, 2018
3,3
3,3
Parte del PIB mundial, 2018
Parte del gasto mundial en investigación, 2014
Sudáfrica
1,0
Parte del PIB mundial, 2014
1,0
1,04
Argentina
0,04
0,1
0,8
0,7
0,3-1
0,3
0,3-1
0,7
0,6
0,6
0,0
0,0
0,5
0,5
0,6-1
0,7
0,2-1
0,3
0,8
0,9
Fuente: Instituto de Estadística de la UNESCO,
agosto de 2020; para el PIB (dólares
estadounidenses en PPA constantes de 2017):
Indicadores del desarrollo mundial del Banco
Mundial, agosto de 2020; para las publicaciones:
Scopus (Elsevier), excepto Artes, Humanidades
y Ciencias Sociales, tratamiento de datos por
Science-Metrix; para las patentes IP5: PATSTAT,
tratamiento de datos por Science-Metrix.
0,1
0,1
2,8
2,8
2,3
1,9
2,4
2,5
3,0
G20
Nota: En el caso de las publicaciones científicas,
la suma de los porcentajes individuales de los
miembros del G20 es superior al porcentaje total
del G20 como grupo, ya que las publicaciones
con coautores de más de un miembro del G20 se
incluyen en cada uno de los países en cuestión,
pero solo se contabilizan una vez en el total del
G20.
0,4
India
0,03
0,02
1,4
0,3
0,6
Unión Europea
2,5
2,3
1,04
1,1
6,1
5,1
3,8
3,1
2,9
7,1
6,1
Arabia Saudita
Australia
Parte del total mundial de investigadores, 2014
Parte del total mundial de publicaciones, 2015
Parte del total mundial de patentes IP5, 2015
Parte del total mundial de investigadores, 2018
Parte del total mundial de publicaciones, 2019
Parte del total mundial de patentes IP5, 2019
LA CIENCIA Y LA PANDEMIA
Durante la pandemia, los países han recurrido a la
ciencia
A finales de 2019, se detectó en China una nueva cepa de
coronavirus, denominada COVID-19, que pronto se propagó con
rapidez por todo el mundo. Desde el principio, los científicos
intercambiaron información y datos entre sí; así, por ejemplo,
compartieron el genoma secuenciado del coronavirus a
principios de enero de 2020. La pandemia ha puesto de
manifiesto los beneficios de esta cultura de la colaboración
tanto dentro como fuera de las fronteras (véase el ensayo
titulado “The time for open science is now”). Desde 2015 se
ha intensificado la colaboración científica internacional en
numerosas partes del mundo (figura 1.4).
Numerosos gobiernos crearon rápidamente comités
científicos ad hoc para gestionar la crisis. Esto les permitió
comprobar, de primera mano, las ventajas de contar con
expertos locales para vigilar y controlar la progresión del virus.
La gestión de una crisis es, por definición, reactiva. Las
estructuras permanentes pueden proporcionar a los gobiernos
servicios de asesoramiento científico sobre una amplia gama
de cuestiones a lo largo del tiempo con el fin de informar sobre
la planificación estratégica nacional (véase el ensayo titulado
“What the Covid-19 pandemic reveals about the evolving
landscape of scientific advice”).
La pandemia ha demostrado el valor de las tecnologías
digitales en una situación de emergencia. Brasil pudo utilizar
140 centros de telemedicina y asistencia electrónica durante la
pandemia para realizar consultas virtuales y controlar a distancia
la salud de los pacientes. El 15 de abril de 2020, el Gobierno
aprobó una ley que ampliaba los servicios de telemedicina a las
zonas rurales y a las ciudades más alejadas (véase el capítulo 8).
Los países dotados de universidades virtuales han podido
adaptar rápidamente sus sistemas educativos al aprendizaje en
línea durante la pandemia. Por ejemplo, gracias a la existencia
de la primera universidad virtual del Golfo, la Universidad
electrónica Saudí (creada en 2013), la Arabia Saudita pudo
poner en marcha 22 canales educativos a las ocho horas del
primer confinamiento.
Varios países han desplegado robots y drones para ayudar
a frenar la propagación de la COVID-19. Por ejemplo, en la
Arabia Saudita se han utilizado drones en los mercados para
identificar a las personas con una temperatura corporal elevada.
Rwanda y Ghana han empleado drones proporcionados por
la empresa estadounidense Zipline para trasladar muestras
de sangre procedentes de clínicas remotas hasta los institutos
especializados y proceder a su análisis (véase la foto de portada).
La pandemia socava los logros sociales y ambientales
La pandemia de COVID-19 ha tenido efectos devastadores
en la economía mundial. Los logros socioeconómicos y
medioambientales de estos últimos años podrían verse
mermados o incluso desaparecer.
Entre 2016 y 2019, Madagascar logró reducir sus niveles
de pobreza gracias a un ambicioso programa de reformas
económicas, así como al traspaso de poder que tuvo lugar de
manera pacífica en 2019 y contribuyó a recuperar la confianza
de los inversores. Estos logros se han visto amenazados por
la pandemia de COVID-19. En mayo de 2020, Madagascar
había perdido unos 500 millones de dólares estadounidenses
de ingresos por turismo, que normalmente contribuyen a los
proyectos nacionales de conservación. Uno de los fundadores
del Parque Nacional de Ranomafana ha pronosticado que, sin
los 4 millones de dólares que suelen llegar a la región gracias
al turismo y la investigación, la comunidad “se verá obligada
a volver a talar el bosque y a practicar la agricultura” (véase el
capítulo 20).
El Gobierno de Indonesia ha justificado su ley “ómnibus”
(Ley sobre la Creación de Empleo), que entró en vigor en
noviembre de 2020, por la necesidad de atraer la inversión
extranjera directa (IED) y estimular el crecimiento económico
para compensar las repercusiones de la pandemia de
COVID-19. Esta ley aligera las cargas normativas y legales
de las empresas en lo que respecta a la protección de
los trabajadores y supone un cambio en el proceso de
autorización que ya no se basa en permisos sino en la
declaración de cumplimiento de los empleadores. La ley ha
suscitado la preocupación de 35 inversores mundiales, así
como de otros agentes por el costo medioambiental y social
de la nueva legislación (véase el capítulo 26).
La pandemia ha dinamizado los sistemas de conocimiento
La pandemia de COVID-19 se ha cobrado un elevado precio
humano y económico, pero también ha dinamizado los
sistemas de producción de conocimientos.
Durante la pandemia, en los Estados Unidos de América se
produjo una movilización sin precedentes en la industria de
la biociencia. A mediados de 2020, se calcula que existían más
de 400 programas de investigación farmacológica destinados
a erradicar la enfermedad. Estas medidas se basaban en la
Operación Warp Speed de la Casa Blanca, una asociación
público-privada que destinó unos 9 000 millones de dólares
al desarrollo y la fabricación de vacunas candidatas, en
particular mediante acuerdos de compra anticipada (véase el
capítulo 5).
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas del
Líbano publicó una convocatoria urgente para la gestión de la
COVID-19 ya en marzo de 2020. Esta iniciativa desembocó en
la aceptación de 29 proyectos de investigación relacionados
con la pandemia, como la política de vacunación, el desarrollo
de pruebas rápidas y el uso de la inteligencia artificial para
apoyar el diagnóstico temprano de la enfermedad y evaluar
sus efectos en la salud mental de los trabajadores que están
en primera línea (véase el capítulo 17).
Numerosos países han acelerado sus procesos de
aprobación de propuestas de proyectos de investigación.
Por ejemplo, a principios de abril de 2020, las agencias de
innovación de la Argentina, el Brasil y el Uruguay habían
lanzado convocatorias de investigación con un proceso de
aprobación acelerado. Las dos agencias de innovación del
Perú redujeron su tiempo de respuesta a dos semanas (véase
el capítulo 7).
En octubre de 2020, la Organización Mundial de la Salud1
informó de que África contaba con alrededor del 13% de las
1 000 tecnologías nuevas o modificadas existentes que se
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 5
habían desarrollado en todo el mundo para luchar contra la
pandemia, lo cual se aproxima a su porcentaje de población
mundial (14%). El 58% de estas aportaciones consistía en
soluciones digitales como chatbots (asistentes virtuales),
herramientas de autodiagnóstico y aplicaciones de rastreo
de contactos. Otro 25% de las soluciones se basaba en la
impresión tridimensional (3D) y un 11% en la robótica (véase
el capítulo 20).
En abril de 2020, el Gobierno encargó al Observatorio de
Radioastronomía de Sudáfrica la gestión de las medidas
nacionales para diseñar, producir y adquirir 20 000
respiradores pulmonares. Este organismo fue elegido por
su experiencia en el diseño de sofisticados sistemas para
el radiotelescopio MeerKAT en el Cabo Septentrional. En
diciembre de 2020 se habían producido 18 000 unidades y se
habían distribuido 7 000 (véase el capítulo 20).
La India ha centrado su respuesta frente a la pandemia
en la producción de soluciones de bajo costo y exportables
en tres ámbitos principales: la investigación y la fabricación
de vacunas; la fabricación de versiones genéricas de
medicamentos “innovadores”; y la ingeniería frugal de
dispositivos médicos de gran demanda, como los respiradores
pulmonares de bajo costo (véase el capítulo 22).
Los productos farmacéuticos no constituían una industria
prioritaria en la Estrategia Nacional de Exportación de Sri
Lanka 2018-2022 hasta que la crisis de la COVID-19 espoleó la
demanda. Esto llevó al Gobierno y al sector privado a invertir
30 millones de dólares en una nueva fábrica de productos
farmacéuticos en 2020 en la zona franca industrial de Koggala
(véase el capítulo 21).
La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la
conveniencia de reforzar los vínculos entre los sectores
público y privado para la producción de equipos, como
ventiladores pulmonares, mascarillas, medicamentos y
vacunas. A principios de 2020, un equipo de ingenieros
biomédicos de la Universidad de Antioquía (Colombia)
diseñó un ventilador pulmonar de bajo costo en colaboración
con el Hospital San Vicente de Paúl, gracias a un proyecto
patrocinado por el Centro de Desarrollo Empresarial Ruta N
Medellín. Este ventilador fue aprobado a mediados de 2020
por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y
Alimentos (INVIMA) y fabricado por empresas especializadas
en electrodomésticos y automóviles que habían adaptado sus
cadenas de montaje. Los desarrolladores utilizaron técnicas
de código abierto, de modo que otros fabricantes han podido
descargar el mismo diseño (véase el capítulo 7).
Numerosos gobiernos han ofrecido incentivos a las
pequeñas y medianas empresas (PYME) para hacer frente a la
pandemia. En Irán, la campaña Corona Plus ofreció incentivos
financieros a las empresas emergentes en 2020 para ayudarles
a producir material médico, en particular equipos de
protección y respiradores (véase el capítulo 15).
Figura 1.2 : Porcentaje del PIB dedicado a inversión en investigación y desarrollo, por región
y por país, 2014 y 2018 (%)
Los datos de 2014 figuran entre paréntesis
MUNDO
(1,73) 1,79
Federación de Rusia
(1,07) 0,99
EUROPA
(1,72) 1,78
UNIÓN EUROPEA
(1,94) 2,02
Canadá
(1,72) 1,57-1
AMÉRICA DEL NORTE
(2,63) 2,73
Estados Unidos de América
(2,72) 2,84-1
México
(0,44) 0,31
AMÉRICA LATINA
(0,73) 0,66
Reino Unido
(1,66) 1,72
Alemania
(2,87) 3,09
Italia
(1,34) 1,40
Turquía
(0,86) 0,96-1
ESTADOS ÁRABES
(0,48) 0,59
EL CARIBE
(0,08) 0,09
Francia
(2,28) 2,20
Brasil
(1,27) 1,26
Egipto
(0,64) 0,72
ÁFRICA SUBSAHARIANA
(0,49) 0,51
Argentina
(0,59) 0,54-1
19,2 %
14,8 %
Crecimiento del gasto mundial en
investigación entre 2014 y 2018*
Crecimiento del PIB mundial
entre 2014 y 2018*
Sudáfrica
(0,77) 0,83-1
ASIA OCCIDENTAL
(0,94) 1,37
República Islámica
del Irán
(–) 0,83-1
Israel
(4,17) 4,95
Emiratos
Árabes Unidos
(0,69) 1,30
India
(0,70) 0,65
ASIA CENTRAL
(0,17) 0,12
Japón
(3,40) 3.26
ASIA ORIENTAL Y SUDORIENTAL
(2,03) 2,13
China
(2,03) 2,19
Malasia
(1,26) –
ASIA MERIDIONAL
(0,64) 0,60
República de Corea
Indonesia
(–) 0,23
Australia
(1,92+1) 1,87-1
Nueva Zelandia
(1,15-1) 1,37-1
*en billones de dólares PPA constantes de 2017
Fuente: estimaciones mundiales y regionales basadas en los datos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO, agosto de 2020, sin extrapolación.
6 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
(4,29) 4,53
El Programa de Asistencia a la Investigación Industrial
del Canadá ha prestado apoyo financiero para ayudar a las
pymes a perfeccionar sus productos o procesos relacionados
con la COVID-19 y comercializarlos; en total, el Gobierno
federal ha destinado 1 000 millones de dólares canadienses
a una estrategia nacional de investigación médica como
parte de su respuesta rápida a la pandemia de COVID-19.
Hasta 2020, cuando la COVID-19 transformó radicalmente
el modo de vida de los canadienses, ninguna crisis había
suscitado un debate nacional serio sobre la dirección
que estaba tomando el Canadá en materia de ciencia,
tecnología e innovación (CTI). La pandemia “podría, en
última instancia, redefinir la producción, la gobernanza y
los procesos científicos del Canadá de una forma imposible
de prever. Esto afectará asimismo a la próxima generación
de investigadores y a los mecanismos de financiación de la
propia ciencia” (véase el capítulo 4).
En comparación con la gran recesión de 2008, la
crisis de la COVID-19 plantea cuestiones más amplias y
transcendentales en relación con el papel del Estado en la
economía, la deslocalización de las cadenas de suministro, la
organización del trabajo o el valor de la proximidad (véase el
capítulo 9).
LA DOBLE TRANSICIÓN DIGITAL Y
ECOLÓGICA
La pandémie a mis en lumière la dépendance à l’égard
des chaînes de valeur mondiales
La pandemia ha puesto de manifiesto la dependencia de los
países con respecto a las cadenas de valor mundiales para
la obtención de los recursos estratégicos. La complejidad
de los componentes de los aparatos de la vida cotidiana
moderna hace que los fabricantes recurran a subcontratistas
extranjeros especializados en un sector muy concreto; estos,
a su vez, dependen de otros proveedores para la obtención
de los materiales esenciales. El funcionamiento de un sistema
de suministro de este tipo, o cadena de valor, hace que sea
muy difícil relocalizar la fabricación, o reconvertir una planta
de producción de la noche a la mañana (véase el capítulo
5). Por ejemplo, los respiradores pulmonares fabricados en
los Estados Unidos de América para pacientes de COVID-19
contienen componentes clave procedentes del Canadá.
Por ello, el cierre de la frontera a principios de 2020 frenó
la producción de respiradores pulmonares en los Estados
Unidos de América (véase el capítulo 4).
La Unión Europea (UE) depende de productos
importados como los microprocesadores, y de materias
primas importadas como los elementos de tierras raras
para determinadas tecnologías clave. Según el primer
informe anual de la Comisión Europea titulado “Prospectiva
estratégica: trazar el rumbo hacia una Europa más resiliente”
(2020), esta dependencia supone una amenaza potencial para
la soberanía económica europea (véase el capítulo 9).
En el decenio de 1980, los países industrializados
deslocalizaron gran parte de su producción a los países
en desarrollo donde abundaba la mano de obra barata
y no cualificada. Así pues, al principio de la pandemia se
encontraron con que dependían de las importaciones de
equipos de protección personal y de medicamentos comunes,
como el paracetamol.
En cambio, los países con un sólido sector industrial fueron
capaces de adaptar sus cadenas de montaje rápidamente
cuando estalló la pandemia. Así fue, por ejemplo, en el
caso de las empresas colombianas especializadas en
electrodomésticos y automóviles descritas anteriormente.
China tiene un sector industrial cada vez más sofisticado.
Sin embargo, sigue dependiendo de las importaciones de
ciertas tecnologías básicas como los semiconductores. Esta
vulnerabilidad tecnológica queda perfectamente ilustrada
con lo que le ocurrió a la empresa china ZTE, que se vio
obligada a interrumpir la mayor parte de sus actividades a
las pocas semanas de que los Estados Unidos de América
le prohibiera mantener relaciones comerciales con sus
proveedores estadounidenses de componentes de hardware
y servicios Android (Google), en abril de 2018, y le impusiera
sanciones comerciales (véase el capítulo 23)2.
Fue en parte por el deseo de reducir la dependencia de
los proveedores de alta tecnología de los Estados Unidos
de América por lo que el Gobierno chino aprobó en 2015
una política industrial estatal para los próximos diez años,
denominada Made in China 2025. Esta política promueve que
las empresas chinas amplíen su cuota de mercado mundial en
determinados ámbitos, como los coches eléctricos, la robótica
avanzada y la inteligencia artificial, la tecnología agrícola, la
ingeniería aeroespacial, los nuevos materiales sintéticos, la
biomedicina emergente, las infraestructuras ferroviarias de
alta gama y la ingeniería marítima (véase el capítulo 23).
Las cadenas de valor mundiales también afectan,
aunque de manera diferente, a los países con sistemas
científicos poco desarrollados. Las filiales de las empresas
multinacionales integradas en las cadenas globales de valor
tienden a mantener en los países en desarrollo una política
de utilización de los conocimientos existentes, en lugar de
dedicarse a la investigación local. Este es el caso de América
Latina, por ejemplo. Estas filiales limitan su producción local
a la fabricación, que requiere escasos conocimientos nuevos,
y no favorece los vínculos con las instituciones científicas
locales (véase el capítulo 7).
La fabricación avanzada pretende revitalizar
la industria
Antes de la pandemia, los países desarrollados ya estaban
invirtiendo en tecnologías de fabricación avanzadas para
revitalizar su sector industrial nacional.
En los Estados Unidos de América existe un amplio
consenso del Gobierno sobre la necesidad de que el país se
adapte a un entorno internacional cada vez más competitivo.
Esto ha llevado al Gobierno federal a priorizar plataformas
estratégicas fundamentales en materia de tecnología digital
desde 2016. Esta estrategia ha impulsado ámbitos como la
inteligencia artificial, la computación cuántica, la tecnología
avanzada de redes móviles y la ciberseguridad. Los tres
objetivos del plan estratégico para la industria publicado en
2018 son la transición a las nuevas tecnologías de fabricación,
la formación de la mano de obra en el sector industrial y la
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 7
Figura 1.3 : Número de investigadores (ETC) por millón de habitantes, por región y por país,
2014 y 2018
MUNDO
(1 245) 1 368
Los datos de 2014 figuran entre paréntesis
EUROPA
(3 034) 3 372
UNIÓN EUROPEA
(3 493) 4 069
Canadá
(4 542) 4 326-1
AMÉRICA DEL NORTE
(4 239) 4 432
Estados Unidos de América
(4 205) 4 412-1
México
(260) –
EL CARIBE
(509) 520
AMÉRICA LATINA
(564) 593
Brasil
(888) –
Francia
(4 234) 4 715
Reino Unido
(4 228) 4 603
Alemania
(4 321) 5 212
Italia
(1 956) 2 307
Turquía
(1 161) 1 379-1
ESTADOSÁRABES
(682) 736
Egipto
(675) 687
ÁFRICA SUBSAHARIANA
(102) 124
Sudáfrica
(432) 518-1
Argentina
(1 207) 1 192-1
Federación de Rusia
(3 075) 2 784
República Islámica
del Irán
(–) 1 475-1
Emiratos Árabes
Unidos
(1 970) 2 379
India
(–) 253
ASIA CENTRAL
(609) 545
Japón
(5 328) 5 331
ASIA ORIENTAL Y SUDORIENTAL
(1 298) 1 476
China
(1 089) 1 307
Malasia
(2 054) –
ASIA MERIDIONAL
(220) 263
República de Corea
(6 826) 7 980
Indonesia
(–) 216
Nueva Zelandia
(5 363) 5 578
13,7 %
4,6 %
1,6 %
Crecimiento del número mundial de
investigadores (ETC) entre 2014 y 2018
Crecimiento de la población
mundial entre 2014 y 2018
Crecimiento del gasto por
investigador entre 2014 y 2018
Fuente: estimaciones mundiales y regionales basadas en los datos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO, agosto de 2020, sin extrapolación.
ampliación de las capacidades de la cadena de suministro de
la fabricación nacional. Estas nuevas tecnologías incluyen las
mencionadas anteriormente, así como la robótica industrial,
la impresión 3D, la electrónica híbrida y los semiconductores,
la fotónica, los textiles avanzados, la biomanufactura y la
agroalimentación (véase el capítulo 5).
La política industrial renovada de la Unión Europea (2021)
apoya el desarrollo de tecnologías de importancia estratégica
para el futuro industrial de Europa. Dichas tecnologías
incluyen la robótica, la microelectrónica, las infraestructuras
de la computación de alto rendimiento y el almacenamiento
en la nube, la tecnología de cadenas de bloques, las
tecnologías cuánticas, la fotónica, la biotecnología industrial, la
biomedicina, la nanotecnología, los productos farmacéuticos y
los materiales avanzados.
El Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, considera
que la autonomía estratégica de Europa se ha convertido
en el “objetivo número uno de nuestra generación”. En 2020,
en el informe de la Comisión Europea titulado “Una nueva
estrategia industrial para Europa” se subrayaba la importancia
de salvaguardar la soberanía tecnológica y los intereses
estratégicos de Europa en materia de comercio y tecnología
en ámbitos como la inteligencia artificial y las tecnologías e
infraestructuras digitales relacionadas.
Es posible que la inminente disociación tecnológica entre
los Estados Unidos de América y China, que compiten por
8 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
la superioridad tecnológica, obligue a las demás partes del
mundo a “elegir entre dos bloques tecnológicos cada vez más
separados en lo que respecta a las telecomunicaciones, la
digitalización, la inteligencia artificial e Internet. Cabe también
la posibilidad de que el resto de los países decida continuar
su vinculación con los dos bloques, pero esta opción sería
extremadamente costosa e ineficiente” (véase el capítulo 9).
Industria 4.0: una prioridad común
Las tecnologías digitales se consideran fundamentales para
la futura competitividad económica. Con respecto a las
tecnologías transversales, el sector de la inteligencia artificial
y la robótica dominaron la producción científica en 20182019 en todos los países, con independencia de su nivel de
renta (figura 1.5). El aumento del número de publicaciones
sobre inteligencia artificial en los países de renta media-baja
desde 2015 ha reducido automáticamente el porcentaje de
producción del G20 (figura 1.6).
Numerosos países han creado mecanismos institucionales
para fomentar la adopción de las tecnologías de la Industria
4.0. Por ejemplo, Sudáfrica estableció en 2019 una comisión
presidencial sobre la cuarta revolución industrial, formada
por una treintena de interesados con experiencia en el
mundo académico, la industria y la administración. Sudáfrica
también ha creado un comité interministerial sobre la
Industria 4.0. Desde 2017, la República de Corea dispone de
un comité presidencial sobre la cuarta revolución industrial.
Australia cuenta con una agencia para la transformación
digital (creada en 2015) y con un grupo de trabajo sobre
Industria 4.0 del Primer Ministro (creado en 2016), que
promueve la colaboración con grupos industriales alemanes y
estadounidenses.
Países de todos los niveles de renta están adoptando
estrategias de Industria 4.0. La estrategia I-Korea (2017)
de la República de Corea promueve nuevos motores
de crecimiento que incluyen la inteligencia artificial, los
drones y los coches autónomos, de acuerdo con la política
económica impulsada por la iniciativa innovadora del
Gobierno. Otro ejemplo es Making Indonesia 4.0, centrado en
la mejora del rendimiento industrial (véase el capítulo 26).
Uganda adoptó su propia Estrategia Nacional 4IR en octubre
de 2020 que hace hincapié en la gobernanza electrónica, el
urbanismo (ciudades inteligentes), la atención sanitaria, la
educación, la agricultura y la economía digital; con el fin de
apoyar a las empresas locales, el Gobierno está estudiando
la posibilidad de introducir en 2020 un proyecto de ley de
creación de empresas emergentes que obligue a todos los
directivos a agotar el mercado nacional antes de adquirir
soluciones digitales del extranjero (véase el capítulo 19).
La economía digital es el eje del Plan Estratégico Digital
del Camerún 2020 (2017). El Camerún ha creado un centro
de alta tecnología especializado en robótica, fabricación
digital y visión asistida por ordenador, así como un centro
de impresión 3D único en el África Subsahariana. La Escuela
Nacional de Correos, Telecomunicaciones y Tecnologías de la
Información y la Comunicación abrió sus puertas en Yaundé
en 2016 y desde 2017 existe un centro de formación en
diseño asistido por computadora y herramientas de diseño.
El Camerún cuenta con 28 centros tecnológicos activos. En
2019, el país tuvo la mayor densidad de publicaciones sobre
inteligencia artificial y robótica del subcontinente (véanse
capítulos 19 y 20).
Alrededor de una cuarta parte de los centros tecnológicos
africanos están clasificados como espacios de cotrabajo, o
talleres colaborativos, donde el uso de impresoras 3D, drones
y otras tecnologías de la Industria 4.0 es habitual, según un
estudio de la organización de operadores móviles GSMA.
El número de centros tecnológicos activos en toda África
aumentó entre 2016 y 2020 y pasó de 314 a 744 (véase el
capítulo 20).
Ayuda a la digitalización de las empresas
Varios países quieren convertirse en centros digitales
regionales, como Australia, Djibouti y Marruecos.
Sin embargo, la mayoría de las empresas aún no están
digitalizadas. La Comisión Europea calcula que solo una de
cada cinco empresas de la Unión Europea ha efectuado esa
transición; en este sentido, la Comisión ha creado centros
de innovación digital para que las empresas de todos los
tamaños puedan “probar antes de invertir” en tecnologías
digitales.
La estrategia australiana de Industria 4.0, Tech Future
(2018), propone el establecimiento de “laboratorios de
pruebas” en cinco universidades para contribuir a la
Figura 1.4 : Publicaciones científicas internacionales conjuntas, por región y por país, 2015
y 2019 (%)
En porcentaje del número total de publicaciones (%)
Los datos de 2015 figuran entre paréntesis
Porcentaje de
publicaciones
científicas de coautores
internacionales
23,5%
en 2019
AMÉRICA DEL NORTE
(36,5) 41,3
Canadá
(51,8) 57,9
EUROPA
(37,4) 41,1
UNIÓN EUROPEA
(41,0) 46,5
Estados Unidos de América
(36,4) 40,9
EL CARIBE
(59,2) 71,2
21,7%
en 2015
México
(40,3) 45,0
Brasil
(30,8) 35,2
18,6%
en 2011
MUNDO
(21,7) 23,5
Argentina
(46,6) 50,5
AMÉRICA LATINA
(36,8) 40,8
Francia
(54,5) 60,3
Reino Unido
(57,6) 64,5
Alemania
(50,6) 54,8
Italia
(46,3) 50,3
Turquía
(21,2) 25,1
ESTADOS ÁRABES
Egipto
(52,2) 53,3
(57,2) 53,7
Japón
(26,3) 31,2
Federación de Rusia
(27,2) 23,7
ÁFRICA SUBSAHARIANA
(58,9) 60,5
Sudáfrica
(54,1) 57,4
ASIA OCCIDENTAL
(30,2) 34,9
República
Islámica del Irán
(20,6) 28,2
Israel
(52,0) 54,3
Arabie Saoudite
(76,2) 75,8
Emiratos Árabes
Unidos
(67,1) 71,8
India
(17,7) 18,9
ASIA CENTRAL
(61,0) 61,3
ASIA MERIDIONAL
(21,5) 24,5
ASIA ORIENTAL Y SUDORIENTAL
(22,0) 24,2
China
(20,2) 23,0
República de Corea
Malasia
(39,0) 43,8
Indonesia
(40,1) 17,0
(26,9) 29,3
Australia
(53,9) 62,2
Nueva Zelandia
(59,0) 64,7
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 9
transformación de las empresas en fábricas “inteligentes”
(véase el capítulo 26).
Malasia apoya la digitalización de sus empresas gracias a
la subvención de la automatización inteligente impulsada
por la Malaysia Digital Economy Corporation en julio de
2020, como parte de la Política Nacional de Industria 4.0. Esta
subvención de contrapartida está destinada a las empresas
del sector de los servicios que asumen al menos la mitad
del costo total de su proyecto de digitalización. El Centro
de experimentación en fabricación inteligente, cuya puesta
en marcha está prevista para 2021, permitirá que las pymes
acceden a las plataformas y tecnologías existentes, con el fin
de proporcionarles un “banco de pruebas” para ensayar su
innovación (véase el capítulo 26)3.
En Filipinas, el programa SETUP 4.0 ofrece a las
microempresas y a las pymes préstamos de hasta 5 millones
de pesos filipinos (unos 100 000 dólares estadounidenses)
para innovar en ámbitos relacionados con la Industria 4.0. En
2020, el programa prevé ayudar a 800 empresas, en particular
mediante el suministro de equipos y formación (véase el
capítulo 26).
La carrera de la inteligencia artificial
Entre 2016 y 2020, más de 30 países4 adoptaron estrategias
específicas en materia de inteligencia artificial. Mientras que
el Canadá aspira a liderar el debate internacional sobre el
potencial impacto social de la inteligencia artificial (véase el
capítulo 4), China, la Federación de Rusia y los Estados Unidos
de América rivalizan por lograr una ventaja competitiva en el
ámbito de la propia inteligencia artificial.
El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró en 2017 que
“quien consiga el liderazgo en este ámbito gobernará el
mundo” (capítulo 17).
Para 2030, China quiere ser “el principal centro mundial
de innovación en inteligencia artificial”, según su Plan de
Desarrollo de la Inteligencia Artificial de Nueva Generación.
China encabeza la clasificación mundial por el número de
patentes de inteligencia artificial que posee, pero carece de
talentos de primer nivel en este ámbito; en este sentido, el
Gobierno ha puesto en marcha una serie de programas a gran
escala en el ámbito de las ciencias y la ingeniería para 2030,
que incluyen la computación cuántica y las neurociencias
(véase el capítulo 23).
El proyecto de presupuesto en materia de investigación del
Gobierno estadounidense para 2021 establecía importantes
incrementos destinados a la información cuántica y la
inteligencia artificial, como parte de su objetivo de duplicar la
inversión general de los Estados Unidos de América en estos
dos ámbitos de aquí a 2022 en relación con los niveles de
2019 (véase el capítulo 5).
Las agendas digital y ecológica avanzan en paralelo
La mayoría de los países están convencidos de que su futura
competitividad económica dependerá de su éxito en la
transición a las sociedades digitales.
Mientras tanto, la adopción de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible en 2015, junto con el creciente costo del
10 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
desarrollo no sostenible y el impacto del cambio climático,
han convertido la transición ecológica de los países en
una meta prioritaria. Los fenómenos convergentes del
fuerte crecimiento económico, la mayor dependencia
de la tecnología y el aumento de las temperaturas están
impulsando las necesidades energéticas. En Asia Central, por
ejemplo, dos décadas de rápido crecimiento económico han
incrementado la demanda de electricidad, lo que ha supuesto
un aumento de las emisiones de carbono y una merma de los
ingresos de las exportaciones: el 86% del gas natural uzbeko
se destina ahora al consumo interno (véase el capítulo 14).
Los países son muy conscientes de que su futura
competitividad económica dependerá de la rapidez con la
que consigan hacer la transición a una economía ecológica y
digital de manera paralela. Este doble objetivo se refleja, por
ejemplo, en las estrategias adoptadas por la Comunidad del
Caribe (CARICOM) a través de su Política Energética Regional
(2013) y su Estrategia Digital 2025 (2019). En 2018, los Estados
Miembros de la CARICOM crearon el Centro Caribeño para
las Energías Renovables y la Eficiencia Energética (véase el
capítulo 6).
La política industrial de la Unión Europea (2021) se basa
en tres pilares: la transición ecológica, la transición digital y
la competitividad mundial. La UE tiene previsto gastar 1,8
billones de euros en fondos públicos entre 2021 y 2027, de
los cuales el 30% se invertirá en la doble transición ecológica
y digital de los países. Uno de los ejes de la transición “verde”
será la economía circular (véase el capítulo 9).
En 2018, la Federación de Rusia aprovechó su presidencia
rotatoria de la Unión Económica Euroasiática (UEE) para
proponer una serie de ámbitos en los que “reajustar” la
Unión, en particular mediante la creación de un espacio
digital y un mercado energético comunes para los Estados
Miembros, así como la cooperación en los ámbitos de las
tecnologías ecológicas, las fuentes de energía renovables, la
bioingeniería, la nanotecnología, la ecología, la medicina y
el espacio. Los Estados Miembros quieren crear un “territorio
de la innovación” que aproveche sus diferentes capacidades
(véase el capítulo 13). Ese mismo año, la Unión Económica
Euroasiática puso en marcha su Estrategia Digital (véase el
capítulo 14).
