El
Perú posee un rico folklore andino y un gran acervo
musical popular en la costa. Cada región
se identifica por su música, la cual forma parte
de la tradición y el patrimonio artístico
y cultural. La música indígena conserva
casi todo su primitivo valor, en especial la del Altiplano,
esto se debe - en parte - a que las condiciones
telúricas han sido poco propicias a la inmigración
en los parajes más altos de la serranía.
Los
instrumentos pre-hispánicos que se conocieron en
el Perú fueron los de percusión y de viento,
los de cuerda eran de procedencia mestiza.
Los
de percusión fueron, la sonaja de
barro u oro, el cascabel de semillas dentro del cuenco
de madera o metal; vejigas de animal conteniendo
pequeñas piedras; sonajas enfiladas y sonajas de
vaso (muchos huacos eran usados con este fin); polainas
con cascabeles cosidos, los palos de percusión,
que eran los bastones de ritmo que se usaban en las fiestas
y faenas agrícolas para seguir el compás
y trabajar sincronizadamente; los címbalos; los
tambores grandes o "huancares" y los chicos
o "tinyas". Los modelos de tambores que
usaron los Mochicas y Chimúes aparecen a menudo
en su cerámica a causa de su popularidad, estaban
formados por dos parches, juntándolos con una pequeña
calabaza; también en la cultura Ica y Nazca
usaron tambores, y algunos de cerámica se conservan
aún, lo mismo que las sonajas de vaso hechas
por los Mochicas. En la época Inca las reinas
y damas tocaban pequeños tambores. Los
de viento, eran las trompetas hechas de
tierra cocida o metal, curvas y generalmente decoradas;
la quena o flauta de hueso, el "pincullo" o
pito, que fue conocido en las culturas Mochica, Nazca
y Chimú el silbato que tenía la forma de
un animal cualquiera, cuyo grito imitaba; la "antara"
o flauta de pan, que en aymará toma el nombre de
"Sicu", muy popular en el Alto Perú,
en donde había y hay hasta de 25 tubos de barro
o caña; y el "Warapucro", hecho con cuernos
de toro unidos con cuero. Los de cuerda,
son posteriores a la conquista, el arpa y el charango
denuncian su procedencia europea, este último remedando
la mandolina italiana.
La
selección de instrumentos y el tono de la música
guarda estrecha relación con el texto político
que la acompaña. Se advierte que la música
precolombina y aún la post-colombina prefirió
la dulce melodía de flautas y pitos antes que el
estrépito de tambores y trompetas. Esto resume
con claridad las tendencias fundamentales del alma indígena.
Se
han dividido las composiciones indígenas en cantos
religiosos e himnos al sol, canciones de amor, idílicas,
pastorales y danzas cantadas e instrumentales. El
"yaravec" quechua, creador y poeta, cantor bohemio,
encarnaba el sentir popular, se inspiraba en el amor,
en el agudo sentimiento de desamparo y soledad en su condición
de pastor o forzoso mitimaes. Representaba lo vernáculo
y esencial del alma incaica. El "haravec"
evolucionó luego al "yaraví" serrano
- mestizo y de ahí al "triste" criollo,
costeño. En cambio las danzas oficiales,
inspiradas por los "Quipumayoc" y "Amautas",
sometidos a los dictados del poder político
religioso, revelan la alegría del fuerte, del vencedor
oriundo de la tribu dominante. Iban acompañadas
de un texto adecuado.
La
música indígena de gama pentafónica
es anónima, hay quiénes sostienen que los
Incas conocieron la escala heptatónica. Con
la conquista los cantares indios se mezclaron con los
católicos, adoptando el clero las ceremonias
incaicas en lo exterior, pero con inspiración y
tendencias cristianas.
En
la actualidad en toda música tradicional intervienen
instrumentos autóctonos como la antara, la tinya,
el pincullo, el warapucro e hispano - mestizos como el
charango, la guitarra, el arpa y el violín.
La
danza, expresión fundamental de los pueblos andinos,
sigue siendo un persistente ritual, constituye un lenguaje
alimentado por convicciones mágico - religiosas,
existiendo una curiosa mezcla de tradición indígena
y cristianismo, habiendo logrado sobrevivir a la presión
ejercida durante los siglos de la colonia. Es en
Puno donde se encuentra la mayor parte de las danzas folclóricas
tradicionales.
Las
melodías y danzas más populares que hasta
hoy se practican son los yaravíes y los huaynos.
