El Universal Destinos
El Universal Universal, ElUniversal, México, Mexico, DF, Periódico, Periodico, Noticias, Información, Informacion, Clasificados, Avisos, News, Newspaper, Information, Editoriales, Columnas, Internacional, Nación, Nacion, Estados, Ciudad, Finanzas, Deportes, Espectáculos, Espectaculos, Cultura, Galería, Galeria, Clima, Horoscopos, Aviso, Oportuno, Dinero, Fotogaleria, Ocio, Especiales, Compras, Entretenimiento
 
 Buscar en: 
 
 
Saborea el tianguis de Tlacolula en Oaxaca

Es domingo y usted tiene que desayunar en este mercado un pan de yema o cazuela, sopeado en chocolate caliente, ya de agua o de leche, para sentir como endulza la boca y baja calentándonos el vientre con productos cultivados por la mano del hombre, o mejor dicho, de las mujeres, que son las que reinan en este espacio dedicado al comercio
Saborea el tianguis de Tlacolula en OaxacaSaborea el tianguis de Tlacolula en Oaxaca
- A   A   A +

Alejandro Jiménez
El Universal

Miércoles 15 de agosto de 2007

TLACOLULA, Oax.— Es domingo y usted tiene que desayunar en este mercado un pan de yema o cazuela, sopeado en chocolate caliente, ya de agua o de leche, para sentir como endulza la boca y baja calentándonos el vientre con productos cultivados por la mano del hombre, o mejor dicho, de las mujeres, que son las que reinan en este espacio dedicado al comercio.

Si ya se le hizo tarde y llega para la hora del almuerzo, súmese a las viandantes que ya compraron, en puestos separados, sus tlayudas y su tasajo preparado en el momento, calientito de las brasas, para hacerse el taco, con guacamole, queso que se va derritiendo conforme va tocando la tortilla y salsas de todo tipo y calibre. ¿Prefiere chapulines?, hay también barbacoa.

El mercado tiene esquinas con bancas públicas para que los compradores se sienten a comer. Todo lo acompañan con tejate, la bebida prehispánica de maíz y hueso de mamey, o ya entrados en la modernidad con refrescos embotellados.

El olor es alucinante y atractivo

Tlacolula de Matamoros está a 35 minutos en auto al sudeste de la ciudad de Oaxaca, a 30 kilómetros por la carretera federal 190 con destino al Istmo de Tehuantepec.

Aquí, cada fin de semana se reúnen comunidades de varios pueblos a vender sus productos. Es día de fiesta. Vienen de rancherías y ejidos lejanos a vender sus productos: textiles, de productos de barro, carrizo, piedra, chocolate, palma y piel. La gran mayoría son mujeres, que visten los vestidos y blusas distintivos de su localidad, porque ninguna es igual a otra y cada quien sabe la procedencia de los demás por su ropa.

Abarca varios cientos de metros del centro de la comunidad. Se suceden unas 15 cuadras desde donde uno tiene qué dejar el coche hasta llegar al mercado, ahí se instala un tianguis, cuyo trayecto es una sucesión de techos de plástico, azules y rojos. Para haber tanta gente y productos es un lugar impecablemente limpio.

Camine con reposo, no corra. Vea con detenimiento los juguetes de madera, los metates de piedra, los molinillos para el chocolate. Deténgase en donde venden rebozos, pregunte sus precios, hay desde los sencillos de bolita, para el uso diario, y otros de 800 pesos, con textura muy sedosa, que cualquier mujer urbana pudiera usar sin problema y con gran admiración en cualquier noche de cena o fiesta, sin verse disfrazada de indígena, sino adecuadamente vestida para la ocasión.

Es un mercado de colores, con productos típicos y las frutas y verduras normales. Practican el trueque muy temprano y de manera ya muy limitada. Desafortunadamente, los puestos de discos pirata han comenzado a contaminar la autenticidad de éste y otros mercados típicos del país.

Por momentos parece que estamos en otro país, pues las lenguas que se escuchan son variadas, incomprensibles para el ser urbano, pero cálidas y sonoras para quienes se dan cita aquí, y a que aunque incluso entre ellos hay frases incomprensibles, aprovechan el domingo de tianguis para hablar su lengua.

La artesanía aquí es limitada. Ésa se vende en la ciudad de Oaxaca o en los mercados de artesanos ex profeso. No se ve mucho barro negro ni barro cristalizado en verde. Sí lo hay, pero le recomendamos esperarse a otros lugares.

Cuando se llega a la nave principal se está en el centro del pueblo, con su palacio municipal al frente, apenas visible por los toldos y el templo de la Asunción a un lado, que data del XVII donde se rinde culto al Señor de Tlacolula que, dicen, es muy milagroso.

La calle que nos lleva al mercado tiene su espectáculo propio: los molinos de chocolate, donde se muele el cacao que compran o traen los pobladores, se mezcla con azúcar y canela, preparándose como el cliente prefiera: dulce, amargo, mixto. Salen kilos y kilos de pasta chocolatosa, que hay que moldear para que al enfriarse, cuando se haga dura, tenga una forma que pueda ser cortada.

Dicen que se muele tanto chocolate, porque quienes vienen de comunidades lejanas aprovechan este día para hacerse su chocolate de toda la semana.

Si está hospedado en Oaxaca separe su mañana de domingo para venir a este resquicio de la auténtica provincia mexicana, sin edulcorantes ni sabores artificiales.


 



El UNIVERSAL | Directorio | Contáctanos | Código de Ética | Avisos Legales | Publicidad | Mapa de sitio
© Queda expresamente prohibida la republicación, parcial o total, de todos los contenidos de EL UNIVERSAL