Al igual que otros países en desarrollo, Túnez necesita
diversificar su economía para crear empleo y atraer más
inversión extranjera directa. Túnez forma parte del creciente
número de países que optan por la vía de las industrias
basadas en el conocimiento. El flujo de inversión extranjera
directa en Túnez creció un 16% a lo largo de 2017-2018,
ya que las empresas extranjeras de electrónica se vieron
atraídas por la mano de obra altamente cualificada y
competitiva en términos de costos, especialmente en los
subsectores del automóvil y la aeronáutica. Un conjunto de 41
empresas electrónicas, que representan unas ventas anuales
acumuladas de unos 1 200 millones de dólares, crearon el
grupo ELENTICA en mayo de 2017 (véase el capítulo 17).
En octubre de 2018, ELENTICA se asoció con el Ministerio
de Educación Superior e Investigación Científica de Túnez con
el objetivo de promover la colaboración científica y establecer
centros de investigación en las empresas de ELENTICA.
Estos institutos de investigación se centrarán en ámbitos
como la Internet de las cosas, las ciudades inteligentes, las
energías renovables y las tecnologías de redes inteligentes,
los vehículos eléctricos y la agricultura electrónica. Otros
sectores basados en la tecnología están experimentando
un rápido crecimiento: las exportaciones del sector
aeronáutico se dispararon entre 2010 y 2018 y las del sector
farmacéutico se triplicaron entre 2012 y 2018 (véase el
capítulo 17).
Túnez es un ejemplo perfecto del reto al que se enfrentan
actualmente los países de todos los niveles de renta: ¿cómo
pasar en poco tiempo a una economía que sea a la vez
digital y ecológica, sin descuidar la inversión ninguno de
estos dos ámbitos, ni aumentar la carga de la deuda? Al
mundo le quedan menos de diez años para cumplir sus
Objetivos de Desarrollo Sostenible de aquí a 2030.
La aplicación simultánea de estas metas paralelas exige
una inversión consecuente y coordinada en el desarrollo
de las infraestructuras —centros de datos, equipos de
computación de alto rendimiento, parques solares y eólicos,
etc.—, así como una reforma reglamentaria y una revisión
de la educación y la formación técnica y profesional a fin de
preparar a los jóvenes para el mercado laboral del futuro.
Además, para dificultar la situación, numerosos países en
desarrollo están modernizando al mismo tiempo sus redes
de transporte, en particular puertos, carreteras, oleoductos
y ferrocarriles. Las modernas redes de transporte
transnacionales serán esenciales, por ejemplo, para facilitar
la circulación de mercancías en la futura Zona de Libre
Comercio Continental Africana.
El Japón es sin duda el país que lleva a cabo con mayor
firmeza este doble objetivo ecológico y digital. Ante la
baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población,
el Gobierno adoptó en 2017 una nueva estrategia
denominada “Sociedad 5.0” con la finalidad de crear un
sistema socioeconómico sostenible e inclusivo impulsado
por las tecnologías digitales. El objetivo es ir más allá de la
Industria 4.0 para transformar el modo de vida japonés. Las
ciudades se abastecerán de energía suministrada de forma
flexible y descentralizada para satisfacer las necesidades
específicas de los habitantes y al mismo tiempo ahorrarán
energía. Los drones llevarán los servicios postales a las zonas
despobladas. En los sectores en los que escasea la mano
de obra, los vehículos autodirigidos ararán los campos y se
utilizarán robots en las residencias de ancianos (véase el
capítulo 24).
El Gobierno apuesta por que la Sociedad 5.0 ofrezca al
Japón los medios para superar su estancamiento económico
crónico. Las empresas japonesas han reaccionado a la
reducción del mercado nacional adquiriendo empresas
en el extranjero para “comprar tiempo y mano de obra”.
Como consecuencia de ello, la inversión se está alejando
de las costas del Japón y el tejido industrial del país se
deteriora. Aunque de momento no ha tomado la delantera
en las industrias digitales, el Japón podría aprovechar sus
tradicionales bazas en el ámbito de la ingeniería mecánica y
de materiales para desarrollar sistemas ciberfísicos avanzados.
Gracias a la introducción activa de la inteligencia artificial
en el lugar de trabajo, se espera que la despoblación y el
envejecimiento dejen de ser desventajas en una economía
menos intensiva en términos de mano de obra (véase el
capítulo 24).
Riesgo de mayores desigualdades sociales
La digitalización de la economía presupone que los
ciudadanos tienen cuentas bancarias y tarjetas de crédito que
les permiten realizar transacciones en línea. El establecimiento
de un sistema de pago digital en los países en desarrollo
contribuirá a la aparición del comercio electrónico y frenará la
evasión fiscal y la corrupción, pero también es probable que
aumente la vulnerabilidad de los empleados en la economía
informal, donde los pagos en efectivo son la norma.
La India es una economía de dinero en efectivo. Para reducir
el tamaño de la economía informal, el Gobierno tomó una
medida radical en 2016 consistente en desmonetizar dos
billetes que representaban alrededor del 86% de los billetes
que se encontraban en circulación en ese momento. Entre
2014 y 2017, la proporción de ciudadanos con una cuenta
bancaria se disparó del 53% al 80% y el mercado digital se
Figura 1.5 : Número de publicaciones científicas por tecnología estratégica transversal,
2018-2019
Bioinformática
Biotecnología
6 924
275 577
IA y robótica
215 863
Energía
193 592
Materiales
87 083
56 666
Nanotecnología Optoelectrónica
y fotónica
35 339
25 945
Estrategia,
defensa y
seguridad
19 164
290
Tecnología
Internet
de cadenas
de las cosas
de bloques
Nota: los datos bibliométricos relativos a los subcampos del vasto sector de las tecnologías estratégicas transversales se basan en una clasificación por revistas; para más
detalles, véase el anexo 5. Las primeras revistas específicas sobre la tecnología de cadenas de bloques aparecieron en 2018.
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 11
48,3
6,0
6,3
5,8
5,9
3,5
5,5
3,0
4,4
4,0
4,8
18,1
0,5
0,5
1,4
1,9
0,9
0,8
1,5
1,2
0,9
0,9
Japón
4,6
China
0,7
0,1
0,2
0,1
Estados Unidos de América
0,3
1,0
0,8
2,2
0,8
0,8
0,8
0,5
0,4
0,5
0,6
0,7
0,7
0,8
0,9
Arabia Saudita
3,6
2,4
5,5
4,6
7,8
6,5
6,1
5,3
9,1
Unión Europea
2,2
2,2
3,2
3,9
3,5
3,3
2,0
2,4
20,1
19,9
0,6
0,8
0,5
0,6
1,3
1,5
1,4
1,1
1,4
1,1
7,5
2,5
3,2
2,4
3,1
1,8
1,9
3,4
4,0
3,2
4,3
10,4
10,8
Turquía
7,5
8,4
32,4
28,1
3,5
4,7
2,9
3,7
2,0
3,2
2,5
3,2
3,1
5,1
23,2
República de Corea
Alemania
Francia
Italia
México
3,9
2,0
1,5
Reino Unido
37,6
7,1
37,0
38,6
39,0
35,6
9,0
4,6
3,0
2,9
3,9
1,9
Federación de Rusia
5,7
6,8
5,8
6,2
3,7
5,1
4,0
4,6
4,6
6,6
27,9
13,7
13,8
16,6
21,1
23,6
19,3
23,2
23,7
24,9
25,2
Canada
3,6
4,8
4,5
4,8
2,6
3,4
4,6
4,5
4,2
5,6
35,7
18,2
21,2
20,8
23,8
2,4
2,6
2,5
2,5
1,3
1,7
2,7
3,2
2,2
2,7
12 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Figura 1.6 : Parte de las publicaciones mundiales sobre tecnologías estratégicas transversales específicas en el G20, 2015 y 2019 (%)
Indonesia
1,3
1,4
0,6
0,8
1,8
2,1
2,0
1,9
1,8
2,0
India
Brasil
0,3
0,1
0,2
0,2
0,5
0,3
0,9
0,6
0,5
0,5
1,1
1,5
3,8
3,3
1,7
1,9
2,6
2,4
2,0
2,5
Sudáfrica
Australia
0,1
0,1
0,1
0,2
0,2
0,3
0,3
0,2
0,2
0,2
Argentina
IA y robótica
Energía, 2015
Materiales, 2015
Nanotecnología, 2015
Optoelectrónica y fotónica, 2015
IA y robótica, 2019
Energía, 2019
Materiales, 2019
Nanotecnología, 2019
Optoelectrónica y fotónica, 2019
Remarque : Le terme IA est l’abréviation d’« intelligence artificielle ». Les pourcentages indiqués incluent des valeurs non exclusives, du fait que les travaux signés par de multiples auteurs issus de différents pays sont comptabilisés dans chacun de ces pays.
Source : Scopus (Elsevier), hors lettres, sciences humaines et sciences sociales, traitement des données par Science-Metrix.
expandió. Durante la crisis de la COVID-19, los pagos en línea
se han convertido en una opción especialmente atractiva
en la India y en otros países, ya que permiten respetar el
distanciamiento físico en las transacciones financieras.
En África, la revolución digital se ve impulsada por el
crecimiento constante de la telefonía móvil y los sistemas
de pago digitales con funcionalidades avanzadas, que se
basan en la confluencia del dinero móvil y la Internet de las
cosas. Kenya es uno de los mercados de crédito digital más
maduros de las economías en desarrollo, donde el volumen
de préstamos digitales superó al de los tradicionales en
2015. En 2020, el centro nacional de datos de Tanzania puso
en marcha la N-Card, que permite los pagos digitales. En
2019, el 78% de los adultos de las zonas rurales de Tanzania
podían acceder a servicios financieros formales en un radio
de 5 km.
En octubre de 2019, los ministros africanos encargados de
la comunicación adoptaron la Declaración de Sharm El Sheikh,
en la que se proponía una estrategia de transformación digital
para África. Invitaron a los Estados Miembros a que ratificaran
la Convención de la Unión Africana sobre Ciberseguridad y
Protección de Datos Personales (la Convención de Malabo,
2014), que insta a los países a establecer un sistema financiero
sin dinero en efectivo para favorecer los mercados digitales
y combatir la corrupción, así como a elaborar normas para
proteger los datos nacionales5. Los ministros también instaron
a los Estados Miembros a que adoptaran una postura africana
común sobre la inteligencia artificial y crearan un grupo
de reflexión sobre este tema para evaluar y recomendar
proyectos de colaboración conformes con la Agenda 2063
de la Unión Africana y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(véase el capítulo 18).
Esta estrategia digital sería ambiciosa para cualquier
región del mundo, pero lo es mucho más para África que
aún se encuentra en la fase de ampliar el acceso de Internet
al conjunto de la población. Entre 2015 y 2019, el acceso
a Internet avanzó solo un 0,24% hasta alcanzar el 24,2%
de la población africana (véase el capítulo 19). A pesar de
la ampliación de las infraestructuras de comunicación,
numerosos ciudadanos y empresas del continente no
pueden permitirse el acceso a Internet, que sigue siendo
costoso por la falta de competencia en el mercado (véase
el capítulo 20). Así, por ejemplo, en octubre de 2020,
Madagascar contaba con el segundo servicio de Internet de
banda ancha fija más rápido de África, después de Ghana,
tras haberse conectado al sistema de cable submarino
de África oriental en 2010, pero pocos malgaches podían
permitirse acceder a Internet.
La India ilustra perfectamente los retos a los que se
enfrentan los países para modernizar su economía y avanzar
en sus objetivos digitales en paralelo, ya que condensan en
unos pocos años lo que normalmente sería un proceso más
gradual. En 2018, al mismo tiempo que el Gobierno indio
ampliaba el acceso de los ciudadanos a una cuenta bancaria,
un grupo de reflexión gubernamental, la Institución Nacional
para la Transformación de la India (NITI Aayog), publicaba
una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial destinada a
impulsar mejoras en la atención sanitaria, la educación y los
rendimientos agrícolas. Esta estrategia también tiene como
objetivo favorecer las ciudades, la movilidad y el transporte
inteligentes. El grupo de reflexión explora asimismo que la
tecnología de cadena de bloques —ya muy extendida en
el Gobierno— se aplique en las industrias farmacéuticas
y de fertilizantes, en los vehículos eléctricos e híbridos del
sector automovilístico, así como en las crecientes energías
renovables.
En 2015, el Gobierno indio seleccionó un centenar
de ciudades con una población acumulada de 99,6
millones de habitantes para convertirlas en las primeras
ciudades inteligentes del país. No existe una definición
universalmente aceptada de ciudad inteligente, a pesar
de su multiplicación en todo el mundo. El concepto indio
combina tecnologías digitales y sostenibles para garantizar
el abastecimiento de agua y saneamiento, el suministro
de electricidad, los servicios de educación y atención
sanitaria, así como unas viviendas seguras y asequibles y una
movilidad urbana eficiente. Sin embargo, existe el riesgo de
que estas ciudades inteligentes agudicen las desigualdades
sociales, ya que, según el Ministerio de Vivienda y Asuntos
Urbanos, el 80% de la financiación de las ciudades
inteligentes de la India se destinará al desarrollo por zonas,
lo que beneficia únicamente a una parte de la población de
una ciudad (véase el capítulo 22).
Existe una preocupación particular por el hecho de que
la doble transición digital y ecológica podría exacerbar las
desigualdades sociales sobre todo desde la perspectiva de
la transferencia de empleos a gran escala. En el caso de la
transición digital, la automatización cristaliza la preocupación;
en el caso de la transición ecológica, se trata de la perspectiva
de eliminar gradualmente las industrias contaminantes, como
las centrales de carbón, que constituyen enormes fuentes
de empleo. Esto ha llevado a algunos gobiernos a aprobar la
construcción de nuevas centrales de carbón a sabiendas de
que resultarán antieconómicas.
La Comisión Europea pretende que los empleos que se
pierden en un sector industrial dado a favor de la economía
digital y ecológica puedan volver a crearse en otra parte. El
Mecanismo para una Transición Justa pretende limitar las
consecuencias de estas medidas en los Estados Miembros
más vulnerables mediante recursos adaptados. Este
mecanismo forma parte del Plan de Inversiones para una
Europa Sostenible presentado por la Comisión Europea en
enero de 2020, que moviliza la inversión pública y privada
hasta un total acumulado de al menos 1 billón de euros
(véase el capítulo 9).
Preocupación por la automatización
Hasta ahora, la Industria 4.0 no parece haber provocado
una pérdida generalizada de empleos. En América Latina,
la tecnología financiera y la creciente automatización están
empezando a orientar la inversión hacia productos, procesos
y servicios que se basan en la innovación, pero el impacto
en el empleo aún no se ha hecho sentir. Si tomamos el
ejemplo de México, en 2018 el país contabilizaba 5 700
robots industriales y ocupaba el noveno puesto mundial en
materia de automatización. Aproximadamente la mitad de
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 13
estos robots se usan en el sector del automóvil y una parte
importante de estos son importados de los Estados Unidos
de América, Europa y Asia por fabricantes de automóviles que
poseen plantas de montaje locales (véase el capítulo 7).
También en la India, el sector de la fabricación representa
la mayor parte de los robots importados6. Aunque su número
aumentó una media del 64% anual entre 2000 y 2016, estos
no representan más del 10% del empleo total en la industria
manufacturera. Sin embargo, con el rápido desarrollo de
las tecnologías relacionadas, numerosas tareas podrían
automatizarse en un futuro próximo. Este proceso podría
alterar radicalmente el panorama del empleo en la India y
otros lugares (véase el capítulo 22).
El declive de la fabricación tradicional se ha convertido en
un tema sensible en los Estados Unidos de América. En 2017, la
producción manufacturera fue al menos un 5% mayor que en
2000, pero el sector se ha vuelto más intensivo en capital y necesita
menos mano de obra, debido a la introducción generalizada de la
automatización. Entre 2000 y 2017 se perdieron unos 5,5 millones
de empleos en el sector manufacturero de los Estados Unidos de
América (véase el capítulo 5).
Este descenso también puede atribuirse a un desajuste
de competencias en el sector manufacturero actual de los
Estados Unidos de América, que es más sofisticado. Las
personas con un certificado de educación secundaria o
menos que realizan tareas estandarizadas tienen más de
cuatro veces más probabilidades de ocupar puestos de
trabajo altamente automatizables que los que tienen un
título universitario. Doce millones de estos trabajadores de
origen hispano y afroamericano ya se han visto afectados por
la automatización. En las próximas décadas, se calcula que
alrededor del 25% de los empleos de los Estados Unidos de
América (36 millones en 2016) estarán muy expuestos a la
automatización (véase el capítulo 5).
Un fenómeno relativamente nuevo en los Estados Unidos
de América es que la inteligencia artificial está amenazando los
empleos profesionales mejor remunerados en los ámbitos de
la alta tecnología y en las zonas metropolitanas. Esta tendencia
requerirá una reestructuración profunda de los itinerarios
profesionales y los programas de formación (véase el capítulo 5).
La energía como elemento fundamental de la doble
transición
Las energías renovables fueron el único sector energético
que experimentó un crecimiento en el momento álgido
de la pandemia de COVID-19 y se prevé que la demanda
siga creciendo. Los sistemas de energía renovable son más
rentables que las demás fuentes energéticas, en particular
gracias a los avances de las tecnologías eólica y solar (véase el
capítulo 2).
La energía es un elemento fundamental de la transición
digital y ecológica. En África Subsahariana, solo la mitad
(48%) de la población tiene actualmente acceso a la
electricidad, según la Agencia Internacional de Energía. Los
gobiernos son plenamente conscientes de que no puede
haber ni industrialización ni economía digital sin un acceso
universal a la energía. La estrategia de la Agenda 2063 de la
14 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Unión Africana da gran prioridad a la inversión en energías
renovables, como complemento de la ampliación de la red.
La Comunidad de África Meridional para el Desarrollo
inauguró en 2015 un centro de energías renovables y
eficiencia energética en Namibia, para mejorar el acceso a
la electricidad en la subregión. Entre 2015 y 2018, la cuota
global de renovables en la capacidad de producción eléctrica
de África Meridional pasó del 24% al 39%. La mayoría de los
proyectos están relacionados con la energía eólica, solar e
hidroeléctrica (véase el capítulo 20).
En África Oriental, la energía geotérmica llega ya a más del
35% de los hogares kenianos. En noviembre de 2019, Kenya
superó a Islandia y se situó en el octavo puesto mundial en
materia de capacidad de producción de energía geotérmica.
El desarrollo de esta tecnología se ha acelerado desde
la inauguración de Kenya Vision 2030 en 2008, que hacía
hincapié en las energías renovables.
En los Estados insulares del Caribe y el Pacífico Sur, las
energías renovables se perciben como un medio de reducir
las costosas importaciones de combustibles fósiles y
garantizar una mayor independencia energética. Seis países
insulares del Pacífico se proponen generar el 100% de su
electricidad a partir de fuentes renovables en una década
(véase el capítulo 26). Cinco países del Caribe han puesto
en marcha un proyecto para explotar sus vastas reservas
geotérmicas con el apoyo del Fondo Verde para el Clima
(véase el capítulo 6).
Varios países están abandonando los proyectos
hidroeléctricos como consecuencia de la irregularidad de las
lluvias (por ejemplo, Sri Lanka y Zambia) o por cuestiones de
seguridad. Tras un informe de la Agencia nacional de agua y
saneamiento del Brasil en 2018 en el que se advertía de que la
producción energética de 45 presas estaba en grave peligro,
el Gobierno anunció el fin de los proyectos de megacentrales
hidroeléctricas en la Amazonia (véase el capítulo 8). En
cambio, está prevista una megacentral hidroeléctrica en la
República Democrática del Congo (véase el capítulo 20).
Los proyectos para el desarrollo de las energías
renovables abundan en todo el mundo. Alrededor del
16% de la generación de electricidad provino de la
energía hidroeléctrica, y un 10% de la solar, la eólica, los
biocombustibles y la biomasa en 2018. Sin embargo,
numerosos países siguen importando tecnologías
prefabricadas, en lugar de adaptarlas o desarrollar las suyas
propias.
Las medidas de industrialización y desarrollo de las
infraestructuras, por un lado, y de I+D, por otro, discurren por
caminos paralelos, cuando debieran reforzarse mutuamente
(véase el capítulo 21). Sin embargo, cada vez hay más países
que vinculan ambos procesos. La política iraní relativa a
los requisitos en materia de contenido nacional (2016)
introdujo una cláusula en la que se exigía que los acuerdos
internacionales y los grandes proyectos nacionales “incluyeran
tecnología y formación locales”. La Visión 2030 de la Arabia
Saudita establece el objetivo de fabricar localmente el 50% de
los equipos militares que se importen para 2030. En Ecuador,
los investigadores se han especializado en tecnologías
de redes inteligentes, desde que una serie de apagones
ocurridos en 2009 llevó al Gobierno a priorizar la inversión
en infraestructuras energéticas e iniciar la transición a las
energías renovables (véanse los capítulos 2 y 7). Bhután
planea establecer diez laboratorios de fabricación en todo
el país de aquí a 2023; un programa piloto “Fab4Fab” estudia
cómo producir localmente los componentes necesarios
para los laboratorios de fabricación con miras a sustituir las
importaciones (véase el capítulo 21).
Uno de los retos políticos será garantizar que la agenda de
desarrollo sostenible de los países se aplique en los distintos
sectores económicos. Por ejemplo, las industrias ecológicas
no figuran entre los sectores prioritarios de la Política
Industrial Estatal de Mongolia (2015), a pesar de que la Política
estatal en materia energética 2015-2030 (2015) se centra en
desarrollar la energía eólica y solar y en lograr el objetivo del
30% de energías renovables en el consumo energético total
para 2030 de acuerdo con su Política de Desarrollo Ecológico
(2014-2030) [véase el capítulo 14].
Implantación… y reducción gradual de la energía
nuclear
La construcción de una central nuclear supone una inversión
de miles de millones de dólares y tiene una vida útil de unos
40 años. Con toda probabilidad habrá que cerrar el 25% de la
capacidad nuclear existente para 2025 (véase el capítulo 2).
Varios países en desarrollo tienen previsto implantar centrales
nucleares, como Egipto y los Emiratos Árabes Unidos (véase el
capítulo 17), Mongolia (véase el capítulo 14) y Zambia (véase
el capítulo 20).
Por su parte, la República de Corea desarrolla tecnologías
energéticas que utilizan el hidrógeno para compensar el
abandono gradual de la energía nuclear, de acuerdo con su
Tercer Plan Maestro de Energía para el período 2019-2040.
Dado que este país es uno de los principales fabricantes
de reactores nucleares, existe cierta preocupación por que
el progresivo abandono de la energía nuclear afecte a su
competitividad a escala mundial. Además, serán necesarias
inversiones considerables en materia de infraestructuras
para alcanzar el objetivo de una cuota del 20% de energía
renovable en 2020, ya que estas solo representaban en torno
a un 5% del suministro de energía primaria en 2017. Una de
las estrategias consiste en ayudar a los agricultores a convertir
las zonas degradadas en huertas solares (véase el capítulo 25).
El desarrollo de la tecnología de las pilas de combustible de
hidrógeno es también uno de los objetivos de las Perspectivas
de la oferta y la demanda de energía a largo plazo del Japón
(2015). Tras el gran terremoto del Japón oriental (2011), las
centrales nucleares del país se cerraron para someterse a
inspecciones y actualizaciones obligatorias entre 2013 y
2015. Para compensar la pérdida de energía nuclear, el Japón
aumentó su dependencia de las importaciones de petróleo,
gas y carbón. La instalación de sistemas solares se ha visto
frenada por el elevado precio de la electricidad, que ha
supuesto un lastre para la industria. Esta situación provocó,
en 2018, una bajada del precio fijo que los consumidores
pagaban por la energía solar y eólica, así como una
liberalización del mercado minorista.
Resulta simbólico que tanto el Japón (véase el capítulo 24)
como Ucrania (véase el capítulo 12) instalen plantas solares
en los lugares donde se produjeron los peores desastres
nucleares del mundo, Fukushima (2011) y Chernóbil (1986).
La transición energética encuentra resistencias
Los países en desarrollo cooperan con socios internacionales
para acceder a la financiación ecológica. Por ejemplo, las
tarifas reguladas y el sistema de subasta de energía solar de
Kazajstán se han desarrollado en el Marco de las Energías
Renovables de Kazajstán, un proyecto cofinanciado desde
2017 por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y
el Fondo Verde para el Clima. Uno de los retos de los países en
desarrollo consistirá en conciliar las demandas de innovación
del sector minero, que con frecuencia constituye la base de
sus economías (véase el capítulo 14).
Un número cada vez mayor de países en desarrollo utiliza
los ingresos procedentes de la minería y la prospección
petrolera y gasística para financiar su transición ecológica.
En 2019, Guyana aprovechó el descubrimiento de reservas
de petróleo y gas en alta mar para crear un fondo soberano
de inversión que está utilizando los ingresos del petróleo
para financiar su transición a las energías renovables (véase
el capítulo 6). El Fondo soberano de inversiones estratégicas
del Senegal (creado en 2012) utiliza los ingresos estatales
procedentes del petróleo y el gas para invertir en fondos
de capital destinados a las pymes en sectores considerados
prioritarios por el Plan Senegal Emergente (2014), como la
energía solar, la agricultura y la sanidad (véase el capítulo
18). En Mongolia, la Política de Desarrollo Ecológico (20142030) prevé equilibrar el desarrollo de las industrias mineras
y metalúrgicas mediante la creación, entre otros, de un fondo
soberano de inversión que se nutra de los ingresos del sector
minero con el fin de apoyar el desarrollo sostenible a largo
plazo (véase el capítulo 14).
En los países industrializados, el proceso de transición
gradual a las energías renovables ha encontrado cierta
resistencia por parte de los defensores de las energías
tradicionales. Por ejemplo, en los cuatro años (2016-2019)
posteriores a la adopción del Acuerdo de París, 35 bancos
del Canadá, China, Europa, el Japón y los Estados Unidos de
América invirtieron en conjunto 2,7 billones de dólares en
combustibles fósiles (véase el capítulo 2).
Sin embargo, se respira un aire de cambio. En 2017, Irlanda
se convirtió en el primer país del mundo en comprometerse
a desvincular totalmente sus fondos públicos de los
combustibles fósiles. El Parlamento aprobó una ley para
eliminar las inversiones en carbón, petróleo y gas del Fondo
de Inversión Estratégica de Irlanda, dotado con 8 000 millones
de euros (unos 9 500 millones de dólares) (véase el capítulo 2).
En 2019, el Parlamento noruego aprobó una ley que obliga
al Fondo Soberano de Noruega, el mayor del mundo con
un valor de más de un billón de dólares estadounidenses, a
abandonar sus inversiones en ocho empresas de carbón y
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 15
unos 150 productores petrolíferos por un valor total de 13 000
millones de dólares (véase el capítulo 11).
Los gobiernos están más sensibilizados a la necesidad
de un desarrollo que respete el clima
Los gobiernos han tomado conciencia de la necesidad
de aplicar políticas de desarrollo que tengan en cuenta
el clima. Mozambique, por ejemplo, está invirtiendo en
infraestructuras resilientes al clima, y Zambia ha adoptado
un Plan de inversión en agricultura climáticamente inteligente
(véase el capítulo 20).
En 2021, Djibouti tiene previsto inaugurar su Observatorio
regional del cambio global. El Organismo Internacional de
Energía Atómica ha proporcionado sofisticados equipos
científicos para este centro, que estudiará el impacto del
cambio climático en los frágiles ecosistemas de África Oriental
y las nuevas enfermedades, como la fiebre chikungunya y la
COVID-19 (véase el capítulo 19).
En 2017, Camboya informó que había alcanzado su objetivo
de dedicar el 1% del gasto público a luchar contra el cambio
climático, de acuerdo con el Plan estratégico de cambio
climático de Camboya 2014-2023. Sin embargo, los avances
se ven obstaculizados por la falta de datos y tecnologías, así
como por el limitado acceso a la financiación de las empresas
que desean realizar inversiones inteligentes desde una
perspectiva climática (véase el capítulo 26).
En el Caribe, una serie de huracanes devastadores ha
puesto de relieve la necesidad de reconstruir infraestructuras
más resilientes. Ello requerirá una mayor inversión de capital,
lo que acentuará la carga fiscal de los miembros de la
CARICOM, que ya tienen una de las mayores deudas públicas
del mundo en relación con el tamaño de sus economías. En
2018 se formó una “coalición de países dispuestos a actuar”
para establecer el Programa de acelerador inteligente del
Caribe frente al clima, cuyo ambicioso objetivo consiste en
convertir el Caribe en la primera zona del mundo adaptada
al cambio climático. Más de 26 países y 40 socios del sector
público y privado se han unido a este acelerador, entre ellos
la Organización de los Estados del Caribe Oriental, el Banco
Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial (véase el
capítulo 6).
La industria de la captura y el almacenamiento de carbono
aún está en sus albores, a pesar de que se considera vital
para limitar el calentamiento global. En Noruega, Equinor
está desarrollando lo que podría ser el primer proyecto a
escala industrial de captura y almacenamiento de carbono en
Europa (véase el capítulo 11).
En los sistemas de gobernanza federal suelen existir
disparidades entre las políticas federales y estatales, lo cual
impide el establecimiento de una estrategia nacional global
de mitigación del cambio climático y adaptación a sus efectos.
Es el caso, por ejemplo, del Canadá, los Estados Unidos de
América y Australia (véanse los capítulos 4, 5 y 26).
La investigación sobre la sostenibilidad sigue siendo
marginal
De todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados
con el crecimiento económico, los que se centran en la
16 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
industria, la innovación y las infraestructuras (ODS9) y las
ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11) fueron los que
más ayuda oficial al desarrollo recibieron entre 2000 y 2013,
con aportaciones de los donantes de 130 000 millones y
147 000 millones de dólares estadounidenses respectivamente
(véase el capítulo 2).
Los temas de investigación relacionados con la sostenibilidad
ambiental, que se ajustan a los ODS de consumo responsable
(ODS 12), acción climática (ODS 13), vida submarina (ODS 14)
y vida en los ecosistemas terrestres (ODS 15), fueron los que
menos atención recibieron por parte de los donantes entre
2000 y 2013, y solo lograron atraer una financiación total de
menos de 25 000 millones de dólares estadounidenses (véase
el capítulo 2).
Este reparto de la financiación se refleja en los resultados.
Por término medio, los progresos nacionales en todo el mundo
han sido más débiles en lo que respecta a los principales ODS
medioambientales para la acción climática (ODS 13), la vida
submarina (ODS 14) y la vida de ecosistemas terrestres (ODS 15)
[véase el capítulo 2].
Un análisis realizado por la UNESCO sobre 56 temas de
investigación de gran relevancia para los Objetivos de
Desarrollo Sostenible llegó a una conclusión similar (figura 1.7;
véase el capítulo 4.) Se constató, en efecto, que la investigación
sobre la sostenibilidad aún no estaba muy extendida en
las publicaciones académicas a nivel mundial. Por ejemplo,
la investigación en materia de cultivos adaptados al clima
representó apenas el 0,02% de la producción científica mundial
entre 2011 y 2019.
Los temas relacionados con la industria, la innovación y
las infraestructuras (ODS 9) obtuvieron mejores resultados.
Casi un tercio (59) de los 193 países estudiados duplicaron
al menos su producción científica sobre el tema de la mayor
eficiencia de las baterías entre 2011 y 2019. Se produjo un
aumento similar en relación con las tecnologías de redes
de distribución de electricidad inteligentes (55 países) y el
transporte sostenible, como los vehículos eléctricos e híbridos
(50) [véase el capítulo 2].
Cabe destacar que China aumentó su propia producción
científica en más de un 20% en relación con las publicaciones
sobre la mayor eficiencia de las baterías (hasta el 53% del
total mundial), la energía del hidrógeno (hasta el 43%) y la
tarificación del carbono (hasta el 41%) [véase el capítulo
2]. China está a punto de convertirse en el líder mundial en
materia de captura y almacenamiento de carbono, ya que su
producción científica sobre este tema ha aumentado, mientras
que la de otros seis países líderes en este ámbito ha disminuido,
a saber, el Canadá, Francia, Alemania, los Países Bajos, Noruega
y los Estados Unidos de América (véase el capítulo 2).
A pesar de la prioridad concedida a la transición energética
mundial, las publicaciones sobre nueve temas relacionados
con la energía sostenible (ODS7), como la tecnología de
combustibles fósiles más limpios y la energía eólica y solar, solo
supusieron el 2,4% de la producción científica mundial durante
2016-2019, frente al 2,1% durante 2012-2015.
Los temas relacionados con la sostenibilidad constituyen
una parte mucho más importante en la producción científica
de los pequeños sistemas científicos en desarrollo. En efecto
experimentaron un crecimiento más notable entre 2011 y
2019, en particular en el Ecuador, Indonesia e Iraq (figura 1.7).
En general, estos países también se encuentran en la primera
línea del cambio climático y dependen de las exportaciones de
productos básicos. Desde 2011, la proporción de publicaciones
científicas sobre energía fotovoltaica procedentes de los
países de ingreso medio-bajo ha aumentado del 6,2% al 21,2%
y la de publicaciones sobre biocombustibles y biomasa ha
pasado del 7,6% al 21,6%. Durante el mismo período, los
países de renta baja aumentaron su porcentaje mundial de
publicaciones sobre fotovoltaica del 0,2% al 1,4% (véase el
capítulo 2).