Los segundos de origen Pre-hispánicos adoptan
diversas modalidades según la región de
la sierra. Bailado en pareja su ágil
y firme zapateo expresa alegría y plenitud, aunque
también los hay cadenciosos y tristes.
Marineras,
valses y polkas son expresiones típicas de la música
costeña. Felipe Pinglo fue el primer gran
compositor de esta música popular. Entre
otros autores contemporáneos cabe destacar a Chabuca
Granda, Cesar Miró, Augusto Polo Campos y Alicia
Maguiña. De influencia africana son los aires
populares como el festejo, el alcatraz y la zamacueca.
ALCATRAZ
El
alcatraz, es una danza erótico - festiva de la
misma familia del "Festejo", la diferencia está
en su letra, que alude a la coreografía; y en su
coreografía que es de baile abierto para pareja
mixta. El hombre lleva una vela encendida con la
que trata de quemar un cucurucho de papel o alcatraz (de
allí su nombre), por corruptela de alcatraz que
la mujer lleva prendido a la baja espalda. Ella
esquiva la quema con hábiles y rítmicos
movimientos de cadera. Ultimamente se ha dado en
ponerle al hombre otro cucurucho que la mujer debe quemar,
lo que obliga al varón a movimientos poco masculinos.
CARNAVAL
Se
práctica en todo el Perú, con variaciones
regionales. El más famoso es el de Puno (Fiesta
de la Virgen de la Candelaria), por su vistosidad, colorido
y variedad de comparsas.
Orígenes,
celebración pública traída de Europa
durante la Colonia. Hoy no se practica en las grandes
ciudades, pero está muy vigente en las zonas
rurales, en Cajamarca y la Amazonía. Se celebra
en el mes de Febrero.
DANZAS
DE LAS TIJERAS
El
duelo entre los dos danzantes apoyados por dos músicos
ejecutantes del arpa y el violín, se esfuerzan
por conservar la supremacía sobre su contrincante,
debido a que les parece insólito aceptar la derrota.
La competencia a veces 12 horas o más, pero siempre
tomando las precauciones contra la hechicera. Esta
danza tiene auge en las zonas de la sierra, como Ayacucho,
Apurímac, Huancavelica
Los
danzak son capaces de traspasarse la nariz, con aguja
de arriero, bailar con espuelas colocadas en los talones,
levantar una pesada barreta con los dientes, reventar
camaretas (dinamita) en las manos, subir y bajar el campanario
de una iglesia.
El
danzak tienen gran aprecio por las tijeras, que lo acompañarán
hasta la muerte, porque las recibió de las manos
de los Uquis o espíritus de los cerros, según
su creencia. Inclusive la forja de las tijeras es
sometida a una serie de ceremonias mágico religiosas,
para darle buen sonido.
DIABLADA
También
es conocida con el nombre de Sicuris sin que se pueda
establecer una clara diferencia entre ambos. Se
baila al son de un huayno, ejecutado por zampoñas
o sicus acompañado de tambor, bombo, platillo y
triángulo. Los personajes son caporales, viejos,
chinas diabladas, diablos, esqueletos, murciélagos,
etc.
FESTEJO
El
festejo es la canción danzarina representativa
del mestizaje negro en el Perú. Nace en el Perú
en el Siglo XVI, se organizan cofradías en 1650,
como culto al Señor de los Milagros - que fue pintado
por un esclavo de Angora -. El aporte del negro
criollo que radicaba en la Costa es el autor del Festejo.
Como
canción, su letrilla es siempre
de asunto festivo (quizá de ahí venga
el nombre de festejo). Musicalmente su
ritmo es alegre, en compás de 6/3, con cierres
opcionales, cada cuatro u ocho compases en sus primeras
estrofas y una antífona de solista y coro
en la parte final o "fuga". La orquesta
del festejo la integran guitarras, cajón,
quijada de burro y palmas; que dan marco a solista
y coro. La coreografía del festejo
es libre, pudiendo ser de grupo o de pareja.
Como
baile, la coreografía original del
Festejo se perdió y sólo ha llegado hasta
nosotros, lo que nos induce a pensar que fue una danza
eminentemente masculina cuya explosión de júbilo
permitió coreografías bastante libres, con
todo tipo de pasos acrobáticos al ritmo de tambores
congos. Así debió haber sido el Festejo
cuando cataba entre las cofradías de angolos
y mondongos por el bajo callejón de malambo por
los Siglos XVII y XIX.
