Viernes | 08.06.2001   

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LA DETENCION DEL EX PRESIDENTE: PASO DOS AÑOS EN LA CARCEL Y TRES AÑOS CON DOMICILIO FORZADO
Menem 1976-1981: El mismo preso, otra historia






Fue destituido de la gobernación y estuvo detenido en un barco y en el penal de Magdalena







Pasaron desde entonces 25 años, 2 meses y 13 días. El gobernador no opuso resistencia y se sobresaltó por el número de soldados que llegaba para detenerlo. Corrían otros tiempos para Carlos Menem. Sus patillas estaban más nutridas que nunca y su pelo era de un negro profundo sin la necesidad de tintura. Estaba casado con Zulema Yoma. Sus hijos, Carlitos y Zulemita, iban a la escuela. Y él acababa de ser destituido como gobernador de La Rioja por el gobierno militar e incluido en el Acta de Responsabilidad Institucional por presuntos vínculos con la guerrilla y corrupción en la función pública. Su detención se inició el 25 de marzo del 76.

Luego de una semana en el Regimiento 15 de Infantería provincial, Menem fue trasladado al barco "33 Orientales", amarrado en Buenos Aires. Allí se encontró con otros ex funcionarios peronistas y sindicalistas, todos detenidos "oficialmente" por el gobierno militar. Estaban los ex ministros Antonio Cafiero (Economía), Jorge Taiana (Educación), Miguel Unamuno (Trabajo), José Deheza (Defensa), Pedro Arrighi (Interior). Los sindicalistas Jorge Triaca, Diego Ibáñez y Lorenzo Miguel. Algunos otros de los presos eran el diplomático Jorge Vázquez, el periodista Osvaldo Papaleo, el ex presidente Raúl Lastiri y el ex médico de Perón Pedro Eladio Vázquez, con quien Menem compartía el camarote-celda.

Las visitas estuvieron prohibidas hasta mayo y la dedicación fundamental de Menem en su estadía fue la de ayudante del capellán Lorenzo Lavalle, algo que fomentaba su misticismo.

En julio comenzaron los traslados hacia un lugar de detención definitivo. La mayoría se reencontró en Magdalena, donde a Menem le tocó compartir la celda con el sindicalista del petróleo Diego Ibañez, quien 15 años más tarde le presentaría a Alfredo Yabrán.

En Magdalena las condiciones de detención eran más suaves. Los domingos había asado con vino y circulaba ya entonces Armando Gostanián —dueño de la quinta donde ahora está detenido Menem— dando rienda suelta a su compulsión de distribuir regalos, que en ese momento eran camisas de su fábrica Rigars. Zulema visitaba a Menem una vez por semana. La conversión al cristianismo de Menem no era aprobada por Zulema. Durante sus visitas, le pedía al riojano Elías Adre, de la celda vecina, que le guardara una bendición papal que había obtenido.

El momento más duro de Menem en la cárcel fue la muerte de su madre. El dictador Jorge Rafael Videla no le otorgó permiso para ir al velatorio. Menem lo odió, aunque 12 años después firmaría el indulto que le permitiría salir a Videla de esa misma cárcel, donde estaba detenido por violaciones a los derechos humanos.

El 29 de julio de 1978, un año y cuatro meses después de ser detenido, Menem abandonó el penal gracias a un decreto de Videla y pasó, como la mayoría de ese grupo de detenidos, al régimen de "domicilio forzado": debía residir en forma permanente una ciudad fuera de su provincia. Eligió Mar del Plata.

Allí, además de frecuentar el restaurante El Viejo Pop, hizo migas políticas con el almirante Eduardo Massera, quien quería lanzar su candidatura presidencial apoyado en el peronismo. Compartió la mesa más de una vez con el boxeador Carlos Monzón, la vedette Susana Giménez y el cómico Alberto Olmedo. El empresario teatral Carlos Spadonne acercaba otras mujeres del teatro. Menem también asistía a cenas organizadas por los sindicalistas Abdul Saravia y Diego Ibañez, enfrentados entre sí, pero unidos en torno al grupo político que ya se perfilaba alrededor del riojano.

La actividad pública de Menem y su cercanía a la marina hizo que el ministro del Interior Albano Harguindeguy lo obligara a ir a otra ciudad. Esta vez la elegida fue Tandil, donde Menem se tenía que reportar diariamente al jefe de policía local, Hugo Zamora. Se trenzaban en largas partidas de ajedrez y, años más tarde, Zamora se convertiría en jefe de Policía de La Rioja, con Menem gobernador.

En febrero de 1980, tras 19 meses de "domicilio forzado", Menem regresó libre a Buenos Aires. Pronto viajó a la Rioja y reinició su actividad política, aunque le estaba vedado. Esto irritó al gobierno militar, que en setiembre lo detuvo nuevamente en su departamento de Cochabamba al 2600, el único bien declarado cuando llegó a la presidencia, en 1989. Algunos días después le decretó un nuevo domicilio forzado: Las Lomitas, un aislado poblado a 250 kilómetros de Formosa capital.

Luego de unos días detenido en el cuartel de Gendarmería, Menem fue alojado en una casa particular de la familia Messa, donde mantuvo un romance con Marta, una maestra rural hija de sus anfitriones, que dio lugar al nacimiento de Carlos Nair. Menem jugaba al fútbol y cocinaba, hasta que una inundación en la zona lo obligó a salir en balsa de la casa y durmió varias noches en una camioneta.

En un momento en el quedaban pocos dirigentes políticos presos "oficialmente", el justicialismo presionó por su situación al tiempo que obtuvo éxito en sus planteos legales. El 8 de marzo de 1981 quedó libre.
















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