TENDENCIAS EN MATERIA DE POLÍTICAS
Una reorientación hacia el bienestar
El ordenamiento jurídico de Bhután de 1729 establece que
“la finalidad del Gobierno es proporcionar felicidad a su
pueblo”; en ese sentido, este país no ha tenido ninguna
dificultad para adaptar sus políticas a los ODS, ya que su
filosofía de felicidad nacional bruta se basa en cuatro pilares
que reflejan este objetivo: un desarrollo socioeconómico
sostenible y equitativo; la preservación y promoción de la
cultura; la conservación, utilización sostenible y gestión del
medio ambiente; y la promoción de la buena gobernanza.
En el 12º Plan Quinquenal del Gobierno (2018-2023), estos
cuatro pilares se han traducido en 16 áreas de resultados
clave nacionales que están estrechamente relacionadas con
los ODS (véase el capítulo 21)7.
La adopción de los ODS ha llevado a que un mayor
número de países amplíe sus indicadores de bienestar y no
los limite únicamente a los ingresos y el PIB, como suele ser
habitual. El Marco de Condiciones de Vida adoptado por el
tesoro público de Nueva Zelanda en 2015 proporciona un
método novedoso para evaluar el bienestar, inspirado en el
documento ¿Cómo va la vida? publicado por la Organización
de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Este
programa neozelandés eleva el “bienestar intergeneracional
sostenible” a la categoría de objetivo fundamental de la
elaboración de políticas y la gestión de los recursos naturales
(véase el capítulo 26).
El Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021: Toda una Vida del
Ecuador ofrece una guía para “humanizar los indicadores y
mejorar las condiciones de vida de los grupos vulnerables,
como política de Estado”. Los ocho objetivos son compatibles
con los ODS, pero el 60% de la inversión total se destina a
“garantizar una vida digna con igualdad de oportunidades
para todos” (véase el capítulo 7).
El examen nacional voluntario de Bolivia (2015) sobre su
progreso hacia los ODS estableció el concepto de “bien
vivir”, definido como “la alternativa civilizatoria y cultural al
capitalismo, vinculada a una visión integral [...] en armonía
con la naturaleza [para una] solución estructural a la crisis
climática mundial”. Este informe estableció el objetivo de
que la proporción de las fuentes de energía alternativas en
la capacidad total de producción eléctrica pasara del 2% en
2010 al 9% de aquí a 2030 (véase el capítulo 7).
En la Política y el Plan de Acción 2017-2019 de Islandia
se hace hincapié en el papel de la I+D para garantizar
un “crecimiento de calidad” durante la cuarta revolución
industrial, en contraposición al mero “crecimiento económico”,
y se tiene en cuenta el posible impacto negativo de las
tecnologías en los futuros usuarios. Aunque en la Política y el
Plan de Acción no se menciona explícitamente la evaluación
de las tecnologías, el concepto está latente.
En la Política y el Plan de Acción 2017-2019 de Islandia se
invita a los ciudadanos a que participen más estrechamente
en la elaboración de políticas, la innovación y la investigación.
Un informe provisional sobre el estado de la aplicación de
esta política publicado a finales de 2019 indicaba que la
organización de consultas públicas había permitido acercar las
prioridades de investigación a las necesidades de los islandeses.
Estas consultas revelaron que la situación medioambiental es la
principal preocupación de los islandeses.
Incrementar la autonomía regional gracias a la
especialización inteligente
Uno de los retos al que tendrán que enfrentarse el conjunto
de países será garantizar que el crecimiento económico
nacional beneficie a todas las regiones. La investigación y
la innovación suelen concentrarse en las aglomeraciones
urbanas, pero existe un creciente interés por que la
innovación, o especialización inteligente, tenga un enfoque
territorial para dar mayor autonomía a las regiones.
En la Unión Europea, la recepción de los créditos del
Fondo Europeo de Desarrollo Regional durante el periodo
2014-2020 estaba condicionada a que los Estados miembros
elaboraran estrategias de especialización inteligente para
sus regiones, y que la elección de las tecnologías recayera en
los empresarios locales. Las regiones con una especialización
similar han cooperado en plataformas temáticas sobre
modernización industrial, energía y agroalimentación.
La gran mayoría de las regiones han elegido la energía
sostenible como uno de los ámbitos de su estrategia de
especialización inteligente.
Los países del sureste de Europa están desarrollando
sus propias estrategias de especialización inteligente en
colaboración con la Comisión Europea, como requisito previo
a su integración en la Unión Europea (véase el capítulo 10). La
Comisión Europea también colabora con las Naciones Unidas
en la integración de este concepto en la aplicación de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (véase el capítulo 9).
El refuerzo de una mayor autonomía regional es una
prioridad para la República de Corea, que es un Estado muy
centralizado. En 2017, se invitó cada provincia a crear grupos
temáticos especializados en torno a sus propias prioridades,
en el marco del IV Plan nacional de desarrollo regional de
ciencia y tecnología 2013-2017. El desarrollo de estos grupos
se vio favorecido por el traslado de algunas instituciones
públicas a las provincias, en particular las empresas estatales
y los institutos de investigación respaldados por el Gobierno.
Panamá también ha adoptado un enfoque de
especialización inteligente para definir los programas de
innovación territoriales en su Plan Estratégico 2019-2024. Es
importante destacar que el plan también propone duplicar el
gasto interior bruto en I+D (GBID) hasta el 0,33% del PIB para
2024.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 17
Oceanía
El Caribe
América
ODS3:
Buena salud y bienestar
ODS6:
Agua limpia
y saneamiento
Sin cambio
ODS7:
Energía asequible
y no contaminante
Aumento de la
producción
ODS9: Industria,
innovación e
infraestructuras
Captura y almacenamiento de carbono
Cultivos adaptados al cambio climático
Impacto local de los riesgos climáticos
Emisiones de gases de efecto invernadero
Reducción del riesgo de desastres
a escala local
Tecnologías para mitigar los riesgos
climáticos
ODS13:
Acción climática
Explotación sostenible de los productos
del mar
Eutrofización costera
Acidificación del océano
Residuos plásticos marinos flotantes
Turismo marino sostenible
Enfoques ecosistémicos en los océanos
Uso ecológico de los ecosistemas terrestres
Estado de la biodiversidad terrestre
Lucha contra las especies exóticas
invasoras
Impacto de las zonas protegidas (terrestres)
Alcance: ecosistemas relacionados con
el agua
Caza furtiva de especies protegidas
Enfoque ecosistémico: zonas protegidas
ODS14:
ODS15:Vida de
Vida submarina ecosistemas terrestres
Sin producción en el primero
período o en ambos períodos
Neonatología
Medicina regenerativa
Diabetes tipo 2
VIH
Enfermedades tropicales transmisibles
Virus nuevos o reemergentes
Tuberculosis
Impacto de la contaminación en la salud
Resistencia humana a los antibióticos
Tratamiento y reutilización de
aguas residuales
Desalinización
Utilización integrada del agua
a escala nacional
Utilización ecológica del agua dulce
Captación de agua
Uso transfronterizo del agua
Tecnología fotovoltaica
Biocombustibles y biomasa
Redes de distribución de electricidad
inteligentes
Tecnologías de turbinas eólicas
Energía del hidrógeno
Energía hidroeléctrica
Fusión nuclear
Tecnología de combustibles fósiles
más limpia
Gestión de desechos radiactivos
Energía geotérmica
Mayor eficiencia de las baterías
Transporte sostenible
Control de desechos ecoindustriales
Materiales de construcción ecológica
Tarificación del carbono
Alternativas ecológicas al plástico
ODS2:
Hambre cero
Disminución de la
producción
Agroecología
Conocimientos tradicionales
Cultivos resistentes a las plagas
Agricultura de precisión
Diversidad genética de los cultivos
Pequeños productores de alimentos
Figura 1.7 : Matriz cromática que muestra la evolución de las publicaciones científicas sobre
56 temas relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, 2012-2019
Unión Europea
CAN
USA
ARG
BLZ
BOL
BRA
CHL
COL
CRI
ECU
SLV
GTM
GUY
HND
MEX
NIC
PAN
PRY
PER
SUR
URY
VEN
BHS
BRB
CUB
DOM
GRD
HTI
JAM
LCA
VCT
TTO
AUS
NZL
FJI
KIR
FSM
PNG
WSM
SLB
TON
VUT
AUT
BEL
BGR
HRV
CYP
CZE
DNK
EST
FIN
FRA
DEU
GRC
HUN
IRL
ITA
LVA
LTU
LUX
MLT
NLD
POL
PRT
ROU
SVK
SVN
ESP
SWE
GBR
ALB
BIH
MNE
MKD
SRB
ISL
NOR
CHE
ARM
AZE
BLR
GEO
IRN
ISR
MDA
RUS
TUR
UKR
Tasa de
crecimiento
Nota: la tasa de crecimiento se calcula dividiendo el número de publicaciones de 2016-2019 por el número de publicaciones de 2012-2015.
Para los códigos de los países, véase la página www.iso.org/iso-3166-country-codes.html. Los países con menos de 120 000 habitantes no se muestran.
Todos los datos están disponibles gratuitamente en el portal web del Informe de la UNESCO sobre la Ciencia.
Fuente: Scopus (Elsevier), incluyendo artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix
18 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Europa y Asia Occidental
Asia Oriental y Sudoriental
Asia Central
Estados Árabes
África Subsahariana
AGO
BEN
BWA
BFA
BDI
CMR
CPV
CAF
TCD
COM
COD
CIV
COG
DJI
GNQ
ERI
SWZ
ETH
GAB
GMB
GHA
GIN
GNB
KEN
LSO
LBR
MDG
MWI
MLI
MUS
MOZ
NAM
NER
NGA
RWA
STP
SEN
SLE
SOM
ZAF
SSD
TGO
UGA
TZA
ZMB
ZWE
DZA
BHR
EGY
IRQ
JOR
KWT
LBN
LBY
MRT
MAR
OMN
PSE
QAT
SAU
SDN
SYR
TUN
ARE
YEM
KAZ
KGZ
MNG
TJK
TKM
UZB
BRN
KHM
CHN
IDN
JPN
PRK
KOR
LAO
MYS
MMR
PHL
SGP
THA
TLS
VNM
AFG
BGD
BTN
IND
MDV
NPL
PAK
LKA
Agroecología
Conocimientos tradicionales
Cultivos resistentes a las plagas
Agricultura de precisión
Diversidad genética de los cultivos
Pequeños productores de alimentos
ODS3:
Buena salud y bienestar
ODS6:
Agua limpia
y saneamiento
ODS7:
Energía asequible
y no contaminante
ODS9: Industria,
innovación e
infraestructuras
Neonatología
Medicina regenerativa
Diabetes tipo 2
VIH
Enfermedades tropicales transmisibles
Virus nuevos o reemergentes
Tuberculosis
Impacto de la contaminación en la salud
Resistencia humana a los antibióticos
Tratamiento y reutilización de
aguas residuales
Desalinización
Utilización integrada del agua
a escala nacional
Utilización ecológica del agua dulce
Captación de agua
Uso transfronterizo del agua
Tecnología fotovoltaica
Biocombustibles y biomasa
Redes de distribución de electricidad
inteligentes
Tecnologías de turbinas eólicas
Energía del hidrógeno
Energía hidroeléctrica
Fusión nuclear
Tecnología de combustibles fósiles
más limpia
Gestión de desechos radiactivos
Energía geotérmica
Mayor eficiencia de las baterías
Transporte sostenible
Control de desechos ecoindustriales
Materiales de construcción ecológica
Tarificación del carbono
Alternativas ecológicas al plástico
ODS2:
Hambre cero
Captura y almacenamiento de carbono
Cultivos adaptados al cambio climático
Impacto local de los riesgos climáticos
Emisiones de gases de efecto invernadero
Reducción del riesgo de desastres
a escala local
Tecnologías para mitigar los riesgos
climáticos
ODS13:
Acción climática
Explotación sostenible de los productos
del mar
Eutrofización costera
Acidificación del océano
Residuos plásticos marinos flotantes
Turismo marino sostenible
Enfoques ecosistémicos en los océanos
Uso ecológico de los ecosistemas terrestres
Estado de la biodiversidad terrestre
Lucha contra las especies exóticas
invasoras
Impacto de las zonas protegidas (terrestres)
Alcance: ecosistemas relacionados con
el agua
Caza furtiva de especies protegidas
Enfoque ecosistémico: zonas protegidas
ODS14:
ODS15:Vida de
Vida submarina ecosistemas terrestres
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 19
Fuente: Scopus (Elsevier), incluyendo artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix
Asia Meridional
La Federación de Rusia está descentralizando la
investigación en determinadas regiones para crear una
“nueva geografía de la ciencia rusa”. El objetivo es crear
centros de investigación y educación de categoría mundial
en determinadas regiones, con el fin de desarrollar
nuevas tecnologías y productos competitivos y formar
profesionales en función del perfil de especialización
inteligente de cada región. Estos centros se organizarán
en consorcios que agruparán a los principales institutos
de investigación y universidades, en colaboración con las
empresas interesadas (véase el capítulo 13).
Las políticas orientadas a la realización de misiones
son un nuevo objetivo para Europa
América Latina ha sido pionera en la adopción de políticas
orientadas a la realización de misiones. Estas políticas
fueron introducidas por primera vez por el Brasil hace 20
años en forma de fondos sectoriales, y luego emuladas por
otros países de la región, como la Argentina, Colombia,
México y el Uruguay. Los fondos sectoriales son una fuente
fundamental de financiación pública para la investigación
en sectores estratégicas, como la agricultura, la energía, el
medio ambiente, el desarrollo de programas informáticos
y la salud. La investigación en estos ámbitos específicos
se financia mediante los impuestos gubernamentales
recaudados en sectores concretos de la industria o los
servicios, como las empresas de servicios energéticos o los
casinos. En 2020, el Gobierno mexicano decidió eliminar
sus fondos sectoriales como parte de una reducción de los
recursos destinados a promover la innovación empresarial
(véase el capítulo 7).
En 2020, la Unión Europea adoptó su propia modalidad
de políticas orientadas a la realización de misiones. Su
programa marco de siete años para la investigación e
innovación de la UE hasta 2027, denominado Horizonte
Europa, establece cinco misiones concretas, cada una de
ellas acompañada de objetivos específicos: adaptación
al cambio climático, incluidas las transformaciones
sociales; lucha contra el cáncer; ciudades inteligentes e
inocuas para el clima; salud de los océanos, los mares y las
aguas costeras e interiores; y, por último, suelos, salud y
alimentación. Uno de los objetivos es lograr 100 ciudades
que sean inocuas desde una perspectiva climática en
la Unión Europea de aquí a 2030; esta misión requerirá
innovación en todos los sectores, en particular mediante
la combinación de nuevas soluciones para el transporte, la
gestión digital y los vehículos eléctricos (véase el capítulo 9).
Mientras tanto, la Estrategia rusa para el desarrollo de la
ciencia y la tecnología hasta 2035 (2016) ha sido presentada
como un nuevo modelo de política nacional. Esta
estrategia fija siete prioridades orientadas a la realización
de misiones: la fabricación digital; las energías limpias;
la medicina personalizada; la agricultura sostenible; la
seguridad nacional; las infraestructuras de transporte y
telecomunicaciones; y la preparación para el futuro (véase
el capítulo 13).
20 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
TENDENCIAS DEL GASTO EN
INVESTIGACIÓN
La ciencia se ha convertido en sinónimo de modernidad
En los últimos cinco años, la ciencia, la tecnología
y la innovación se han convertido en sinónimos de
competitividad económica y modernidad, ya que los países
en desarrollo tratan de diversificar sus economías y hacerlas
más intensivas en términos de conocimiento.
Quizás el ejemplo más llamativo de esta tendencia sea
el programa espacial de los Emiratos Árabes Unidos, que
lanzaron la sonda Hope hacia Marte en julio de 2020, apenas
seis años después de la creación de la agencia espacial
nacional. Como todavía no tiene capacidad para lanzar
cohetes, este país se ha asociado con los líderes en tecnología
espacial para llevar a cabo su programa, en particular con
empresas de la República de Corea y el Japón. La sonda Hope
fue diseñada y fabricada gracias a la colaboración entre el
centro espacial Mohammed bin Rashid y el Laboratorio de
física atmosférica y espacial de los Estados Unidos de América
(véase el capítulo 17).
Los Emiratos Árabes Unidos casi duplicaron su actividad
investigadora entre 2014 y 2018 para alcanzar el 1,30% del
PIB (figura 1.2). En la actualidad, el país representa el 0,42%
del gasto mundial en investigación. En el mismo periodo, el
número de investigadores equivalentes a tiempo completo
(ETC) aumentó un 20%, hasta llegar a los 2 379 por millón de
habitantes (figura 1.3), muy por encima de la media mundial
(1 368). La investigadora principal del proyecto Hope es la
Dra. Sarah Al-Amiri, de 33 años, y la edad media del personal
científico y técnico del centro espacial Mohammed bin Rashid
ronda los 27 años. La proporción de publicaciones emiratíes
sobre física y astronomía con coautores internacionales pasó
del 76% al 80% entre 2015 y 2019, lo cual coincide con la
tendencia mundial hacia una mayor colaboración científica
internacional (figura 1.4).
La inversión en investigación supera el crecimiento
económico
Los Emiratos Árabes Unidos son uno de los 32 países que
contribuyeron al crecimiento del gasto mundial en investigación
entre 2014 y 2018. Durante este periodo, el gasto mundial en
investigación (en miles de millones de dólares PPA, a precios
constantes de 2005) aumentó un 19,2%, con lo que superó el
crecimiento de la economía mundial (+14,8%). Esto se tradujo en
un aumento de la actividad de investigación, que pasó del 1,73%
al 1,79% del PIB.
Casi la mitad (44%) de este incremento fue impulsado solo por
China (figura 1.8). Sin China, el crecimiento mundial del gasto
en materia de investigación entre 2014 y 2018 (13,6%) también
habría superado el crecimiento económico (12,0%), pero con un
margen mucho menor.
La segunda mayor contribución al crecimiento del gasto
mundial en investigación fue la de los Estados Unidos de
América (19,4%), seguida de la Unión Europea (11%). La
República de Corea (4,7%) y la India (3,8%) también hicieron
importantes contribuciones. El Japón, por su parte, solo
contribuyó en un 0,3% al crecimiento mundial en materia de I+D.
La República de Corea es el segundo país del mundo con
mayor actividad de investigación, después de Israel (figura
1.2). Se calcula que la inversión coreana en I+D contribuyó a
cerca del 40% del PIB nacional durante el periodo 2013-2017
(véase el capítulo 25).
Varios gobiernos de la ASEAN están invirtiendo más que
antes en I+D. Malasia va camino de alcanzar su objetivo
de dedicar el 2% del PIB al gasto bruto en investigación y
desarrollo en 2020. El Gobierno indonesio introdujo una
reducción fiscal del 300% en los gastos de investigación de las
empresas en 2019 (véase el capítulo 26).
Por su parte, Singapur destina ahora una financiación
flexible para sectores emergentes o necesidades y
oportunidades imprevistas, en el marco de su Plan de
investigación, innovación y empresa 2020 (2016). Esta medida
se ha inspirado en el ejemplo del sector de la ciberseguridad,
que creció durante el ciclo de financiación 2011-2015 del
Gobierno. Este tipo de financiación de contingencia para la
investigación industrial también podría activarse en caso de
pandemia (véase el capítulo 26).
En la Unión Europea, los países líderes en innovación
tienen, por término medio, una actividad de investigación
cercana o superior al 3%; también son los más avanzados
en su transición hacia economías ecológicas y digitales.
Desde hace poco, Dinamarca y Alemania forman parte de
este grupo de países. En cambio, otros 20 países de la UE no
han alcanzado sus objetivos para 2020 en lo que se refiere a
actividad investigadora (véase el capítulo 9).
De cara al futuro, el peso de la Unión Europea en términos
de inversión en investigación disminuirá en los próximos años.
Este cambio no se deberá a las políticas científicas, sino a una
remodelación geopolítica: la salida del Reino Unido (Brexit)
reduce el gasto en investigación de la UE en un 12%. Como
el Reino Unido tiene una actividad de investigación menor
(1,72%), la media de la Unión Europea pasará automáticamente
del 2,03% al 2,18% del PIB (véase el capítulo 9).
Debido al descenso generalizado del PIB durante la fase
inicial de la pandemia de COVID-19, la mayoría de los países
verán una inflación artificial de su proporción de gasto
bruto en investigación y desarrollo (GBID) en 2020, aunque
se limiten a mantener los niveles actuales de gasto en
investigación.
El gasto en investigación aumenta en la mayoría de las
regiones
En 2018, el 87% del gasto en investigación se concentró en
tres regiones: Asia Oriental y Asia Sudoriental (40%) —que
agrupa a los pesos pesados China, Japón y la República de
Corea—, América del Norte (27%), y la Unión Europea (19%)
[figura 1.8]. En 2014, estas tres regiones representaban el 85%
del gasto mundial en investigación.
Aunque los avances fueron a veces modestos, el gasto en
investigación aumentó en todas las regiones entre 2014 y
2018, excepto en dos: Asia Central y América Latina y el Caribe
(figura 1.8).
A pesar de la voluntad declarada de los gobiernos de Asia
Central de impulsar su esfuerzo de investigación y la inversión
en parques científicos y tecnológicos, el gasto bruto en
investigación y desarrollo (GBID) había descendido a menos
del 0,15% del PIB en todos los países en 2018.
En América Latina, el fin del auge de las materias primas ha
dado paso a un periodo de estancamiento del crecimiento
económico, junto con una caída de la actividad investigadora
de los pesos pesados de la región, la Argentina y México
(figura 1.2). Durante el periodo de “bonanza” la inversión se
orientó principalmente a la expansión económica, en lugar
de destinarse al refuerzo de las infraestructuras existentes o el
apoyo a la innovación y la asunción de riesgos.
Los progresos pueden ser frágiles
Los países de renta media-baja han aumentado su porcentaje
global en apenas un 0,13%, hasta el 4,3%, y el de los países
de renta baja se ha estancado en el 0,10%, a pesar del mayor
gasto en investigación de ambos grupos de países entre 2014
y 2018.
Además, estos progresos pueden ser frágiles. En
2018, Burkina Faso tenía uno de los índices de actividad
investigadora más elevados de África (0,61% del PIB), pero
duró poco; tras una oleada de atentados terroristas en 2019,
el Gobierno se vio obligado a canalizar la mayor parte de esta
financiación hacia el refuerzo de la seguridad nacional (véase
el capítulo 18). Irán dedicó el 0,83% del PIB a I+D en 2017
y los bancos e instituciones de crédito iraníes aumentaron
sus préstamos a empresas basadas en el conocimiento en
un 75% en 2019. Sin embargo, la retirada de los Estados
Unidos de América del Plan de Acción Integral Conjunto, o
acuerdo nuclear, en 2018 y el posterior restablecimiento de
las sanciones estadounidenses han generado dificultades
económicas que pueden invertir esta tendencia (véase el
capítulo 15). Los planes cubanos de aumentar los salarios
de los investigadores recibieron un revés cuando se
restablecieron las sanciones de los Estados Unidos de América
en 2017, tres años después de que fueran levantadas (véase el
capítulo 7).
La sostenibilidad financiera es un reto para las empresas
emergentes africanas
La sostenibilidad financiera es un reto para muchos de los
744 parques tecnológicos de África, que dependen de las
subvenciones de los asociados para el desarrollo y de los
donantes internacionales para sobrevivir, ante ausencia
casi total de inversores privados locales y de capital inicial.
Por ejemplo, casi el 80% de la inversión en los 101 centros
tecnológicos de Nigeria procede de fuentes extranjeras. En
2019, el CcHub nigeriano adquirió el iHub keniano, creando
la primera gran incubadora de empresas de África Occidental.
Desde su creación en 2011, el CcHub ha impulsado más
de 120 empresas en fase inicial. Mientras que el CcHub ha
adoptado un modelo comercial, con el que cobra por el
espacio de trabajo y ha creado su propio Fondo de capital
para el crecimiento —el primer fondo de Nigeria destinado
a la innovación social—, el modelo de iHub, financiado por
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 21
donantes, ha resultado finalmente insostenible (véase el
capítulo 18).
La Ley de Empresas Emergentes de Túnez (2018) es
supuestamente el primer marco legal del mundo que
concede a los aspirantes a emprendedores un año de permiso
financiado por el Estado para crear una nueva empresa; esta
oportunidad está abierta tanto a los empleados del sector
público como del privado (véase el capítulo 17).
En el marco del programa Educación 5.0 de Zimbabue
(2018), se anima a las universidades públicas a trabajar con
las comunidades y las empresas emergentes para resolver los
problemas locales. El programa encarga a las universidades la
creación de un fondo de innovación e industrialización que se
nutre de las tasas académicas y es gestionado por personal no
universitario (véase el capítulo 20).
Esfuerzos para reforzar los vínculos entre la universidad
y la industria
Las empresas suelen estar poco dispuestas a colaborar con las
universidades y los institutos de investigación públicos. Así se
desprende de un estudio realizado en 2013 por el Instituto de
Estadística de la UNESCO sobre las empresas manufactureras
dedicadas a la innovación en 53 países de todos los niveles
de renta8. Desde entonces, la situación ha evolucionado
poco. Un estudio de 2018 sobre las tendencias en Nueva
Zelandia —que formó parte de los países estudiados en
2013— reveló que solo el 1,5% de las publicaciones científicas
eran fruto de la colaboración de autores del sector académico
y el empresarial (véase el capítulo 26). Otro estudio sobre el
mismo tema (véase el capítulo 8) mostró una cifra similar en
el caso de China durante el período 2015-2017. La proporción
de coautoría universidad-empresa fue mayor en la Unión
Europea y el Brasil (2,4%), los Estados Unidos de América
(2,8%), la República de Corea (3,9%), Alemania (4,4%) y Francia
(4,5%).
En el Canadá, la actividad de investigación en el sector
industrial disminuyó del 0,78% al 0,63% del PIB entre
2014 y 2019. El Gobierno canadiense insta a las empresas
nacionales a que establezcan asociaciones de colaboración
con instituciones públicas de investigación, con el fin de
desarrollar estrategias de innovación “audaces y ambiciosas”.
En 2017, el Gobierno asignó 950 millones de dólares
canadienses para apoyar cinco conglomerados de empresas
innovadoras durante los cinco años siguientes, con la
condición de que el sector privado igualara la financiación
gubernamental. Estos conglomerados de empresas se
especializan en la fabricación de nueva generación, la
economía de los océanos, las industrias de las proteínas,
las tecnologías digitales y la inteligencia artificial. Estos
dos últimos se han aprovechado para invertir en encontrar
soluciones a la crisis de la COVID-19 (véase el capítulo 4).
En 2018, en el marco de su Programa de proyectos específicos
(creado en 2010), Armenia publicó una convocatoria
innovadora restringida a proyectos de investigación que
contaran con la participación de instituciones públicas y socios
industriales; estos últimos tenían que aportar al menos el 15%
de la financiación del proyecto.
En Filipinas, en el marco del Programa de investigación
y desarrollo colaborativo para impulsar la economía (2016),
cualquier centro de educación superior o instituto de
investigación que cree una asociación de investigación en
colaboración con al menos una empresa recibe financiación
Recuadro 1.1: Las lagunas en los datos impiden el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los datos disponibles sobre el gasto
en investigación y el conjunto de
investigadores no permiten ofrecer
un panorama completo, ya que solo
una minoría de países publica datos
compatibles a nivel internacional.
A pesar de que en 2015 los países
acordaron realizar un seguimiento de
sus progresos en el incremento de la
actividad investigadora (ODS 9.5.1)
y de la densidad de investigadores
(ODS 9.5.2), en virtud de su voluntad
de alcanzar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible para 2030, este compromiso
no se ha traducido en un incremento en
la comunicación de datos.
Al contrario, un total de 99 países
comunicaron datos sobre la inversión
nacional en investigación en 2015,
frente a solo 69 países en 2018. Del
mismo modo, 59 países informaron
sobre el número de investigadores (en
equivalentes a tiempo completo) en
2018, frente a 90 países en 2015*.
Entre 2015 y 2018, solo 107 países
comunicaron datos de al menos uno de
esos cuatro años sobre el número de
investigadoras. Además, no se dispone de
datos comparables a nivel internacional
sobre países poblados como Bangladesh, el
Brasil, China, la India, Nigeria y los Estados
Unidos de América.
En numerosos casos, incluso los países
que han creado observatorios para
mejorar la recopilación y el análisis de
datos tampoco estudian la innovación en
el sector privado, por lo que no disponen
de información para evaluar las ventajas y
las necesidades no cubiertas del sistema
nacional de innovación.
La situación con respecto a los
indicadores de los ODS relacionados
con el medio ambiente no es mejor. Los
progresos realizados en el 68% de estos
indicadores no puede evaluarse por
falta de datos, según el informe titulado
“Measuring Progress: towards Achieving
the Environmental Dimension of the
SDGs” (Evaluar los progresos realizados
22 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
en el cumplimiento de la dimensión
medioambiental de los ODS), publicado
por el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente en 2019.
Estas lagunas deberían ser motivo de
preocupación, ya que la formulación y
revisión de las políticas debe basarse en
datos fiables recabados de forma regular.
No se puede hacer un seguimiento de
aquello que no se puede evaluar.
Otro de los problemas a los que se
enfrenta la formulación de políticas
basada en datos es que, en numerosos
contextos políticos, no se hace ninguna
mención sobre los éxitos o fracasos
experimentados por las estrategias
anteriores. Esta omisión sugiere que las
políticas podrían estar desaprovechando
las lecciones aprendidas de experiencias
pasadas.
Fuente: datos recopilados por los autores
*En 2018, 50 países contabilizaron el número de
investigadores (en personas físicas), frente a los 97
países que lo hicieron en 2015.
pública de hasta 5 millones de pesos filipinos (unos 100 000
dólares estadounidenses), y la empresa asociada debe aportar
el 20% de los fondos del proyecto.
En Asia Meridional, el esfuerzo de desarrollo de
infraestructuras e industrialización se está llevando a cabo en
gran medida de manera independiente a las actividades de
I+D, cuando ambos procesos podrían reforzarse mutuamente.
Varios países procuran incentivar a las instituciones públicas
de investigación para que establezcan vínculos con la
industria (véase el capítulo 21).
Por ejemplo, el Fondo de apoyo a la transferencia de tecnología
de Pakistán (2019) ofrece subvenciones a los laboratorios
universitarios, que reciben una contribución equivalente de sus
asociados de la industria (véase el capítulo 21).
En Sri Lanka, la transferencia de tecnología es una de las
prioridades del Marco normativo nacional para el desarrollo de
las pymes (2016), que va acompañado de un fondo nacional
para el desarrollo tecnológico cofinanciado por el Gobierno y
el sector privado (véase el capítulo 21).
En Bangladesh, la política de pymes (2019) reconoce
la necesidad de que estas tengan un mayor acceso a la
financiación, los mercados, la tecnología y la innovación.
Esta medida contará con el apoyo del nuevo Consejo
de investigación en ingeniería de Bangladesh para la
comercialización de los resultados de la investigación y la
adaptación de las tecnologías importadas, establecido por ley
en septiembre de 2020 como fruto de la Política científica y
tecnológica nacional (2011).
nuevos productos. A su vez, las aplicaciones comerciales
creadas por sus socios industriales generan nuevas patentes y
otros derechos de propiedad intelectual de JAXA.
La industria aeronáutica también está ganando terreno en
algunos países en desarrollo. Las exportaciones mexicanas
de productos aeronáuticos aumentaron un 14% anual entre
2010 y 2016. En el mismo periodo, el número de empresas
aeroespaciales en México pasó de 241 a 330. Desde 2019, el
centro aeronáutico de Querétaro ha sido sede de FAMEX, la
mayor feria del sector de América Latina10 (véase el capítulo 7).
La Estrategia espacial africana (2017) tiene cuatro
componentes: observación de la Tierra, sistemas de
navegación y posicionamiento, comunicaciones por satélite,
y ciencia y tecnología espacial. El objetivo final es crear una
Agencia Espacial Africana con sede en Egipto. La Unión
Africana firmó un acuerdo de cooperación con el programa
Copérnico de la Unión Europea en 2018, como preámbulo del
lanzamiento del Programa espacial africano en 2019 (véase el
capítulo 19).
La militarización del espacio se está convirtiendo
rápidamente en un problema geopolítico y de seguridad de
cierto calado, que complica las relaciones internacionales. La
Space Force es un nuevo servicio del ejército estadounidense,
cuya creación se anunció en febrero de 2019, y que formará
parte de la fuerza aérea de los Estados Unidos de América.
Otros países, entre los que se encuentran China, Francia
y la Federación de Rusia, han comunicado la creación de
comandos espaciales similares (véase el capítulo 5).
La industria espacial genera alianzas público-privadas
La industria espacial demanda cada vez más alianzas públicoprivadas. En 2019, la inversión mundial en la economía
espacial alcanzó un punto álgido, y más de la mitad (55%)
procedía de empresas con sede en los Estados Unidos de
América. A continuación, le seguían el Reino Unido (24%),
Francia (7%) y China (5%) [véase el capítulo 5]. El valor del
mercado espacial africano se estimó en 10 000 millones de
dólares en 2014 (véase el capítulo 18).
La industria espacial abarca ámbitos que incluyen las
telecomunicaciones, la vigilancia del medio ambiente y el
control de los desechos espaciales (véase el capítulo 24). El
3 de enero de 2020, la corporación SpaceX se convirtió en
la primera empresa privada en enviar a seres humanos al
espacio cuando transportó a unos astronautas a la Estación
Espacial Internacional9. La Administración Nacional de
Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos de América
(NASA) contrata cada vez más a socios comerciales para
el desarrollo de la economía espacial, con el fin de que la
agencia pueda dedicar sus propios recursos a la exploración
del espacio exterior (véase el capítulo 5).