Vestuarios, Los mismos vestidos que utilizaban
los esclavos de la época; mujeres, falda
amplia de algodón de colores fuertes, blusas escotadas
y sueltas que le permitieran hacer los movimientos fuertes
del mismo baile, enaguas amplias, pañuelo en la
cabeza, aretes grandes y descalzas. Varones,
pantalón a media pierna, negro o blanco y a veces
de colores fuertes con camisa remangada, pañuelo
en la cintura de color y descalzo.
HUAYLASH
Baile
popular, muy difundido entre las colectividades del Valle
del Mantaro y en particular, Huayucachi y Huanca (Situados
al sur de Huancayo) pretenden ser sus creadores o haber
decidido su preservación tradicional.
El
baile, en su coreografía parece imitar
las faenas agrícolas (siembra, abono, riego y cosecha)
y, por lo tanto denota su asociación con antiguos
ritos agrarios. Todos bailan descalzos, pero sus pasos
son muy enérgicos, y se cree que su vivacidad condiciona
la fecundidad y la calidad de los frutos.
Las
vestimentas; los bailarines suelen lucir vestimentas
especiales; las mujeres, falda roja con bordados
multicolores y a veces bordadas con hilo de plata, blusa
negra u oscura, faja con listas longitudinales de diversos
colores, lliclla azul o roja, sombrero con ribete, y en
la mano un gran pañuelo blanco. Los varones
sombrero de paño negro, camisa blanca y chaleco
oscuro, y pantalón abierto en el extremo.
HUAYNO
O HUAYNU
Importante
género de baile y música, de origen pre-hispánico
y actualmente muy difundido entre los pueblos andinos.
Adopta diversas modalidades, según las tradiciones
locales o regionales; y en cierta forma representa la
adhesión popular a la cultura del terruño.
El
hombre ofrece el brazo derecho para invitar a bailar,
o pone su pañuelo sobre el hombro de la mujer,
luego se efectúa el paseo de las parejas por el
recinto y finalmente el baile, que consiste en un zapateo
ágil y vigoroso, durante el cual asedia el hombre
a la mujer, frente a frente tocándola con sus hombros
al girar, y sólo ocasionalmente enlaza su brazo
derecho al izquierdo de su pareja en tanto que ambos evolucionan
al ritmo de la música. Sus movimientos son
alegres y picarescos.
INGA
Con
este nombre (onomatopeya del llanto de una criatura)
se tituló a una danza orgiástica totalmente
erótica que se bailaba - y se baila aún
- en los callejones de Lima.
Después de varios días de jarana, cuando
el pisco ha roto los últimos vestigios de moralidad,
hombres y mujeres forman en rueda contorneándose
lujuriosamente al ritmo de cajón y palmas, cantando
a coro:
"Mi
mamá
Cuidao con la criatura
mi taita
Ingá
cuidao con la criatura
Ingá
Mi mamá
cuidao con la criatura
mi taita
cuidao con la criatura"
Uno
de los presentes toma un hato de trapos y los lía
hasta darle la forma de un monigote o en su defecto simplemente
una almohada. Con ella en brazos ingresa al centro
del ruedo que forman las otras personas y arrullando a
la "criatura" y pegándosela al cuerpo
y meneándose con lascivia, baila hasta demostrar
su lujuria a los presentes (y específicamente a
la persona que secretamente él sabe). Luego
lanza el monigote a una persona del sexo opuesto invitándola
a ocupar el centro del ruedo y mostrar su grado de erotismo.
Así alternativamente, van turnándose hasta
que todos han danzado con el muñeco.
KCAJELO
O CKARA BOTAS
Es
una de las más auténticas y representativas
manifestaciones del folklore puneño. Es el
baile de un bravío jinete que con aire de dominio
absoluto sobre su bella pareja hace una serie de requiebros,
látigo en mano, al compás de una música
alegre.
Visten
atuendo cordillerano, sombrero de ala ancha, chullo con
orejeras, gruesa bufanda, doble poncho de vicuña
o alpaca, altos rozaderos de cuero con puñal en
la pantorrilla, espuelas roncadoras, etc.
Se
supone que el Ckara Botas - Botas de Cuero - podría
haberse originado en los días de la rebelión
de Túpac Amaru que por algún tiempo
se extendió a las mesetas puneñas.
Los comuneros y yanaconas se habrían bautizado
Ckara Botas, irónicamente porque imitaban a las
botas finas de los españoles.
