Nombre |
¿¿?? |
Raza |
Pesadilla |
Objetivos |
Mortales |
Tiempo en Activo |
10 años. |
Peligrosidad |
Moderada |
Habilidades |
Infestación. Propagación. Efectos en la psique. |
Close your eyes, try to relax in this dark, cold and rainy night with us in the NYCS 77.3.
Todo comienza con una canción. Un narrador omniscente que te llena los oidos, un día cansado que culmina con un peso aún mayor en los hombros en el que sus palabras, profundas y graves, consiguen adormecer los sentidos de aquellos desafortunados oyentes.
Nada sucede en los primeros dias. Nada, tampoco, parecen recordar los sujetos que han tenido contacto con este ser.
Tras unas cuantas transmisiones los adultos empiezan a experimentar síntomas sutiles que pasan ajenos a cualquier médico: cansancio, espasmos, pérdida de la concentración y la noción del tiempo.
A medida que este contacto se hace más intenso los efectos se vuelven mucho más graves: vómitos, incapacidad del habla, hemorragias a través de cualquier cavidad. Aquellos que han mantenido un contacto aún más persistente simplemente sufren espasmos tan profundos que acaban siendo encontrados con las uñas clavadas en el sofá en un estado de rigor muscular que los hace parecer estatuas perturbadoras pues sus posiciones suelen mostrar claros indicios de haber intentado escapar de algo, sin embargo, esta no es la única reacción posible.
Llegados al punto inevitable algunos, simplemente, entran en un estado de demencia abrupto (como han detectado ciertas autoridades médicas) donde comienzan a chillar, se vuelven extremadamente violentos y deben de ser puestos en aislamiento y sedación.
Lo unico que sabe cualquiera que se ha relacionado con las víctimas es que la radio estaba encendida pero sólo emitía estática y, en el caso de los que enloquecieron, todos chillaban lo mismo "¡QUE ALGUIEN PARE LOS GRITOS DE MI CABEZA!".
En algunos casos donde la contención no ha sido posible, los sujetos afectados han terminado con su vida con cualquier método posible, e imaginable.