El Japón es un país relativamente nuevo en el “negocio
espacial”. Las empresas del sector siguen dependiendo de
los contratos públicos para más del 80% de su volumen de
negocios, pero esto está cambiando progresivamente. El
nuevo servicio de promoción de empresas creado en 2016 por
el Organismo de Exploración Aeroespacial del Japón (JAXA)
ofrece a las empresas privadas acceso a los conocimientos, la
propiedad intelectual y las instalaciones de JAXA para crear
Investigación básica: una nueva división del trabajo
Dos líderes mundiales de la innovación, Suiza (véase el
capítulo 11) y los Estados Unidos de América (véase el
capítulo 5), han experimentado un notable cambio en la
tradicional división del trabajo; el resultado es que el sector
público se encarga de realizar y financiar la investigación
básica, mientras que la investigación aplicada y el desarrollo
experimental siguen siendo competencia del sector
empresarial. En 2017, las empresas suizas invirtieron el 27%
de sus gastos en investigación básica, el doble que en 2012.
En los Estados Unidos de América, el sector empresarial
financió el 30% de la investigación básica en 2017, frente al
23% en 2010; en términos monetarios, el gasto empresarial
en investigación básica se ha duplicado desde 2007 en
los Estados Unidos de América, aun cuando los niveles de
financiación federales se han mantenido estables (desde
2011).
Esta tendencia puede ser consecuencia, en parte, de
la avalancha de macrodatos que se genera a través de la
investigación básica y que constituye un componente
cada vez más vital de la I+D aplicada. Los macrodatos son
fundamentales para las empresas tecnológicas que abarcan
campos tan variados como las redes sociales, la industria
automovilística y aeronáutica o incluso la farmacéutica. La
inteligencia artificial se utiliza, por ejemplo, para determinar
la estructura de los átomos y las moléculas utilizadas
en aplicaciones industriales en el ámbito de las ciencias
de los materiales y los productos farmacéuticos (diseño
computacional de medicamentos).
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 23
Figura 1.8 : Tendencias en materia de gasto en investigación
Los 15 países con mayor gasto interno bruto en I+D, 2008-2018
En miles de millones de dólares en PPA (precios constantes de 2005)
460,6 Estados Unidos
de América
439,0 China
413,0
377,6
341,6
330,8 Unión
Europea
298,9
259,7
140,2
137,7
135,2
144,1 Japón
CHANGEMENT D’ÉCHELLE
100,0 Alemania
88,8
86,6 República
de Corea
74,2
69,7
54,0 India
47,9
48,9 Francia
46,5
41,8
41,5
40,2 Reino Unido
37,0
35,9
36,2
33,4
26,8
33,3 Brasil
24,1 23,3
23,0
21,9
20,8
17,7
17,4
24,1 Italia
22,9 Canadá
22,6 Federación
de Rusia
17,3 Australia
17,1 España
22,3
16,8
15,4
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
Nota: Alemania, Francia, Italia, España y el Reino Unido también se tienen en cuenta en el valor de la Unión Europea (UE).
24 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
2017
2018
Parte mundial del GBID por región, 2014 y 2018 (%)
Evolución del gasto en investigación como parte del PIB, 2014 y 2018 (%)
Entre los países que presentan una diferencia de al menos ±0,10% del PIB
Oceanía 1,1
África Subsahariana 0,4
Estados Árabes1,2
Asia Central y Occidental 1,5
América Latina 2,7
Asia Meridional 3,2
Resto de Europa 3,4
Asia Oriental y
Sudoriental 40,4
Israel
0,78
Emiratos Árabes Unidos
0,61
Tailandia
0,57
República de Corea
Unión Europea 18,7
0,52
Irán
2018
0,44
Bélgica
0,43
Burkina Faso
0,41
Noruega
América del Norte 27,4
0,36
Grecia
0,34
Malasia
0,33
Polonia
Oceanía 1,2
Asia Central y Occidental 1,1
América Latina 3,5
Asia Meridional 3,1
Resto de Europa 3,7
Estados Árabes 1,0
África Subsahariana 0,4
Asia Oriental y
Sudoriental 37,7
0,27
Alemania
0,23
Nueva Zelandia
0,21
Hungría
0,20
Serbia
0,20
Suecia
0,20
Croacia
Unión Europea 19,6
2014
América del Norte 28,7
China 125,1
América del Norte
58,22
Unión Europea
40,47
Asia occidental
10,88
Asia Meridional
10,51
Estados Árabes
5,35
Resto de Europa
4,30
Oceanía
1,74
África
Subsahariana
0,83
Asia Central
-0,14
América Latina
-3,55
Rwanda
0,19
Países Bajos
0,19
Senegal
0,16
China
0,16
Uruguay
0,16
Mauricio
0,16
Viet Nam
0,15
Dinamarca
0,15
Indonesia
Evolución del gasto en investigación por región, 2014-2018
En miles de millones en PPA
Asia Oriental y
Sudoriental
0,19
155,99
0,14
Suiza
0,13
Turquía
0,12
Rumania
0,12
Georgia
Estados Unidos
de América
Belarús
0,12
0,12
0,10
Mongolia
-0,12
México
-0,12
Japón
-0,14
Malta
-0,14
Costa Rica
-0,14
Canadá
Macedonia
del Norte
Ucrania
-0,15
Etiopía
-0,18
-0,18
-0,23
Kuwait
-0,37
Irlanda
-0,38
Finlandia
-0,40
Eslovenia
-0,43
Fuente: estimaciones mundiales y regionales basadas en datos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO, agosto de 2020, sin extrapolación.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 25
Figura 1.9 : Tendencias mundiales en relación con los investigadores (ETC)
Parte del total mundial de investigadores por región, 2015 y 2018 (%)
África Subsahariana 0,7
Asia Central y Occidental 1,7
Estados Árabes 2,3
América Latina y el Caribe 3,5
Evolución del número de investigadores (ETC) por millón de
habitantes, 2014-2018 (%)
Entre los países que presentan una evolución de al menos un 15%
Oceanía 0,3
Asia Oriental y
Sudoriental 37,6
Asia Meridional 4,7
149,8
Jordania
86,3
Mauricio
83,6
Irán
67,8
Etiopía
Resto de Europa 7,5
2018
Bosnia y Herzegovina
61,2
Honduras
60,3
Iraq
59,8
58,0
Omán
53,3
Colombia
América del Norte 18,1
50,5
Polonia
45,4
Madagascar
África Subsahariana 0,6
Asia Central y Occidental 1,3
Estados Árabes 2,3
América Latina y el Caribe 3,8
Asia Meridional 4,3
Unión
Europea 23,5
Oceanía 0,3
Asia Oriental y
Sudoriental t 36,9
Resto de Europa 7,4
2014
América del Norte 19,1
38,2
Georgia
33,7
Croacia
28,6
Bulgaria
Togo
26,3
Pakistán
25,4
Grecia
24,7
Países Bajos
24,2
México
24,0
Portugal
23,9
Indonesia
Unión Europea 23,0
Contribución al incremento del número de investigadores en el
mundo, 2014-2018 (%)
Los diez primeros contribuyentes y el resto del mundo
Italia 1,9
Tailandia 2,5
Turquía 2,8
Irán 5,1
40,5
Tailandia
Pakistán 1,5
China 30,7
India 5,6
República de Corea 5,6
2014–2018
23,8
Sudáfrica
21,4
Hungría
21,1
Emiratos Árabes Unidos
20,8
Alemania
20,6
Turquía
20,6
China
20,0
Malasia
19,9
India
18,3
Chipre
17,9
Italia
Bahrein
17,9
17,5
Chile
17,1
Eslovenia
17,1
República de Corea
16,9
Austria
15,9
Uganda
15,8
Kazajstán -16,5
Kuwait -17,1
Otros 9,3
Guatemala
-29,3
Costa Rica
-32,4
Estados Unidos de América 9,3
Unión Europea 26,4
Fuente: estimaciones mundiales y regionales basadas en los datos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO, agosto de 2020, sin extrapolación; para la población:
indicador del desarrollo mundial del Banco Mundial, agosto de 2020.
26 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Los macrodatos son un recurso esencial para el sector de
la salud, que constituye un importante motor económico
tanto para Suiza como para los Estados Unidos de América.
A medida que el costo de la secuenciación del genoma se ha
reducido gracias a la creciente sofisticación de las tecnologías
relacionadas, los programas han producido torrentes de
datos sobre genomas humanos individuales, lo que ha
generado una industria farmacogenética que está en pleno
auge. La medicina de precisión personaliza los tratamientos
adaptándolos al genoma único del paciente. En 2019, el 25%
de las 48 nuevas entidades moleculares aprobadas por el
Centro de evaluación e investigación de medicamentos de la
Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados
Unidos de América fueron medicamentos personalizados,
según la Personalized Medicine Coalition (Coalición de
medicina personalizada). Para analizar este creciente volumen
de datos, las empresas farmacéuticas dependerán en gran
medida de la inteligencia artificial y la computación en la
nube, lo que les obligará a colaborar cada vez más con los
gigantes de los datos (véase el capítulo 5).
TENDENCIAS EN RELACIÓN CON LOS
INVESTIGADORES
Aumento de la densidad de investigadores
Entre 2014 y 2018, el número de investigadores creció tres
veces más rápido (13,7%) que la población global (4,6%). Esto
se traduce en 8,854 millones de investigadores equivalentes a
tiempo completo (ETC). Sin China, el aumento del número de
investigadores (11,5%) habría sido solo el doble de la tasa de
crecimiento demográfico (5,2%).
En 2018, China representaba el 21,1% de los investigadores
mundiales, apenas por debajo del porcentaje de la UE, que
era del 23,5%. Los Estados Unidos de América representaba el
16,2% (2017).
Las economías de bajos ingresos han experimentado
el crecimiento más rápido en cuanto a densidad
de investigadores (+36%) desde 2014, pero siguen
representando solo el 0,2% de los investigadores del mundo.
Algunos de los cambios porcentuales más significativos se
producen en países en desarrollo, como Jordania, Mauricio,
Irán y Etiopía (figura 1.9).
En 2014, América Latina superó el umbral simbólico de 1
investigador por cada 1 000 empleados. Tres años después,
la media regional había subido a 1,03. La Argentina tiene
la mayor proporción de investigadores (2,91), seguida del
Brasil, Chile, Costa Rica y el Uruguay. El estancamiento del
crecimiento de la actividad investigadora en algunos países
podría comprometer estos avances.
Medidas para mejorar la condición de los investigadores
El éxodo intelectual sigue siendo un problema crónico
para numerosos países cuyo gasto en investigación es
bajo o está estancado. En Asia Central, los gobiernos que
se enfrentan a este fenómeno y al envejecimiento de la
comunidad investigadora intentan mejorar la situación de
los investigadores con medidas como aumentos salariales,
la concesión de becas de investigación competitivas y la
intensificación de los intercambios con socios institucionales
del extranjero (véase el capítulo 14).
El éxodo intelectual es un grave problema en el sureste
de Europa, ya que los jóvenes se ven atraídos por los países
más prósperos de la Unión Europea. Ante esta infrautilización
de las competencias científicas y técnicas, los gobiernos se
comprometen a invertir más en investigación e innovación a
partir de ahora. Serbia está a punto de alcanzar su objetivo del
1% de actividad de investigación (véase el capítulo 10).
Entre 2014 y 2018, el gasto en investigación de la Federación
de Rusia cayó un 6% a precios constantes y el conjunto de
investigadores (en ETC) se redujo un 9,5%. En 2018, la edad
media de los investigadores rusos era de 47 años y casi uno
de cada cuatro había alcanzado la edad de jubilación. La
introducción de políticas de crecimiento salarial y de diversos
programas de becas de investigación dirigidos al grupo de
edad más joven tiene por objeto invertir esta tendencia (véase
el capítulo 13).
Las mujeres son minoría en los ámbitos de la Industria 4.0
Las mujeres representaban uno de cada tres (33%)
investigadores en 2018. En las ciencias de la vida, las mujeres
han alcanzado la paridad (en número) en diversos países y,
en algunos casos, incluso son mayoría. Sin embargo, solo
representan una cuarta parte (28%) de los titulados superiores
en ingeniería y el 40% en informática. Solo el 22% de los
profesionales que trabajan en el ámbito de la inteligencia
artificial son mujeres. La ironía es que estos ámbitos no solo
son el motor de la cuarta revolución industrial, sino que
también se caracterizan por la escasez especialistas. Las
mujeres siguen siendo una minoría en los puestos técnicos
y de liderazgo en las empresas tecnológicas. En los Estados
Unidos de América, la principal razón que esgrimen las
mujeres para dejar su trabajo en el sector tecnológico es la
sensación de estar infravaloradas (véase el capítulo 3).
En el sector empresarial, menos de uno de cada cuatro
investigadores es una mujer, y cuando las mujeres crean
su propia empresa tienen dificultades para acceder a
la financiación. En 2019, solo el 2% del capital riesgo se
destinó a empresas emergentes fundadas por mujeres.
Determinados países han presentado medidas para apoyar
a las mujeres empresarias. Por ejemplo, Chile introdujo en
2008 un programa de capital humano para la innovación
en las empresas dirigidas por mujeres. Este plan ofrece a las
empresas tecnológicas emergentes fundadas por mujeres una
cofinanciación de hasta 30 millones de pesos (unos 40 000
dólares estadounidenses) con el fin de ayudarlas a contratar
personal para un proyecto determinado; la financiación cubre
el 80% del costo de contratación para los hombres y el 90%
para las mujeres (véase el capítulo 3).
TENDENCIAS EN MATERIA DE PATENTES
China abre su mercado interior
En 2019, China fue el país que más patentes recibió de las
cinco principales oficinas de patentes: 29% (figura 1.10). Los
porcentajes de patentes de los Estados Unidos de América
(20%) y la Unión Europea (14%) se mantuvieron estables,
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 27
mientras que la cuota del Japón cayó al 18%, frente al
23% en 2015. La tendencia observada en el Japón puede
estar relacionada con la decisión de la Oficina de Patentes
de este país de aumentar las tasas para incentivar los
inventores a ser más selectivos en sus solicitudes de
patentes.
Suele haber una estrecha correlación entre el tamaño
de la actividad investigadora de un país y su rendimiento
innovador. En la mayoría de los países con una alta
actividad de investigación, el sector empresarial asume
más de la mitad del gasto en investigación. En 2018, el
Japón y la República de Corea registraron una actividad de
investigación del 3,3% y el 4,5% respectivamente. El sector
empresarial financió el 78% de la investigación en Japón
y el 76% en la República de Corea (véanse los capítulos
24 y 25). Estos dos países concentran el mayor número de
patentes del mundo (figura 1.11).
Mediante su Ley de Inversiones Extranjeras, que entró en
vigor el 1 de enero de 2020, el Gobierno chino aprobó una
legislación histórica que permite abrir el mercado nacional
y garantizar unas condiciones equitativas a las empresas
extranjeras que compiten con las empresas estatales y las
sociedades privadas.
El tema de la protección y el cumplimiento de la
propiedad intelectual ha complicado las negociaciones
comerciales entre China y los Estados Unidos de América
durante cierto tiempo, pero las propias industrias
estratégicas chinas aspiran a una mejor protección de su
propiedad intelectual por el Gobierno. En consecuencia,
se modificaron las leyes sobre competencia desleal y sobre
patentes en 2019 y 2020 respectivamente. Tras la creación
de los primeros tribunales especializados en propiedad
intelectual en Beijing, Shanghái y Guangzhou a finales de
2014, se instituyeron 20 tribunales de este tipo en varias
provincias entre 2017 y 2020, y se estableció un nuevo
tribunal nacional de propiedad intelectual en el Tribunal
Supremo el 1 de enero de 2019 (véase el capítulo 23).
Reformas para facilitar la solicitud de patentes
El creciente interés por la innovación da lugar a que
cada vez más gobiernos adopten leyes que faciliten la
protección de la propiedad intelectual para las empresas
emergentes y otras compañías (por ejemplo, en Liberia,
Myanmar, Namibia, Uzbekistán y Viet Nam). En Liberia, la
aprobación de la ley sobre la propiedad intelectual en 2016
se produjo tras la creación del Fondo de Innovación de
Liberia para el Emprendimiento (2015), que fue financiado
en colaboración con el Gobierno del Japón. Entre
2015 y 2019, las cinco principales oficinas de patentes
concedieron 23 patentes a inventores liberianos. En
2018, los ministros de la Comunidad de África Meridional
para el Desarrollo adoptaron un marco subregional de
propiedad intelectual para fomentar la cooperación mutua
en la reforma de los regímenes nacionales de propiedad
intelectual.
En todo el mundo, los procedimientos de presentación
de solicitudes de patentes pueden ser complejos y el costo
de las patentes elevado. En la actualidad, las empresas
28 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
europeas tienen que solicitar la protección de patentes
en los 27 Estados miembros. Una vez finalizado el proceso
de ratificación del acuerdo ante un Tribunal Unificado
de Patentes (2013), las empresas solo tendrán que
presentar una solicitud en la Oficina Europea de Patentes.
En consecuencia, se espera que se reduzcan las tasas
procedimentales (véase el capítulo 9).
Entre 2015 y 2018, se produjo un descenso en el número
de solicitudes de patentes presentadas por inventores
nacionales en el Servicio Federal de Propiedad Intelectual
de Rusia (Rospatent). Ante esta caída, el Gobierno
redujo el importe de los derechos de patente para los
solicitantes y ofreció recortes fiscales para aliviar los costos
de patentes, préstamos y créditos garantizados por los
derechos de propiedad intelectual. Estas ayudas también
son válidas para los que presentan solicitudes de patentes
en el extranjero (véase el capítulo 13).
En África, el elevado costo del registro de los derechos
de propiedad intelectual y la falta de un sistema común
están dificultando la obtención de patentes, a pesar
del auge de los centros tecnológicos. Es poco probable
que este problema se resuelva en un futuro próximo,
ya que la Organización Panafricana de la Propiedad
Intelectual está tardando más de lo previsto en ponerse en
funcionamiento. El registro de una patente de 30 páginas
y su mantenimiento durante los primeros diez años
cuesta más de 37 000 dólares en la Organización Regional
Africana de la Propiedad Intelectual y 30 000 dólares en
Figura 1.10: Parte de las patentes IP5
en el mundo, 2015 y 2019 (%)
Los cuatro primeros países y los grupos específicos
2019
5,8
10,4
9,7
14,4
15,1
0,4
1,3
6,3 0,5
1,4
29,3
24,0
2015
20,4
22,6
20,0
18,4
China
Estados Unidos de América
República de Corea
Japón
Otras economías de renta alta
Unión Europea
Otros miembros del G20
Resto del mundo
Nota: el número de patentes se calcula mediante el método de recuento completo,
según los países de los inventores y los años de concesión de las patentes por las
cinco oficinas de patentes, a saber, la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados
Unidos de América, la Oficina Europea de Patentes, la Oficina de Patentes de Japón,
la Oficina de la Propiedad Intelectual de Corea y la Oficina Estatal de Propiedad
Intelectual de la República Popular China. La suma de los países/regiones es
superior al total mundial debido a que se tienen en cuenta los coinventores.
Fuente: PATSTAT; tratamiento de datos por Science-Metrix.
la Organización Africana de la Propiedad Intelectual. Son
cifras desorbitadas si se comparan con los 5 216 dólares de
Sudáfrica, los 4 330 dólares de Malasia o los 2 500 dólares
del Reino Unido (véase el capítulo 19).
Las multinacionales extranjeras adquieren las empresas
emergentes
Menos de la mitad de las patentes obtenidas por
inventores israelíes son propiedad de empresas de este
país. Esto significa que los conocimientos se crean en
Israel y luego se transfieren a empresas extranjeras. Cada
vez más, los derechos de propiedad intelectual israelíes
se obtienen mediante la adquisición de compañías
y empresas emergentes israelíes. Desde 2014, los
compradores corporativos más activos de empresas
israelíes han sido Google, Microsoft e Intel. Esta tendencia
creciente podría acarrear la migración de la producción y
del empleo al extranjero (véase el capítulo 16).
En el Canadá, las empresas controladas por extranjeros
representan un tercio de toda la I+D interna. La industria
subcontrata cada vez más la investigación en el extranjero:
el gasto en investigación externalizado por las empresas
canadienses aumentó por tercer año consecutivo hasta
alcanzar los 4 900 millones de dólares canadienses en 2017,
según la Oficina de Estadística del Canadá. Aunque las
condiciones macroeconómicas y el entorno reglamentario
parecen favorecer la creación y el desarrollo de empresas,
las prometedoras empresas emergentes del Canadá suelen
ser adquiridas y desarrolladas en otros países. Además, los
estudios realizados acerca de las empresas y los agentes
del sector tecnológico del Canadá revelan asimismo que la
falta de competencia y experiencia en materia de gestión
de la expansión a escala internacional constituye un
obstáculo fundamental (véase el capítulo 4).
Los países en desarrollo con industrias innovadoras
también se ven afectados por este fenómeno. En la
India, la mayoría de las patentes se refieren a productos
farmacéuticos y a las tecnologías de la información.
Alrededor del 85% de los cesionarios de patentes emitidas
por la Oficina de Patentes de la India y la Oficina de
Patentes y Marcas de los Estados Unidos de América son
inventores extranjeros, normalmente representados por
empresas multinacionales especializadas en tecnologías
digitales (véase el capítulo 22).
Renuncia a los derechos de patente por el bien común
Algunas empresas tecnológicas líderes como IBM donan
algunas de sus patentes a iniciativas de código abierto,
siguiendo la tendencia mundial a favor de un mayor
intercambio de conocimientos (véase el capítulo 20 y el
ensayo titulado “The time for open science is now”).
El 29 de mayo de 2020, Costa Rica y la Organización
Mundial de la Salud pusieron en marcha un fondo común
voluntario de acceso a la tecnología para luchar contra la
COVID-19, que insta a la comunidad mundial a poner en
común los conocimientos, la propiedad intelectual y los
datos relacionados con la pandemia en un repositorio en
línea (véase el capítulo 7).
TENDENCIAS EN MATERIA DE
PUBLICACIÓN CIENTÍFICA
Fuerte crecimiento de las tecnologías transversales
La investigación sanitaria sigue dominando la producción
científica, con un 33,9% de las publicaciones en 2019. De
entre los principales ámbitos de investigación, las ciencias
ambientales mostraron el crecimiento más rápido entre 2015
y 2019 (+45,7%), a pesar de que partían de un nivel bajo: 3,6%
de la producción mundial en 2015.
A lo largo de este periodo se observa una tendencia
general de incremento de la publicación científica, con una
producción mundial que sube un 21% en 2019 con respecto
a las cifras de 2015. Las publicaciones dedicadas a las
tecnologías estratégicas transversales incluso aumentaron un
33% (figura 1.12).
Estas tendencias se manifiestan asimismo en los países de
ingreso medio-bajo y de renta baja, que registraron algunas
de las tasas de crecimiento más rápido en ambas categorías
de publicación. En general, la producción científica creció un
71% en los países de renta baja y se disparó un 170% en el
caso de las tecnologías transversales (figura 1.12).
En 2019, las tecnologías transversales representaron el
18% de la producción científica mundial, encabezada por la
inteligencia artificial y la robótica (figura 1.13).
Entre 2015 y 2019, los porcentajes de publicaciones de
China, la Unión Europea y los Estados Unidos de América en
materia de inteligencia artificial y robótica retrocedieron a
medida que los países en desarrollo impulsaban su propia
producción en este ámbito (figuras 1.6 y 1.13).
A continuación, las tecnologías transversales más populares
están relacionadas con la energía, seguida de la ciencia de los
materiales (figuras 1.5, 1.14 y 1.15). La energía es el ámbito
principal en China, Egipto, la República de Corea, la Arabia
Saudita y Sudáfrica. La ciencia de los materiales ocupa el
primer lugar tanto en Indonesia como en la Federación de
Rusia.
El cuarto ámbito de mayor crecimiento es el de las
nanociencias y la nanotecnología, gracias en gran medida
a China, que produjo algo menos de la mitad de todas las
publicaciones sobre este tema en 2019 (figura 1.6).
En 2019 se contabilizaron apenas 18 000 publicaciones más
en el ámbito de la biotecnología que en 2015. Compárese
esta cifra con las 148 000 publicaciones adicionales que se
produjeron sobre inteligencia artificial y robótica durante el
mismo periodo, y a las que contribuyeron países de todos los
grupos de ingresos.
Rápida transformación del panorama de la publicación
científica
En 2019, la Unión Europea (28,6%), China (24,5%) y los Estados
Unidos de América (20,5%) representaban conjuntamente
las tres cuartas partes de la producción científica mundial.
Otros 13 países aportaban el 1% o más de las publicaciones:
la India (6,1%), el Japón (4,5%), la Federación de Rusia (3,7%),
el Canadá (3,6%), Australia (3,3%), la República de Corea
(3,1%), el Brasil (2,8%), Irán (2,3%), Turquía (1,6%), Suiza (1,5%),
Indonesia (1,4%), Malasia (1,1%) y la Arabia Saudita (1,0%)11.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 29
De cara al futuro, la Unión Europea sentirá más la pérdida
del Reino Unido por el Brexit en términos de producción
científica, ya que este país posee la mayor densidad de
publicación de la UE. A cambio de una contribución financiera
inicial, los científicos del Reino Unido seguirán teniendo
derecho a competir por subvenciones en investigación
básica del Consejo de Investigación Europeo (CEI) a partir de
2021, pero ya no podrán influir en la configuración de este
programa de investigación fundamental. Entre 2014 y 2020,
el Reino Unido fue el mayor beneficiario de las subvenciones
del CEI y atrajo al talento europeo: el 43% de los beneficiarios
del CEI con sede en el Reino Unido en 2020 eran ciudadanos
de este país y otro 37% eran ciudadanos de la UE (véase el
capítulo 9).
En América Latina, la producción científica del Ecuador fue
la que más creció (152%). En los períodos 2012-2015 y 20162019, el número de publicaciones ecuatorianas en materia
de inteligencia artificial y robótica se multiplicó por nueve, lo
que representa una de las tasas de crecimiento más altas del
mundo (figura 1.13).
Se ha producido un aumento sustancial de la participación
de Indonesia en la producción mundial (0,15% en 2011 y 0,3%
en 2015) y de la Arabia Saudita (0,43% en 2011 y 0,81% en
2015).
En 2017, el Gobierno indonesio vinculó la publicación
de trabajos de investigación en revistas internacionales
indexadas a la revisión del rendimiento de la carrera de los
científicos. A medida que la producción indonesia subía, el
Figura 1.11 : Efecto de refuerzo mutuo en las patentes de una fuerte inversión en
investigación por el gobierno y la industria, 2018 o año más próximo
Entre los países que han registrado al menos 100 patentes IP5 y cuya actividad de investigación representaba al menos el 0,5% del PIB en 2018.
El tamaño de los círculos es proporcional al número de patentes IP5 por millón de habitantes
Japón
República de Corea
Tailandia
80,0
China
Alemania
70,0
Eslovenia
Porcentaje del GBID financiado por el sector empresarial (%)
Viet Nam
60,0
Malta
Luxemburgo
Polonia
Irlanda
Rumania
50,0
Turquía
España
Croacia Brasil
Suecia
Francia Finlandia
Austria
Dinamarca
Nueva Zelandia
Portugal
Estonia
Países Bajos
Noruega
Grecia
Sudáfrica
40,0
Estados
Unidos
de América
Hungría
Eslovaquia
Belarús
Bulgaria
Malasia
Reino Unido
Singapur
Italia
Suiza
Bélgica
Canadá
Israel
Islandia
Lituania
India
Chipre
Chequia
30,0
Federación de Rusia
Letonia
20,0
Argentina
10.0
Serbia
Qatar
Egipto
0
1,00
2,00
3,00
Proporción de GBID/PIB (%)
4,00
Nota: la contribución del sector empresarial puede estar subestimada en el caso de los países que no investigan este sector con exhaustividad.
Fuente: Instituto de Estadística de la UNESCO; para las patentes: PATSTAT, tratamiento de datos por Science-Metrix.
30 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
5,00
porcentaje de publicaciones con colaboradores extranjeros
se redujo, lo que aceleró el descenso ya precipitado desde
el pico del 55% en 2012 a solo un 17% de publicaciones con
coautores extranjeros en 2019.
El fuerte crecimiento de las publicaciones científicas en
la Arabia Saudita (+43% entre 2015 y 2019) puede estar
relacionado con la política de las universidades saudíes que
contratan a científicos extranjeros muy citados. En 2019, el
76% de las publicaciones saudíes se habían elaborado en
colaboración con autores extranjeros.
Según un estudio de la base de datos Web of Science,
de los casi 6 100 investigadores con un elevado número
de citas en todo el mundo en 2018, solo 90 tenían su sede
en universidades del mundo árabe, la mayoría en la Arabia
Saudita, y solo seis investigadores altamente citados eran
originarios de la región árabe (véase el capítulo 17).
TENDENCIAS EN MATERIA DE
COLABORACIÓN CIENTÍFICA
INTERNACIONAL
Intensificación de la colaboración científica
internacional
A nivel mundial, la tasa de colaboración científica
internacional aumentó del 22% al 24% entre 2015 y 2019
(figura 1.4). Esta media oculta grandes disparidades entre
grupos de ingresos y países. El crecimiento fue más rápido
en los países de renta alta (del 30% al 36%). En la Unión
Europea, la proporción de trabajos en coautoría con terceros
países pasó del 41% al 47%. En los Estados Unidos de
América, la colaboración científica internacional subió del
36% al 41% y ahora está a la par con la media de América
Latina; esto parece indicar que la colaboración científica
no se ha visto afectada por la retirada de los Estados
Unidos de América del sistema multilateral, que se inició
en 2017 siguiendo la política del America First (véase el
capítulo 5). China y los Estados Unidos de América siguen
siendo recíprocamente los principales socios científicos
internacionales, a pesar de las tensiones en materia de
comercio y tecnología (véanse los capítulos 5 y 23).
En los países de bajos ingresos, el nivel de colaboración
científica internacional sigue siendo elevado (del 72% al 70%).
Los modestos porcentajes de China (23%) y la India (19%) en
2019 (figura 1.4) explican la media más baja de los países de
renta media alta y media baja respectivamente. Cabe destacar
que China se ha convertido en uno de los cinco principales
socios científicos de la India (véase el capítulo 22).
La Federación de Rusia no ha seguido la tendencia
mundial, ya que su nivel de colaboración científica
internacional ha descendido del 27% al 24% durante el
periodo 2015-2019 (figura 1.4).
Asia Oriental y Sudoriental tienen los niveles más bajos
de colaboración científica internacional, con una media
inferior al 25%. Irán ha estrechado sus lazos científicos
internacionales desde 2015 y la proporción de publicaciones
en coautoría ha pasado del 21% al 28% (figura 1.4); esta
tendencia puede ser consecuencia del levantamiento de las
sanciones económicas en 2016. Malasia (44% en 2019), el
Pakistán (56%) y Singapur (71%) presentan algunos de los
índices más altos de colaboración científica internacional en
Asia; además, los tres han experimentado una subida de al
menos el 5% desde 2015.
El mercado de talentos y la diáspora como motores del
cambio
Los países en desarrollo, deseosos de enriquecer o acrecentar
su producción científica, están intentando atraer a los
científicos más citados. Ha surgido un lucrativo mercado de
talentos que está incrementando la remuneración de los
científicos más reconocidos. Esta tendencia impulsa al alza las
estadísticas nacionales en materia de publicación científica y
colaboración internacional.
Otro factor que contribuye es el creciente tamaño de la
diáspora. El hecho de que la Arabia Saudita sea el segundo
socio científico de Pakistán se explica principalmente por los
vínculos con la diáspora (véase el capítulo 21).
La diáspora incluye a los científicos que huyen de las
zonas de conflicto. La producción de los científicos afiliados
a instituciones sirias creció un 29% en el periodo 20152019. En Yemen, donde más de 43 centros científicos
gubernamentales afiliados a universidades yemeníes
han tenido que suspender sus operaciones tras los daños
estructurales sufridos por sus instalaciones, la producción en
materia de investigación pasó de 281 publicaciones en 2015
a 614 en 2019 (véase el capítulo 17 y el ensayo titulado “The
integration of refugee and displaced scientists creates a win–
win situation”).
En Filipinas, en cambio, se ha producido una caída
drástica de la colaboración científica internacional desde
2014, cuando seis de cada diez artículos tenían un coautor
extranjero. El refuerzo de la Ley sobre el retorno de los
científicos12, aprobada en 2018, puede explicar el descenso
significativo de la coautoría con instituciones extranjeras,
que pasó del 49% en 2018 al 41% solo un año después,
si asumimos que gran parte de la colaboración científica
internacional fue gracias a los vínculos con la diáspora.
Las ciencias ambientales son sumamente colaborativas
La colaboración internacional es más común en el ámbito
de las geociencias, donde un tercio de las publicaciones
mundiales (36%) contaba con autores de más de un país
en 2019, frente al 33% en 2015. Le sigue la colaboración en
otras ciencias ambientales (figura 1.16); en 2019, seis de cada
diez publicaciones (59%) de la Unión Europea se llevaron a
cabo en el marco de asociaciones con terceros países, una
proporción similar a la observada en el caso de los científicos
subsaharianos (64%).