LANDO
El
landó, fue una danza africana de Angola, que llegó
al Perú en el siglo XVII y pronto se folklorizó.
La danza original era un rito de fecundidad, cuya coreografía
era una pantomima del acto copular, culminando con un
golpe de pelvis contra pelvis entre el hombre y la mujer.
Con el nombre de lundero se popularizó en Saña,
dando más tarde origen al "Tondero".
Mientras en Lima, como landó y zamba-landó,
dio origen a la "Zamacueca" rebautizada Marinera
por don Abelardo Gamarra. Recientemente ha reaparecido
como canción popular y muy estilizada, se le ha
inventado una coreografía.
LLAMERADA
Danza
popular, que suele ejecutarse en Puno durante la procesión
de la Virgen de la Candelaria y otras ocasiones festivas.
Se las estima como una adaptación mestiza de la
danza que antes efectuaban las comparsas de llameros;
y sus movimientos imitan los que realizan los pastores
de llamas en el curso de sus labores. Los bailarines
lucen máscaras, sombreros con flecos y vestimentas
multicolores; llevan en la mano una especie de lazo; y
sus evoluciones son acompasadas por el ritmo del huayno,
corto y vivaz.
MARINERA
Nace
a raíz de la "Zamacueca", la misma
que se fue convirtiendo en el baile más popular,
el cual va refinándose cada vez más.
Entre 1895 y 1896, estando en conflictos con Chile y como
hemos dicho estaba el nombre de "Chilena" surge
el destacado músico costumbrista Manuel Alvarado
"Alvaradito" quien compone la letra de una zamacueca
"La Concheperla"; Abelardo Gamarra
"El Tunante", se levanta y dice que se tenía
que cambiar el nombre a la Chilena, y el homenaje a la
gloriosa campaña del Almirante Miguel Grau se le
debe llamar "Marinera". La crítica
acoge compatriótico entusiasmo la actitud del "Tunante"
y acuden a doña Rosa Mercedes Ayarza, que sólo
tenía 14 años, para pedirle que llevara
al pentagrama la música de "Alvaradito".
Esta es desde entonces la Marinera Oficial que nace con
pasión "Patriótica", desde entonces,
su verdadero nombre.
Es
considerado como un baile nacional de pareja suelta, que
ha alcanzado difusión en todas las regiones del
país y en todos los ámbitos
nacionales. Ritmo y melodía son vibrantes
y en la coreografía se expresa el enamoramiento
entre el hombre y la mujer, mediante saludos, y
encuentros dando el remate con un cruce de pañuelos
y un final de zapateo; y según la elegancia y la
habilidad con que cada uno ejecute sus movimientos,
es aplaudir el triunfo de uno sobre el otro.
Según
las regiones acusa pequeñas diferencias; y así
hay una marinera limeña, una marinera norteña
y una marinera serrana. Como es un baile de inspiración,
más que sujeto a reglas, las variantes alteran
algo de su coreografía, pero no su ritmo.
También
difiere por los instrumentos que se emplean en su ejecución:
en Lima y en el norte intervienen guitarra y cajón;
en la sierra aumenta el número de instrumentos
con charangos y violines. Un detalle importante
es su interpretación hecha por bandas locales o
militares que le dan una importancia muy significativa.
La
marinera es mestiza, española y negra; y es reconocida
con Decreto Supremo, como nuestro Primer Baile Nacional.
Cualquiera
sea su origen, se enraíza tanto desde que era zamacueca,
con el alma nacional con el sentimiento público,
con el texto literario, la política, el humor,
que ella canta y baila, decir o recitar, exposición
y postura; es una expresión auténtica de
nuestra idiosincrasia. No existe fiesta de postín,
ni jarana, sea citadina o chacarera, que no remate en
"Marinera".
PREGONES
Lima,
"La Ciudad de los Reyes" ha sido y sigue siendo
una ciudad pregonera. Hasta hoy, es estas noches
humedecidas por la típica gracia limeña;
es fácil escuchar el pregón del vendedor
de "Revolución Caliente" o el melodioso
pregonar de la "tamalera" y durante el día
el silbato del "Afilador" antaño español
y hoy paisano o el grito destemplado del comprador de
“pomos y botellas, periódicos y revistas”,
encabalgado en moderno triciclo.
Pero
ya no se oirán más aquellos pregones
de la Lima antigua: "El Aguador", que
sacaba agua de la fuente de la Plaza Mayor y la llevaba
en dos barriles que cargaba su burro. El aguador
era negro liberto y había también aguadores
de a pie. Ambos vendían el "viaje" de
agua por un real.
