Marina Maravilla y el Fabuloso Dojo Literario de Katsumoto Hagakure
Por Matías Moscardi
()
Información de este libro electrónico
Antes de salir a la venta Marina Maravilla y el fabuloso Dojo Literario de Katsumoto Hagakure ya se estaba traduciendo al portugués y había despertado el interés de editores franceses, italianos y rusos. Esta novela pensada para público infantil, pero que atraviesa a cualquier lector adulto de la misma manera, es una aventura asombrosa, una crónica de viaje, una guía de escritura y es muchos libros más.
Es un libro difícil de clasificar, pero, sin dudas, imperdible.
Matías Moscardi
Matías Moscardi nació en Mar del Plata, en 1983. Publicó El gran Deleuze para pequeñas máquinas infantes (Beatriz Viterbo) y Diario de limpieza (Bosque Energético). Coescribió, junto a Andrés Gallina, tres libros: Diccionario de separación. De Amor a Zombie (Eterna Cadencia), Guía maravillosa de la Costa Atlántica (Sudamericana) y Museo del Beso (Reservoir Books). Es investigador del CONICET y Doctor en Letras por la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde trabaja como docente. Esta es su primera novela infantojuvenil, que ya se está traduciendo al portugués
Relacionado con Marina Maravilla y el Fabuloso Dojo Literario de Katsumoto Hagakure
Libros electrónicos relacionados
Frankenstein o el moderno Prometeo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Niviut Y Los Extraterrestres: Una Historia De Ciencia Ficción Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBrevedades infinitas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl huracán y la mariposa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl blog de Cyrano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTodo el mundo sabe que tu madre es una bruja Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vida y maravillas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn lobo, una colina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFrankenstein Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAnsiada (Libro #10 Del Diario Del Vampiro) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El negro de Vargas Llosa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarguerite Duras Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Grimorio 13: Antología de fantasía oscura española Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFrente al espejo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe hadas unicornios y un cisne en las estrellas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLeonora Carrington: Una vida surrealista Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las hipnopómpicas: Territorio Poppins Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología ficticia del microcuento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa verdadera historia de los cuentos populares Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl despertar de Belle Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna ciudad entera bañada en sangre humana: Relatos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos para Cuervos Cuerdos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl jardín de los sospechosos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas oceánicas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cuarto de atrás Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos felinos 7 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cofre de los cuentos encantados: El cofre de los cuentos encantados, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn enigma entre las hojas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDescubriendo A Penélope Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl sonido de los sapos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Fantasía para usted
La Ilíada y La Odisea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Biblia de los Caídos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Viaje al centro de la Tierra: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Te deseo tanto... Novela erótica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de un crimen perfecto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Llamada de Chtulhu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El cuervo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos de terror Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ángeles caídos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los pequeños macabros Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Insólitas: Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Nocturna Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Necronomicón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Albert Camus, El Rebelde Existencial Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El señor presidente Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La tiranía de las moscas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los tres mosqueteros: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Despertar de los Dragones (Reyes y Hechiceros—Libro 1) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos infantiles de ayer y de hoy Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Guerra de los Cielos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los mil y un fantasmas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Biblia de los Caídos. Tomo 2 del testamento de Sombra Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Biblia de los Caídos. Primera plegaria del testamento del Gris Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Jules Verne - Obras completas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ensayo sobre la ceguera de José Saramago (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos de horror Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El rey de hierro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Biblia de los Caídos. Tomo 2 del testamento de Mad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Marina Maravilla y el Fabuloso Dojo Literario de Katsumoto Hagakure
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Marina Maravilla y el Fabuloso Dojo Literario de Katsumoto Hagakure - Matías Moscardi
Primero triunfar, luego combatir
Hagakure
Primero publicar, después escribir
Lamborghini
Ganas de escribirImagínense una chica de unos diez años, con la cara que ustedes quieran. Tiene que ser la primera cara que les venga a la mente, tan rápido como el flash de una cámara de fotos.
Ahora pinten su pelo del color que les pinte, agreguen un cuerpo, con una estatura más o menos correspondiente a su edad.
Cierren los ojos con fuerza hasta que saquen chispas.
Tienen que poder verla.
Unos rasgos nítidos, que no se desvanezcan del cine de sus retinas una vez que hayan levantado el telón de los párpados y las luces se enciendan.
¡Concéntrense!
¿La ven?
¿Sí?
¡Muy bien!
¡Ya podemos comenzar!
Bueno, les comento que esa chica que acaban de proyectar en su mente se llama Marina y tiene el más maravilloso de todos los apellidos habidos y por haber, porque su apellido es, valga la redundancia, Maravilla.
Resulta que Marina Maravilla quería escribir una novela a la altura de su apellido, una novela maravillosa.