El porcentaje de colaboraciones internacionales en
publicaciones sobre tecnologías estratégicas transversales
e ingeniería ronda el 20% desde 2015. Las economías de
renta alta han impulsado su colaboración con países de
otros grupos de ingresos en relación con las tecnologías
estratégicas transversales, y han pasado del 31% de las
publicaciones en 2015 al 37% en 2019.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 31
Figura 1.12 : Tendencias mundiales en materia de publicaciones científicas
Evolución del volumen de la producción, 2015-2019 (%)
Por grupo de ingresos y por región
171,6
170,1
Todas las publicaciones
Tecnologías estratégicas transversales
128,6
123,4
111,8
90,1
71,6
63,9
53,8
33,1
37,4
31,6
28,2
25,5
20,7
19,8
14,8
ib
Eu
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9,6
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or
43,6
42,4
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51,7
48,8
66,6
de
70,9
Parte de las publicaciones científicas en el mundo, 2015 y 2019 (%)
Por grupo de ingresos y por región
2019
2019
0,9
3,6
11,4
3,7
7,3
0,6
8,0
3,7
5,3
1,8
0,2
3,1
36,7
2,7 1,4
0,1
2,7
5,8
32,1
5,1
38,1
32,3
2015
2015
69,3
23,2
26,0
62,9
37,7
34,9
Ingresos altos
Ingresos medio-bajos
Ingresos medio-altos
Ingresos bajos
Asia Oriental y Sudoriental
Europa
América Latina y El Caribe
Asia Meridional
Estados Árabes
Asia Occidental
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
32 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
América del Norte
África Subsahariana
Oceanía
Asia Central
Especialización y promedio de las citas relativas de las publicaciones sobre tecnologías estratégicas transversales, por país y por región, 2011-2019
Entre los países con al menos 1 000 publicaciones en este vasto sector en 2011-2019
El tamaño del círculo es proporcional al volumen de las publicaciones
2.15
Malasia
Especializadas, pero de bajo impacto
Especializadas y de alto impacto
1.95
Emiratos Árabes Unidos
Ecuador
1.75
Indonesia
Kuwait
Argelia
1.55
Iraq
Kazakhstan
China
Marruecos
Omán
Ucrania
Qatar
India
1.35
Índice de especialización
Sri Lanka
Tailandia
Mongolia
Azerbaiyán
Jordania Túnez
Albania
Macedonia del Norte
1.15
Arabia Saudita
Colombia
Federación de Rusia
Singapur
Viet Nam
Uzbekistan
República de Corea
Filipinas
Nigéria
Bangladesh
Egipto
Belarús
México
Bosnia & Herzegovina
0.95
Iran
Perú
Etiopía
0.75
Armenia
Venezuela
Noruega
Rep. Moldova
Unión Europea
Canadá
Japón
Serbia
Media mundial
Uruguay
Pakistán
Sudáfrica
Líbano
Turquía
Chile
Cuba
Estados
Unidos de
América
Nueva Zelandia
Suiza
Israel
Brasil
0.55
Australia
Ghana
Islandia
Argentina
No especializadas y de bajo impacto
Alto impacto pero no especializadas
Georgia
0.35
0.00
0.20
0.40
0.60
0.80
1.00
1.20
1.40
1.60
1.80
2.00
Media de citas relativas
Volumen mundial de las publicaciones sobre tecnologías estratégicas transversales, 2011-2019
147 806
102 347
109 521
108 129
86 771
93 033
63 705
70 215
52 608
CHANGE OF SCALE
46 121
31 226
29 173
16 707
18 714
13 537
10 226
10 555
8 822
8 472
305
2011
26 651
29 517
19 282
17 154
826 9 793
2012
2013
IA y robótica
Biotecnología
2014
Energía
2015
Materiales
3 430
2016
Nanotecnología
Estrategia, defensa y seguridad
2017
2018
2019
Optoelectrónica y fotónica
Bioinformática
Internet de las cosas
Nota: la suma de los valores regionales es superior número mundial porque los trabajos realizados por varios autores procedentes de diferentes regiones se contabilizan en
cada una de las regiones en cuestión. Las tecnologías estratégicas transversales incluyen la inteligencia artificial y la robótica, la bioinformática, la biotecnología, la tecnología
de cadenas de bloques, la energía, Internet de las cosas, los materiales, la nanociencia y la nanotecnología, la optoelectrónica y la fotónica, así como los estudios estratégicos,
de defensa y de seguridad. Ninguna revista indexada en Scopus y especializada en tecnología de cadenas de bloques publicó artículos antes de 2018. IA es la sigla de
“inteligencia artificial”.
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 33
La ciencia puede servir a una causa común
En el Ártico, región a la que se destina una décima parte de la
inversión económica rusa, la Unión Europea y la Federación
de Rusia han colaborado en cuestiones como la gestión de las
aguas residuales y el tratamiento de los desechos nucleares.
En mayo de 2017, los ocho Estados del Ártico —el Canadá,
Dinamarca, los Estados Unidos de América, la Federación
de Rusia, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia— firmaron
el Acuerdo sobre la Mejora de la Cooperación Científica
Internacional en el Ártico (véase el capítulo 13).
El presupuesto 2020-2021 de Nueva Zelandia asigna 35
millones de dólares neozelandeses al Catalyst Fund, que
apoya las relaciones internacionales en el ámbito de la
investigación. Nueva Zelandia ya participa en la Alianza
Global de Investigación sobre Gases Agrícolas de Efecto
Invernadero. En 2018, el país aumentó su asistencia oficial
para el desarrollo en un 30%, en respuesta a las necesidades
de financiación de los países en desarrollo para cumplir con la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Alrededor del 60%
de esta ayuda se destina a la región del Pacífico, donde Nueva
Figura 1.13 : Tendencias en relación con las publicaciones científicas sobre inteligencia
artificial y robótica
Parte de las publicaciones mundiales sobre IA y robótica, 2011, 2015 y 2019 (%)
Entre los países que contribuyeron al menos al 1% en 2019;
las etiquetas de datos se refieren al año 2019.
Publicaciones mundiales sobre IA y robótica
147 806
2011
en 2019
2015
2019
La Unión Europea
contribuyó al 25,2% de las
publicaciones sobre IA y
robótica en 2019.
20,1
18,1
109 521
en 2011
10,8
102 347
en 2015
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4,6
Los 15 países con mayor tasa de crecimiento de las publicaciones científicas sobre IA y robótica, 2012-2019
Entre los países con al menos 500 publicaciones, por orden de volumen
87 465
Volumen de publicaciones, 2012-2019
8,97
Tasa de crecimiento, 2012-2019
5,25
4,99
3,90
3,59
2,14
4,78
4,03
2,21
2,31
4 398
4 080
21 572
2,59
2,52
2,73
1 892
1 600
1 084
2,27
1,94
2,23
34 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
1 031
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Nota: la tasa de crecimiento se calcula dividiendo el número de publicaciones de 2016-2019 por el número de publicaciones de 2012-2015.
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
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6 214
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11 038
Zelandia fue uno de los cinco principales socios científicos de
las Islas Cook, Fiji, Palau, Tonga y Samoa durante el período
2017-2019. Los científicos neozelandeses fueron coautores
del 64% de las publicaciones con socios extranjeros en 2019,
frente al 59% anteriormente.
En el marco del Plan de Acción de Cooperación en Ciencia,
Tecnología e Innovación de la Iniciativa de la Franja y la
Ruta, anunciado por China en mayo de 2017, se crearán
cinco plataformas de transferencia de tecnología en
países pertenecientes a la Asociación de Naciones de
Asia Sudoriental (ASEAN), el mundo árabe, Asia Central y
Europa Central y Oriental, así como una serie de centros de
investigación conjuntos de África (véase el capítulo 23).
A lo largo de los dos periodos 2014-2016 y 2017-2019, el
número de casos en los que un país de la ASEAN fue uno de
los cinco principales colaboradores de otro pasó de cinco a
ocho. Durante este periodo de seis años, China se mantuvo
como uno de los cinco principales asociados de seis países, y
Australia de ocho de los diez países de la ASEAN.
Mayor colaboración científica intrarregional
En general se observa una tendencia a una mayor
colaboración científica intrarregional. Por ejemplo, el
Brasil y el Perú figuran entre los cinco principales socios
científicos de Colombia. Ghana se convirtió en uno de los
cinco principales colaboradores de Burkina Faso, Liberia y
Sierra Leona en 2017-2019. Uganda estuvo entre los cinco
primeros colaboradores de ocho países subsaharianos, y
Sudáfrica de hasta 23 países en el mismo periodo.
En Sudáfrica, el porcentaje de publicaciones con
coautoría internacional pasó del 54% al 57% desde 2015.
La Fundación Nacional de Investigación de Sudáfrica es
uno de los tres patrocinadores de la Iniciativa de Consejos
de Subvención Científica creada en 2016, junto con el
Centro de Investigaciones para el Desarrollo Internacional
del Canadá y el Departamento de Desarrollo Internacional
del Reino Unido. En el marco de esta iniciativa, el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología de Malawi publicó
convocatorias de colaboración para la investigación
agrícola con Mozambique y Zimbabwe en 2019. En agosto
de 2020, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología lanzó
una convocatoria trilateral de propuestas de investigación
sobre energías renovables con Zambia y Mozambique
(véase el capítulo 20). En Burkina Faso, el Fondo Nacional
de Investigación e Innovación para el Desarrollo (FONRID,
creado en 2011) se ha asociado con Senegal para obtener
subvenciones de investigación conjuntas en materia de
alimentación y agricultura a través de la Iniciativa de
Consejos de Subvención Científica (véase el capítulo 18).
La propia Comunidad Económica de los Estados de
África Occidental (CEDEAO) fomenta la colaboración
y la movilidad científica subregional. Desde 2018, su
programa de apoyo a la investigación y la innovación
concede subvenciones anuales mediante concursos a
equipos de investigación de la subregión, y se centra en
la investigación para la resolución de problemas (véase el
capítulo 18).
ANÁLISIS DETENIDO DE LOS PAÍSES Y
REGIONES
En el Canadá (capítulo 4) se está reactivando la
infraestructura pública de investigación tras años de
declive. El Gobierno ha invertido en nuevas instalaciones
de investigación, y se están poniendo a prueba formas
novedosas de cooperación entre los laboratorios federales,
el mundo académico y las empresas.
El gasto en I+D industrial como porcentaje del PIB solo
representa la mitad de la media de la OCDE. El Gobierno
ha puesto en marcha diversas iniciativas para corregir
esta situación. En el marco del Plan de Innovación y
Competencias (2017) se creó el Fondo de Innovación
Estratégica, con miras a fomentar la innovación mediante
proyectos a gran escala con la industria. A principios de
2020, este había financiado más de 65 proyectos por un total
de 2 200 millones de dólares canadienses.
En 2017, el Gobierno instó a las empresas canadienses a
asociarse con instituciones de investigación para formular
estrategias de innovación “audaces y ambiciosas”, como
parte de la iniciativa de supercentros de innovación,
centrada en la economía oceánica, la manufactura de nueva
generación, la tecnología digital, las industrias de proteínas
y la inteligencia artificial (IA).
De acuerdo con los grupos industriales, el Gobierno
federal y los gobiernos provinciales actúan según una visión
lineal de la innovación basada en la oferta. Este problema
resulta particularmente difícil de resolver debido a la falta de
una estrategia nacional de CTI, que hace que las provincias y
los territorios apliquen sus propias estrategias y programas.
El Comité de Coordinación de la Investigación del Canadá,
de reciente creación, se propone mejorar la coordinación
a nivel federal, en particular por conducto del Fondo de
nuevas fronteras en la investigación, destinado a aumentar
el apoyo federal a la investigación de alto riesgo, que puede
resultar muy innovadora.
Mediante la Estrategia Pancanadiense de Inteligencia
Artificial (2017) se destinan fondos al incremento del número
de investigadores y licenciados cualificados destacados
en materia de IA. El Canadá lucha por asumir un papel de
liderazgo en el diálogo internacional sobre las posibles
repercusiones sociales de la IA.
El Canadá se fijó el objetivo de alcanzar la neutralidad
en emisiones de carbono de aquí a 2050, con hitos
quinquenales establecidos por ley. Se prevé eliminar
gradualmente el carbón de aquí a 2030, pero cabe esperar
que la producción de petróleo crudo aumente en un 50%
entre 2018 y 2040. El Gobierno pretende imponer un
impuesto de 50 dólares canadienses por cada tonelada de
emisiones contaminantes de dióxido de carbono de aquí a
2022.
En 2016, el Gobierno adoptó un Plan de Protección de los
Océanos dotado con un total de 1 500 millones de dólares
canadienses. En 2018, casi el 14% de las zonas marinas y
costeras estaban protegidas, en comparación con cerca del
1% en 2015.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 35
El Canadá también creó un Marco Normativo para las Regiones
Septentrionales y Árticas (2019). Polar Knowledge Canada,
una entidad federal, financia proyectos de investigación
innovadores para respaldar la adaptación al cambio climático y
la atenuación de sus efectos, entre otras cosas por conducto de
observatorios comunitarios para la investigación conjunta con
las comunidades indígenas.
El conflicto comercial con China desde 2018 se ha extendido a
los sectores de la alta tecnología, la transferencia de tecnología
y la protección de la propiedad intelectual, lo que plantea un
riesgo real de desvinculación de ambos países en términos de
tecnología y talentos.
En términos más generales, existe un amplio consenso entre
los organismos federales y los poderes ejecutivo y legislativo
sobre la necesidad de que los Estados Unidos se adapten a un
entorno internacional cada vez más competitivo.
En consecuencia, el Gobierno federal ha dado prioridad a las
tecnologías digitales clave que se consideran fundamentales
para la competitividad económica y la ciberseguridad del
país, como la inteligencia artificial (IA), la información y
En los Estados Unidos de América (capítulo 5), la adopción de
la prioridad America First en 2017 trajo consigo nuevos objetivos
políticos sectoriales, como la reducción del déficit de la balanza
comercial de bienes estadounidenses con sus principales socios
comerciales mediante la imposición de aranceles.
Figura 1.14 : Tendencias en relación con las publicaciones
científicas sobre energía
Publicaciones mundiales
sobre energía
108 129
Parte de las publicaciones mundiales sobre energía, 2011, 2015 y 2019 (%)
Entre los países que contribuyeron al menos al 1% en 2019;
las etiquetas de datos se refieren al año 2019.
2011
35,6
en 2019
2019
2015
86 771
La Unión Europea
contribuyó al 23,7% de las
publicaciones sobre energía
en 2019.
en 2015
13,7
70 215
en 2011
3,2
3,0
3,0
2,8
2,7
2,6
2,5
2,0
1,7
1,4
1,5
1,3
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Los 15 países con mayor tasa de crecimiento de las publicaciones científicas sobre energía, 2012-2019
Entre los países con al menos 500 publicaciones, por orden de volumen
Volumen de publicaciones, 2012-2019
Tasa de crecimiento, 2012-2019
40 158
5,36
3,89
3,79
3,29
3,13
Nota: la tasa de crecimiento se calcula dividiendo el número de publicaciones de 2016-2019 por el número de publicaciones de 2012-2015.
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix
36 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
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2,54
2,35
2,34
comunicación cuántica y la tecnología avanzada de redes
móviles. El primer Plan Estratégico Nacional de Investigación
y Desarrollo sobre Inteligencia Artificial se publicó en 2016.
Cuatro años más tarde, el Gobierno federal anunció que se
había propuesto duplicar en 2022 la inversión pública en
investigación sobre información y comunicación cuántica e IA
con respecto al año de referencia 2019.
El sector espacial ha vuelto a convertirse en una prioridad,
tal y como se refleja en la política espacial nacional de 2017.
La NASA fue uno de los únicos cuatro organismos que se
beneficiaron de un aumento de la financiación pública en la
propuesta presupuestaria para 2021. Las alianzas públicoprivadas en las que participa la NASA han sido cruciales para
el desarrollo de la industria espacial privada.
La política America First ha llevado a los Estados Unidos a
retirarse de varios acuerdos multilaterales, incluido el Acuerdo
de París. No obstante, varios Estados decidieron respetar
su propio compromiso en favor de la acción climática, y la
nueva administración hizo que los Estados Unidos volvieran al
Acuerdo de París en febrero de 2021.
Entre 2017 y 2019, el Gobierno anuló más de 90 dispositivos
de protección ambiental. Estas decisiones, sumadas a los
avances tecnológicos que han reducido el precio del gas
natural y las energías renovables, dieron un mayor impulso al
petróleo, el gas natural y las energías renovables, respaldado
por generosos incentivos fiscales y un aumento del 22% del
presupuesto de investigación del Departamento de Energía
entre 2015 y 2020.
A pesar de que la atención sanitaria haya representado
alrededor del 18% del PIB en 2017, los problemas de acceso
y equidad persisten. Lo que es más, se espera que la parte
de la asistencia sanitaria financiada por el Gobierno federal y
los gobiernos estatales y locales se incremente hasta el 47%
de aquí a 2028, una evolución que resulta insostenible. La
medicina de precisión está abriendo una amplia gama de
posibilidades terapéuticas, pero se acompaña de una subida
de los costos de la atención médica. Habida cuenta del auge
de la farmacogenética, las empresas farmacéuticas tendrán
que estrechar su colaboración con los gigantes de los datos en
el futuro.
En 2020 se estaban realizando exámenes antimonopolio
independientes de los cinco principales gigantes de la
tecnología digital, en respuesta a la preocupación creciente
que suscita su influencia en la sociedad, la economía y la
política.
La pandemia de COVID-19 ha causado la muerte de más de
medio millón de ciudadanos estadounidenses. A pesar de la
pandemia, y de que el volumen del capital riesgo disponible
para las empresas emergentes se redujo, el número de nuevas
empresas registradas se disparó en 2020.
El costo creciente de los desastres naturales ha sentado las
bases para que la Comunidad del Caribe (CARICOM, capítulo
6) emprenda iniciativas colectivas audaces en diversas esferas,
como la resiliencia ante el clima y la innovación ecológica.
Para aliviar la carga financiera y ecológica de las costosas
importaciones de combustibles fósiles, el Fondo Verde para
el Clima está respaldando, por ejemplo, un proyecto de ocho
años para el desarrollo de recursos geotérmicos en Dominica,
Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las
Granadinas.
Guyana tiene previsto aprovechar las reservas de petróleo y
gas costa afuera descubiertas recientemente por ExxonMobil
para desarrollar fuentes de energía renovables. Para ello,
el Gobierno creó en 2019 un fondo soberano de inversión
financiado principalmente por los ingresos derivados del
petróleo. Uno de los proyectos, llevado a cabo con el apoyo del
Centro para el Cambio Climático de la Comunidad del Caribe,
consiste en convertir la ciudad de Bartica en un “modelo piloto
de ciudad ecológica”.
Los marcos estratégicos se ajustan estrechamente a la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, pero para su
ejecución se necesitan hojas de ruta detalladas y mecanismos
sostenibles de financiación, seguimiento y evaluación.
Los Estados Miembros adoptaron la Agenda digital 2025
de la CARICOM y aprobaron una hoja de ruta en 2017 para la
creación de un Espacio único de las TIC para la CARICOM, con
miras a fomentar un espacio sin fronteras fundamentado en
las TIC. Dada la escasez de ingenieros de software y la baja
producción científica en este ámbito, la formación será un
elemento clave.
Aunque el aumento de las publicaciones científicas que se
ha observado pone de relieve una cultura de investigación
más dinámica, el énfasis actual en la investigación en materia
de salud no preparará a las sociedades caribeñas para las
economías digitales y ecológicas del futuro.
La ausencia casi total de datos sobre I+D perjudica la gestión
de la ciencia en el plano nacional y regional. Por ejemplo,
ha obstaculizado la aplicación del Plan Estratégico para la
Comunidad del Caribe (2015-2019). En 2018, la CARICOM creó,
con el apoyo del Banco de Desarrollo del Caribe, un sistema
de gestión basada en los resultados para guiar la recopilación,
análisis y uso sistemáticos de datos, así como la presentación
de informes sobre los avances hacia la integración y el
desarrollo regionales.
Habida cuenta de la necesidad que tienen las empresas
innovadoras de un apoyo sistémico y continuo, el nuevo
programa de Jamaica para impulsar la innovación, el
crecimiento y el ecosistema empresarial podría servir de
modelo para la región.
Durante el auge de los productos básicos, la inversión en
América Latina (capítulo 7) se destinó principalmente a la
expansión económica, y no al refuerzo de las infraestructuras
existentes o el apoyo a la innovación y la asunción de riesgos.
En consecuencia, tras el fin de ese auge comenzó un período
de estancamiento del crecimiento económico, acompañado de
una disminución de la intensidad de la investigación entre los
pesos pesados de la región, esto es, la Argentina y México.
La idea de un sistema de innovación está ahora
ampliamente integrada en las políticas de CTI. Sin embargo,
la demanda de conocimientos en el sector productivo
sigue siendo baja. Las empresas latinoamericanas que
están presentes en más de un país (multilatinas) están
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 37
desempeñando un papel más importante que antes,
pero no están estrechamente vinculadas con los sistemas
nacionales de innovación. Las multinacionales con filiales
en la región suelen utilizar los conocimientos existentes, en
lugar de dedicarse a la investigación local.
Un mayor número de países está formulando políticas
propias basadas en la experimentación, en lugar de
adaptar políticas elaboradas en el extranjero. Estas
políticas hacen hincapié en la innovación social en favor
del desarrollo sostenible, e integran cada vez más los
sistemas de conocimiento locales e indígenas.
No obstante, la formulación de políticas sigue
caracterizándose por cambios bruscos de dirección, que
impiden la planificación a largo plazo. Esto puede socavar la
confianza de los inversores y obstaculizar la innovación. Por
su parte, algunos países están dando marcha atrás en cuanto
a la amplia participación pública en la toma de decisiones.
La ciencia de la sostenibilidad se está convirtiendo en un
foco de investigación regional. Un ejemplo es el programa
Colombia Bio, que tiene por finalidad fomentar una cultura
de respeto a la biodiversidad. Está enriqueciendo el limitado
registro taxonómico y respaldando la bioprospección para
Publicaciones mundiales sobre
la ciencia de los materiales
Figura 1.15: Tendencias en relación con las publicaciones científicas
sobre la ciencia de los materiales
93 033
Parte de las publicaciones mundiales sobre la ciencia de los materiales, 2011, 2015 y 2019 (%)
Entre los países que contribuyeron al menos al 1% en 2019; las etiquetas de datos se refieren al año 2019
en 2019
38,6
2015
2019
63 705
La Unión Europea contribuyó
al 19,3% de las publicaciones
sobre la ciencia de los
materiales en 2019.
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en 2011
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Los 15 países con mayor tasa de crecimiento de las publicaciones científicas sobre la ciencia de los materiales, 2012-2019
Entre los países con al menos 500 publicaciones, por orden de volumen
43 677
Volumen de publicaciones, 2012-2019
31,01
Tasa de crecimiento, 2012-2019
36 626
15 664
11 715
9,24
2,58
3,72
2,87
2,07
1 462
1 402
1 142
1 050
978
665
613
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
38 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
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Nota: la tasa de crecimiento se calcula dividiendo el número de publicaciones de 2016-2019 por el número de publicaciones de 2012-2015.
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6 016
promover la elaboración de productos y servicios de alto
valor añadido.
El número de publicaciones científicas en las revistas
más destacadas ha aumentado en todos los países, excepto
Cuba y Venezuela. Esta tendencia puede deberse en
parte a la mejora de los estudios de posgrado en algunos
países. La disminución de la producción científica cubana
puede estar relacionada con el restablecimiento del bloqueo
estadounidense en 2017, que ha repercutido negativamente
en los recursos que el país destina a la I+D, incluidos los
aumentos salariales previstos para desalentar la fuga de
cerebros tras el levantamiento de las restricciones a los viajes
internacionales en 2012. En Venezuela se está produciendo
un grave éxodo intelectual, ya que más de 3 millones de
ciudadanos emigraron a Colombia, el Perú, el Ecuador y el
Brasil en 2019.
Un ejemplo de colaboración multilateral activa es el Sistema
de la Integración Centroamericana (SICA), que ha fortalecido
la resiliencia ante el cambio climático. En mayo de 2020, el
SICA firmó un acuerdo con el Centro de Investigaciones para
el Desarrollo Internacional del Canadá, relativo a un proyecto
de refuerzo de la capacidad de formulación de políticas de los
organismos nacionales de investigación e innovación de todos
los Estados Miembros.
En el plano regional, también se han puesto en marcha
iniciativas ascendentes en ámbitos como la biotecnología, la
ciencia espacial y la ciencia abierta.
El Brasil (capítulo 8) ha alcanzado una serie de logros en los
últimos cinco años. Por ejemplo, Sirius, una de las fuentes de
radiación de sincrotrón más sofisticadas del mundo, está a
punto de finalizarse.
Por otra parte, las tecnologías digitales se están adoptando
cada vez más tanto en el sector público como en las empresas,
en esferas como la salud, la banca y la agricultura. En la
cibersalud, los macrodatos médicos y la IA se emplean para
elaborar modelos de predicción y nuevos medicamentos.
Asimismo, la comunidad científica brasileña se movilizó
rápidamente durante el brote del virus de Zika en 2015-2018 y
durante la pandemia de COVID-19 que se vive desde 2020.
Los centros de innovación tecnológica de las universidades
han prosperado, sobre todo en lo que respecta al registro de
patentes, la colaboración con la industria y la incubación de
empresas emergentes innovadoras.
Otro aspecto positivo ha sido el incremento de la
proporción de la energía eólica y solar, los biocombustibles
y la biomasa de la producción total de electricidad, que pasó
del 14,7% al 19,5% entre 2015 y 2018. El Brasil tiene una de
las matrices energéticas más limpias del mundo, ya que las
energías renovables representaban el 85% de la producción
de electricidad en 2020, de las cuales dos tercios procedían de
la hidroenergía.
En 2018, el Gobierno anunció el fin de los proyectos de
megacentrales hidroeléctricas en el Amazonas por razones
ambientales. Una serie de roturas de presas y la creciente
incidencia de incendios forestales en la selva amazónica y la
región del Pantanal demuestran la insuficiencia del sistema
de vigilancia ambiental y prevención de desastres. En los dos
últimos años se han dejado de aplicar diversos dispositivos de
protección del medio ambiente.
Varios indicadores están alertando con respecto al sistema
nacional de innovación. La inversión empresarial está
disminuyendo globalmente, al igual que la parte dedicada
a la I+D. Las empresas están solicitando menos patentes.
Paralelamente, los desembolsos presupuestarios de los
organismos federales de investigación se han reducido
considerablemente. El gasto nacional en investigación se
contrajo en un 16% entre 2015 y 2017. La proporción de la
producción industrial en el PIB y la participación del Brasil
en el comercio exterior, especialmente en lo que respecta a
productos manufacturados, también están en declive.
A mediados de 2020 el Gobierno publicó su Plan Estratégico
2020-2030, que sustituyó a la Estrategia Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación 2016-2022, la cual se inspiraba en la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Aunque el nuevo
plan considera el desarrollo sostenible un objetivo global, la
lista de indicadores y metas conexas contiene pocos objetivos
socioeconómicos y ninguno relacionado con el medio
ambiente. Un enfoque integrado de la planificación de la
innovación había sido uno de los puntos fuertes de la política
brasileña.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea (capítulo 9) en
enero de 2020 no alterará la esencia del proyecto europeo, que
está orientado a reforzar la integración.
La nueva estrategia de crecimiento del bloque europeo, que
se plasma en el Pacto Verde Europeo (2020), aspira a acelerar
la transición “verde” en los cinco sistemas socioeconómicos
(energía, agroalimentación, industria manufacturera, transporte
y construcción) haciendo converger la movilización de recursos
y las reformas, ya sean reglamentarias o de otro tipo.
La finalidad es alcanzar de aquí a 2050 la neutralidad en
carbono, velando por que los puestos de trabajo que se
pierdan en una industria puedan crearse nuevamente en
otra. Un mecanismo de transición justa ayudará a los países
vulnerables a hacer frente a la transición, como en el caso de
que se produzcan pérdidas de empleo generalizadas tras la
eliminación gradual de una industria contaminante.
Los dos motores de esta transición serán la especialización
inteligente por regiones y las nuevas políticas orientadas a
misiones concretas, aplicadas dentro del programa marco de
investigación e innovación Horizonte Europa (2021-2027). Otra
novedad es el Consejo Europeo de Innovación, que está en
pleno funcionamiento desde 2021, y cuyo papel consiste en
cubrir el déficit de financiación de las empresas emergentes y
pymes innovadoras.
El Pacto Verde Europeo se acompaña de una estrategia
industrial adoptada en marzo de 2021 centrada en una
transición doble, es decir, ecológica y digital, aprovechando
al tiempo el mercado único para establecer normas sociales
y ambientales globales. Un nuevo marco normativo fijará
principios de sostenibilidad para todos los productos. La UE
apoyará asimismo el desarrollo de tecnologías instrumentales
clave, como la robótica, la microelectrónica, la tecnología de
cadenas de bloques, las tecnologías cuánticas, la biomedicina,
las nanotecnologías y los productos farmacéuticos.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 39
Según la Comisión Europea, solo una de cada cinco
empresas está digitalizada. La estrategia digital europea,
titulada Una Europa Adaptada a la Era Digital (2019), permite
a las empresas de todos los tamaños “probar antes de
invertir” en tecnologías digitales por conducto de los centros
de innovación digital, gracias a la financiación competitiva
proporcionada por el programa Horizonte 2020 y su sucesor,
Horizonte Europa. En febrero de 2020, 16 países habían
publicado estrategias nacionales de IA y otros cinco contaban
ya con un borrador bien avanzado.
El Plan de Acción de Educación Digital 2021-2027 hará mayor
hincapié en el aprendizaje permanente, con el fin de preparar a
la mano de obra para la economía digital del futuro.
Por su parte, la nueva Iniciativa “Universidades Europeas” se
esfuerza por crear redes de establecimientos de enseñanza
superior que permitan a los estudiantes obtener un título
combinando sus estudios en varios países de la UE,
reforzando al tiempo el sentimiento de identidad europea.
La UE tiene la intención de fortalecer su autonomía
estratégica y su poder blando en los próximos años,
especialmente mediante sus políticas comerciales y
digitales, así como de defensa.
Para los países de Europa Sudoriental (capítulo 10), entrar
en la UE sigue siendo un objetivo político primordial. Hay
algunas señales positivas, ya que la región ha superado
la meta relativa al porcentaje de personas altamente
cualificadas de la población activa que se había fijado, y
está cerca de alcanzar su meta sobre la balanza comercial y
la tasa de empleo global.
Sin embargo, se ha dado más prioridad a la reforma
económica que a la formulación de políticas de CTI, lo que
ha mermado la capacidad de investigación y obstaculizado
la adopción del modelo de innovación basado en la ciencia
de la UE. Por esa razón, la fuga de cerebros hacia los países
de la UE sigue siendo un problema crónico. Dentro de
Europa Sudoriental, la Estrategia Regional de Investigación
y Desarrollo para la Innovación de los Balcanes Occidentales
(2013) ha creado pocas oportunidades de cooperación.
A pesar de ello, desde 2015 se han desplegado esfuerzos
para alinearse con el Espacio Europeo de Investigación.
Cada país aplica la Directiva de eficiencia energética y la
Directiva sobre fuentes de energía renovables de la UE,
y formula políticas energéticas conformes al reglamento
europeo relativo al seguimiento de las emisiones de gases
de efecto invernadero (nº 525/2013). Los cinco países de
Europa Sudoriental que no son miembros de la UE han
tratado de obtener financiación para la investigación en el
marco del programa Horizonte 2020.
Los países también están elaborando sus propias
estrategias de especialización inteligente, un requisito
previo de facto para adherirse a la UE. El primero en
finalizarla fue Montenegro en 2019, seguido por Serbia en
2020. Estas estrategias podrían ser el eslabón faltante para
los países que tienen dificultades para integrar su sector
de la investigación y su sector económico. Ciertamente,
los sistemas de innovación de la región están orientados
hacia un modelo lineal anticuado, y la limitada actividad
del sector empresarial de la región se refleja en los bajos
niveles de registro de patentes.
Figura 1.16 : Parte de las publicaciones científicas que implican una colaboración
internacional por ámbito general, 2014-2016 y 2017-2019 (%)
33,3
Geociencias
Ciencias medioambientales
(excluidas las geociencias)
30,1
27,1
Física y astronomía
22,6
TIC, matemáticas y estadística
18,5
Tecnologías estratégicas transversales
Ingeniería
19,4
17,1
22,1
20,9
20,3
18,6
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
40 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
22,5
20,7
Química
Entorno construido y concepción
22,8
20,3
Ciencias de la salud
27,9
23,8
20,7
Agricultura, pesca y silvicultura
31,6
30,3
28,9
Biología animal y vegetal
34,4
2017–2019
2014–2016
Hay indicios de que los instrumentos normativos activos
están invirtiendo esta tendencia. Así pues, Serbia y Albania
crearon fondos de innovación, y Serbia abrió su primer
parque tecnológico en 2015, seguido de otros dos en Novi
Sad y Nis en 2020.
De los cuatro miembros de la Asociación Europea de
Libre Comercio (capítulo 11), todos menos Liechtenstein
participaron en el programa de investigación de la
UE Horizonte 2020. Se espera que Noruega e Islandia
mantengan su condición de “países asociados” con
su sucesor, Horizonte Europa. La condición de Suiza
dependerá del resultado de las negociaciones en curso con
la UE sobre un acuerdo marco institucional global.