La
"Buñuelera", freía sus buñuelos
hasta hace muy pocos años. Han aparecido
algunas buñueleras entre las vivanderas que se
ubican por las Nazarenas (iglesia) cuando sale el Señor
de los Milagros, como también se ve algún
bizcochero; pregonando su "Pan dulce... " He
aquí la relación de los más notorios
comerciantes que con su variada mercancía, originalísimos
pregones y pintoresco atuendo, dieron a Lima una particularidad
más de que ufanarse; el heladero, la tisanera,
la fresquera, la buñuelera, la picantera, la chichera,
el frutero, la melonera, la granadillera, la champucera,
la lechera, el bizcochero, la pescadora, la misturera,
el arriero, el mercachifle y el velero.
Desde
fines del siglo XVIII, los vendedores ambulantes tuvieron
al vecindario de Lima sobre la hora exacta con sus cronométricas
apariciones: La lechera, a las seis de la mañana;
la tisanera y la chichera, a las siete en punto; el bizcochero,
a las ocho; la vendedora de zanguito de ñaja aparecía
a las nueve; la tamalera a las diez pregonaba; a las once,
la mulata del convento vendiendo ranfoñote, frijoles
colados, etc.; el frutero a las doce del día; a
la una, el vendedor de ante con ante; a las dos, la picaronera;
a las tres, el melcochero y el turronero; a las cuatro,
la picantera; a las cinco el jazminero, vendiendo flores
de trapo: "Jardín, jardín, Muchacha,
¿no hueles?... "; a las seis el galletero,
a las siete la champucera... ". A partir de
las siete de la noche hacía su aparición
el sereno, estacionado en las esquinas hacía sonar
su pito de barro. Desde las diez de la noche comenzaba
a cantar la hora y el estado del tiempo. "Ave María
Purísima, las once han dado, Viva el Perú
y Sereno....."
SON
DE LOS DIABLOS
A
comienzo de siglo, lo único que se sabía
del "Son de los diablos" nos lo decía
una acuarela alusiva del famoso pintor costumbrista mulato,
Pancho Fierro (1803-1879). Se desconocía casi la
coreografía de esta danza, hasta que en los años
veinte, gracias a los buenos aficionados y al auspicio
municipal, se reunió un grupo de auténticos
danzarines, herederos de nuestras tradiciones y volvieron
a salir por las calles de Lima en las fiestas carnavalescas,
pintorescas cuadrillas del "Son de los diablos",
con su acompañamiento rítmico al son de
quijada de burro, cajita y guitarra; y al estentóreo
y acompasado grito de "juuuh... " "Diablo..."
"juuuh...". El mejor bailarín y
"Diablo Mayor" en las comparsas de esa época,
fue un moreno fornido y mal encarado de oficio cochero
y de nombre Francisco Andrade, que, por sus carnosos y
colgantes labios fue más conocido por los apelativos
de "Churrasco" o "Ño bisté".
Nos lo describe un festejo de criollo Fernando Soria:
"Yo
soy del Diablo Mayor
y me llaman "Ño Bisté"
por esta bemba tan grande
que tengo, Mírela usté
"Son de los diablos Son
que venimos a bailar,
y el pícaro "Cachafaz"
la quijada va a tocar..."
Los
diablos de la comparsa recorrían las calles, se
detenían en las esquinas, formaban ruedo y, alternativamente
bailaban al centro ejecutando pasadas de "zapateo
criollo" y "agua y nieve" "Ño
bisté‚", pese a su elevada estatura
y corpulencia era agilísimo zapateando. Murió
trágicamente. Su mujer conocida como "Ña
bisteca" era una mujer escuálida y algo demente.
Un día don Francisco Andrade volvió de trabajar
muy afiebrado, se recostó en su humilde lecho,
pasaron los días y como no se reponía, ahí
mismo en pleno lecho le arrojó "Ña
bisteca" un balde de agua fría recriminándolo
por "flojo y holgazán". La pulmonía
fulminante se llevó a "Ño bisté"
para la otra vida. Pasaron los días y aún
seguía la trastornada mujer increpando a su marido
por "dormilón", hasta que el hedor alarmó
a la vecindad de la calle Luna Pizarro (distrito de la
Victoria). Llegaron las autoridades y fue
necesario sacar un grupo de presos de la cárcel
para trasladar los restos en descomposición de
quien fuera en vida el último y más grande
bailarín del "Son de los Diablos": Don
Francisco Andrade "Ño Bisté".