Había algo que indignaba especialmente a Marina Maravilla y era que las heroínas de sus libros preferidos no escribieran ni una sola línea.
¿Quién cuenta la historia entonces?
Marina detestaba a los Narradores (por eso estoy hablando así, bajito, porque si se llega a enterar que de hecho estoy contando su historia, seguro me viene a dar un merecido porrazo).
Pensaba que los Narradores eran seres invisibles, chusmas sabelotodo que contaban como una cámara oculta todas las hazañas ajenas.
¡Un Narrador es un ladrón de historias!
¡De guantes blancos!
¡Narrador estafador!
¡Hace un boquete y se roba la caja fuerte con las alhajas de todos los relatos de oro, sin que nadie se dé cuenta!
Marina Maravilla no podía entender cómo Wendy jamás había escrito un Diario de Nunca Jamás.
Cómo Dorothy, al menos en su vejez, no había redactado con nostalgia memorable sus Memorias de Oz.
¿Y Alicia? ¿Cómo puede ser que nunca haya escrito sus Crónicas del País de las maravillas?
¿Y su amada Matilda? ¿Es posible que jamás haya tenido la brillante idea de incurrir en un Manual de telequinesis para niños?
Los Narradores se llevaban injustamente todo el crédito de la historia que sus heroínas habían vivido con esmero y valentía.
Marina estaba indignada, furiosa.
Además, las novelas siempre las escribían los mismos: detrás de los Narradores estaban los Adultos. Para la gente pequeña había garabatos, poemitas, cuentitos, migajas. ¡Ninguna novela!
Sin embargo, todo el mundo sabe que las mejores historias las cuentan siempre las niñas y los niños.
Los adultos son más bien copiones sin imaginación.
Descubrir este pequeño detalle cambió su vida por completo.
Probablemente, todo había comenzado con un cuento que su mamá, la señora Margarita Maravilla, le leía cuando Marina tenía apenas cinco años.
El cuento se llamaba Pollo Repollo
. Su autora era Jan Ormerod.
A Pollo Repollo se le cae una nuez en la cabeza y él piensa que fue el cielo. ¡El cielo se ha caído sobre mi cabecita!
.
Este error garrafal es el punto de partida de una larga peregrinación: Pollo Repollo está convencido de que tiene que ir a contarle al rey, urgentemente, que el cielo se ha caído sobre su cabecita.
En el camino, se encuentra con distintos amigos de nombres graciosos: Gallina Cochina, Pavo Clavo, Paloma Rabona, Oca Loca, Ganso Manso, Pato Barato y Gallo Zapallo.
Todos van al bosque, a buscar comida. Pero al enterarse de la tragedia de Pollo Repollo, se suman, uno atrás de otro, en una larga fila.
Hasta que se encuentran con Zorro Piporro, quien alega conocer muy bien el camino al castillo del rey. Por supuesto, se trata de una trampa mortal. Zorro Piporro y sus cachorros, de hecho, se comen a Pollo Repollo y sus amigos.
El cuento termina así: De modo que no vieron al rey y jamás pudieron contarle que el cielo se había caído
.
Desde el momento en que Marina Maravilla escuchó la trágica historia de Pollo Repollo supo que tenía que escribir una novela maravillosa.
El final de Pollo Repollo
había transforma-do a la lectora en escritora, porque ahora era ella, Marina Maravilla, la que conocía la desdicha infinita —y el insalvable malentendido— de Pollo Repollo y sus amigos, la injusticia poética de la que habían sido víctimas.
Y cuando alguien carga con un mensaje tan enorme en la mochila del espíritu, su destino está echado: tendrá que escribir una novela maravillosa.
Este objetivo no es, como ya habrán deducido, para nada sencillo. Porque para escribir una novela maravillosa primero hay que vivir una aventura maravillosa. Sin aventura no hay novela.
Y eso es, precisamente, lo que andaba buscando Marina Maravilla: una Gran Aventura.
Se sabe: para escribir hay que estar buscando algo, con mucho ímpetu. No se puede escribir una sola letra, ni una coma, sin estar buscando verdaderamente algo, lo que sea (un botón descosido de un saco, el brazo perdido de una muñeca, una foto que la ráfaga de la ventana voló de la plancha de corcho con fotos, una media que complete el par de medias con la cara de Alejandra Pizarnik).
Todos los días de su vida, Marina prestaba mucha atención a posibles señales extraordinarias: luces fuera de lo común en el cielo; algún crujido extraño de muebles o de cañerías por la noche; el ondular misterioso de alguna cortina; ruidos insólitos debajo de la cama; alguna frecuencia sonora inaudible para los humanos pero que su gata, Chinela Metiche, pudiera oír (Los gatos son radares de otros mundos
, pensaba Marina) y numerosos