Noruega, Islandia y Suiza tienen la ambición osada de
lograr la neutralidad en carbono de aquí a 2030, 2040 y
2050, respectivamente. Noruega e Islandia imponen un
elevado impuesto sobre el carbono y están ampliando la
electrificación del transporte por carretera. Además, están
llevando a cabo proyectos piloto innovadores de captura
y almacenamiento de carbono. Uno de ellos es el primer
proyecto a escala industrial de este tipo, mientras que el
otro, relativo al almacenamiento de dióxido de carbono
en rocas basálticas del subsuelo, ha resultado exitoso. Un
desafío considerable para Noruega será conciliar el objetivo
de la neutralidad en carbono con los planes de intensificar
la exploración petrolera.
El innovador Plan de Políticas y Acción 2017-2019 de
Islandia menciona la Industria 4.0 y amplía el concepto de
crecimiento económico al “crecimiento de calidad”. Destaca
el papel que puede desempeñar la I+D para garantizar un
“crecimiento de calidad”, teniendo en cuenta las posibles
consecuencias negativas de las tecnologías para los futuros
usuarios.
Las empresas suizas invierten alrededor del 7% de su
volumen de negocios en I+D, la proporción más alta del
mundo. Ahora bien, la mayor parte de estas empresas
pertenece al sector farmacéutico y químico. Si estas
empresas multinacionales decidieran trasladarse a otro
lugar, Suiza perdería la mayor parte de sus actividades de
investigación. Consciente de esta vulnerabilidad, el país ha
tomado medidas para promover las empresas emergentes
y las pymes, incluida una reforma fiscal que favorece a las
empresas con una inversión intensiva en investigación y
la apertura del Parque suizo de innovación en 2016, al que
pueden acceder las empresas especializadas en fabricación
avanzada, edificios inteligentes y robótica.
Las empresas suizas se dedican cada vez más a
la investigación básica, y Suiza ha logrado obtener
subvenciones del Consejo Europeo de Investigación,
conocido por su compromiso en favor de ese tipo
de investigación. Encontrar un equilibrio entre la
investigación básica y la investigación orientada a misiones
específicas sigue siendo complejo para los cuatro países.
consideran que la economía digital es un motor del
crecimiento. Por ejemplo, la tecnología de la información
representa más del 40% de las exportaciones de servicios
de Ucrania. La creación de un “lugar de trabajo digital”
ha sido una de las cuestiones tratadas en el documento
nacional de reflexión para el desarrollo de una economía y
una sociedad digitales para el período 2018-2020.
Los países de la región han puesto en marcha iniciativas
para fomentar la innovación. Azerbaiyán, por ejemplo, creó
en 2018 un organismo de innovación que proporciona
capital riesgo a empresas innovadoras, incluidas las
emergentes. Belarús está reformando su sistema nacional
de innovación desde 2015. En 2018 hubo más de 90 actos
jurídicos relacionados directa o indirectamente con la I+D.
En 2016, el Gobierno agrupó sus 25 fondos de innovación
en un único fondo republicano centralizado de innovación,
que funciona como un organismo público.
A pesar de estos esfuerzos, para los países resulta
complejo incentivar la experimentación, el dinamismo y la
creación de nuevos conocimientos en el sector económico.
En los países de la ex Unión Soviética, las restricciones
de las estructuras oligárquicas impiden recompensar la
innovación.
En Turquía, los desequilibrios estructurales se
encuentran en otros ámbitos. Los datos recientes
relativos a las empresas demuestran que las empresas
turcas con una utilización intensiva de tecnología
realizan pocas actividades de I+D en relación con su
tamaño. Este panorama contrasta sobremanera con la
gran importancia que tiene para el Estado respaldar la
innovación; así pues, según el Instituto de Estadística de
Turquía, las reducciones de impuestos para las empresas
con una utilización intensiva de tecnología se triplicaron
en moneda local entre 2015 y 2018. Sin embargo, las
empresas de los sectores de los servicios y la construcción,
que representaban el 64% del PIB en 2018, siguen muy
protegidas de la competencia y pueden, por tanto,
permitirse ignorar los programas gubernamentales de
apoyo a la I+D y a la innovación centrada en la fabricación.
Todos los países, excepto Belarús, se están integrando
en las estructuras y redes europeas. Armenia, Georgia y
Ucrania se asociaron oficialmente al programa Horizonte
2020 de la UE en 2015-2016. Los investigadores ucranianos
y georgianos presentaron sus primeras propuestas de
proyectos al Consejo Europeo de Investigación en 2015 y
2017, respectivamente.
El sector geotérmico de Turquía se ha beneficiado
de un entorno reglamentario favorable a la inversión
empresarial, así como de la experiencia adquirida por
las empresas turcas de energía geotérmica gracias a su
participación en el programa Horizonte 2020 de la UE por
conducto de consorcios. Entre 2009 y 2019, el número de
centrales geotérmicas en Turquía aumentó bruscamente
de tres a 49.
Los siete países de la cuenca del Mar Negro analizados
(capítulo 12), esto es, Armenia, Azerbaiyán, Belarús,
Georgia, la República de Moldova, Turquía y Ucrania,
En la Federación de Rusia (capítulo 13), la economía
sigue dependiendo en gran medida del petróleo, el gas,
los metales, los productos químicos y los productos
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 41
agrícolas. Además, sigue habiendo un desajuste entre la
oferta y la demanda en cuanto a conocimientos científicos
y tecnología.
La política que aplica el Gobierno desde 2015
demuestra su voluntad de corregir estos desequilibrios
estructurales. Esto se ve reflejado en los 13 proyectos
nacionales de gran envergadura previstos hasta 2024,
con una financiación total de unos 26 billones de rublos
(aproximadamente 1 billón de dólares PPA) a lo largo de
seis años, centrados en la colaboración entre la ciencia y la
industria.
Las tecnologías cuánticas y la IA forman parte de las
esferas prioritarias del Proyecto Nacional de Economía
Digital. Este se completa con la Estrategia Nacional para el
Desarrollo de la Inteligencia Artificial que abarca el período
2020-2030.
El Proyecto Nacional para la Ciencia da prioridad a la
creación de instalaciones de megaciencia y a la aparición
de una “nueva geografía” de la ciencia rusa, que se
acompaña del establecimiento de centros de investigación
y educación de categoría mundial en regiones
seleccionadas. El Gobierno también ha reconocido la
necesidad de promover una cultura de innovación en
las estructuras gubernamentales, mediante formaciones
especializadas y procedimientos estratégicos de selección.
Las grandes empresas del sector de la energía se han
adherido al Proyecto Nacional de Ecología del Gobierno
invirtiendo en tecnologías ecológicas, pero el uso de
energías renovables se ve obstaculizado por la gestión
centralizada del sector energético, los altos precios al
consumo y el clima frío del país. No obstante, el consumo
de carbón y productos derivados del petróleo, como
porcentaje del balance energético y de combustible,
disminuyó ligeramente entre 2015 y 2018.
Ante la disminución del número de investigadores,
el Gobierno ha cumplido su promesa de aumentar la
remuneración de los investigadores de aquí a 2018. Esto
ha ayudado a atraer a la profesión a más investigadores
menores de 39 años.
El Ártico no solo tiene un interés estratégico para la
Federación de Rusia, sino también para el Canadá, China,
los Estados Unidos y la UE. Esto lo convierte en un punto
central de la diplomacia científica. El Acuerdo sobre la
Mejora de la Cooperación Científica Internacional en el
Ártico (2017), firmado por la Federación de Rusia y otros
siete Estados árticos, aspira, entre otras cosas, a promover
la inclusión de los conocimientos locales y tradicionales.
La inversión insuficiente crónica en I+D en Asia Central
(capítulo 14), que se refleja en el hecho de que ningún
país haya gastado más del 0,13% del PIB en I+D en 2018,
ha generado una serie de desafíos sistémicos que están
frenando la investigación y la innovación, como una crisis
vocacional en la comunidad de investigadores y un éxodo
de competencias.
Otra dificultad es la brecha cultural que existe entre
el mundo empresarial y la comunidad científica. El
desinterés por la ciencia del mundo empresarial se ha
42 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
traducido en una falta de demanda de tecnología, que
crea una pesada carga para el presupuesto del Estado. Por
su parte, la comunidad científica, que apenas se comunica
con la industria manufacturera, no se da cuenta de las
necesidades de la economía real.
La escasa protección de la propiedad intelectual y
los complejos regímenes fiscales, unidos a la falta de
reducciones de impuestos y préstamos para las empresas,
desalientan la innovación y hacen que las empresas
innovadoras resulten poco atractivas para los inversores y
prestamistas.
Los gobiernos de Asia central están tomando medidas
para superar estos obstáculos. Desean mejorar el clima de
inversión para las empresas y utilizar la innovación para
modernizar la industria. Uzbekistán incluso ha hecho del
desarrollo basado en la innovación una de sus principales
prioridades políticas.
Cada vez hay más parques tecnológicos que se
benefician de regímenes fiscales favorables. Los gobiernos
también se esfuerzan por mejorar la situación de los
investigadores con medidas como aumentos salariales,
subsidios de investigación por concurso, la modernización
de los equipos de investigación y la realización de
proyectos de investigación conjuntos con asociados
institucionales de países como Belarús, China, la India y la
República de Corea.
Los científicos e ingenieros gozan de una mayor
notoriedad internacional que antes. Por ejemplo,
el programa internacional de “aceleración”, Startup
Kazakhstan, está abierto a participantes de la Comunidad
de Estados Independientes y de Europa.
Por otra parte, los gobiernos están trabajando
con asociados internacionales para acceder a la
financiación verde. Ante la creciente escasez de agua y el
envejecimiento de las infraestructuras energéticas, están
invirtiendo en programas de energías renovables, como
las “subastas de energía solar” en Kazajstán y Uzbekistán
o la construcción de la presa de Rogun en Tayikistán.
Uno de los retos consistirá en hallar un equilibrio entre
las necesidades de innovación contrapuestas del sector
minero, que constituye la base de las economías de Asia
central.
Los países están adoptando la economía digital y la
gobernanza electrónica. La iniciativa global Kazajstán
Digital abarca sectores como la energía, el transporte, las
finanzas, la infraestructura, la minería, la agricultura y la
educación. Tanto el parque de tecnologías innovadoras
Alatau como el centro de innovación Tech Garden de
Kazajistán están adoptando tecnologías de la Industria 4.0.
Kirguistán se está enfocando en los servicios públicos
digitales por conducto de su programa Taza Koom (nación
inteligente). Los jóvenes del país se interesan cada vez
más por la programación informática, como demuestra
el crecimiento reciente de las empresas emergentes
especializadas en tecnología y las empresas de software.
En el Irán (capítulo 15) ha habido un crecimiento
exponencial de las empresas, incluidas las emergentes,
basadas en el conocimiento. Esta tendencia es el
resultado de una mayor demanda interna, sumada a
la multiplicación de incubadoras y aceleradores de
tecnología desde el establecimiento de los primeros
centros públicos de innovación del país en 2015.
En 2020 se habían creado 49 aceleradores de
innovación con capital privado, así como 113 centros
de innovación en asociación con parques científicos y
grandes universidades. Las incubadoras de tecnología,
por su parte, han ofrecido a los empresarios titulados
espacios compartidos de trabajo y servicios de tutoría
en el campus para ayudarles a crear su propia empresa
emergente.
El Gobierno ha alentado a las empresas emergentes a
diversificarse en ámbitos basados en el conocimiento.
Una serie de leyes y políticas adoptadas desde 2015 ha
eliminado los obstáculos a la competencia y ha mejorado
el sistema de apoyo financiero a la innovación.
Entre 2014 y 2017, las exportaciones de bienes basados
en el conocimiento se multiplicaron por cinco, antes de
desplomarse en 2018 después de que los Estados Unidos
se retiraran del Plan de Acción Integral Conjunto (2015),
comúnmente denominado acuerdo nuclear, y volvieran a
imponer sanciones, sometiendo así a la economía a una
gran presión.
No obstante, el hecho de imponer nuevamente
sanciones también ha motivado a las empresas a trabajar
con proveedores locales de bienes y servicios basados
en el conocimiento. Uno de los sectores a los que se ha
dado prioridad es el de las energías renovables, pero, a
pesar de los esfuerzos por impulsar la fabricación y el
empleo en el plano nacional, las energías renovables
siguen representando menos del 1% de la canasta de
energía.
Los incentivos del mercado no han bastado para
estimular la inversión de las empresas en I+D, que cayó
del 35% al 28% del gasto nacional en investigación entre
2014 y 2016.
Será imprescindible adaptar los programas académicos
a las necesidades del mercado laboral. A pesar del
incremento del número de personas con títulos de máster
y doctorado, hay un alto porcentaje (39%) de desempleo
entre los titulados universitarios.
A Israel (capítulo 16), el lugar con más empresas
emergentes per cápita del mundo, se le conoce como el
“país de las empresas emergentes”. Únicamente entre 2011
y 2019 se fundaron más de 6 000 empresas emergentes.
Israel es el primer país del mundo en cuanto
a intensidad de la investigación. En 2017, las
multinacionales y centros de investigación extranjeros
financiaron más de la mitad del gasto interno bruto en
investigación, seguidos por el sector empresarial israelí.
Una tendencia que suscita preocupación es el ritmo
creciente de transferencia de propiedad intelectual,
conocimientos técnicos y tecnología israelíes a centros
de investigación extranjeros. Menos de la mitad de las
patentes obtenidas por inventores de Israel son propiedad
de empresas de ese país.
La Industria 4.0 es una prioridad que cobra importancia,
tanto en el sector de las empresas emergentes como en
las políticas gubernamentales en general. Mediante la
iniciativa Israel Digital, el Gobierno está realizando grandes
inversiones en tecnologías como la IA, la ciencia de los
(macro)datos, la movilidad inteligente y la gobernanza
electrónica. El objetivo consiste en aprovechar la
experiencia israelí en tecnologías digitales para acelerar el
crecimiento, mejorar la inclusión y reforzar la gobernanza.
Las universidades israelíes han creado programas
educativos y centros de investigación en ámbitos de
vanguardia, como el Centro de estudios del aprendizaje
automático y la inteligencia artificial de la Universidad
Hebrea de Jerusalén.
Esta atención que se presta a la innovación y la tecnología
se ha trasladado a la política industrial. El Plan Estratégico
Nacional para la Fabricación Avanzada en la Industria
(2018) del Gobierno define un marco para la inversión, el
desarrollo de aptitudes, el refuerzo de la infraestructura y la
ampliación del acceso al conocimiento, especialmente para
las pymes. En los últimos diez años ha surgido un sector
tecnológico automovilístico dinámico, respaldado por la
iniciativa sobre la elección del combustible y la movilidad
inteligente puesta en marcha en 2010. Actualmente hay 25
centros de investigación en el sector del automóvil.
Sin embargo, la disminución de la calidad y la cantidad
de agua dulce en Israel ha hecho imprescindible adoptar
nuevos enfoques de la gestión de los recursos hídricos. El
consumo de agua desalinizada aumenta, pero éste se ha
vinculado a una deficiencia de magnesio en la alimentación
humana y a la intrusión de agua salina en los acuíferos.
La idea de que el desarrollo sostenible es una necesidad,
y no un lujo, ha tenido eco entre los responsables políticos,
que integraron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la
planificación estratégica del Gobierno en 2019.
A pesar de ser un grupo heterogéneo, los Estados árabes
(capítulo 17) tienen prioridades comunes. La escasez de
agua, la erosión del suelo y la degradación ambiental
constituyen graves problemas, que cada vez más gobiernos
tratan de resolver adoptando soluciones basadas en
la ciencia, como las granjas verticales interiores, la
desalinización y las centrales solares a gran escala.
Los países están invirtiendo en centros urbanos
sostenibles de alta tecnología. Egipto, por ejemplo, expuso
una serie de principios de sostenibilidad para sus nuevas
ciudades, que incluyen un umbral mínimo de superficie per
cápita y la instalación de paneles solares.
Los países árabes están desplegando esfuerzos para
desarrollar su industria manufacturera, en particular
en ámbitos de alta tecnología como la aeronáutica,
la biotecnología agrícola y la industria espacial, pero
siguen dependiendo de las importaciones de productos
tecnológicos y de las alianzas con los líderes de la tecnología
espacial.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 43
Aprovechar la cuarta revolución industrial se ha convertido
en una prioridad política explícita. La Arabia Saudita y los
Emiratos Árabes Unidos han adoptado estrategias nacionales
de IA, y al menos Argelia, Egipto y Túnez ya tienen planes al
respecto. Marruecos creó un programa de investigación sobre
la IA.
Los Estados del Golfo estuvieron entre los primeros del
mundo en ofrecer redes 5G comerciales. La Arabia Saudita
abrió un centro para la cuarta revolución industrial y
los Emiratos Árabes Unidos se esfuerzan por incorporar
la tecnología de cadenas de bloques en los servicios y
operaciones públicos.
Uno de los retos será garantizar que los sistemas
educativos tengan la capacidad de formar una mano de obra
cualificada endógena, incluida una masa crítica de técnicos
para la Industria 4.0. Al parecer, los sistemas de enseñanza
secundaria no son tan eficaces como en los países vecinos.
En los últimos cinco años se ha producido una ampliación
considerable de la enseñanza superior, pero, a pesar de
la generosa financiación pública que han recibido las
universidades, la proporción destinada a la I+D sigue siendo
reducida en la mayoría de los países. En consecuencia, los
países árabes rara vez desarrollan o exportan tecnologías
innovadoras. Incluso las economías más prósperas de la
región dependen masivamente de la compra en el extranjero
de insumos de tecnología transferida en bloque. Parece
incluso que ha habido un retroceso en la transferencia de
tecnología en los últimos años. Esto hace suponer que es
necesario dar prioridad a la creación de comunidades de
investigación endógenas, cuya producción esté determinada
por la demanda de la sociedad.
En muchos países donde no se recogen ni analizan datos
con regularidad, falta información para fundamentar las
políticas. Además, las encuestas sobre I+D existentes suelen
excluir el sector empresarial, creando un “ángulo muerto”
en las políticas. Había planes de elaborar un cuadro de
indicadores sobre la innovación para los países árabes,
aunque aún no se han concretizado.
Debido a las características meteorológicas cada vez
más caprichosas que ponen en peligro la seguridad
alimentaria, los países de África Occidental (capítulo 18)
están desarrollando conocimientos especializados sobre
climatología gracias al respaldo internacional. Por ejemplo,
la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental
(CEDEAO) se asoció con el Gobierno alemán para crear el
Centro de Servicios Científicos sobre el Cambio Climático
y el Uso Adaptado de la Tierra de África Occidental, que
comprende un programa de investigación sobre el clima, un
programa de estudios de posgrado y redes de observación.
A medida que se perfila en el horizonte la Zona de Libre
Comercio Continental Africana, los países hacen todo lo
posible por reestructurar sus economías. En el Senegal, el
Fondo Soberano de Inversión Estratégica (FONSIS, 2012)
utiliza los ingresos estatales del petróleo y el gas para
invertir en fondos de capital destinados a las pymes de
sectores prioritarios, como la energía solar, la agricultura
y la salud. Una de sus filiales, SOGENAS, se especializa
en la producción y comercialización de vacas lecheras
44 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
modificadas genéticamente para resistir a un clima caluroso
y seco.
Existe un gran potencial de mercado para los productos
de origen vegetal. La Universidad Félix Houphouët-Boigny
de Côte d'Ivoire está creando plaguicidas biológicos de
origen vegetal, así como fitomedicamentos de bajo costo
para el mercado africano.
Burkina Faso (10), Ghana (36), Côte d'Ivoire (30), Nigeria
(101), Malí (11), el Senegal (22) y el Togo (21) acogen un
número creciente de centros tecnológicos, pero la casi
ausencia de inversores providenciales locales y de capital
inicial sigue representando un desafío para las empresas
emergentes.
En el marco de sus programas de desarrollo digital,
ciertos países como Cabo Verde, Gambia, Ghana, Nigeria y el
Senegal se están preparando para el momento en que gran
parte del comercio intraafricano se realice en Internet, entre
otras cosas mediante la creación de centros de datos locales.
Como más de la mitad de la población tiene menos de
20 años, los gobiernos están invirtiendo en universidades
físicas y virtuales para hacer frente a la demanda creciente
de educación superior. Burkina Faso se inspira en el modelo
del Senegal para crear su propia universidad virtual.
Nueve de los 15 países cuentan ahora con políticas
explícitas de CTI, pero solo cinco han comunicado datos
recientes sobre las tendencias en materia de investigación.
La Política sectorial de investigación e innovación
(2018-2027) de Burkina Faso introdujo el concepto de
“programas federativos de investigación”, puestos en
marcha en colaboración con otros ministerios para mejorar
su ejecución. El Ministerio de Salud y el Ministerio de
Agricultura dirigen cada uno un programa en cooperación
con el Ministerio de Enseñanza Superior, Investigación
Científica e Innovación. Por otra parte, el Gobierno había
elevado el gasto en investigación hasta el 0,61% del PIB,
antes de que una serie de atentados terroristas en 2019 le
obligara a reasignar fondos a la seguridad nacional.
Los países de África Central y Oriental (capítulo 19)
están aprovechando la ampliación de las infraestructuras
de telecomunicaciones para introducir la gobernanza
electrónica, con miras a mejorar los servicios públicos y
facilitar los negocios, como parte de los preparativos de la
futura Zona de Libre Comercio Continental Africana. Este
proyecto se suma a los esfuerzos por reducir el costo de
las telecomunicaciones, mejorar el suministro eléctrico y
ampliar las carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos.
Etiopía fundó la Academia Ferroviaria Africana para formar
a los ingenieros que se encargarán del funcionamiento de
la línea ferroviaria entre Addis Abeba y Djibouti construida
por asociados chinos, una vez que estos últimos se retiren en
2023.
Se están realizando denodados esfuerzos para crear
proyectos a pequeña o gran escala de hidroenergía, parques
de energía solar y eólicos, y centrales geotérmicas. La Gran
Presa del Renacimiento Etíope está a punto de finalizarse. En
Kenya, la energía geotérmica llega ya al 35% de los hogares.
La agricultura inteligente desde el punto de vista del
clima, la agroecología, la protección de la biodiversidad, la
medicina y la gestión de los recursos hídricos forman parte
de la misión de los centros de excelencia establecidos
en Etiopía, Kenya y Uganda en 2017 en el marco de un
proyecto del Banco Mundial. En Etiopía, uno de los centros,
que acoge desde 2016 el Centro Africano de Control y
Prevención de Enfermedades, se especializa en la creación
de nuevos fármacos y tiene previsto desarrollar una
industria farmacéutica.
Por su parte, los centros de excelencia del Banco
Mundial en Rwanda (2017) se centran en la investigación
energética, las matemáticas, la Internet de las cosas y la
ciencia de los datos. Rwanda también alberga el Instituto
de Investigación Fundamental de África Oriental, creado
en 2018 en el marco de un proyecto con el Centro
Internacional Abdus Salam de Física Teórica de la UNESCO,
cuyo enfoque de investigación y enseñanza abarca los
ámbitos vinculados con la IA.
Cinco de los 15 países tienen políticas explícitas de CTI
(Burundi, Etiopía, Kenya, Rwanda y Uganda). Muchos de
ellos cuentan con políticas de CTI más implícitas, como las
relativas a la energía, la educación o la economía digital.
Algunos ejemplos son la Política de integración de las TIC en
la educación de Rwanda (2016), el Plan Estratégico Camerún
Digital 2020 del Camerún (2017), la Estrategia Nacional 4IR
de Uganda (2020) y la Política energética del Chad (2019)
que destaca el potencial del país en materia de energías
renovables.
En África Subsahariana, el Camerún es el país con la
mayor cantidad de publicaciones por millón de habitantes
sobre IA y robótica, así como sobre cuestiones relativas a la
energía. En ambos temas, su intensidad de publicación es
incluso cuatro veces superior a la de Sudáfrica.
En 2019, el Camerún contaba con 28 centros
tecnológicos activos, mientras que otros países
centroafricanos no suelen tener más de cinco centros.
Las economías de esos países siguen dependiendo
excesivamente del petróleo y otras materias primas, lo que
retrasa la necesaria diversificación económica.
En total, en 2020 había 166 centros tecnológicos activos
en 12 países de África central y oriental. Kenya, por sí solo,
acogía cuatro de cada diez (42%). Los gobiernos deben
respaldar el dinamismo de este ecosistema de empresas
emergentes, entre otras cosas facilitando y abaratando el
registro de la propiedad intelectual de los inventores en
África.
Aunque en África Meridional (capítulo 20) el sector de
los servicios domina la economía, se ha determinado que
la industria manufacturera es uno de los motores clave de
crecimiento.
Se han adoptado medidas para lograr una mayor
integración. Así pues, en 2017 se puso en marcha un fondo
de desarrollo regional, y en el proyecto de protocolo
sobre la industria se prevé conferir a la Secretaría de la
Comunidad de África Meridional para el Desarrollo (SADC)
un mandato legal para ejecutar programas industriales
regionales. Aunque en 2008 se estableció una zona de libre
comercio, no todos los países miembros participan en ella.
Varios países, como Madagascar y Namibia, están
estudiando el potencial de la gobernanza electrónica para
mejorar la prestación de servicios públicos y facilitar la
actividad empresarial. Sin embargo, la falta de competencia
del sector privado ha hecho que los servicios digitales sean
inasequibles para muchos ciudadanos y empresas, a pesar
de que la cobertura geográfica de las infraestructuras de
comunicación se haya ampliado.
Sudáfrica es el único país con un buen desempeño en
cuanto al número de patentes. Malawi y Namibia han
tomado medidas para reforzar su régimen de propiedad
intelectual. La ley aprobada por Eswatini en 2018 para
establecer un tribunal de propiedad intelectual no se había
acompañado de un decreto de aplicación un año después.
En 2018, los ministros adoptaron el Marco y las Directrices
Regionales sobre Derechos de Propiedad Intelectual de la
SADC para fomentar la cooperación mutua en torno a
la reforma de los regímenes nacionales de propiedad
intelectual.
Desde 2010, la mitad de los países13 ha publicado
políticas explícitas de CTI. Otros países, como Malawi,
Lesotho, la República Democrática del Congo, Tanzanía y
Zambia tienen previsto formular o actualizar sus propias
estrategias.
Únicamente Mauricio, Seychelles y Sudáfrica tienen una
tasa de electrificación superior al 50%. Desde que la SADC
abrió en 2015 un centro para las energías renovables y la
eficiencia energética en Namibia, la parte de las energías
renovables en el suministro eléctrico de la región ha
pasado del 24% al 39% (2018).
Gracias a las alianzas con el Banco Africano de Desarrollo,
el Banco Mundial, entre otros, los países están ampliando
la red eléctrica y los sistemas de electricidad sin conexión
a la red. Los planes de la República Democrática del Congo
de construir la enorme presa de Grand Inga han suscitado
inquietudes en cuanto a las repercusiones sociales y
ambientales.
La energía hidroeléctrica representaba alrededor del
81% de la capacidad instalada de generación en Zambia
en 2019, pero la escasez de lluvias la ha convertido en un
recurso poco fiable. En 2019, el Gobierno introdujo un
sistema de tarifas reguladas para los proyectos de centrales
solares y energía hidroeléctrica en pequeña escala. En
2020, adoptó una política nuclear nacional para ayudar a
reducir la dependencia de la energía hidroeléctrica.
Se ha dado mayor prioridad a las prácticas agrícolas con
un enfoque climático inteligente en las políticas públicas
tras graves episodios de sequía o inundaciones. El Plan
de Inversión en Agricultura Climáticamente Inteligente
(2019) de Zambia predice que el rendimiento de los
principales cultivos podría disminuir en un 25% debido al
cambio climático, pero, lo que es más importante, que la
agricultura inteligente desde el punto de vista del clima
podría aumentar el rendimiento de los cultivos en un 23%.
Sudáfrica está liderando la creación de una plataforma
africana de ciencia abierta para facilitar la colaboración
internacional y la investigación con un uso intensivo
de datos. Asimismo, alberga el mayor telescopio del
mundo, el Square Kilometre Array. El país encierra un gran
potencial para estimular la movilidad científica, así como
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 45
la colaboración y las aplicaciones científicas intraafricanas
en ámbitos como la IA y los macrodatos.
Los países de Asia Meridional (capítulo 21) son los
principales beneficiarios de los préstamos concedidos en
el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China
para financiar importantes proyectos de renovación
de infraestructuras. Un proyecto emblemático es el
corredor económico China-Pakistán, que está mejorando
infraestructuras como carreteras, puertos y centrales
alimentadas por carbón y petróleo.
El esfuerzo de desarrollo de infraestructuras y de
industrialización se produce a menudo de forma paralela a
la investigación y el desarrollo. La insuficiencia crónica del
gasto en I+D hace que la región dependa en gran medida
de los conocimientos y tecnología científicos extranjeros.
Bangladesh, Nepal, el Pakistán y Sri Lanka cuentan con
políticas explícitas de CTI, pero la falta de instrumentos
adecuados impide su aplicación. Debido a la limitación de
los presupuestos públicos de investigación y al reducido
número de investigadores, también existe el riesgo de que
los fondos se dispersen demasiado entre los centros de
investigación que se ocupan de distintos ámbitos.
Una de las prioridades es fomentar la transferencia
de tecnología a las pymes. En Sri Lanka, por ejemplo, el
Marco Normativo Nacional para el Desarrollo de las Pymes
(2016) va acompañado de un fondo nacional de desarrollo
tecnológico, financiado conjuntamente por el Gobierno y
el sector privado.
Las industrias farmacéuticas de Bangladesh, el Pakistán y
Sri Lanka tienen cierto potencial, pero siguen dependiendo
de las importaciones de materias primas. En Bangladesh,
se espera que el parque industrial de Munshiganj para
la fabricación de principios farmacéuticos activos esté
operativo en 2023. Este permitirá a las empresas producir
por sí mismas los principales componentes químicos de
los medicamentos, reduciendo así el costo de los fármacos
nacionales e impulsando su competitividad internacional.
En Sri Lanka, las exportaciones de productos
farmacéuticos estaban estancadas desde 2016, pero el
estímulo de la demanda producido por la COVID-19 llevó
al Gobierno y al sector privado a invertir 30 millones
de dólares estadounidenses en una nueva planta de
elaboración de productos farmacéuticos en 2020.
Las economías digitales se están abriendo paso. Por
ejemplo, en Bhután ya existe un laboratorio de fabricación
para desarrolladores de proyectos digitales, y el Pakistán
cuenta con varios “unicornios tecnológicos”, es decir,
empresas emergentes valoradas en más de mil millones
de dólares estadounidenses. Este auge ha llevado a
algunos gobiernos a preparar proyectos de infraestructuras
“inteligentes”, como ciudades y escuelas. Uno de los retos
será garantizar que estos proyectos tengan en cuenta los
principios de sostenibilidad.
En 2016, el aumento del costo de las importaciones
de combustibles fósiles, unido a la disminución de las
46 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
precipitaciones que hizo de la energía hidroeléctrica una
opción poco viable, motivó a Sri Lanka a poner en marcha
un proyecto comunitario (Soorya Bala Sangramaya, esto es,
batalla por la energía solar) que promueve la instalación de
pequeñas centrales solares en los tejados de los hogares y
las empresas gracias a alianzas público-privadas.
En la India (capítulo 22), el Gobierno puso en marcha
el programa India Digital en 2015 para transformar el
ecosistema de los servicios públicos. La tecnología de
cadenas de bloques está ahora ampliamente integrada en la
administración central.
En 2016, el Gobierno emprendió una de las iniciativas
económicas más audaces de los tiempos modernos al
desmonetizar dos de los mayores billetes en circulación,
con miras a reducir la magnitud de la economía informal.
El Gobierno se centró entonces en la creación de una
economía sin dinero en efectivo. La proporción de indios
con una cuenta bancaria subió del 53% al 80% entre 2014
y 2017. Esta evolución se ha producido en un contexto
de considerable ampliación del acceso a Internet, que
ha impulsado la economía digital, incluido el comercio
electrónico.
El programa emblemático Make in India (fabricar en la
India) ha procurado, por ejemplo, fomentar la inversión en
la industria manufacturera y las infraestructuras conexas.
Aunque puede haber ayudado a mejorar el entorno
empresarial, ha tenido pocas repercusiones concretas en
la propia industria manufacturera. Desde la crisis de la
COVID-19, la industria manufacturera desarrolla tecnologías
“sobrias” (de bajo costo), como respiradores.
Desde 2016, la iniciativa Start-up India ha impulsado
el número de empresas emergentes, pero estas siguen
concentradas en el sector de los servicios, en general, y en
el desarrollo de software, en particular.
La intensidad global de la investigación sigue estancada
y, a pesar de un ligero aumento, la densidad de científicos e
ingenieros sigue siendo una de las más bajas de los países
del grupo BRICS.
El Gobierno redujo el incentivo fiscal para las empresas
que realizan actividades de I+D, lo que concuerda con la
conclusión de la edición anterior del Informe de la UNESCO
sobre la Ciencia (2015), según la cual el régimen fiscal no
había difundido una cultura de innovación en las empresas
e industrias. La mayor parte de las patentes sigue siendo de
productos farmacéuticos y programas informáticos. Aunque
la actividad inventiva de los inventores indios ha crecido
mucho, la gran mayoría de las patentes pertenece aún a
empresas multinacionales extranjeras.