TONDERO
Por
lo mismo que es el más antiguo de nuestros bailes
mestizos es una danza ruda y sensual al mismo tiempo que
representa a los campesinos de la zona. Es la persecución
del hombre a la mujer con miras a algo más...
Como
baile, los movimientos se asemejan a las aves
de corral (gallina, gallo, pavo), la razón de querer
representar a estos animales, era en señal de protesta
de los negros esclavos, por el buen trato que les
daban sus amos a estas aves mucho mejor que a ellos.
Si bien es cierto que nace de negros, ellos no se
quedaron en esta zona por lo que se convierte en el baile
regional de los campesinos.
Vestuario,
el de la mujer, vestido típico de Piura,
falda negra amplia, camisón de bichí o bracado
blanco, rosado o turquesa. Peinado de trenzas amarradas
con algodón pardo, aretes dormilonas de filigrana
de plata y oro, hechas por artesanos joyeros de la Provincia
de Catacaos. Anacu, típico de Catacaos, es
el más antiguo de las vestimentas ya que es muy
similar al que usaba la Coya del Inca. Son dos cortes
rectangulares de "bayeta negra" sostenido por
dos prendedores en forma de "aromas" en los
hombros y una faja en la cintura para dar forma al cuerpo,
debajo va un camisón bordado. Lleva también
un medallón en forma de corazón con una
cruz y la pava, señales de mestizaje, y los
aretes son varias aremos prendidas una debajo de la otra,
toda la filigrana de oro.
TORO
MATA
Antiguo
baile de negros, ya desaparecido. Se ejecutaba ordinariamente
en las fiestas de carnaval. La coreografía
simulaba una corrida de toros, en la que el toro debía
matar al torero.
VALS
Adquiere
características musicales propias de cada región,
pero el estilo costeño (Vals Criollo) es el más
difundido. Se origina a fines del siglo XIX, entre
sectores populares de grandes centros poblados, cuando
el waltz vienés era muy popular entre todas las
clases sociales del Perú.
Se
baila en parejas, tomándose de las manos y semi
abrazadas, con mayor acercamiento y sensualidad que en
la versión vienesa, sin sincronismo coreográfico
con el resto de parejas.
Instrumentación,
tradicionalmente solo se usaba guitarras acústicas
de tipo español. Se danza en áreas
urbanas en los sectores medios y altos del país.
YARAVI
O HARAWI
Es
el género más antiguo que sobrevive en Perú.
Expresa melancolía, dolor y tristeza. Deriva
de un género poético incaico. Versiones
mestizas yaraví en el Sur, triste en el norte.
No
se baila, sólo se canta. La música
es muy lenta y con frecuentes pausas para darle dramatismo
y sentimiento. Las mujeres cantan en el registro
más agudo posible, característica de la
música indígena andina.
Su
melodía es triste y melancólica. Sus
variedades mestizas se complementan con música
más alegre como la marinera o el huayno.
La instrumentación es variada según la región
y estrato cultural de los cantantes. En el texto
siempre se trata de un lamento, generalmente de abandono
amoroso, muerte de seres queridos o marginación
social (ostracismo, enfermedad o encierro involuntario.
ZAMACUECA
Surge
en Lima en el siglo XVIII ya por la República.
Es auténticamente nuestra pues aquí nació
al impulso danzante de los negros esclavos que tratan
en el espíritu y en las piernas, reminiscencias
de la danza africana. De Lima se extendió
a Chile (Cueca), Bolivia (Cueca), Argentina (Zamba), y
regresó a Lima ya con más nombres, Mozamala,
Zamba Culeca, Baile del Pañuelo y Chilena...
Como baile, Los danzantes eran en su inicio
negros. Se trata de provocaciones de la mujer al
hombre con mucha lisura y picardía al estilo del
negro criollo y el hombre acercándose y también
burlándose para después rendirse al encanto
de ella.
Vestuario,
es el que usaban los negros esclavos de la época
con telas sencillas; la mujer, falda amplia flores
de colores, enaguas con tiras bordadas blancas, sombrero
chiquito adornado con cintas y flores, usaban dos pañuelos
en las manos y de colores fuertes, no usaban zapatos.
Los varones, pantalón negro a la rodilla,
camisa blanca y chalecos negros o sin ellos, descalzos
y también con dos pañuelos de colores. |