El fenómeno del “crecimiento sin empleo” que afecta
a la India desde 1991 se ha agravado. Además, en 2017,
la población activa del país disminuyó por primera vez
desde la independencia. Otra preocupación es la baja
empleabilidad de los graduados, incluso los que cursan
carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas,
aunque este indicador mejoró entre 2014 y 2019. La
ambiciosa Misión nacional para el desarrollo de aptitudes
tiene por finalidad formar a unos 400 millones de indios
entre 2015 y 2022.
En 2018, la inversión en las energías renovables superó
a la de los combustibles fósiles. Los esfuerzos de la India
se consideran compatibles con el objetivo de 2 °C,
pero insuficientes para cumplir la meta de 1,5 °C del
Acuerdo de París.
El Gobierno tiene previsto incrementar en 46 GW la
capacidad generada con la ayuda de carbón de aquí a 2027,
a pesar de que los proyectos de otras centrales de carbón
se cancelaran en 2017 por considerarse poco rentables.
La contaminación del aire y del agua sigue siendo una
amenaza para la vida en la India. El Gobierno se esfuerza
por acelerar la electrificación universal y la difusión de
vehículos eléctricos e híbridos.
En China (capítulo 23), el plan Made in China 2025 (2015)
tiene por finalidad ayudar a diez industrias estratégicas
a reducir la dependencia del país de ciertas tecnologías
extranjeras básicas mediante subvenciones públicas, la
movilización de empresas estatales y la adquisición de
propiedad intelectual. Los coches eléctricos, la ingeniería
aeroespacial, la biomedicina, la robótica avanzada y la
IA forman parte de estos sectores manufactureros de
vanguardia.
De aquí a 2030, China desea ser “el principal centro
mundial de innovación en materia de IA”. Si bien ya es el
mayor propietario de patentes de IA del mundo, carece
de talento de primer nivel en este ámbito. El Gobierno
ha puesto en marcha programas de gran envergadura
de ciencia e ingeniería para el año 2030, que abarcan la
informática cuántica y las ciencias del cerebro.
La alta tecnología, la transferencia de tecnología y la
protección de la propiedad intelectual son algunas de
las fuentes de tensión en el conflicto comercial actual
entre China y los Estados Unidos. La Ley de Inversiones
Extranjeras (2020) busca facilitar los negocios en China.
Las propias industrias estratégicas chinas desean
una mayor protección de su propiedad intelectual por
parte del Gobierno. La Ley de Competencia Desleal fue
modificada en abril de 2019 y la Ley de Patentes en 2020,
a fin de ofrecer una mejor protección de los secretos
comerciales y de los derechos de los titulares de patentes,
respectivamente. Por otra parte, China creó sus primeros
tribunales especializados en propiedad intelectual.
La Ley de Promoción de la Transformación de los Logros
Científicos y Tecnológicos (1993), también conocida como
Ley Bayh-Dole, fue modificada en 2015 para ayudar a las
universidades e institutos públicos de investigación a
transferir tecnología a la industria. Esto debería alentar
tanto al Gobierno central y los gobiernos locales, así como
a las empresas, a aumentar la inversión en investigación
básica, que en 2018 solo representaba el 6% del GBID.
China se fijó el objetivo de lograr la neutralidad
en carbono en 2060. Para alcanzar su meta del 20%
de consumo de energía no fósil de aquí a 2030, está
desarrollando la energía nuclear, hidroeléctrica, eólica y
solar. Paralelamente, el número de permisos concedidos
para nuevas centrales de carbón ha aumentado desde 2019.
Se está incitando a las empresas chinas a entablar una
cooperación científica con los países asociados de la
Iniciativa de la Franja y la Ruta. La adopción de una serie de
directrices en 2017 busca dirigir esta iniciativa hacia una
trayectoria “más verde”.
Tras el brote de COVID-19 en la ciudad de Wuhan, la
Asamblea Popular Nacional adoptó medidas en febrero
de 2020 que restringen el comercio de especies silvestres
y prohíben el consumo de carne de caza y la venta en el
mercado de animales salvajes de cría, como las civetas.
El Japón (capítulo 24) se enfrenta a un conjunto
de dificultades estructurales bastante singular. La
reducción del mercado japonés como consecuencia del
envejecimiento de la población lleva a las empresas a
adquirir empresas en el extranjero para “comprar tiempo y
mano de obra”. Por lo tanto, la inversión está abandonando
las costas japonesas, socavando la base industrial del
país. Para empeorar la situación, las entradas de inversión
extranjera siguen siendo bajas, lo que sugiere que el
entorno empresarial podría estar perdiendo su atractivo en
el extranjero.
Para hacer frente a estos desafíos, el Gobierno aprobó
en 2017 un proyecto de sociedad superinteligente
denominado Sociedad 5.0. Se trata de la pieza central de
la nueva estrategia de crecimiento del país, que prevé una
evolución hacia un sistema socioeconómico sostenible e
inclusivo basado en las tecnologías digitales, incluidas la IA
y la robótica. Por ejemplo, podrían desplegarse vehículos
autónomos y drones para garantizar servicios clave, como
servicios de correos y atención a ancianos, en zonas
despobladas. Se está estudiando la “agricultura inteligente”
para compensar la escasez de mano de obra. La IA ya se
está utilizando para mejorar la preparación y respuesta a
desastres.
La subida del precio de la energía eléctrica en la
industria plantea un grave problema. Tras el gran
terremoto del Japón oriental en 2011, las centrales
nucleares suspendieron su funcionamiento para efectuar
inspecciones y mejoras obligatorias durante 2013
y 2015. Para compensar esta situación aumentaron
las importaciones de petróleo, gas y carbón, pero la
autosuficiencia ha disminuido. Desde 2016, el Gobierno
ha reiniciado los reactores nucleares a fin de reforzar su
seguridad energética. Los proyectos de construcción
de nuevas centrales eléctricas de carbón podrían poner
en riesgo el logro de los objetivos de reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero. La prefectura
de Fukushima, por su parte, tiene previsto alimentarse
totalmente con energías renovables de aquí a 2040.
La disminución del gasto público en investigación refleja
la difícil situación fiscal. La industria fue el único sector que
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 47
registró un aumento del gasto en investigación entre 2014
y 2017. En particular, hubo un fuerte crecimiento del gasto
en el sector espacial, debido al interés creciente de las
empresas por el “negocio del espacio”.
En 2019, el Gobierno puso en marcha un programa
denominado “Moonshot” para desarrollar tecnologías
disruptivas, haciendo hincapié en la resolución de
problemas vinculados a situaciones complejas como los
desastres naturales a gran escala, el ciberterrorismo y el
calentamiento global. Estableciendo objetivos ambiciosos,
el programa espera atraer a investigadores de todo el
mundo.
Las universidades han estrechado sus lazos con el
sector privado, como se refleja en el número creciente de
empresas emergentes universitarias entre 2013 y 2018.
Esta tendencia se inscribe en los esfuerzos desplegados
desde 2004 para reformar el sistema universitario, que
han llevado a la semiprivatización de las universidades
nacionales.
Estas reformas también han repercutido en el
rendimiento académico al diversificar la carga de trabajo
de los investigadores. El Japón es uno de los pocos países
cuyo volumen de publicaciones científicas ha disminuido
desde 2011.
Al mismo tiempo, la matriculación en programas de
máster y doctorado se ha reducido, un posible indicio de
la desilusión de los jóvenes con respecto a los estudios
universitarios.
La República de Corea (capítulo 25) se enorgullece de
ocupar el segundo lugar del mundo en cuanto a intensidad
de investigación. Se estima que la parte de la inversión en
investigación alcanzó un 40% del PIB nacional entre 2013
y 2017.
Desde 2017, el Gobierno aplica una estrategia de
crecimiento impulsado por la innovación y los ingresos,
siguiendo parcialmente la política del Gobierno anterior14.
Se revisó la estrategia titulada Visión de futuro para la
ciencia y la tecnología: hacia 2040 (2010) con miras a poner
de relieve la calidad de vida, el consumo basado en valores
sociales y el apoyo a las pymes.
En la estrategia revisada no se hace ninguna referencia
a la tecnología nuclear, lo que refleja las dudas cada vez
mayores sobre la seguridad de la energía nuclear15, a pesar
de que la República de Corea es uno de los principales
fabricantes de reactores nucleares. El Gobierno actual se
interesa por las tecnologías del hidrógeno y las pilas de
combustible, ya que las considera una forma de compensar
la pérdida de energía nuclear.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relativos
a una energía asequible y limpia y a la acción climática
(ODS 7 y 13) suponen un desafío. Así pues, el logro de
las ambiciosas metas para 2040 sobre producción de
energía renovable requerirá una considerable inversión en
infraestructuras. Uno de los planes que está preparando el
Gobierno consiste en ayudar a los agricultores a transformar
las zonas agrícolas degradadas en huertas solares.
48 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
De acuerdo con la estrategia I-Korea 4.0 (2017) para la
Industria 4.0, el país comenzó a instalar una red específica
para la Internet de las cosas y está comercializando la
tecnología 5G. La Ley de Protección de Datos Personales
(2017) fue modificada en enero de 2020 para autorizar
el uso y análisis de la información personal con fines
comerciales.
Preocupa en cierta medida la pérdida de competitividad
científica y tecnológica desde 2010, a pesar de que el gasto
en investigación haya aumentado.
En consecuencia, el Gobierno se ha esforzado por
reestructurar el ecosistema de la innovación, en particular
mediante la creación de una oficina nacional de ciencia,
tecnología e innovación en 2017 para mejorar la
coordinación del sistema. Otras medidas son la fusión de
los sistemas administrativos en línea para la investigación;
el fortalecimiento de la autonomía de los investigadores
permitiéndoles crear sus propios proyectos de ciencias
básicas; una evaluación de la investigación centrada en el
proceso, y no en el resultado; y un giro hacia la “innovación
disruptiva” para recuperar cierta competitividad.
El afianzamiento de la autonomía regional ha sido otra
prioridad política. El Gobierno ha creado centros nacionales
de innovación enfocados en las prioridades regionales. Se
han trasladado instituciones públicas y empresas estatales
a las provincias para apoyar este esfuerzo. El Ministerio
de las Pequeñas y Medianas Empresas (creado en 2017)
respalda esta iniciativa y, de forma más general, hay planes
para reforzar el papel que desempeñan las pymes en la
innovación nacional.
En Asia Sudoriental y Oceanía (capítulo 26), el Acuerdo
de Asociación Económica Integral Regional firmado en
noviembre de 2020 podría estrechar aún más los vínculos
entre las economías de los países de la Asociación de
Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) y Australia, China, el
Japón, la República de Corea y Nueva Zelandia.
Las cifras más recientes del número de publicaciones
demuestran que se han forjado lazos bilaterales más
fuertes entre las comunidades científicas de la ASEAN
desde la instauración de la Comunidad Económica de
la ASEAN en 2015. Sin embargo, a nivel multilateral ha
habido pocas iniciativas eficaces desde 2015 para colmar
la brecha de capacidad, ya que el presupuesto operacional
de la ASEAN es limitado y los Estados miembros no suelen
compartir los recursos.
La intensidad de la investigación ha disminuido en
Australia y Singapur, pero ha progresado en Malasia, Nueva
Zelandia, Tailandia y Viet Nam, creando así una mayor
convergencia.
Cada vez se hace más claro que la transformación digital
inherente a la Industria 4.0 supone un gran reto para las
empresas, los poderes públicos y la sociedad en general.
En los países menos adelantados, la prioridad es afianzar la
capacidad técnica y administrativa de la población activa
y acelerar la penetración de Internet para aprovechar al
máximo esta “revolución”.
Varios países de la ASEAN han puesto en marcha
iniciativas para integrar las tecnologías de la Industria 4.0
en la industria manufacturera. Por ejemplo, la estrategia
Making Indonesia 4.0 está orientada a aumentar el
rendimiento industrial facilitando la transición hacia
actividades especializadas de alta tecnología y gran valor
añadido. El Gobierno introdujo una reducción fiscal del
300% de los gastos de investigación para las empresas en
2019.
Otro ejemplo es el inventario de las normas de Singapur
para la creación de un índice de preparación para la
industria inteligente, que define las buenas prácticas
en materia de fiabilidad, interoperatividad, seguridad y
ciberseguridad en esferas relacionadas con la Industria 4.0.
Varios países, como Camboya, Tailandia e Indonesia,
han depositado sus esperanzas en las zonas económicas
especiales para atraer inversiones y fomentar la innovación.
El corredor económico oriental de innovación de Tailandia
tiene por finalidad establecer vínculos dentro del sistema
nacional de innovación, en especial en la bioindustria.
Al esforzarse por incrementar la facilidad para hacer
negocios, todos los gobiernos tendrán que velar por
preservar un marco regulatorio que proteja el medio
ambiente y la mano de obra.
La mayoría de los países ha preparado un plan
estratégico o un marco de seguimiento de los resultados
para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero pocos han
sido capaces de rendir cuentas de manera detallada sobre
sus avances. Aunque los encargados de la formulación
de políticas reconocen la necesidad de fortalecer las
capacidades en materia de energías renovables, dejar los
combustibles fósiles supone un desafío.
Los países insulares del Pacífico se encuentran entre
los más interesados por la energía solar y eólica. Creen
en la promesa tentadora de una mayor independencia
energética y una menor dependencia de las costosas
importaciones de combustible que encierran estas
tecnologías.
Susan Schneegans (nacida en 1963 en Nueva Zelandia) es redactora jefa
de la serie de Informes de la UNESCO sobre la Ciencia. En 2013 y 2014,
codirigió tres informes en los que se presentaban los sistemas nacionales de
innovación de Botswana, Malawi y Zimbabwe en el Observatorio Mundial
de Instrumentos de Política de Ciencia, Tecnología e Innovación de la
UNESCO. De 2002 a 2013, fue redactora de la revista Un Mundo de Ciencia,
publicada por la UNESCO, de la que también es fundadora. Tiene un máster
de la Universidad de Auckland (Nueva Zelandia).
Jake Lewis (nacido en 1994 en el Reino Unido) es redactor adjunto del
Informe de la UNESCO sobre la Ciencia. Es licenciado en Filosofía por la
Universidad de Cambridge (Reino Unido). En 2018-2019, fue editor y
gestor de la comunidad de InsSciDE, un proyecto de investigación sobre
diplomacia científica en el marco del Programa Horizonte 2020 de la Unión
Europea.
Tiffany Straza (nacida en 1987 en el Canadá) es redactora adjunta y
estadística del Informe de la UNESCO sobre la Ciencia. Es doctora en
Oceanografía por la Universidad de Delaware (los Estados Unidos de
América), con una especialización en ecología microbiana marina. Su labor
se ha centrado en la difusión científica y la creación de sistemas inclusivos
para la gestión ambiental, lo que la llevó a prestar apoyo técnico en la
gestión racional de los océanos y las islas en la región de las Islas del Pacífico
de 2013 a 2019.
NOTAS FINALES
1 Véase: https://tinyurl.com/covid-health-innovation-afr
2 Finalmente, ZTE evitó la quiebra tras pagar la consiguiente multa y aceptar que el
Gobierno estadounidense supervisara sus operaciones.
3 En febrero de 2021, 66 pymes y empresas de nivel intermedio pertenecientes a
sectores tradicionales como el turismo, el negocio inmobiliario, la educación y
la sanidad recibieron una subvención para la automatización inteligente, como
parte del Plan Nacional de Recuperación Económica (Penjana) del Gobierno en
respuesta a la pandemia de COVID-19 (véase el capítulo 26).
4 La mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea han publicado
estrategias nacionales sobre inteligencia artificial, al igual que la Arabia Saudita,
el Canadá, China, los Emiratos Árabes Unidos, los Estados Unidos de América, la
Federación de Rusia, la India, el Japón, Mauricio y Viet Nam. Otros países, como
Bangladesh, Malasia y Túnez, trabajan actualmente en la elaboración de su
estrategia en materia de inteligencia artificial.
5 Para que la Convención de Malabo entre en vigor, es necesario que 15 países
africanos la ratifiquen. En mayo de 2020, solo ocho lo habían hecho los siguientes:
Angola, Ghana, Guinea, Mauricio, Mozambique, Namibia, Rwanda y Senegal.
6 En la India, la mayoría de los robots se han instalado en cuatro sectores, en orden
descendente: automoción; productos químicos, caucho y plásticos; metalurgia; y
componentes eléctricos y electrónica.
7 Bhután es el único país del mundo con emisiones negativas de carbono. Su
Constitución exige que “un mínimo del 60% de la superficie total del país se
mantenga siempre bajo cubierta forestal”.
8 Véase: https://en.unesco.org/sites/default/files/usr15_tracking_trends_in_
innovation_and_mobility.pdf
9 Gracias al desarrollo del Space Launch System (Sistema de lanzamiento espacial)
de nueva generación, la NASA devuelve las capacidades de vuelo espacial
humano a los Estados Unidos de América por primera vez en casi una década. Este
sistema está ya casi terminado y debería ser muy superior al anterior transbordador
espacial (véase el capítulo 5).
10 El centro aeronáutico de Querétaro (México) se creó en 2012, cuando unas
empresas multinacionales, que incluyen a Airbus, Delta y Bombardier, unieron
sus fuerzas con empresarios y centros de investigación locales, así como con la
Universidad de Querétaro especializada en aeronáutica para formar este polo de
innovación (véase el capítulo 7).
11 Puesto que gran parte de estas publicaciones se han producido en el marco de
una colaboración científica internacional, el total de las publicaciones mundiales
sumará más del 100%.
12 La Ley sobre el retorno de los científicos (Balik) de 2018 se basa en el programa
científico Balik (1975), y en ella se prevé sufragar los gastos de repatriación de los
profesionales filipinos de la ciencia, la tecnología y la innovación. En virtud del
programa Balik, el Ministerio de Ciencia y Tecnología espera atraer a 235 científicos
en el período 2018-2022 (véase el capítulo 26).
13 Angola, Botswana, Eswatini, Namibia, Seychelles, Sudáfrica, Tanzanía y Zimbabwe.
14 Como se señaló en la edición anterior del Informe de la UNESCO sobre la Ciencia
(2015), el Gobierno de Park Guen-hye se había orientado hacia el logro de una
economía creativa, promoviendo un mayor espíritu empresarial.
15 Estas dudas surgieron tras el accidente de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi
en 2011 en el Japón (véase el capítulo 24).
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 49
APÉNDICE
Cuadro 1.1 : Tendencias mundiales en materia de población, PIB y tasas de penetración de
Internet, 2015 y 2018
Población (millones)
Porcentaje de la
población mundial (%)
2015
2018
PIB (miles de millones de
dólares PPA constantes
de 2017)
2015
2018
2015
2018
Mundo
7 371,65
7 623,14
100,00
100,00
111 572,24
123 921,67
Altos ingresos
1 317,84
1 336,22
17,88
17,53
58 393,14
62 180,54
Ingresos medio-altos
2 489,47
2 547,57
33,77
33,42
34 635,03
Ingresos medio-bajos
Usuarios de Internet
por cada 100
habitantes
Porcentaje del PIB
mundial (%)
2015
100,00
2018
2015
2019
100,00
41,68
52,34
50,18
78,87
48,40
87,99
39 839,99
31,04
32,15
51,57
60,38
29,06
2 679,21
2 792,32
36,34
36,63
16 470,51
19 425,00
14,76
15,68
23,45
Ingresos bajos
885,12
947,04
12,01
12,42
2 073,55
2 476,14
1,86
2,00
12,83
17,53
América
975,79
1 001,65
13,24
13,14
29 586,63
31 384,17
26,52
25,33
62,44
75,32
América del Norte
356,90
364,17
4,84
4,78
20 474,17
21 918,82
18,35
17,69
76,11
89,41
América Latina
581,05
598,77
7,88
7,85
8 841,44
9 163,95
7,92
7,39
55,69
67,91
Caraïbes
37,84
38,71
0,51
0,51
271,01
301,40
0,24
0,24
37,23
57,66
Europa
822,27
829,46
11,15
10,88
28 681,87
30 779,74
25,71
24,84
72,23
82,16
Unión Europea
508,56
511,68
6,90
6,71
21 093,72
22 607,01
18,91
18,24
77,77
85,05
17,90
17,72
0,24
0,23
231,31
254,15
0,21
0,21
63,23
74,80
95,11
Europa Sudoriental
Asociación Europea de Libre Comercio
13,86
14,24
0,19
0,19
886,25
939,28
0,79
0,76
91,26
281,95
285,82
3,82
3,75
6 470,59
6 979,30
5,80
5,63
61,89
76,81
1 180,80
1 274,21
16,02
16,71
5 612,87
6 130,69
5,03
4,95
23,96
24,20
África Subsahariana
953,42
1 033,08
12,93
13,55
3 555,34
3 834,12
3,19
3,09
20,52
18,21
Estados árabes de África
227,38
241,13
3,08
3,16
2 057,53
2 296,58
1,84
1,85
38,40
50,04
4 353,78
4 477,14
59,06
58,73
46 311,07
54 127,88
41,51
43,68
35,81
42,94
54,04
Europa Oriental
África
Asia
Asia Central
71,48
75,22
0,97
0,99
774,47
876,02
0,69
0,71
42,81
Estados árabes de Asia
153,42
162,22
2,08
2,13
3 400,25
3 571,97
3,05
2,88
55,69
70,07
Asia Occidental
103,04
107,09
1,40
1,40
1 535,48
1 799,86
1,38
1,45
51,25
72,94
Asia Meridional
1 749,36
1 814,01
23,73
23,80
8 996,76
10 979,85
8,06
8,86
16,22
20,21
Asia Oriental y Sudoriental
2 276,49
2 318,60
30,88
30,42
31 604,10
36 900,18
28,33
29,78
48,74
57,31
39,03
40,72
0,53
0,53
1 379,94
1 499,34
1,24
1,21
65,64
69,41
Menos adelantados
942,30
1 011,00
12,78
13,26
2 433,00
2 815,98
2,18
2,27
13,71
17,74
Todos los Estados árabes
380,80
403,35
5,17
5,29
5 457,78
5 868,55
4,89
4,74
45,37
58,09
OCDE
1 275,10
1 296,63
17,30
17,01
55 038,06
58 890,90
49,33
47,52
76,50
85,62
G20
4 723,61
4 826,67
64,08
63,32
91 421,33
101 355,99
81,94
81,79
47,63
54,84
Organización de Cooperación Islámica
1 734,69
1 838,15
23,53
24,11
15 927,97
17 885,89
14,28
14,43
30,36
38,14
Oceanía
Otros grupos
Países específicos
Alemania
81,79
83,12
1,11
1,09
4 183,10
4 448,72
3,75
3,59
87,59
88,10
Arabia Saudita
31,72
33,70
0,43
0,44
1 551,67
1 604,01
1,39
1,29
69,62
95,70
Argentina
43,08
44,36
0,58
0,58
1 032,32
1 012,07
0,93
0,82
68,04
74,29-2
86,55-2
Australia
Brasil
Canadá
China
Egipto
23,93
24,90
0,32
0,33
1 143,65
1 238,54
1,03
1,00
84,56
204,47
209,47
2,77
2,75
3 079,19
3 057,47
2,76
2,47
58,33
70,43-1
36,03
37,07
0,49
0,49
1 705,54
1 813,03
1,53
1,46
90,00
91,00-2
1 406,85
1 427,65
19,08
18,73
17 403,45
21 229,73
15,60
17,13
50,30
54,30-2
92,44
98,42
1,25
1,29
977,16
1 118,72
0,88
0,90
37,82
57,30
Estados Unidos de América
320,88
327,10
4,35
4,29
18 768,63
20 105,79
16,82
16,22
74,55
88,50-1
Federación de Rusia
144,99
145,73
1,97
1,91
3 743,06
3 915,64
3,35
3,16
70,10
82,60
64,45
64,99
0,87
0,85
2 898,40
3 051,03
2,60
2,46
78,01
83,30
1 310,15
1 352,64
17,77
17,74
7 146,03
8 787,69
6,40
7,09
17,00
20,10-1
258,38
267,67
3,51
3,51
2 622,49
3 043,74
2,35
2,46
21,98
47,70
78,49
81,80
1,06
1,07
996,70
–
0,89
–
45,33
70,00-1
Francia
India
Indonesia
Irán
Israel
7,98
8,38
0,11
0,11
315,37
351,25
0,28
0,28
77,35
86,80
Italia
60,58
60,63
0,82
0,80
2 456,24
2 549,69
2,20
2,06
58,14
74,39-1
Japón
127,99
127,20
1,74
1,67
5 044,06
5 197,07
4,52
4,19
91,06
91,28-1
Malasia
30,27
31,53
0,41
0,41
750,49
868,20
0,67
0,70
71,06
84,20
México
121,86
126,19
1,65
1,66
2 350,43
2 522,84
2,11
2,04
57,43
70,10
Reino Unido
65,86
67,14
0,89
0,88
2 924,55
3 077,77
2,62
2,48
92,00
92,50
República de Corea
50,82
51,17
0,69
0,67
1 982,96
2 162,01
1,78
1,74
89,90
96,20
Sudáfrica
55,39
57,79
0,75
0,76
711,16
729,80
0,64
0,59
51,92
56,17-2
Turquía
78,53
82,34
1,07
1,08
2 042,98
2 329,55
1,83
1,88
53,74
74,00
Nota: Europa Oriental se refiere a los países que no son miembros de la Unión Europea. Las estimaciones globales y regionales se basan en los datos nacionales, sin
extrapolación a otros países. Las siglas OCDE se refieren a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos.
Fuente: Indicadores del desarrollo mundial del Banco Mundial, agosto de 2020.
50 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Cuadro 1.2 : Tendencias mundiales en materia de gasto en investigación, 2014 y 2018
Gasto bruto en investigación
y desarrollo (GBID) [miles de
millones de dólares PPA]
2014
2018
GBID por investigador (ETC)
[en miles de dólares PPA]
2014
2018
2014
2018
2014
2018
19,19
100,00
100,00
1,73
1,79
236,16
269,52
14,13
164,40
166,96
Altos ingresos
1 011,23
1 137,40
12,48
68,20
64,36
2,31
2,40
805,72
890,75
10,55
194,28
195,71
0,74
Ingresos medio-altos
407,70
551,59
35,29
27,50
31,21
1,39
1,57
170,74
223,81
31,08
187,48
199,15
6,22
Ingresos medio-bajos
62,20
76,56
23,09
4,20
4,33
0,48
0,49
27,94
32,40
15,96
126,63
123,21
-2,70
1,55
1,72
10,97
0,10
0,10
0,22
0,22
3,66
3,81
4,10
145,21
138,34
-4,73
América
476,69
531,35
11,47
32,15
30,07
2,05
2,12
536,66
576,51
7,43
245,02
230,33
-6,00
América del Norte
425,21
483,43
13,69
28,68
27,35
2,63
2,73
1 200,02
1 327,48
10,62
284,19
295,60
4,01
51,44
47,89
-6,90
3,47
2,71
0,73
0,66
96,60
86,72
-10,23
217,39
184,61
-15,08
El Caribe
2014
GBID per cápita
(en dólares PPA)
1 482,68 1 767,27
América Latina
Change (%)
GBID en
porcentaje del
PIB (%)
Mundo
Ingresos bajos
2018
Porcentaje del
GBID mundial (%)
Change (%)
Change (%)
1,56
0,03
0,03
0,00
0,00
0,00
0,08
0,09
22,75
23,52
3,38
44,57
45,47
2,02
Europa
345,51
390,28
12,96
23,30
22,08
1,72
1,78
423,13
472,56
11,68
125,38
124,80
-0,46
Unión Europea
290,35
330,83
13,94
19,58
18,72
1,94
2,02
572,19
646,65
13,01
153,86
150,40
-2,25
0,82
1,05
28,05
0,06
0,06
0,57
0,65
64,57
86,45
33,89
55,69
54,72
-1,74
Europa Sudoriental
Asociación Europea de Libre Comercio
16,63
18,82
13,17
1,12
1,07
2,65
2,87
1 208,43
1 317,70
9,04
225,11
230,21
2,27
Europa Oriental
37,70
39,57
4,96
2,54
2,24
0,97
0,95
134,43
138,96
3,37
70,91
73,66
3,88
África
14,90
17,85
19,80
1,01
1,01
0,54
0,59
24,93
26,82
7,58
137,19
141,05
2,81
6,51
7,34
12,75
0,44
0,42
0,49
0,51
14,36
14,49
0,91
156,79
147,32
-6,04
18,19
África Subsahariana
Estados árabes de África
Asia
Asia Central
Estados árabes de Asia
8,39
10,51
25,27
0,57
0,59
0,59
0,65
57,51
67,48
17,34
78,35
92,60
627,58
808,05
28,76
42,33
45,72
1,62
1,70
159,01
196,99
23,89
159,28
167,32
5,05
0,95
0,81
-14,74
0,06
0,05
0,17
0,12
14,72
11,72
-20,38
25,83
24,44
-5,38
6,94
10,17
46,54
0,47
0,58
0,40
0,53
106,66
143,09
34,16
176,41
144,28
-18,21
Asia Occidental
15,54
26,05
67,63
1,05
1,47
0,94
1,37
150,77
242,22
60,66
71,18
93,41
31,23
Asia Meridional
45,61
56,49
23,85
3,08
3,20
0,64
0,60
30,18
35,59
17,93
144,92
140,30
-3,19
Asia Oriental y Sudoriental
558,54
714,52
27,93
37,67
40,43
2,03
2,13
253,47
315,45
24,45
174,77
193,03
10,45
Oceanía
18,01
19,75
9,66
1,21
1,12
1,74
1,81
496,95
514,61
3,55
42,05
46,90
11,53
-3,87
Otros grupos
Menos adelantados
1,80
2,03
12,78
0,12
0,11
0,19
0,21
3,89
4,08
4,88
137,35
132,04
15,33
20,69
34,96
1,03
1,17
0,48
0,59
72,61
91,15
25,53
109,07
109,09
0,02
OCDE
988,49
1 114,38
12,74
66,67
63,06
2,36
2,43
779,71
859,34
10,21
206,90
204,27
-1,27
G20
1 393,89
1 647,65
18,21
94,01
93,23
1,93
1,99
299,38
343,87
14,86
182,53
188,45
3,24
48,73
69,04
41,68
3,29
3,91
0,45
0,60
45,96
59,20
28,81
92,17
89,86
-2,51
Alemania
85,96
99,99
16,32
5,80
5,66
2,87
3,09
1 055,35
1 202,88
13,98
244,26
230,80
-5,51
Argentina
4,28
4,03-1
-5,84
0,29
0,23-1
0,59
0,54-1
100,28
91,63-1
-8,63
83,09
76,86-1
-7,50
–
17,30
–
–
0,98
–
1,87
–
703,57
–
–
–
–
Brasil
35,56
33,30
-6,36
2,40
1,88-1
1,27
1,26
175,35
160,23
-8,62
197,54
–
–
Canadá
23,47
22,85-1
-2,64
1,58
1,29
1,72
1,57-1
658,16
616,40-1
-6,34
144,91
150,68-1
3,98
China
313,94
439,02
39,84
21,18
24,84
2,03
2,19
224,33
307,51
37,08
205,96
235,26
14,23
Egipto
5,14
6,99
35,99
0,35
0,40
0,64
0,72
56,89
71,03
24,85
84,26
103,44
22,76
401,74
460,58-1
14,65
27,10
26,06-1
2,72
2,84-1
1 260,66
1408,08-1
11,69
299,78
309,94-1
3,39
24,00
22,57
-5,96
1,62
1,28
1,07
0,99
165,89
154,88
-6,64
53,94
55,62
3,11
-8,85
Todos los Estados árabes
Organización de Cooperación
Islámica
Países específicos
Australia
Estados Unidos de América
Federación de Rusia
Francia
47,55
48,88
2,80
3,21
2,77
2,28
2,20
740,75
752,06
1,53
174,97
159,49
India
43,55
54,04
24,09
2,94
3.06
0,70
0,65
33,62
39,95
18,83
–
158,11
–
–
6,26
–
–
0,35
–
0,23
–
23,40
–
–
108,36
–
–
11,40-1
–
–
0,64-1
–
0,83-1
–
141,28-1
–
–
95,79-1
–
10,19
13,81
35,53
0,69
0,78
4,17
4,95
1 297,90
1 647,67
26,95
–
–
–
Indonesia
Irán
Israel
Italia
22,15
24,15
9,03
1,49
1,37
1,34
1,40
366,62
398,30
8,64
187,40
172,67
-7,86
Japón
143,48
144,12
0,45
9,68
8,16
3,40
3,26
1 119,47
1 133,01
1,21
210,10
212,53
1,16
Malasia
8,23
–
–
0,56
–
1,26
–
275,50
–
–
134,12
–
–
México
7,04
5,59
-20,60
0,47
0,32
0,44
0,31
58,50
44,27
-24,32
224,85
–
–
Reino Unido
36,00
40,24
11,78
2,43
2,28
1,66
1,72
550,28
599,32
8,91
130,16
130,19
0,02
República de Corea
68,98
86,62
25,57
4,65
4,90
4,29
4,53
1 363,09
1 692,64
24,18
199,68
212,10
6,22
4,64
5,16-1
11,21
0,31
0,29-1
0,77
0,83-1
85,12
90,55-1
6,38
196,96
174,89-1
-11,21
10,83
14,22-1
31,30
0,73
0,80-1
0,86
0,96-1
140,19
175,26-1
25,02
120,76
127,05-1
5,21
Sudáfrica
Turquía
Nota: las cifras del GBID están en dólares PPA (precios constantes de 2005). Muchos de los datos de base son estimaciones del Instituto de Estadística de la UNESCO, en
particular para los países en desarrollo. Además, en numerosos países en desarrollo los datos no cubren todos los sectores de la economía.
Fuente: estimaciones mundiales y regionales basadas en los datos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO, agosto de 2020, sin extrapolación.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 51
Cuadro 1.3 : Tendencias mundiales en materia de gasto en personal investigador, 2014 y 2018
Investigadores (ETC, miles)
2014
2018
Change
(%)
Parte del total
mundial de
investigadores (%)
Mujeres, en
número de
personas
físicas (%)
Número de investigadores por
millón de habitantes (ETC)
Número de técnicos por
millón de habitantes (ETC)
2014
2014
2018
2018
2014
2018
Change
(%)
2018
Change
(%)
3.18
Mundo
7 789.79
8 854.29
13.67
100.00
100.00
33.25
1 245.3
1368.0
9.86
301.7
311.3
Altos ingresos
4 885.91
5 333.83
9.17
62.72
60.24
29.59
3 994.7
4301.1
7.67
1 021.7
1 047.1
2.49
Ingresos medio-altos
2 256.87
2 762.41
22.40
28.97
31.20
42.65
955.0
1141.1
19.49
358.1
425.3
18.77
Ingresos medio-bajos
633.92
739.42
16.64
8.14
8.35
42.79
275.8
312.2
13.20
83.5
73.8
-11.62
13.09
18.64
42.37
0.17
0.21
19.54
33.1
45.1
36.13
20.1
22.7
12.94
América
1 797.28
1 918.33
6.74
23.07
21.67
49.80
2 046.7
2131.6
4.15
33.1
45.1
36.25
América del Norte
1 502.09
1 603.66
6.76
19.28
18.11
–
4 239.1
4432.2
107.72
1 353.0
1 280.2
-5.38
294.49
313.95
6.61
3.78
3.55
49.77
563.7
592.9
5.19
531.2
556.6
4.78
0.70
0.72
2.02
0.01
0.01
50.24
509.2
519.5
2.02
273.8
268.4
-1.97
Europa
2 446.37
2 746.56
12.27
31.40
31.02
34.85
3 034.4
3372.0
11.12
930.4
977.0
5.01
Unión Europea
1 772.36
2 081.75
17.46
22.75
23.51
33.78
3 492.9
4069.2
16.50
1 336.2
1 413.6
5.79
16.21
18.23
12.47
0.21
0.21
51.21
1 290.8
1487.2
15.21
236.7
275.3
16.31
Ingresos bajos
América Latina
El Caribe
Europa Sudoriental
74.43
83.05
11.58
0.96
0.94
36.59
5 406.9
5876.6
8.69
2 525.0
2 631.7
4.23
Europa Oriental
Asociación Europea de Libre Comercio
583.37
563.53
-3.40
7.49
6.36
39.04
2 153.5
2053.8
-4.63
357.1
362.8
1.60
África
194.59
221.28
13.72
2.50
2.50
41.82
307.9
326.4
6.01
86.0
93.3
8.49
46.54
59.93
28.77
0.60
0.68
33.48
102.3
123.8
20.97
36.4
38.5
5.77
148.05
161.36
8.99
1.90
1.82
44.87
837.0
866.2
3.49
202.7
214.5
5.82
3 326.52
3 941.58
18.49
42.70
44.52
28.43
845.0
969.9
14.79
130.2
133.6
2.61
29.07
27.68
-4.77
0.37
0.31
44.90
609.1
545.0
-10.52
104.0
75.4
-27.50
África Subsahariana
Estados árabes de África
Asia
Asia Central
Estados árabes de Asia
29.53
40.33
36.58
0.38
0.46
34.17
354.7
458.2
29.18
148.8
149.3
0.34
Asia Occidental
68.21
126.51
85.48
0.88
1.43
33.95
826.6
1494.0
80.74
160.1
491.5
207.00
-21.28
Asia Meridional
Asia Oriental y Sudoriental
Oceanía
336.37
415.29
23.46
4.32
4.69
39.14
219.7
262.8
19.61
86.0
67.7
2 863.35
3 331.77
16.36
36.76
37.63
26.31
1 297.9
1475.6
13.70
209.8
224.1
6.82
25.03
26.53
6.01
0.32
0.30
33.25
1 978.9
2005.6
1.35
382.4
464.6
21.50
13.11
Otros grupos
Menos adelantados
21.65
28.21
30.35
0.28
0.32
21.98
49.1
62
26.27
20.6
23.3
Tous les États arabes
177.58
201.69
13.58
2.28
2.28
42.60
681.9
736
7.93
185.4
193.7
4.48
OCDE
4 478.64
4 987.73
11.37
57.49
56.33
28.96
3 622.6
3959
9.29
926.9
976.2
5.32
G20
6 973.47
7 865.54
12.79
89.52
88.83
30.82
1 504.3
1654
9.95
405.0
406.8
0.44
533.53
681.62
27.76
6.85
7.70
40.17
499.5
609
21.93
94.1
140.9
49.73
Alemania
351.92
433.23
23.10
4.51
4.90
27.9-1
4 320.7
5 211.87
20.63
1 883.2
2 018.0
7.16
Argentina
51.46
52.4-1
1.79
0.66
0.59-1
54.07-1
1 206.9
1 192.23-1
-1.22
318.8
398.1
24.87
Organización de Cooperación Islámica
Países específicos
Brasil
179.99
–
-
2.31
Canadá
161.98
158.89-1
-1.91
2.08
–
1.80-1
–
887.7
–
969.9
–
4 541.9
4 325.64-1
–
-4.76
1 353.0
–
1 268.4-1
China
1 524.28
1 866.11
22.43
19.55
21.12
–
1 089.2
1 307.12
20.01
–
–
Egipto
61.06
67.59
10.70
0.78
0.76
45.6
675.2
686.72
1.70
351.6
369.6
1 434.42-1
7.04
17.19
16.23-1
–
4 205.3
4 412.44-1
4.93
–
–
Federación de Rusia
444.87
405.77
-8.79
5.71
4.59
39.2
3 075.1
2 784.33
-9.46
496.6
437.8
Francia
271.77
306.45
12.76
3.49
3.47
28.3-1
4 233.6
4 715.32
11.38
1 809.3
1 805.5-1
341.82
–
–
3.87
–
–
252.70
–
Estados Unidos de América
1 340.10
India
–
Indonésie
–
57.82
–
–
0.65
45.8
–
215.99
–
Irán
–
118.99-1
–
–
1.35-1
31.2-1
–
1 474.91-1
–
95.5
–
-6.25
–
5.12
–
-11.84
-0.21
73.1
-23.46
16.3+2
34.7
112.88
160.6+1
496.8-1
209.34
Italia
118.18
139.85
18.34
1.52
1.58
34.3-1
1 956.4
2 306.77
17.91
–
–
Japón
682.94
678.13
-0.70
8.76
7.67
16.6
5 328.4
5 331.15
0.05
537.0
524.3
–
Malasia
61.35
–
–
0.79
–
48.2-2
2 054.2
–
–
212.2
233.4
9.99
México
31.32
–
–
0.40
–
–
260.2
–
–
115.6
140.3-2
21.37
-2.36
Reino Unido
276.58
309.07
11.75
3.55
3.50
38.7-2
4 227.6
4 603.31
8.89
1 255.5
1 305.4-2
3.97
República de Corea
345.46
408.37
18.21
4.43
4.62
20.4
6 826.3
7 980.40
16.91
1 228.2
1 251.1
1.86
Sudáfrica
23.57
29.52-1
25.21
0.30
0.33-1
44.9-1
432.2
517.72-1
19.80
141.7
129.5-1
-8.61
Turquía
89.66
111.89-1
24.80
1.15
1.27-1
37.0-1
1 160.9
1 379.41-1
18.82
208.3
353.7-1
69.80
Nota: los investigadores se contabilizan en equivalentes a tiempo completo (ETC). Las estimaciones mundiales y regionales se basan en los datos en ETC disponibles según
los países. El número de investigadoras se basa en los datos de recuento disponibles para el año más reciente del período 2015-2018. Véase el cuadro 1.1 para las cifras
regionales.
Fuente: estimaciones mundiales y regionales basadas en los datos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO, agosto de 2020, sin extrapolación.
52 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Cuadro 1.4 : Tendencias mundiales en materia de publicaciones científicas, 2015 y 2019
Evolución
(%)
Volumen
2015
2019
Mundo
2 178 625 2 629 248
Altos ingresos
2015–2019
20,68
Porcentaje
mundial (%)
Publicaciones por
millón de habitantes
2015
2019
100,00
100,00
2015
295,24
2019
340,90
Publicaciones
por coautores
internacionales
(%)
2015
21,69
2019
23,48
Tecnologías estratégicas transversales
Evolución
(%)
Volumen
2015
2019
351 447 467 883
2015–2019
33,13
Porcentaje
mundial (%)
2015
2019
100,00
100,00
1 509 655
1 654 704
9,61
69,29
62,93
1 139,12
1 226,93
30,40
35,46
212 582
244 026
14,79
60,49
52,16
Ingresos medio-altos
702 587
1 000 301
42,37
32,25
38,05
282,22
389,91
24,89
27,41
140 207
208 580
48,77
39,89
44,58
Ingresos medio-bajos
174 394
299 319
71,63
8,00
11,38
65,09
105,76
29,11
29,63
33 977
75 894
123,37
9,67
16,22
13 923
23 799
70,93
0,64
0,91
15,73
24,58
72,13
69,96
1 014
2 739
170,12
0,29
0,59
América
658 936
724 263
9,91
30,25
27,55
672,69
714,78
34,99
39,44
77 773
87 323
12,28
22,13
18,66
América del Norte
565 726
609 538
7,74
25,97
23,18
1 568,56
1 648,32
36,52
41,29
66 316
71 063
7,16
18,87
15,19
América Latina
107 634
135 039
25,46
4,94
5,14
185,24
223,39
36,75
40,82
12 516
17 534
40,09
3,56
3,75
2 833
3 110
9,78
0,13
0,12
74,87
79,78
59,20
71,16
237
301
27,00
0,07
0,06
Europa
822 170
918 168
11,68
37,74
34,92
995,42
1 099,43
37,35
41,14
117 410 140 646
19,79
33,41
30,06
Unión Europea
700 849
752 472
7,37
32,17
28,62
1 368,20
1 457,36
41,01
46,54
99 892
108 910
9,03
28,42
23,28
8 125
8 967
10,36
0,37
0,34
453,84
507,60
43,47
52,68
1 160
1 156
-0,34
0,33
0,25
54 041
61 685
14,14
2,48
2,35
3 897,85
4 299,42
66,28
69,91
6 055
6 811
12,49
1,72
1,46
Europa Oriental
105 579
152 895
44,82
4,85
5,82
374,47
533,12
25,33
24,54
15 432
30 547
97,95
4,39
6,53
África
61 236
92 133
50,46
2,81
3,50
51,86
70,53
53,95
55,40
8 966
14 537
62,13
2,55
3,11
África Subsahariana
30 805
47 374
53,79
1,41
1,80
32,31
44,67
58,89
60,52
3 112
5 916
90,10
0,89
1,26
30 951
45 665
47,54
1,42
1,74
136,12
185,84
49,81
50,98
5 910
8 704
47,28
1,68
1,86
900 254 1 262 260
40,21
41,32
48,01
206,78
279,46
22,61
24,43
184 247 281 245
52,65
52,43
60,11
0,31
Ingresos bajos
El Caribe
Europa Sudoriental
Asociación Europea de Libre
Comercio
Estados árabes de África
Asia
2 528
5 780
128,64
0,12
0,22
35,37
75,62
60,96
61,28
536
1 456
171,64
0,15
32 414
58 153
79,41
1,49
2,21
211,28
352,07
70,77
62,15
6 923
12 443
79,73
1,97
2,66
Asia Occidental
699 375
964 627
37,93
32,10
36,69
307,22
413,75
22,03
24,17
147 103
211 303
43,64
41,86
45,16
Asia Meridional
11,29
Asia Central
Estados árabes de Asia
126 301
191 638
51,73
5,80
7,29
72,20
104,42
21,45
24,46
24 939
52 818
111,79
7,10
Asia Oriental y Sudoriental
59 727
82 087
37,44
2,74
3,12
579,63
757,01
30,15
34,89
8 687
11 431
31,59
2,47
2,44
Oceanía
80 984
98 304
21,39
3,72
3,74
2 074,98
2 381,70
53,55
61,61
9 298
11 924
28,24
2,65
2,55
Menos adelantados
13 826
23 572
70,49
0,63
0,90
14,67
22,78
72,90
71,30
1 081
2 881
166,51
0,31
0,62
Todos los Estados árabes
58 447
95 817
63,94
2,68
3,64
153,49
233,19
57,21
53,66
11 944
19 840
66,11
3,40
4,24
OCDE
1 439 908
1 549 257
7,59
66,09
58,92
1 122,70
1 182,48
30,49
35,72
195 786
215 660
10,15
55,71
46,09
G20
1 989 718
2 381 962
19,71
91,33
90,59
420,57
489,53
23,33
25,31
316 697
419 013
32,31
90,11
89,56
Organización de Cooperación
Islámica
Países específicos
183 243
300 234
63,84
8,41
11,42
105,63
160,31
36,35
36,80
33 640
59 098
75,68
9,57
12,63
Alemania
Otros grupos
144 201
152 348
5,65
6,62
5,79
1 763,12
1 824,15
50,56
54,79
19 974
20 814
4,21
5,68
4,45
Arabia Saudita
17 681
25 205
42,55
0,81
0,96
557,45
735,51
76,22
75,84
3 672
4 994
36,00
1,04
1,07
Argentina
10 982
12 280
11,82
0,50
0,47
254,95
274,23
46,60
50,47
897
1 071
19,40
0,26
0,23
Australia
71 691
87 187
21,61
3,29
3,32
2 995,55
3 459,36
53,94
62,23
8 366
10 736
28,33
2,38
2,29
Brasil
61 006
74 270
21,74
2,80
2,82
298,36
351,91
30,75
35,21
6 699
8 596
28,32
1,91
1,84
Canadá
82 595
94 578
14,51
3,79
3,60
2 292,61
2 528,08
51,84
57,94
9 533
10 699
12,23
2,71
2,29
431 654
644 655
49,35
19,81
24,52
306,82
449,62
20,23
22,98
98 669
149 832
51,85
28,08
32,02
14 728
23 224
57,69
0,68
0,88
159,32
231,34
52,17
53,33
2 402
3 787
57,66
0,68
0,81
502 105
538 259
7,20
23,05
20,47
1 546,66
1 619,40
36,40
40,91
58 082
61 890
6,56
16,53
13,23
4,42
China
Egipto
Estados Unidos de América
60 156
96 394
60,24
2,76
3,67
414,91
660,81
27,17
23,73
9 558
20 666
116,22
2,72
Francia
101 491
101 081
-0,40
4,66
3,84
1 510,19
1 486,96
54,50
60,34
14 016
12 788
-8,76
3,99
2,73
India
110 282
161 066
46,05
5,06
6,13
84,17
117,87
17,67
18,88
22 725
47 333
108,29
6,47
10,12
Federación de Rusia
6 080
37 513
516,99
0,28
1,43
23,53
138,62
40,10
17,03
1 811
9 195
407,73
0,52
1,97
Irán
41 292
60 562
46,67
1,90
2,30
526,06
730,42
20,60
28,17
6 629
9 091
37,14
1,89
1,94
Israel
16 393
18 671
13,90
0,75
0,71
2 054,65
2 191,59
51,96
54,26
1 852
1 949
5,24
0,53
0,42
Italia
91 895
103 577
12,71
4,22
3,94
1 516,96
1 710,60
46,34
50,27
12 500
13 718
9,74
3,56
2,93
Japón
117 020
119 347
1,99
5,37
4,54
914,32
940,78
26,27
31,24
17 564
18 129
3,22
5,00
3,87
Malasia
22 405
30 172
34,67
1,03
1,15
740,15
944,36
39,01
43,84
7 428
9 912
33,44
2,11
2,12
México
18 321
23 508
28,31
0,84
0,89
150,35
184,27
40,28
44,95
2 662
3 414
28,25
0,76
0,73
141 834
160 174
12,93
6,51
6,09
2 137,31
2 353,92
57,58
64,49
16 960
19 316
13,89
4,83
4,13
República de Corea
71 719
81 327
13,40
3,29
3,09
1 411,15
1 587,63
26,89
29,33
12 992
15 793
21,56
3,70
3,38
Sudáfrica
14 706
21 062
43,22
0,68
0,80
265,52
359,68
54,13
57,42
1 622
2 623
61,71
0,46
0,56
Turquía
36 308
43 245
19,11
1,67
1,64
462,35
518,34
21,16
25,12
3 876
5 927
52,92
1,10
1,27
Indonesia
Reino Unido
Nota: la suma de los valores regionales es superior al total mundial porque los trabajos firmados por varios autores procedentes de diferentes regiones se contabilizan para
cada una de las regiones en cuestión.
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto artes, humanidades y ciencias sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente | 53
Cuadro 1.5 : Tendencias mundiales en materia de publicaciones científicas sobre
tecnologías estratégicas transversales específicas, 2015 y 2019
Volumen
IA y robótica
Mundo
Biotecnología
Energía
Nanociencia y
nanotecnología
Materiales
Optoelectrónica
2015
2019
2015
2019
2015
2019
2015
2019
2015
2019
2015
2019
102 347
147 806
16 707
18 714
86 771
108 129
63 705
93 033
31 226
46 121
29 517
26 651
Altos ingresos
65 365
74 661
9 869
9 394
49 997
57 245
31 625
40 729
21 104
27 979
18 560
15 330
Ingresos medio-altos
33 075
50 340
6 531
9 333
36 903
53 560
32 529
48 484
13 290
24 657
11 813
11 872
Ingresos medio-bajos
13 052
37 389
2 283
2 937
7 890
12 701
6 097
15 194
2 035
3 588
1 293
1 816
280
1 037
79
120
249
607
89
284
33
103
31
67
América
20 633
24 969
3 934
4 161
19 674
21 445
9 471
10 588
8 457
11 053
7 623
5 964
América del Norte
16 628
18 727
2 876
2 603
16 859
17 434
7 623
8 088
8 075
10 514
6 901
5 354
4 211
6 524
1 122
1 651
3 152
4 394
1 974
2 661
478
670
800
655
92
144
36
20
53
60
26
44
6
6
4
5
Europa
40 993
47 402
4 883
4 984
26 524
31 950
19 124
28 125
8 181
11 040
9 781
8 299
Unión Europea
36 554
37 207
4 284
4 246
21 637
25 662
14 797
17 913
7 355
9 717
8 244
6 178
382
336
79
86
325
313
201
302
41
37
37
30
1 851
2 034
191
215
1 635
1 837
680
804
589
861
382
334
2 283
Ingresos bajos
América Latina
El Caribe
Europa Sudoriental
Asociación Europea de Libre Comercio
Europa Oriental
3 624
9 658
528
666
4 004
5 586
4 423
10 466
767
1 280
1 580
África
3 207
4 752
551
844
2 710
4 443
1 185
2 451
400
604
310
445
823
1 539
221
383
1 169
2 018
334
965
91
168
61
125
África Subsahariana
Estados árabes de África
Asia
Asia Central
Estados árabes de Asia
2 389
3 225
334
467
1 563
2 450
862
1 505
311
441
254
330
46 913
84 072
9 285
11 355
45 754
64 150
39 692
60 953
19 968
32 818
14 800
14 896
142
569
15
11
194
317
102
304
6
80
62
149
1 908
3 936
286
458
2 466
4 125
883
2 050
719
1 008
283
294
Asia Occidental
33 662
50 330
6 854
8 491
36 498
50 194
33 248
49 993
17 598
28 957
13 139
13 030
Asia Meridional
9 956
29 049
1 896
2 179
5 045
7 976
4 599
7 961
1 566
2 875
837
1 118
Asia Oriental y Sudoriental
2 173
2 402
473
657
2 579
3 744
1 667
2 250
612
927
648
565
Oceanía
2 918
3 469
368
412
2 198
3 066
1 328
1 671
1 078
1 809
466
308
Otros grupos
Menos adelantados
Todos los Estados árabes
325
1 126
82
132
289
630
95
295
32
111
33
67
4 091
6 868
558
833
3 785
6 187
1 581
3 219
886
1 340
498
577
OCDE
60 878
66 911
9 396
9 105
45 852
51 576
28 260
32 085
18 834
24 861
16 979
13 274
G20
91 303
128 003
15 220
16 808
76 010
96 361
58 375
84 400
28 953
43 399
27 521
25 161
9 685
20 149
1 759
2 604
11 790
15 537
5 659
13 942
1 740
2 767
1 426
1 585
Organización de Cooperación Islámica
Países específicos
6 712
6 726
827
776
3 950
4 305
3 262
3 441
1 949
2 684
1 995
1 507
Arabia Saudita
Alemania
927
1 265
192
195
1 075
1 662
519
849
584
639
159
146
Argentina
218
250
116
120
205
336
162
179
59
64
32
20
2 520
3 003
325
342
2 077
2 840
1 202
1 541
1 045
1 743
432
286
Australia
Brasil
2 037
2 640
684
1 032
1 641
2 181
1 331
1 654
256
293
405
341
Canadá
2 792
3 217
413
431
2 752
2 937
1 111
1 227
794
1 143
780
630
China
20 414
29 766
3 891
5 608
24 352
38 521
24 863
35 942
11 554
22 270
9 559
10 010
Egipto
610
837
166
302
760
1 247
404
784
236
279
132
201
14 149
15 893
2 526
2 231
14 435
14 862
6 636
7 001
7 419
9 614
6 251
4 841
1 898
Estados Unidos de América
Federación de Rusia
1 986
5 704
254
273
2 527
3 259
2 949
8 357
455
903
1 161
Francia
5 215
4 536
512
461
2 755
2 667
2 031
1 900
1 170
1 350
1 374
945
India
9 276
26 779
1 770
1 918
4 562
6 609
4 152
7 257
1 433
2 550
717
969
Indonesia
Irán
822
3 229
57
138
670
1 098
166
4 264
16
86
42
182
1 357
1 613
406
590
2 366
3 463
1 514
1 952
369
548
312
314
Israel
745
638
59
56
165
196
122
216
236
361
308
215
Italia
4 380
4 773
496
436
3 429
3 683
1 242
1 651
953
1 128
959
664
1 603
Japón
4 891
5 917
973
953
3 778
3 293
3 481
3 295
1 841
2 225
1 847
Malasia
1 685
4 404
357
446
3 550
1 821
1 137
2 598
258
307
236
138
México
969
1 228
204
324
605
761
362
505
120
218
234
213
Reino Unido
5 700
6 192
472
578
3 903
4 947
2 166
2 458
1 488
2 072
1 410
950
República de Corea
2 426
3 029
1 304
1 108
2 900
3 786
2 510
3 009
2 630
3 452
645
592
Sudáfrica
Turquía
511
701
85
145
529
959
214
441
72
84
40
93
1 094
2 073
247
355
943
1 544
929
1 242
181
240
224
159
Nota: la suma de los valores regionales es superior a la cifra total porque los trabajos firmados por varios autores procedentes de diferentes regiones se contabilizan para cada
una de las regiones en cuestión. Las seis tecnologías transversales presentadas aquí iban seguidas de la bioinformática, la Internet de las cosas, los estudios estratégicos, de
defensa y seguridad y la tecnología de cadenas de bloques. Véase el cuadro 1.1 para las cifras regionales.
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto Artes, Humanidades y Ciencias Sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
54 | INFORME DE LA UNESCO SOBRE LA CIENCIA
Porcentaje mundial (%)
IA y robótica
Mundo
Biotecnología
Energía
Nanociencia y
nanotecnología
Materiales
Optoelectrónica
2015
2019
2015
2019
2015
2019
2015
2019
2015
2019
2015
2019
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
100,00
Altos ingresos
63,87
50,51
59,07
50,20
57,62
52,94
49,64
43,78
67,58
60,66
62,88
57,52
Ingresos medio-altos
32,32
34,06
39,09
49,87
42,53
49,53
51,06
52,11
42,56
53,46
40,02
44,55
Ingresos medio-bajos
12,75
25,30
13,66
15,69
9,09
11,75
9,57
16,33
6,52
7,78
4,38
6,81
0,27
0,70
0,47
0,64
0,29
0,56
0,14
0,31
0,11
0,22
0,11
0,25
América
20,16
16,89
23,55
22,23
22,67
19,83
14,87
11,38
27,08
23,97
25,83
22,38
América del Norte
16,25
12,67
17,21
13,91
19,43
16,12
11,97
8,69
25,86
22,80
23,38
20,09
América Latina
4,11
4,41
6,72
8,82
3,63
4,06
3,10
2,86
1,53
1,45
2,71
2,46
El Caribe
0,09
0,10
0,22
0,11
0,06
0,06
0,04
0,05
0,02
0,01
0,01
0,02
Europa
40,05
32,07
29,23
26,63
30,57
29,55
30,02
30,23
26,20
23,94
33,14
31,14
Unión Europea
35,72
25,17
25,64
22,69
24,94
23,73
23,23
19,25
23,55
21,07
27,93
23,18
Europa Sudoriental
0,37
0,23
0,47
0,46
0,37
0,29
0,32
0,32
0,13
0,08
0,13
0,11
Asociación Europea de Libre Comercio
1,81
1,38
1,14
1,15
1,88
1,70
1,07
0,86
1,89
1,87
1,29
1,25
Europa Oriental
3,54
6,53
3,16
3,56
4,61
5,17
6,94
11,25
2,46
2,78
5,35
8,57
1,67
Ingresos bajos
África
3,13
3,22
3,30
4,51
3,12
4,11
1,86
2,63
1,28
1,31
1,05
África Subsahariana
0,80
1,04
1,32
2,05
1,35
1,87
0,52
1,04
0,29
0,36
0,21
0,47
Estados árabes de África
2,33
2,18
2,00
2,50
1,80
2,27
1,35
1,62
1,00
0,96
0,86
1,24
55,89
45,84
56,88
55,58
60,68
52,73
59,33
62,31
65,52
63,95
71,16
50,14
Asia Central
Asia
0,14
0,38
0,09
0,06
0,22
0,29
0,16
0,33
0,02
0,17
0,21
0,56
Estados árabes de Asia
1,86
2,66
1,71
2,45
2,84
3,81
1,39
2,20
2,30
2,19
0,96
1,10
48,89
Asia Occidental
32,89
34,05
41,02
45,37
42,06
46,42
52,19
53,74
56,36
62,78
44,51
Asia Meridional
9,73
19,65
11,35
11,64
5,81
7,38
7,22
8,56
5,02
6,23
2,84
4,19
Asia Oriental y Sudoriental
2,12
1,63
2,83
3,51
2,97
3,46
2,62
2,42
1,96
2,01
2,20
2,12
Oceanía
2,85
2,35
2,20
2,20
2,53
2,84
2,08
1,80
3,45
3,92
1,58
1,16
Otros grupos
Menos adelantados
0,32
0,76
0,49
0,71
0,33
0,58
0,15
0,32
0,10
0,24
0,11
0,25
Todos los Estados árabes
4,00
4,65
3,34
4,45
4,36
5,72
2,48
3,46
2,84
2,91
1,69
2,17
OCDE
59,48
45,27
56,24
48,65
52,84
47,70
44,36
34,49
60,32
53,90
57,52
49,81
G20
89,21
86,60
91,10
89,82
87,60
89,12
91,63
90,72
92,72
94,10
93,24
94,41
9,46
13,63
10,53
13,91
13,59
14,37
8,88
14,99
5,57
6,00
4,83
5,95
Organización de Cooperación Islámica
Países específicos
Alemania
6,56
4,55
4,95
4,15
4,55
3,98
5,12
3,70
6,24
5,82
6,76
5,65
Arabia Saudita
0,91
0,86
1,15
1,04
1,24
1,54
0,81
0,91
1,87
1,39
0,54
0,55
Argentina
0,21
0,17
0,69
0,64
0,24
0,31
0,25
0,19
0,19
0,14
0,11
0,08
Australia
2,46
2,03
1,95
1,83
2,39
2,63
1,89
1,66
3,35
3,78
1,46
1,07
Brasil
1,99
1,79
4,09
5,51
1,89
2,02
2,09
1,78
0,82
0,64
1,37
1,28
Canadá
2,73
2,18
2,47
2,30
3,17
2,72
1,74
1,32
2,54
2,48
2,64
2,36
China
19,95
20,14
23,29
29,97
28,06
35,63
39,03
38,63
37,00
48,29
32,38
37,56
Egipto
0,60
0,57
0,99
1,61
0,88
1,15
0,63
0,84
0,76
0,60
0,45
0,75
13,82
10,75
15,12
11,92
16,64
13,74
10,42
7,53
23,76
20,85
21,18
18,16
Estados Unidos de América
Federación de Rusia
1,94
3,86
1,52
1,46
2,91
3,01
4,63
8,98
1,46
1,96
3,93
7,12
Francia
5,10
3,07
3,06
2,46
3,18
2,47
3,19
2,04
3,75
2,93
4,65
3,55
India
9,06
18,12
10,59
10,25
5,26
6,11
6,52
7,80
4,59
5,53
2,43
3,64
Indonesia
0,80
2,18
0,34
0,74
0,77
1,02
0,26
4,58
0,05
0,19
0,14
0,68
Irán
1,33
1,09
2,43
3,15
2,73
3,20
2,38
2,10
1,18
1,19
1,06
1,18
Israel
0,73
0,43
0,35
0,30
0,19
0,18
0,19
0,23
0,76
0,78
1,04
0,81
Italia
4,28
3,23
2,97
2,33
3,95
3,41
1,95
1,77
3,05
2,45
3,25
2,49
Japón
4,78
4,00
5,82
5,09
4,35
3,05
5,46
3,54
5,90
4,82
6,26
6,01
Malasia
1,65
2,98
2,14
2,38
4,09
1,68
1,78
2,79
0,83
0,67
0,80
0,52
México
0,95
0,83
1,22
1,73
0,70
0,70
0,57
0,54
0,38
0,47
0,79
0,80
Reino Unido
5,57
4,19
2,83
3,09
4,50
4,58
3,40
2,64
4,77
4,49
4,78
3,56
República de Corea
2,37
2,05
7,81
5,92
3,34
3,50
3,94
3,23
8,42
7,48
2,19
2,22
Sudáfrica
0,50
0,47
0,51
0,77
0,61
0,89
0,34
0,47
0,23
0,18
0,14
0,35
Turquía
1,07
1,40
1,48
1,90
1,09
1,43
1,46
1,34
0,58
0,52
0,76
0,60
Fuente: Scopus (Elsevier), excepto Artes, Humanidades y Ciencias Sociales; tratamiento de datos por Science-Metrix.
Une course contre la montre pour un développement plus intelligent | 55
INFORME DE LA
UNESCO SOBRE
LA CIENCIA
La carrera contra el reloj para un
desarrollo más inteligente
RESUMEN EJECUTIVO
Es sorprendente comprobar cómo se han armonizado las prioridades de desarrollo en los últimos
cinco años. Países de todos los niveles de ingresos están priorizando su transición simultánea a
las economías digitales y ecológicas. Esta doble transición refleja un doble imperativo. Por un
lado, el tiempo apremia para que los países alcancen los Objetivos de Desarrollo Sostenible de
las Naciones Unidas de aquí a 2030. Por otro lado, los países están convencidos de que su futura
competitividad económica dependerá de la rapidez con la que realicen su transición a sociedades
digitales. El subtítulo del Informe de la UNESCO sobre la Ciencia, “La carrera contra el reloj para un
desarrollo más inteligente”, es una alusión a estas dos prioridades.
En esta séptima edición del Informe se analiza la trayectoria de desarrollo que los países han
recorrido en los últimos cinco años desde el prisma de la gobernanza científica. Se documenta
la rápida transformación de la sociedad en curso, que ofrece nuevas oportunidades de
experimentación social y económica, pero que también puede exacerbar las desigualdades
sociales, a menos que se tomen medidas de protección.
En el Informe se concluye que los países tendrán que invertir más en investigación e innovación
para llevar a cabo su doble transición digital y ecológica. Más de 30 países ya han incrementado
su inversión en investigación desde 2014, en virtud de su compromiso con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible. A pesar de estos avances, ocho de cada diez países siguen dedicando
menos del 1% del PIB a la investigación y, por consiguiente, perpetúan su dependencia de las
tecnologías extranjeras.
Dado que las empresas tendrán que impulsar gran parte de esta doble transición ecológica y
digital, los gobiernos toman medidas para facilitar la innovación por el sector privado mediante
nuevos instrumentos políticos, como los centros de innovación digital donde las empresas
pueden “probar antes de invertir” en las tecnologías digitales. Algunos gobiernos también
intentan mejorar las condiciones de los investigadores mediante aumentos salariales y otras
medidas. El número mundial de investigadores ha aumentado considerablemente desde 2014.
La pandemia de COVID-19 ha estimulado los sistemas de producción de conocimientos. Esta
dinámica se enmarca en la tendencia a una mayor colaboración científica internacional, que es
un buen augurio para abordar otros desafíos globales como el cambio climático y la pérdida de
biodiversidad. Sin embargo, según un reciente estudio de la UNESCO, la investigación sobre la
sostenibilidad sigue siendo marginal en las publicaciones académicas, a pesar de que los países
invierten más que antes en tecnologías ecológicas.